Los meses se convirtieron en años, al comienzo era solo un fantasma de lo que fui aunque nunca deje de ser cotizada. Afortunadamente el Sr. Sangchu se convirtió en mi danna, digo afortunadamente porque nunca ha dejado de preocuparse y ser gentil conmigo. Me compra cuanta cosa quiera kimonos, joyas y adornos para mi vestir entre otras, es mi benefactor. Por lo menos la pena de mi abandono se fue haciendo más llevadera.
-Una lluvia estival, es muy pronto ¿no crees?-
-Así es Jaejoong, se durmió okassan-
-Si cada vez la veo más mal-
-¿Qué piensas de heredar la okiya?-
-Sera un arduo trabajo más contigo- nos reímos no supe cuando nos volvimos amigos, quizá fue por empatía por mi situación, él también había sufrido una perdida poco después de la mía, el Sr Yunho se había ido ya que las guerras habían hecho imposible sus negocios en Japón así que había vuelto a corea, le había prometido volver cosa que los últimos dos desde su partida no había sucedido
Aprendí a valorar a mi onessan, aún me arrepiento de no haberle dado las gracias por no haber entregado mi mizuage a cualquiera. A pesar no fue la persona que amaba, se ha convertido en lo mejor que tengo
Esa noche de lluvias nuestra okassan dio su último suspiro y mi onessan se convirtió en la nueva okassan. Después de eso las cosas con la guerra se puso insostenible no habían muchos clientes, ya cualquiera se decía geisha y solo eran vulgares prostitutas. No teníamos mucho que comer y la escasez había llegado a la okiya.
-Voy saliendo-
-Aun me falta-
-Sukkie-chan puedes ir a la casa de té solo tengo asuntos que tratar-
-Está bien okassan- la seguí y me encontré con un espectáculo decadente vacío y alejado de lo se nos había enseñado como geishas. Mi hermana estaba en el distrito del placer con varios hombres y otras “geishas” solo me asomé por un rincón donde no pudiera verme
Ella besaba a unos de los hombres que la tenía abrazada por atrás desde la cintura, mientras otros por delante le iba abriendo el kimono, hasta que apareció su virilidad la que introdujo por completa en su boca solo podía ver que le hacia una felación mientras que el otro hombre que estaba en sus espaldas acariciaba sus pezones mientras lo besaba.
El hombre de adelanta seguía subiendo y bajando por su pene hasta que Jaejoong onessan dejo escapar unos gemidos.
-Gime perrita- le dijo el hombre que estaba atrás y bajo su mano supongo que estaba dilatando porque se perdían sus dedos entre sus nalgas y el mas gemía hasta que eyaculo dentro de la boca del hombre
-Ya está bien aquí atrás- los hombres cambiaron de lugar y le indicaron a jaejoong onessan que se pusiera en cuatro –vamos chúpalo- mi onessan empezó a chupar y lamer – vez que te gusta-
El otro hombre penetraba bruscamente a mi onessan –hey tranquilo que no puede chupármela bien- enlentecieron los movimientos y Jaejoong solo recibía el pene que entraba y salía de boca.
El hombre empezó a embestirlo con más fuerza haciendo que las mamadas fueran más profundas –Ah~~ los gemidos se escuchaban hasta afuera, vi al hombre salir de adentro de jaejoong inmediatamente el hilo de semen bajo por sus piernas
-Vamos chúpala chúpala, espero no pretendo acabar solo aquí- se acostó sobre jaejoong subió sus piernas sobre su hombros y empezó a penetrar, mientras el otro hombre se fumaba un cigarro y veía la escena. Lo extraño es que mi onessan ya no decía nada, ni siquiera gemía tenía la mirada perdida.
Termino salió de él –Exquisito como siempre Jaejoong-san- se vestía lentamente se veía destruido
-Miren un voyerista- oí la voz detrás de mí, no era los hombres de recién sino otro y me saco de mi escondite exponiéndome –Quieres jugar tú también-
Mi onessan se paró imponente como si la escena de recién no había sucedido – …l no está en el precio- y se posiciono entre los hombres y yo
-Vamos Jaejoong-san no seas egoísta esta putita también quiere jugar- le dijo uno de los hombres con los que ya había estado y que de un solo golpe boto al suelo, eso me dejo estupefacto nunca espere una reacción así de Jaejoong
-…l es una geisha maldito estúpido no una puta cualquiera-
-Es mejor que se vayan- nos dijo el hombre alto que me descubrió.
Tomamos el dinero y las cosas de onessan y salimos caminamos hasta llegar a un callejón donde me abofeteo yo me llevo la mano a la cara
-¡que cresta hacías ahí! no te dije que te fueras a la casa de té que pronto te alcanzaría-
-Okassan solo me preocupe por ud- se agarraba el cabello y se paseaba
-Ya lo viste esto es lo que hago-
-Pero ¿por qué?-
Se sonrió sus ojos se habían aguado -¿Por qué? Y lo preguntas, no te has dado cuenta que apenas tenemos para comer-
-Yo podría ayudarle-
-Eso no yo soy la okassan de esta okiya me preocupare que sobrevivamos- lo mire se veía desesperado, me acerque a él y lo abrase con fuerza, el correspondió mi abrazo y se echó a llorar con demasiada pena y yo no me hice esperar más llore amargamente junto a él.
Este es mi onessan, es mi okassan y es mi amigo, mi antigua okassan no se equivocó en escogerlo él iba hacer todo lo que estuviera a su alcance para cuidar de todos en la okiya
-Vamos creo que tenemos una larga noche en la casa de té-
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