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No somos tan diferntes por sazuhuri

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Notas del capitulo:

Hola, primero que todo quiero agradecer sus comentarios, aquí dejo el primer capítulo es algo corto. Pero ya comencé las clases en la universidad y los profesores este año están siendo despiadados con los trabajos que solicitan.

Diclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece.

Capítulo uno

 

Conociendo al enemigo

 

Los días transcurrían con tranquilidad, en aquella prestigiosa universidad. Pero no todo los estudiantes parecían estar de acuerdo con la tranquilidad del imponente edificio.

Kusama Nowaki, estaba frustrado, no lograba vengarse de la penosa escena de hace dos semana, y lo peor era que el inútil ciego lo había reprobado, por no entregar el trabajo digital.

El siempre conseguí plazos, los profesores prácticamente cumplían con sus caprichoso, era manipulador. Pero al parecer el maestro demonio como lo apodaron algunos alumnos de primeros años, era la excepción y eso no lo podía permitir.

Necesitaba averiguar algo, todos tenemos secretos escondidos, esos que no deben ser expuestos. Estaba seguro de que aquel discapacitado debía tener algunos cuánto. Por lo cual decidió investigarlo.

No había averiguado mucho, Sabia que se llamaba Hroki Kamijou, tenía 24 años y se graduó con honores en literatura antigua. Miyagi Yoh era su Sempai y se llevaban muy bien.

Pero eso no era suficiente debía averiguar más

Faltaba menos de diez minutos para que comenzaran el examen oral, era su turno y estaba nervioso, le costaba admitir que aquel discapacitado, lograba ponerle los pelos de punta y eso le estresaba de una manera increíble.

Vio algunos compañeros salir con muecas de angustia, felicidad y desaprobación.

“Kusama Nowaki”

La imponente voz de su maestro lo saco de sus pensamiento, dio un gran suspiro y entro tranquilamente. El hombre estaba sentado en su habitual silla, con el ceño fruncido y sus lentes negros.

Había una portátil abierta. – Bueno Kusama –Kun comencemos. –Dijo de manera seria una vez que me senté frente a él. -¿En qué año llego la literatura a ser conocida?

La mente de Nowaki estaba en blanco por alguna razón olvido lo que había estudiado. Sus manos sudaban, y su respiración se aceleró no podía permitirse  otra nota deplorable.

-¡Hey muchacho tranquilízate! –Dijo el profesor de manera calmada, tomando su mano, ¿Cómo diablo sabía dónde estaba exactamente? El contacto duro poco, pero fue gentil y para sorpresa del estudiante  agradable también. – Recuerda que es solo un examen y todo lo hemos visto en clase. – Suspiro derrotado.

-Lo siento pero olvide todo lo estudiado. – Pudo notar como el habitual ceño fruncido se relajaba un poco y una casi impredecible sonrisa apareció, por un momento fugaz.

-Escucha Kusama –Kun, no hago esto habitualmente, pero te daré una oportunidad más. –Abrió los ojos como plato al oír tales palabras.- Pero te advierto que el siguiente examen te tendrá doble nota y será muy difícil. –Comento con una sonrisa siniestra.

-Yo no sé qué decir. – Sus palabras era atropelladas y su cara estaba roja, otra vez lo habían humillado y está ni cuenta se daban.

-Solo presta más atención en mis clases. – El universitario no sabía que hacer o cómo reaccionar a una situación así. No era normal que un ciego le diera consejos a él. Era ridículo, se sentía burlado y estúpido, fuera de lugar y eso lo enojaba, el único fuera de lugar era ese hombre que vivía en la oscuridad.

 

 

 

Todo se fue al demonio al sentir una caricia casi imperceptible, en su cabello. – Bueno Kusama –Kun, puedes decirle a Hitara Ryu que entre por favor. –El solo asintió y camino de manera lenta. Ante de salir se voltio a mirar al profesor.

-Qué esperas Kusama-Kun, ve por tu compañero no pierdas tiempo. –Dijo con voz autoritaria. Frunció el ceño ¿cómo sabía que aún estaba en el salón?

-¿Cómo sabe que aun estoy aquí? – Otra vez apareció esa pequeña sonrisa.

-Hueles a flores. –Fue una simple respuesta, una tan simple.

Salió del salón sin decir más. Llamo a su compañero y  camino por el lugar hasta llegar al jardín. Nowaki en su tiempo libre, pasaba a ver  a su abuela a la única persona que conocía a ese joven con la palma de su mano.

La mujer era dueña de una floristería,  el lugar queda cerca de la universidad y pasaba mucho tiempo ahí. Nunca lo diría en voz alta, pero amaba estar rodeado de naturaleza, y de ese tan agradable olor.

Se sentía vulnerable que un hombre desconocido, hubiera notado eso, algo que ni siquiera sus padres sabían. Por primera vez se sintió tan vulnerable.

………………………………………………………………………………………………………………….

Cuando llego la tarde, Nowaki estaba completamente frustrado, no se pudo concentrar. Fue regañado y en su última clase lo sacaron del salón.

Caminaba por los desiertos pasillos, estuvo en la biblioteca haciendo un trabajo para su clase de anatomía. Se tardó más  de lo esperado.

Universidad estaba vacía prácticamente, era de esperarse, el reloj marcaba las ocho de la noche. Se sentía cansado, quería subirse a su lujoso auto e irse a su casa directamente.

Aunque esa casa estuviera vacía, su madre estaba de viaje con amigas y su padre en una gira de negocios importante, solo queda el y las sirvientas, con las cuales  se había acostado unas cuantas veces.

Al final del pasillo vio una luz aun encendida, la curiosidad fue más fuerte y se asomó por la pequeña ventana.

Lo vio

Era el profesor de literatura, al parecer trabajaba en algo, estaba concentrado con su ceño fruncido. Mientras chasqueaba la lengua y corregía al parecer algunos exámenes.

Nowaki  miraba al hombre con determinación, para el joven, ese profesor era extremadamente raro, un misterio que el descubriría pronto o al menos eso esperaba.

Se acercó un poco más, a la puerta estaba entre abierta  como el profesor no lo veía, pensó que habrá problema. Trato de no hacer ruido con sus zapatos. Y lo vio  mejor, sentado de manera derecha, no alcanzaba a ver que leía o en que trabajaba.

Se reprendió mental mente por estar ahí, parecía una clase de acosador, se giró para marcharse. Pero ante de que  pudiera llegar a la puerta. El profesor hablar.

-¿Kusama-Kun? –

Su cuerpo quedo de piedra, no sabía cómo reaccionar, no contesto, pero tampoco se movió.

El hombre comenzó a mover su cabeza, tratando de escuchar algo. –Sé que hay alguien, por favor conteste. –Tomo su bastón y se levantó, comenzando a tantear el mueble para no chocar.

Su respiración se aceleró, estaba perdido, el hombre estaba a unos cuantos pasos de él.

No sabía qué hacer, quería salir corriendo pero sus piernas no le respondían. – Soy yo profesor. –Contesto finalmente de manera inseguro, el mayor se detuvo a escasos pasos suyos.

 

-¿Por qué no contestaste antes? –Pregunto con  reproche, pero con alivio en su voz. – Me asustaste. –Confeso el hombre.

-Lo siento no fue con intención. -  su respuesta fue por primera vez sincera.

-¿Qué haces tan tarde en la universidad?

-Terminando un trabajo. – el profesor comenzó a guardar sus cosas con calma.

–No deberías de andar tan tardes por las calles, es peligroso.

Nowaki frunció el ceño, ¿peligroso? -  Usted no debería estar tan tarde. –Termino diciendo con superioridad.

-¿Disculpa? – Sonrió victorioso el hombre parecía ofendido.

- No es por burlarme profesor. –Dijo de manera sarcástica. -  Pero creo que usted debería tener más cuidado en las calles a esta hora, bueno usted ya sabe.  – Termino diciendo.

Noto con gusto como Kamijou se tensó notablemente y apretó sus labios, formando una línea delgada. Por fin podría cumplir su venganza, de ver al ciego vulnerable.

-Sabes Nowaki. – La suave voz del hombre, borro todo rastro de felicidad. – la vida me ha dado muchos golpes duro y uno de ellos es mi incapacidad de visión. – se dirigió quedando frente al más joven, sostuvo su bastón con firmeza. – Pero también aprendido mucho, comencé a mirar el mundo de otra manera. – Nowaki lo interrumpió, ya se estaba aburriendo de su plática de ayuda al necesitado.

- ¡No me diga aprendió a ver con los ojos del corazón!  - Hiroki sonrió con amargura, ya estaba acostumbrado.

-No mocoso. –Dijo de manera dura. – Aprendí a conocer fácilmente a las personas como tú. –El chico frunció el ceño confundido.

-¿A qué te refieres? –Algo en su interior le decía que no le gustaría la respuesta que escucharía.

- Que tú eres de las típicas personas que se creen el centro del mundo, y aman hacer sentir mal a otras personas para sentirse bien con ellos mismo. –Algo se rompió en su interior al escuchar la cruda realidad que él sabía pero nunca admitiría. –Y en mi opinión son solo cobarde que se ocultan tras una máscara de superioridad, ya que en la realidad se siente solo.

Un silencio se formó, era pesado y tenso. Nowaki quería golpearlo, su cuerpo temblaba por la rabia, apretó los puños y avanzo de manera intimidante.

Hiroki no retrocedió.

Pero todo se vio interrumpido. -¡Hiroki-san! – Una voz se escuchó en todo el corredor de aquel edificio. 

Un castaño de expresivos ojos verdes entro corriendo a la oficina. – Disculpa la demora. –Dijo el menor de manera cansada. El chico traía el uniforme de secundaria, no aparentaba más de quince años.

El niño noto la presencia del otro hombre y se avergonzó. -¡Lo siento interrumpo algo importante! – Nowaki noto que el maestro no tenía el habitual ceño fruncido.

-Tranquilo Misaki no interrumpes nada. –El profesor se acercó al menor y acaricio sus cabellos con ternura. – Kusama –Kun ya se iba.

El universitario solo se retiró, no dijo nada, estaba realmente enfadado, se alejó a paso lento. Cuando llego a la entrada del establecimiento.

Un lujoso auto rojo estaba estacionado afuera del lugar, Apoyado en el dicho auto estaba nada menos que el afamado escritor ganador de los dos premios más importante del país.

En persona el hombre era más atractivo, alto, de cabello plomizo y ojos violetas, su piel era clara como la luna llena. Cuando se proponía a presentarse.

-Usagi-san-  La misma voz que le interrumpió hace poco lo distrajo, el chiquillo molesto corrió a los brazos del hombre. El escritor lo miraba con amor, para darle un fugaz beso en los labios.

-Disculpa la tardanza Hiroki. –Se excusó el peli plata, con una sonrisa saludando al maestro.

-No te preocupes Akihiko, tenía trabajo que hacer de todas maneras

-Ya vamos no, tengo hambre, hoy prepare algo delicioso para cenar. –Comento el más joven con entusiasmo. Los tres abordaron el auto y   se fueron dejando a un asombrado universitario.

¿De dónde conocía a tan afamado escrito su maestro? , tantas preguntas sin respuesta.


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