AMOR ANIMAL por lunayaoi

CAPITULO 16: OSCURO PASADO

Cuando los hermanos Subaku se enteraron de que estaba buscando casa para mudarme, insistieron en arrastrarme a todo tipo de lugares. YA se me estaba venciendo el plazo que el anciano de Ebisu me dió para encontrar un sito a donde mudarme. Además estaba el tema de Sasuke, y en el cual Gaara me comentó- Esto te mantendrá ocupado y ya no pensaras en el leñador.

La mayor parte del Martes estuvimos visitando casas en su barrio, luego en el de Temari (su hermana mayor) y por último en el de Kankuro (su otro hermano mayor) y todas fuera de mi presupuesto. Todas esas casas eran como de catálogo, cocinas perfectamente nuevas, con gabinetes de madera de roble (creo, no sé) un mesón principal hecho de granito y una estufa eléctrica con fogones sofisticados y ajustables. Ah!, también de esas casas con alfombras mullidas y suaves, y paredes inmaculadamente blancas; aquello me hizo desear la casa de Madara y las horribles cortinas de la cocina. Es más, inclusive si pudiera comprar una de esas casas, nunca me hubiera sentido cómodo en ninguna. No se sentían como un hogar.

• -Quieres que llame a otra firma?- dijo Gaara cuando tachó de su lista la última casa- Shikamaru puede arreglar algo para mañana.

• -Sabes qué? Hay una propiedad que me gustaría ir a ver mañana-dije, tratando de sonar como si el negocio fuera oficial, esperando sinceramente que Madara aún quisiera vendérmela. No era un casa de película, pero era de precio asequible y se sentía como un hogar. Sin embargo me daba la sensación que ese sentimiento de “hogar dulce hogar” era más sobre Madara y Sasuke, que la casa en sí misma.

• -Ok. Llámame si necesitas una segunda opinión.- dijo Gaara.

• -Así lo haré.

• -Hmm, parece que Santa se adelantó este año- dijo mientras me arrastraba a la entrada.

Un hermoso árbol de navidad con la forma de sombrilla se encontraba recostado en mi puerta, al lado habían tres grandes cajas de cartón. Por un momento pensé que era un súper elaborado y sorpresivo regalo de Sasuke, y mi corazón saltó de emoción. Sin embargo, recordé de donde venía- Es mi orden de L.L. Bean- dije.

• -Bien,-exclamó Gaara- creí  que era del leñador.

• -pffff -sonreí ante su chiste- supongo que los dos lo hicimos.

• -Nagato y Youko ya se comunicaron?

• -Si -contesté con una sonrisa. Al parecer Gaara les había contado con lujo de detalles lo sucedido el domingo. Nagato estaba más que emocionado y Youko simplemente se sonrió y me felicitó.

• -Cuándo vienen?

• -Llegarán el 24, como siempre.

• -Bien.

Antes de poder seguir, Gaara simplemente se subió a su carro y se fue despidiendose a su muy estilo citadino, haciendo sonar la bocina tres veces. Ví hacia la casa y Charlie tenía su nariz pegada a la ventana viendo con esos ojitos grandes y redondos llenos de alegría. Tan pronto como abrí la puerta, Charlie salió directamente al jardín dando círculos hasta que encontró su perfecto lugar, en el jardín de los Sarutobi. Me miró con esa autosuficiencia de que había hecho algo bueno y luego se dirigió a los paquetes de la entrada.

Charlie pensó que el árbol era un gran palo para el y decidió ir a probarlo, sin embargo era demasiado pesado y lo dejó. Yo lo tomé por la mitad y lo arrastré hacia dentro de la sala.

Coloqué el árbol justo en la mitad del cuarto, y luego fui por las cajas. Me senté y como niño en navidad, empecé a abrir una a una las cajas,  estaba la base para el árbol, las bolitas de vidrio, los copos de nieve de aluminio, las luces, la diadema con cuernos de reno para Charlie, la camisa a cuadros morada que le compré a Sasuke, y la gran cobija de lana roja. Puse la cobija en mis hombros, le puse los cuernos a Charlie y guardé la camisa y el regalo de Sasuke en el rincón del closet para no tener que mirarlo. Charlie corría alrededor como si estuviera borracho sacudiendo su cabeza, tratándo de quitarse los cuernos.

Resistí la tentación de no ir y destapar la botella de vino que Gaara me regaló y puse a calentar agua para té. Fui a mi carro a buscar el CD de villancicos de Alvin y las ardillas, que Youko me regaló como broma el año pasado. Lo puse en el reproductor y empecé a cantar mientras Charlie literalmente rumiaba sus cuernos y yo trataba de empezar con el árbol.

Extrañaba nuestros antiguos adornos hechos a mano, el año antes de que mamá muriera, recuerdo que Nagato y Youko se pelearon porque mamá había decidido que el árbol sería temático. Nagato quería que fuera de Star Wars y Youko que fuera de las Tortugas Ninja, y yo quería que fuera de los pitufos. El árbol resultó con una mezcla de todo, desde StormTroopers apuntando a inocentes pitufos, hasta Donatello siendo parte del grupo de Scooby Doo. En contraste, Tsunade había contratado un diseñador de interiores para que decorara su árbol con lujosos y complicados moños y decoraciones hechas de cristal. Aunque nuestro árbol era todo menos lujoso, era nuestro árbol y quienes éramos. Estuvimos esa noche despiertos hasta tarde haciendo las figuritas en papel maché e imaginando historias y recordando nuestros veranos, ninguno de nosotros se imaginó cuan enferma estaba mamá en esos momentos.

Cuando había terminado, me senté en la cocina y tomé dos hojas de papel e hice dos pingüinos, luego los colgué en el árbol con hilo dental,  viéndose cara a cara como si estuvieran conversando.

***

Al día siguiente, fui a ver a Madara. No pude recordar exactamente llegar a su casa, así que empecé a manejar en círculos por todo el maldito vecindario y por las calles alternas. Me desesperé. Tal ves era la señal de que jamás encontraría la casa de Madara; supongo que fue una idea estúpida.Estaba a punto de rendirme e irme a casa, cuando me dí cuenta que al fin había encontrado la calle correcta!

Cuando encontré la casa de Madara, parqueé en el espacio de enfrente y caminé hacia la puerta. A mitad de camino , pensé en devolverme e irme. Me quedé ahí parado por un momento, debatiendo conmigo mismo si debía irme o quedarme. Pero antes de poder decidirme, Madara estaba golpeando la ventana saludándome. Abrió la puerta.

• -Pero que encantadora sorpresa Naruto!! -djo tomándome del brazo tan pronto como estuve cerca de él- Pasa! Pasa!

• -Espero no molestarte- dije apenado.

• -Molestarme?- Madara negó con su cabeza- No! no! -cerró la puerta tras de si -siéntate. Haré café.

Me senté a la mesa en la cocina, tratando de pensar como sacar a flote el tema de la casa. O decir salgo sobre Sasuke.

Madara colocó agua sobre el colador y dijo:-Sfogliatelle? Te gusta?

• -No lo se- respondí sincero- Yo nunca-

• -Eh, No te gusta?-Madara dijo, mientras ponía un plato de pastelillos en el centro.

• -En verdad -dije- no debería tomarse tantas molestias.

• -Qué molestias? -dijo mientras negaba con su mano y una cálida sonrisa- No es un problema tener amigos, es un regalo.

• -Me preocupa que tal vez estuviera enojado conmigo.-observé la mesa de la cocina, estaba llena de rayones, marcas de tazas y de marcador. Se nota que tenía una historia.

• -Eso querido Naru, es entre tú y Sasuke- dijo mientras me ponía la taza de café en frente y se sentaba- No me involucraré. Tú y yo. Así está bien. Sasuke y tú, lo resolverán.

• -No creo que lo hagamos. -suspiré.

El solo sonrió como si conociera las respuestas, empujó el plato de pastelillos hacia mi- Come! comer siempre lo arregla todo, no?

Inclusive si no arreglaba nada, the sfogliatelle estaba delicioso.

• -Eres un excelente cocinero.

• -Mi madre. Madara dijo cruzandose de brazos.- que en paz descance, era una increíble cocinera. Yo, intenté. Mi padre solía decir que los hombres no pertenecían a la cocina, pero mi madre -era una santa esa mujer- decía que un hombre pertenecía a donde su corazón le decía. Yo amo hornear cosas. Así que lo hice.

Madara mordió otro sfogliatelle, y observó como me acababa el mío mientras consideraba algo. Tomó un sorbo de café y dijo:- Ese chico esta realmente lastimado. Muy lastimado.-Madara cubrió su boca rápidamente con su mano- Ah! creo que he dicho demasiado ya.

• -Yo no quise lastimarlo! -dije con pesar.

• -No, no tú. Ella.- Madara suspiró- Aunque no es mi lugar, y no debería entrometerme -colocó sus codos sobre la mesa-  Así que, Naruto. Te gustó la casa? para que sea tu hogar y el de Charlie?

• -Me encantaría eso-dije- claro si la oferta sigue en pie.

• -Por supuesto que si! Qué crees que haría, sentarse?- Madara carcajeó.

Yo también reí, porque era graciaso como Madara encontraba sus propios chistes.

Hablamos sobre algunos detalles. Madara me ofreció algunos de sus muebles y los que no quisiera los pondría en un garage y se quedaría con un amigo así yo me ´podría mudar antes de entrar en más problemas con la asociación de propietarios.

• -Es mejor mudarse a Florida en el verano- dijo- cuando las aves vuelan de vuelta a casa.

• -No quisiera molestar.-dije.

• -Está bien! está bien! además debo tomar tiempo para visitarlos a todos mientras haya tiempo, no crees? Algunos de ellos puede que no estén aquí cuando venga de visita.

Madara se silenció por un momento. Luego siguió:- Sabes, la ex de aquel chico, Sakura.- Madara pronunció su nombre con un claro disgusto- Él era un buen esposo. Ella era una esposa terrible. Tal vez no debería hablar demás, porque nunca fui un príncipe con mis esposas, pero ese chico, él era un príncipe. Él confiaba en ella y ella lo traicionó.- tomó otro pastelillo- el día en que firmaron los papeles del divorcio, ella ya estaba saliendo con otro tipo.-me tomó del brazo-  Pobre de Sasuke. Él aún seguía en San Diego. Itachi y yo viajamos para estar con él. Festejamos y tuvimos una grandiosa cena. Le dije “Tu nueva vida empieza ahora” a celebrar!. Pero luego volvimos a verla, con ese estravagante tipo en sastre y reloj rolex.-Madara negó con su cabeza- Pudimos darnos cuenta que no era su primera cita- suspiró- Ella siempre trabajaba convenientemente hasta tarde. Sasuke siempre se recriminó el haber sido un idiota- luego Madara levantó su dedo hacia mi- Le dije que enamorarse nunca es una estupidez. Pero vi que cambió. Se mudó de nuevo con nosotros aquí a Boston. Iba de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, a veces se pasaba por aquí a cuidar de mi. Pero no tenía una vida.- Madara se quedó viendo su taza vacía- Y luego él te conoció, y volví a ver al antiguo Sasuke. El príncipe. Desesperado por buscar una razón para hablarle al chico de ojos azules.- Madara me vió directo a los ojos- No te rindas con él- tomó mi mano y la apretó.

Finalmente mordió el pastelillo- además, ella nunca me cayó bien- dijo frunciendo su nariz- pero tú si.- dijo con su boca llena.

Se levantó y se sirvió más café -Rayos!- se dijo dándose golpecitos en la cabeza- siempre hablo de más!

Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue llamar a Sasuke, pero solo sonó su contestadora. Le dejé un mensaje y luego me dediqué a leer un libro. Esperé hasta que Sasuke me devolviera la llamada, pero eso nunca ocurrió. Me dí cuenta que eran las tres de la mañana, así que me lavé los diente, me puse la pijama, coloqué el teléfono debajo de la almohada por si Sasuke llamaba y me dispuse a dormir.