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Eunhae: Oscura obsesión por MishELForever

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Notas del capitulo:

Holiss, aquí os traigo el primer cap de este lemonoso fic jajaj. (Ya me entendereis por qué jej) aunque también advierto que habrá drama pero bueno, no quiero adelantarme a los hechos ;)

Espero que os guste el cap.

POV. Donghae:


En cuanto entré en mi habitación me dejé caer en mi cama demasiado agotado por todo lo que había ocurrido en este día. 

La gran boda de mi padre Leeteuk con Kang Sora al fin se había celebrado pese a mi absoluta oposición. 
No es que odiara a la mujer, de hecho se la veía buena persona y parecía amar de verdad a mi padre pero ese matrimonio no me agradaba para nada por dos motivos. El primero porque mi madre no hacía ni un año que había muerto y mi padre ya estaba celebrando otra boda y segundo porque ahora tendría que vivir con... Hyukjae.

Respiré profundamente intentando tranquilizarme ya que siempre que pensaba en él mi cuerpo reaccionaba demasiado extraño y era normal porque ese chico de verdad que me descolocaba y fue así desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron.

Flashback:


Ese día estaba demasiado nervioso porque era el día en que conocería a la nueva mujer de mi padre y al que sería mi hermanastro. Y la verdad era que una parte de mí esperaba que el chico estuviera en contra de la boda como yo.

Mi padre lo sabía y me había explicado que pese a que mi madre y él siempre se habían llevado bien y se habían querido mucho, su cariño había sido de amigos y no de amantes. Me había explicado que su boda había sido concertada y que en ese momento ninguno de los dos se pudieron oponer además ambos se conocían y se llevaban muy bien lo cual ayudó en el matrimonio no obstante, ahora que había conocido a la mujer de su vida no estaba dispuesto a dejarla marchar. 

Pese a todo yo no podía dar el visto bueno a esa boda pero aún así me propuse conocer a la mujer antes de acabar de juzgarla. 

Cuando ella y su hijo al fin llegaron mi padre les abrió la puerta y yo estaba junto a él para darles la bienvenida. 

-Hijo esta es Kang Sora –me la presentó mi padre. La mujer me sonrió amablemente y en su rostro se formaron dos pequeños hoyuelos como los que tenía mi padre cuando sonreía. 

-Soy Donghae encantado –dije haciendo una venia. 

-Encantada Donghae, me alegra conocerte al fin –respondió –y este es mi hijo Hyukjae, un año mayor que tú y espero que se lleven bien.

Dirigí mi mirada a la de Hyukjae para encontrarme con la suya lo cual hizo que mi cuerpo se paralizara por completo. 

Sus ojos tenían un brillo tan intenso y su mirada era tan profunda que parecía querer llegar a lo más profundo de mí ser pero lo peor fue el sentir como su mirada recorría mi cuerpo tan meticulosamente como si estuviera estudiando a su presa, fue tal su mirada de depredador que llegué a sentirme desnudo frente a él 

Pareció satisfecho con lo que vio pues una sonrisa torcida apareció en su rostro y antes de hablar sus ojos volvieron a los míos.

-Seguro que nos llevaremos muy bien y disfrutaremos de nuestra nueva amistad verdad… ¿pececito?

Por un momento no supe que contestar. Tragué fuertemente antes de responder. –Ehh… sí… claro –me mordí el labio odiando que mi voz hubiera salido tan débil pero aquello pareció complacer aún más a Hyukjae.

-Bien ¿por qué no vamos a la mesa? la comida está casi acabada pero mientras podemos disfrutar de los entrantes. –dijo mi padre y todos asentimos y le seguimos.

La comida sin duda fue muy incómoda pero no por Sora sino por su hijo que no me quitó la mirada de encima en ningún momento.  
Sentía como sus ojos no se alejaban de mí y no se perdían nada de lo que hacía y él no tenía ni siquiera la decencia de disimular ya que cada vez que le miraba enfadado esperando que dejase de mirarme él solo me sonreía e incluso una de las veces llegó a guiñarme el ojo poniéndome más histérico si cabe y haciendo que se me cayera el tenedor al suelo. 

-Iré a por otro –dije y no esperé a una respuesta solo me levanté y me fui del comedor. 

Llegué a la cocina hecho un lio. Tiré el tenedor a un lado y me serví un vaso de agua para tranquilizarme. 
Estaba bebiendo y casi me atraganto al sentir unas manos firmes deslizarse por mi espalda hasta mis hombros.

-Estas demasiado tenso pececito –escuché susurrar sensualmente a Hyukjae cerca de mi oído estremeciéndome por completo y más al sentir el calor que desprendía su cuerpo demasiado cercano al mío. 

Enseguida me giré y le aparté no sin antes sentir por un segundo su duro pecho entre mis manos. 

-¿Qué se supone que haces? –le pregunté furioso. 

Él solo sonrió claramente divertido. -¿Qué ocurre pececito, es que estar cerca de mí te pone nervioso? 

-Ppues claro que nno. –nuevamente odié tartamudear.

-Mejor porque me encanta estar cerca de ti –habló mientras se iba acercando a mí  acorralándome entre su cuerpo y el mármol -como no tienes idea. –susurró nuevamente con su voz sensual y lamiéndose el labio jodidamente sexy. Ese pensamiento por supuesto no era propio de mí y consiguió ponerme en guardia. 

Intenté alejarle pero me agarró las manos y las llevó hacia atrás mientras colaba su pierna entre las mías. 

-¿Intentando ir a alguna parte pececito? 

-¿Qué demonios haces? 

-¿Por qué? Pensé que no te incomodaba mi cercanía. 

-¡Esto es demasiado cerca! –exploté intentando en vano liberar mis manos de su agarre. –Estás invadiendo mi espacio personal.

Él solo rió demasiado divertido por mi patético intento de liberación. 

Acercó nuevamente sus labios a mi oído para susurrarme -Créeme pececito cuando invada tu espacio personal te darás cuenta –juntó su miembro junto al mío y pude notar lo despierto que estaba. 

Todo aquello junto hizo que un calor se extendiera por todo mi cuerpo y la cercanía de su miembro hizo que una electricidad recorriera mi cuerpo y acabase en la base de mi miembro despertándole. 

Hyukjae pareció darse cuenta del cambio repentino de mi cuerpo pues pese a todo noté como sonreía. 

-Tu cuerpo no parece quejarse de la cercanía… -llevó la mano que no agarraba las mías hacia mi miembro medio duro y al principio solo lo acarició delicadamente en un toque casi imperceptible -… al contrario, parece que le gusta mucho pececito. –me lamió la oreja mientras su mano agarraba mi miembro y lo sacudía. 

No pude evitar el estremecimiento de mi cuerpo y el gemido tan profundo que salió de mi boca y que se escuchó en toda la cocina por no decir en toda la casa. 
Después de aquello el silencio reinó por unos segundos hasta que Hyuk nuevamente me miró con aquel brillo tan característico y esa sonrisa de confianza ciega en sí mismo. 

-El primero de muchos –fue lo único que comentó de mi gemido y yo solo pude enrojecer como un tomate. 

Después de eso me soltó y se hizo a un lado y yo aproveché para huir de la cocina hacia el comedor solo esperando que mi padre y Sora no hubiesen escuchado nada de lo ocurrido. 

***


Después de la cena madre e hijo se quedaron a pasar la noche y por suerte Hyukjae dormiría en la habitación de invitados la cual pasaría a ser su habitación una vez mi padre y su madre se casasen. 

Me di una ducha relajante pero pese a que mi miembro volvió a endurecerse ante el recuerdo de lo sucedido en la cocina, me negué a masturbarme y más por miedo a lo que pensara mientras lo hacía. 
No tenía nada en contra de los gais, pero yo no era uno de ellos, siempre me habían gustado las chicas y siempre lo harían así que me convencí que mi miembro reaccionó de esa manera porque lógicamente si lo sobaban se despertaría.

Después de la ducha tan merecida me fui a mi habitación no sin antes comprobar que no estuviera Hyukjae en el camino y así ahorrarme un mal momento pero lo que no me esperaba era encontrarlo en mi cama echado tan tranquilamente y con una sonrisa en su boca. 

-¿A estado bueno el baño?? –preguntó pero yo no le respondí, al contrario. 

-¿Qué demonios estás haciendo aquí? –cuestioné demasiado enfadado y más al recordar su comportamiento en la cocina. 

-Menudo genio te traes pececito, pero descuida yo sabré domarlo y disfrutaré mientras lo hago… ambos lo haremos –me guiñó un ojo y mi miembro se sacudió entre la toalla, solo esperaba que él no se hubiese dado cuenta.

-Si no vas a decirme a que has venido será mejor que te vayas de mi habitación.

-Que poco hospitalario, pececito. 

-¿Quieres dejar de llamarme así? Mi nombre es Donghae. 

-Y Hae para los amigos… ¿verdad? Solo que yo no quiero ser un simple amigo.

-¿Ccomo lo sabes? –le pregunté incrédulo. 

-Sé muchas cosas de ti pececito, cosas que tú quizá hasta desconozcas de ti mismo pero yo te ayudaré a que las veas y las experimentes. 

-Mentira, tú no sabes nada de mí. 

-Sé que tu sueño es ser cantante y que se te da muy bien bailar y que quieres entrar en la escuela de arte SM Entertainment como yo. También sé que por eso mismo entrenas muy duro en el aula de música de tu instituto cuando todos se han ido y además sé que esta noche en la cocina te has excitado y que eso te ha desconcertado.

-Mentira, yo no… 

-¿Lo ves? No quieres ver la realidad porque siempre has sido un hijo modelo y no puedes creer que tu polla se haya endurecido al sentir la mía. Pero puesto que tú no vas a reconocerlo, yo sí. Me ha gustado y mucho y quiero repetirlo pero esta vez que sea más intenso. 

-No sé lo que pasó esta noche en la cocina pero te aseguro que fuera lo que fuera no se repetirá y si has venido para eso ya te puedes ir porque si intentas algo te daré tal patada en los huevos que no podrás utilizarlos en un mes. –le señalé la puerta.

-Tranquilo pececito sé que aún no estás preparado para dar el siguiente paso y yo no voy a intentar nada contigo al menos no esta noche así que guarda las garras mis pelotas aún quieren seguir con vida.
También sé que no eres un chico fácil pero para nuestra suerte soy un chico  con mucha paciencia y muchos otros encantos y sé que valdrá la pena esperar por ti. Otra cosa que deberías saber de mí es que me gustas y mucho. Te lo digo por si en la cocina no te ha quedado claro y sobre todo para que tu linda cabecita no piense cosas raras como que solo te voy a utilizar o que eres de una noche o algo así.

Tú me gustas mucho –repitió antes de que yo dijera nada -sé apreciar las cosas buenas y tú mi pececito eres algo exquisito que pienso conservar conmigo y llegará el día en que al fin serás mío en cuerpo y alma solo no tardes en decidirte que sea paciente no quiera decir que no pase un infierno teniéndote tan cerca sin poder hacerte mío. 

-Eso jamás pasará así que sácatelo de la cabeza. 

Sonrió demasiado confiado –eso ya lo veremos cariño. 

-¿Es una amenaza o algo así? Porque te aseguro que ni aunque aparecieras una noche con un cuchillo y me lo pusieras en el cuello me acostaría contigo.

Se rió ante la idiotez que había dicho aunque muy enserio, no se lo permitiría. 

-Tranquilo pececito, no me hará falta llegar a tal extremo. Conseguiré que tú mismo me supliques que te haga mío. 

Aquello fue la gota que colmó el vaso.

-Largo de aquí y no vuelvas nunca más. –le mostré furioso la puerta. 
Él se levantó lentamente de mi cama y se acercó a mí con poderío y una sonrisa en sus labios. 

-Me iré pero no sin antes… -no me hizo falta saber cómo acabaría la frase ya que en ese instante sentí sus labios junto a los míos y sus manos apresándome y acercándome más a su cuerpo. 

En el beso nuestras miradas se encontraron y nuevamente pude sentir esa chispa crecer dentro de mí y como mi miembro se despertaba junto con el suyo. 

Él lamió mi labio con su lengua mientras movía sus caderas ocasionando que nuevamente un gemido escapara de mi boca lo cual aprovechó para colar su lengua dentro de mí y que el calor que me consumía se incrementara. 

Fue un segundo en el que perdí el control de mi cuerpo y me vi cerrando los ojos y devolviendo el beso que se hizo más sensual y parecía que no podía tener suficiente pero como todo lo bueno, él se separó con una sonrisa triunfadora en su rostro mientras a mí me aparecía un ligero rubor. 

-Sabes delicioso. –susurró con su sensual voz. Llevó una de sus manos a mi labio inferior y me lo acarició –Tu boca es tan dulce y tus labios tan delicados… -suspiró y pude sentir como su miembro crecía aún más –tan hermosos… me pregunto cómo se sentirían en otra parte de mi cuerpo. 

Aquel comentario me trajo de nuevo a la realidad y rápidamente le aparté. 
Esta vez sí se alejó y fue hasta la puerta. 

-Recuerda que cuanto más tardes en venir a mí más me suplicarás para que te haga mío pero no importa porque me muero por oír como esa boquita tuya gime mi nombre y me pide que le folle. -comentó descaradamente antes de cerrar y guiñándome un ojo. 

Aquella noche me resultó prácticamente imposible dormir, primero porque el aroma de Hyukjae estaba impregnado en mis sábanas y segundo porque después de todo, mi miembro estaba demasiado duro como para dormir y no tuve más remedio que masturbarme y aunque intenté y me obligué a pensar en alguna chica guapa del instituto, al final lo único que me hizo llegar hasta el final fue el rostro de Hyukjae con esa sonrisa confiada y sensual que me daba y esa mirada penetrante y sobretodo el recordar lo bien que se sentía su miembro junto al mío y la proximidad de nuestros cuerpos. 

Sin duda aquella noche fue la primera vez que me masturbé pensando en él. 

La mañana siguiente en el desayuno me moría de la vergüenza pensando que él y toda la familia, mejor dicho todo el mundo, sabía que me había masturbado pensando en un chico, peor aún, en Hyukjae y que me había gustado. Y lo peor era que nuevamente no me quitaba la mirada de encima enloqueciéndome con cada sonrisa o guiño.

Pero lo peor vino días después. Dos días antes de la boda mi padre me comentó que Sora y Hyukjae volverían y esta vez ya sería para quedarse y que sus cosas ya estaban llegando. 

Aquella idea por supuesto me horrorizó y esta vez el único culpable era Hyuk al cual no había podido sacar de mi cabeza ni un maldito segundo. Me descolocaba de tal manera que mis amigos incluso pensaban que me gustaba alguien como si fuera posible que ese idiota cara de mono me llegase a gustar. 

Obviamente no les dije a mis amigos que me encontraba así por Hyukjae y me convencí a mí mismo en no prestar atención a las idioteces que decía o hacía ese mono. 
Él solo se quería divertir a mi costa, no era que yo le gustase como él decía, no, él me estaba gastando una broma y seguro se reiría de mí con sus amigos y yo no estaba dispuesto a seguirle el juego. 
Así que me conciencié en no prestarle atención y no mostrarme débil en su presencia pero aquello fue verdaderamente difícil cuando le tuve en frente.

No obstante lo peor llegó en la noche. 
Estaba en la cocina viendo a Sora y a mi padre cocinar cuando decidí ir a mi habitación a tranquilizarme. 

-Hae ya que subes ¿puedes decirle a Hyuk que dentro de diez minutos estará la cena? –me pidió Sora.

-Ehh claro. 

Mientras subía las escaleras pensaba si debía decirle o no porque no quería volver a verle y menos a solas. Aún así me vi llamando a su habitación pero como no me contestó lo dejé pasar y me dirigí a mi habitación pero la puerta entreabierta del baño me llamó la atención. 

Supuse que Hyukjae estaría allí y que no me costaba nada avisarle de la cena pero cuando me acerqué y vi lo que dejaba ver la puerta entreabierta, mis ojos no daban crédito a lo que observaban. 

Frente a mí tenía la imagen del cuerpo desnudo de Hyukjae con su espalda firme y bañada por una fina capa de agua. 
No era la primera vez que veía el cuerpo desnudo de un chico porque hacía futbol y teníamos que compartir los vestidores pero sin duda alguna, ningún cuerpo masculino me había despertado interés y no me hacían sentir de esa manera. 

Sin darme cuenta mi mano empujó la puerta abriéndola un poco más y logrando emitir un pequeño ruido pero por suerte Hyuk no fue consciente de ello.    

Seguí contemplando su cuerpo unos segundos más hasta que sentí que ya era suficiente y me giré dispuesto a irme hasta que el ruido de un gemido me detuvo en seco y sobre todo al escuchar como Hyuk gemía mi nombre. 
Me giré temeroso por ver que me encontraría y solo entonces fui consciente del movimiento de las manos de Hyukjae. 

Fue entonces cuando se giró quedando frente a mí con su miembro visiblemente duro y durante esos segundos dejé de respirar pensando que había sido pillado pero para mi suerte Hyuk mantenía los ojos cerrados. 
Quise irme pero simplemente me encontraba clavado en ese trozo de piso y no podía quitar mi vista del cuerpo de Hyuk. 

Era delgado pero aún así tenía abdominales bien marcadas y un ligero vello desde el ombligo que iba aumentando a medida que bajaba la vista. 
Fue entonces cuando observé sus manos dándose placer. Una estaba en sus pelotas acariciándolas mientras la otra la pasaba por su miembro duro y con la punta humeante. 

No pude evitar ponerme duro frente a aquella imagen.

-mmm Hae que bboquita mmmás caliente tienes –gemía mientras frotaba su pene más rápido. 

-Eso es pececito… mmm… sí ssiguee assí… mmm demmuestrame cuanto deseas tener mi polla dentro de ti… 

Joderr aquello más que asquearme me enloqueció y pude verme entrando en esa bañera a cumplir exactamente lo que Hyuk estaba imaginando. 
Me pude ver con deseos de probar su pene y sentirlo en mi boca, sentir las manos de Hyuk en mi pelo atrayéndome más a él y sentir el aroma que desprendía su cuerpo. 

Por primera vez en mi vida quise probar su sabor y sentirle rudo. 

-Joderr pececito tieness una boca mmuy dulce y ess solo mía.  

Siguió frotando con más fuerza y rapidez su miembro y diciendo más cosas que solo conseguían calentarme hasta que finalmente se corrió en su mano y aquella imagen casi fue suficiente para que yo me corriera también pero entonces se movió con una sonrisa recordándome que tenía que salir por patas antes de ser descubierto. 

-Dime pececito, ¿has disfrutado del espectáculo? –preguntó a medida que iba abriendo los ojos y me miraba.

-¿Ttú lo… lo sabías?

-Por supuesto, escuché la puerta cuando se abrió y supuse que había sido obra del pececito mirón de esta casa. –me guiñó el ojo y después rió arrogantemente. 

-Yyo ssolo vine a decirte que la cena yya está lista. 

-Y te quedaste mirando el show. –comentó como si yo no estuviera ya avergonzado.  Entonces fijó su vista en mi miembro duro y sonrió aún más –y por lo visto te gustó. 

-Yyo… yo no… -no me dejó acabar la frase para mi suerte porque tampoco estaba seguro de cómo acabarla, en ese momento tan bochornoso no sabía qué hacer o decir y él por supuesto se lo estaba pasando muy bien a mi costa.

-Tranquilo no tienes porque darme explicaciones ya que el espectáculo estaba dedicado a ti me alegra que lo apreciaras –me guiñó un ojo y antes de que pudiera replicar continuó –ya que estás aquí ¿podrías pasarme la toalla?

Sabía que aquello no era una buena idea de hecho era una idea pésima y me arrepentiría si daba un solo paso más hacia el baño pero aún así me vi caminando hacia él sin poder detener a mi cuerpo. 

Vi que había colgado la toalla en la puerta así que la cerré para poder cogerla y pasársela pero por más que me alejé de él cuando se la di, el agarró mi mano y se acercó a mí aún mojado excitándome más si cabe. 

Llevó mi mano con la toalla hacia su entrepierna y pese a la toalla pude sentir perfectamente su miembro debajo de mi mano. 

-¿Has visto lo que me haces pececito? –me ruboricé ante sus palabras y miré hacia otro lado odiando ser tan cobarde y no poder enfrentarle y ponerle en su lugar. –Y sé que tú estás igual que yo… igual de necesitado de mis caricias como yo lo estoy de las tuyas.

-Mentira –respondí en vano.

Me arrinconó en la puerta y como aquel día en la cocina, volvió a llevar su boca a mi oído. –Tú cuerpo no puede engañarme pececito. –susurró sensualmente lamiendo mi oreja y colando una de sus manos en mi entrepierna y apretando débilmente pero lo suficiente para enviar esa corriente eléctrica hacia mis pelotas. 

-Estás muy duro pececito… estás así de duro por mí. –empezó a restregar su mano en mi miembro haciéndome ver estrellas de lo bien que se sentía. 
Me mordí fuertemente el labio intentando en vano no emitir ningún sonido pero todo ya daba igual, mi cuerpo estaba prácticamente bajo su voluntad, había caído preso de su hechizo y él se había dado cuenta de eso. 

-Yo puedo darte placer pececito… –me empezó a desabrochar el pantalón –…solo tienes que pedírmelo. 

-Nnnoo –prácticamente gemí, pero pese a todo aún no estaba dispuesto a pedir o suplicar… ni loco. 

-Vamos Hae sé que te mueres por correrte. –continuaban sus caricias ahora lentas torturándome con cada sacudida. –Vamos cariño, solo tienes que pedírmelo y te haré sentir bien. 

Esta vez solo negué con mi cabeza pues sentía que ya no podía decir nada coherente. 

-Ya veo, necesitas ayuda para dar el siguiente paso. 

No comprendí sus palabras hasta que no sentí como su otra mano se colaba entre mi camisa y me acariciaba el abdomen hasta llegar a uno de mis pezones ya duros y el toque de su mano en el hizo que gimiera fuerte. 
Al mismo tiempo llevó su boca hasta mi cuello y empezó a lamerlo mientras gemía de placer. –Eres delicioso pececito mmm… y eres solo mmío. –murmuraba entre cada lamida. 

Cada roce en mi miembro, cada caricia en mi pezón y cada lamida en mi cuello me llevó al borde de la desesperación y del placer y me vi atrayendo su cuerpo más cerca del mío y colocando mis manos en su cadera sintiendo su miembro duro cerca del mío. 

Finalmente también bajó mis calzoncillos y al fin pude sentir sin barrera alguna su mano acariciando mi miembro tan necesitado. Un agudo gemido escapó de mis labios y le pude sentir sonreír en mi cuello. 

-¿Te enloquece verdad? y aún no he empezado contigo mi vida. Puedo darte más placer como no tienes idea solo… pídemelo. 

-Hhyyuuk… -gemí y nuestras miradas se encontraron. No me hicieron falta palabras ya que él comprendió lo que silenciosamente le estaba pidiendo y lo que tan bochornosamente no podía decir en voz alta. 
Sonrió victorioso antes de llevar su miembro duro junto al mío y empezar un roce entre ambos deliciosamente enloquecedor. 

-Ahhh Hyukkiee… -gemí ya perdiendo la poca cordura que me quedaba y dejándome llevar. 

La mirada excitada de Hyuk se incrementó al escuchar mi gemido y se relamió los labios… al fin había conseguido cazar a su presa. 

-Eso es pececito… gime mi nombre, que todo el mundo sepa a quien perteneces. 

Empezó a restregar su miembro más rápido junto al mío y pude sentir que pronto llegaría al clímax. Y sin pensarlo hice lo que llevaba tanto tiempo aguantándome. Acerqué mis labios a los suyos sorprendiéndole momentáneamente hasta que al fin respondió al beso con lujuria y necesidad.    

Aquel beso fue lo que necesitaba para llegar al clímax pero Hyuk no me lo permitió. 

-Vamos Hae… sé un buen chico y pídemelo. 

Esta vez la lujuria pudo más que mi propio orgullo y me vi suplicando. 

-Ppor favor Hyukie… -murmuré avergonzado.

-No te escucho pececito… pídemelo más alto. 

-Hyukie… por favor déjame llegar –supliqué. 

-Muy bien pececito, déjjammme ver cuanto mme deseas… córrete para mmí… quiero oírte gemir mmi nombre.

Volvió a incrementar el roce de nuestros miembros y eso junto al roce de sus manos me llevaron al éxtasi absoluto y gemí alto y claro su nombre tal y como él me había pedido mientras sentía como él también se corría fuertemente.

Nunca me había corrido tanto ni lo había disfrutado de aquella manera.  

-El primero de muchos –me aseguró guiñándome un ojo.
Llevó uno de sus dedos a su boca sin perderme de vista y gimió de placer. –mmm deliciosa combinación. –comentó haciendo que me ruborizara. 

Fue solo entonces cuando escuché como nos llamaban desde la habitación de abajo para que cenáramos. 
El pánico me invadió por completo pero Hyuk simplemente se limpió con la toalla, se puso rápidamente la ropa y se alejó. 

-No tardes pececito, nos esperan para cenar. –rió antes de marcharse como si no hubiera pasado nada y dejándome hecho un lío. 


Fin flashback.


Sin duda desde que le había conocido mi vida se había vuelto patas arriba y ahora temía el no saber qué sucedería a partir de ahora que compartiríamos la misma casa. 

Pese a mi decisión de no volver a ceder ante él, una parte de mí temía porque ya había caído una vez y lo peor era que me había gustado. Pero definitivamente aquello no podía volver a pasar.


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