"Tienes un niño precioso. Cuídalo."
KyungSoo se quedó petrificado en el lugar, mientras que SeHun se acercó a su lado al ver la expresión de su rostro. Tomó el papel y maldijo por lo bajo al leer lo que ponía en letras impresas.
-Tocan a mi hijo y juro que...
-Kyung... -SeHun lo sostuvo de los hombros e hizo que lo mire a los ojos. Pudo ver la rabia y el miedo reflejados en los del mayor. -escucha, no nos alteremos.
-Dime, ¿cómo quieres que no me altere? Cuando me envían una nota anónima diciéndome que cuide a mi hijo. ¿Cómo, SeHun? -KyungSoo sentía que iba a perder los papeles en cualquier momento. Se soltó del agarre del menor y miró a su madre, quien cargaba al niño.
-Hijo, SeHun tiene razón. No nos alteremos. -se acercó hasta él y MyungSoo se colgó de él como un koala.-Nadie va a hacerle nada. No lo vamos a permitir, estaremos muy atentos.
KyungSoo sostuvo al niño en sus brazos y se volteó para ver a SeHun, para luego agachar la mirada.
-Lo siento. -susurró el mayor. SeHun negó lentamente con la cabeza y suspiró pasándose una mano por el pelo.
-No te preocupes. -contestó. -El padre de mi amigo maneja una empresa de investigaciones y todo eso. Le pediré que averigüe quién pudo haber enviado la carta. -SeHun posó sus ojos en los del pequeño, que lo veía atentamente mientras él hablaba. -Aunque, dudo mucho que se necesite un investigador, para saber quién la pudo haber enviado.
-¿En quién...? -KyungSoo dejó la pregunta sin terminar. SeHun se acercó y le dio un beso en la frente a MyungSoo.
-Voy a mi departamento, deje el celular allí.-MyungSoo estiró sus bracitos hacia él y SeHun lo cargó.-Papi va y viene.-le habló al pequeño, quien apoyó su cabecita sobre el hombro de SeHun y señalaba hacia la sala en donde se encontraban sus juguetes. -¿Quieres jugar? -KyungSoo los siguió con la mirada hasta que ambos estuvieron en medio de la sala, rodeados de juguetes.
-Siguen muy tensas las cosas con SeHun, hijo. Deberían hablar un poco más... A solas, quizás. -KyungSoo apartó la mirada de sus dos niños y miró a su madre.
-Ya no estamos solos mamá. -TaeYeon negó con la cabeza y le sonrió a su hijo.
-Claro que no. Pero yo puedo cuidar a Myunggie, mientras ustedes van por ahí para poder hablar tranquilos.
-No voy a irme a ninguna parte sin Myung...
-¿Estás diciéndome que no sé cuidar bien de mi nieto? -lo interrumpió, con el ceño fruncido. KyungSoo suspiró y negó rápidamente. Su madre era la única persona a la que le confiaría su hijo.
-No es eso mamá!
-Y entonces KyungSoo? -el menor agachó la mirada.
-Iré a verlos. –murmuró caminando en dirección a la sala. SeHun, quien estaba sentado en el suelo con el pequeño entre sus piernas, lo miró y una pequeña sonrisa se asomó en la comisura de sus labios. KyungSoo se acercó a ellos y MyungSoo inmediatamente le dio uno de sus juguetes, por lo que no le quedó más que sentarse a jugar. –Cuando te vayas… -le dijo a SeHun –Iré contigo. –SeHun asintió y continuó jugando con el autito que el pequeño le había dado. Myungsoo reía y aplaudía con sus pequeñas manitos, cuando SeHun imitaba el ruido de un auto en marcha y éste se estrellaba con el muñeco de Pororó.
~*~
SeHun se hizo a un lado para que KyungSoo entrara a su departamento. Cerró la puerta a su espalda y se recargó en ella, siguiendo al mayor con la mirada. Este se volteó, encontrándose con una mirada intensa.
-Oí lo que te dijo tu madre. –SeHun caminó lentamente hasta él. –Yo… yo sé que no es fácil para ti. Solo déjame decirte que voy a hacer todo lo posible para detener esto, KyungSoo. No voy a casarme. Con la única persona que quiero tener un futuro, es contigo y con nuestro hijo. –a KyungSoo le tembló la barbilla y SeHun le sostuvo el rostro con ambas manos. –Pero necesito que confíes en mí. Dime que confías en mí. –le suplicó en voz baja.
-Confío en ti, SeHun… -dijo rápidamente, con un hilo de voz. SeHun sonrió y acercó su rostro hasta que sus narices se rozaron. –Siento mucho haberte tratado así, en casa. –susurró.
-Shhh –lo calló. -¿Sabes una cosa? –habló también en susurros. Kyung negó. –Te amo.
-Eso ya lo sé…
-¿Si?
-SÍ. Me lo dijiste mientras dormías. –Ambos sonrieron. –Yo también te amo, SeHun… -SeHun acortó la distancia entre ellos, uniendo sus labios, besándose suavemente. –SeHun… -se separó apenas unos milímetros de sus labios y lo miró a los ojos. –... Prométeme que no permitirás que vuelvan a alejarte de mi lado... Por favor. -SeHun negó con la cabeza.
-No voy a permitirlo. Te lo prometo. -selló su promesa con un largo beso. -No voy a dejar de besarte nunca, bebé.
-no lo hagas. -murmuró sobre sus labios, sonriendo.-Te amo. -susurró.
-Y yo a ti.
Se besaron hasta que sus labios estuvieron rojos e hinchados. KyungSoo no sabe en qué momento terminó recargado contra la pared, sus pies no tocaban el suelo, solo lo sostenía la pared en su espalda y... SeHun.
Sentía cómo la falta de aire comenzaba a ser un problema, pero, ¿quería detenerse?
Definitivamente no.
Amaba con todo su ser al chico y no podía soportar tener que separarse de él.
-Soo... -murmuró SeHun sobre sus labios.-voy a... Hacerte el amor.-Kyung se separó unos centímetros y lo miró a los ojos. Ambos jadeantes y sedientos de amor, pasión y entrega.
-SeHun... -tragó saliva y asintió lentamente. El menor sonrió ampliamente y volvió a sus labios.
Pasó su brazo por debajo del trasero de Kyung y lo levantó un poco más, así este enroscaba sus piernas alrededor de su cintura. Dando media vuelta, se encaminó a su habitación, sin prisa y sin separar sus labios.
Ya en el cuarto, SeHun lo dejó de pie en el suelo y se separó un momento para mirarlo. Creía que no había imagen más hermosa que la que tenía frente a él. Sus mejillas y labios completamente sonrojados, el pelo alborotado y sus ojos brillaban, aún con poca luz, sus enormes ojos se veían brillantes y eso lo hacía ver tremendamente sexy y tierno a la vez.
KyungSoo acercó su mano al rostro del menor, que no movía ningún músculo de su cuerpo, solo lo miraba. Le pasó la mano por la mejilla, sacándolo de su ensoñación.
-¿En qué piensas? -pregunto Kyung en voz baja. SeHun agarro su mano y se la llevó a los labios.
-En lo mucho que te amo. –le contestó con media sonrisa. Kyung le devolvió la sonrisa y se puso de puntitas para besar castamente sus labios. SeHun bajó sus manos al borde de su remera e hizo que alzara sus brazos para poder quitársela dejándolo así con la parte superior del cuerpo, desnudo, dejó la prenda a un lado y también se quitó la suya, se acercó al mayor haciéndolos estremecer a ambos al sentir en contacto sus torsos desnudos. -¿Tienes una idea de las noches que he pasado en estos dos años, soñando contigo, mientras te hacía el amor una y otra vez, como cuando te llevaba a nuestra cabaña y nos pasábamos el fin de semana entero, perdiéndonos el uno en el otro? –KyungSoo sintió el aire atascarse en su garganta al oír las lentas y suaves palabras de SeHun siendo susurradas cerca de su boca. Tragó muy lentamente el enorme nudo que se le había formado y cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que causaban las suaves manos del menor, que ahora subían y bajaban desde su zona lumbar hasta su nuca, haciéndolo volver a sentir aquel agradable cosquilleo que se formaba en su vientre.
Suspiró cuando los húmedos labios de SeHun se deslizaron desde su oreja, dejando un sendero de besos en su cuello, mandíbula hasta su boca entre abierta.
Kyung puso en movimiento sus temblorosas manos y comenzó por acariciar su vientre, subiendo por su pecho, dejándolas allí, sintiendo los rápidos latidos de su corazón bajo la palma de su mano.
Mientras sus bocas y sus lenguas se entrelazaban a un ritmo lento, sin prisa, SeHun dio unos pasos hacia adelante por lo que Kyung retrocedió y sus piernas sintieron el borde de la cama donde lo recostó suavemente para luego posicionarse sobre su cuerpo.
-Voy a acariciar cada centímetro de tu cuerpo Kyung.-susurró el menor sobre sus labios. A KyungSoo se le escapó un largo suspiro cuando los dedos del chico encontraron sus pezones y los acariciaron, los pellizcaron y los volvieron a acariciar hasta que estuvieron erectos entre ellos.
Alzando un poco sus manos las llevó a la nuca de SeHun y tiró suavemente de él haciendo que este elevara un poco más su rostro y sus miradas se encontraran. -Eres tan malditamente hermoso... -Kyung negó con una pequeña sonrisa.
-Tú lo eres mucho más. -dijo acariciando ahora su rostro. Sin dejar de mirarse a los ojos SeHun acarició el torso del mayor, bajando hasta su vientre deteniéndose ahí, al sentir un fino relieve sobre la suave piel. Delineó la fina línea con la yema del índice haciendo estremecer a KyungSoo quien cerró los ojos por unos segundos, sin durarle mucho la oscuridad, volvió a abrirlos al sentir la calidez de los labios de SeHun sobre su pecho, dando pequeños besitos en el centro siguiendo el camino hacia la mano sobre su vientre.
KyungSoo sintió a sus ojos comenzar a humedecerse cuando el menor presionó sus labios sobre la cicatriz, dejándolos un momento allí. Ladeó la cabeza a un lado para poder verlo y su barbilla tembló mientras peinaba con sus dedos el cabello de su niño.
Luego de un momento, SeHun alzó su rostro y vio a KyungSoo que tenía los ojos cerrados mientras le acariciaba su cabello. Sonrió llevando su mano al botón del pantalón del mayor, lo desabrochó y bajó despacio la cremallera, haciendo que Kyung habra los ojos y observe sus movimientos con una pequeña sonrisa en sus labios. Deslizó la prenda de ropa por sus piernas, dejándolas desnudas a su paso, y se deshizo de ella dejándolo a un lado de la cama. Sentado sobre sus rodillas, a los pies de la cama, se desabrochó también el suyo y poniéndose de pie, recordó algo muy importante. Dejó a Kyung en la cama, no sin antes decirle que enseguida regresaba. KyungSoo lo vio desaparecer por la puerta y a los segundos regresar. Dejó sobre la cama lo que fuera que haya ido a buscar, aunque KyungSoo se hacía una idea de lo que podría ser.
Subió su cuerpo, hasta posicionarse nuevamente sobre el del más bajo, en su camino dejando un sendero de besos desde su ombligo hasta su boca, siendo recibido gustosamente.
Tal y como había dicho, SeHun cumplió su palabra y acarició cada centímetro del cuerpo del mayor, viendo cómo se retorcía bajo su cuerpo cuando sus manos llegaban a los puntos más sensibles, aquellos que él conocía a la perfección. Sabía dónde, cómo y cuándo. Y a KyungSoo le encantaba sentirse abrumado de maravillosas sensaciones que SeHun le provocaba.
KyungSoo bajó una de sus manos al elástico del bóxer del menor y tiró hacía abajo, haciendo que SeHun gimiera en su boca por rozar su erección con los nudillos. Éste se separó un momento para terminar de quitárselos, quedando así completamente desnudo ante los ojos del chico que miraba atentamente cada uno de sus movimientos, sonrojándose cuando el menor le quitó su ropa interior dejándolo en las mismas condiciones.
SeHun juntó sus cuerpos, ambos suspiraron al sentir por completo sus pieles desnudas.
-¿Recuerdas nuestra primera vez? –susurró SeHun sobre sus labios. Kyung sonrió y asintió.
-Fue inolvidable…
-Lo fue… -le dio un corto beso y lo miró a los ojos. –hagamos de esta… nuestra segunda primera vez… -Kyung sonrió ampliamente y lo atrajo para besarlo.
SeHun se tomó su tiempo para prepararlo, no era su primera vez, pero había pasado mucho tiempo y lo que menos quería era hacerle daño.
KyungSoo cerró los ojos, mordiéndose el labio inferior cuando sintió el primer dígito presionando en su estrecha entrada, sintiendo poco después el segundo, dilatándolo.
Una vez que estuvo lo suficientemente dilatado, SeHun retiró sus dedos y tomó el preservativo que había dejado a los pies de la cama. Kyung lo observó mientras lo sacaba de su envoltorio y lo entendía cubriendo su miembro, el cual luego de colocarse nuevamente entre sus piernas lo posicionó en su entrada.
Tomó sus labios al tiempo que unía sus cuerpos lentamente, tragándose los pequeños jadeos que salían de los labios del mayor.
-SeHun… -susurró KyungSoo en su oído, cuando el menor escondió el rostro en su cuello, para esperar a que sus cuerpos se acostumbraran. -¿Crees que ahora estoy lo suficientemente cerca? –SeHun alzó el rostro y sonrió ampliamente buscando su mirada.
-Tu formas parte de mi ser. -susurró acercándose a sus labios, que sonreían. –Te he echado tanto de menos… ¿Tienes una idea de cuánto te amo? –podía sentir el cuerpo del mayor estremecerse. Y eso le encantaba.
-Tú, ¿tienes idea de cuánto yo te amo a ti? –Kyung movió un poco sus caderas y enroscó las piernas alrededor de la cintura del menor. Este se apoyó en sus antebrazos y lentamente comenzó a moverse, retirando su miembro casi por completo para luego volver a hundirse suavemente en la estrecha cavidad, haciendo que el cuerpo debajo suyo, se encorve y sus manos busquen sus hombros para aferrarse a ellos con cada lenta y cada vez más profunda arremetida.
-Estaremos… unidos de por vida, mi amor… -susurró SeHun, cerca de su boca entre abierta. Apoyó su frente sobre la del otro y oyó claramente cuando KyungSoo dijo su nombre en un jadeo, en el momento que rozó su punto dulce. Lo besó al ritmo que iban sus cuerpos. Lento, con amor y devoción.
Los únicos sonidos que se oían en la habitación eran sus gemidos y el sonido de sus cuerpos al encontrarse. SeHun bajó una de sus manos, acariciando el torso del mayor hasta llegar a su miembro que pedía por atención, lo acarició al ritmo de sus estocadas, acercándolo al límite.
KyungSoo aferró sus manos a la espalda de SeHun, marcando sus dedos en ella cuando un grito ahogado escapó de sus labios y se corrió entre sus cuerpos, gimoteando y cerrando los ojos fuertemente, mientras el ritmo de las caricias en su miembro se aminoraban y se recomponía del clímax que tanto había esperado por ser liberado. SeHun lo siguió segundos después, enterrando su rostro en el cuello del mayor y ahogando sus gemidos en él.
-¿Estás bien? –SeHun alzó el rostro y lo observó, luego de recuperar el aliento. KyungSoo tenía los ojos cerrados. –Bebé… -besó su barbilla y éste sonrió. –No te duermas!
-No me dormí! –respondió abriendo los ojos. –Estoy bien. –dijo llevando sus manos al alborotado cabello del menor, que parte de él estaba pegado en su frente por el sudor, se lo hizo hacia atrás y delineó su rostro con la yema de sus dedos, llegando a sus labios que tenían dibujada una hermosa sonrisa. –Te amo tanto, SeHun… -susurró.
-Y yo a ti, mi Soo… -atrapó su labio inferior con los suyos y se fundieron en un tierno beso.
~*~
-¿Crees que fue ella quien envió la nota? –preguntó KyungSoo. SeHun suspiró y por un momento dejó de acariciar su espalda para luego continuar.
-No lo sé… no se me ocurre otra persona… -murmuró. KyungSoo se removió entre sus brazos, para poder verlo a la cara.
-¿Por qué? –preguntó con el ceño fruncido. -¿Por qué hace esto? Te juro SeHun, que si tocan a mi bebé, me van a conocer…
-Hey, tranquilo… -le acarició el rostro para calmarlo antes de que se altere más. –Nadie va a tocar a Myungsoo. –dijo completamente serio.
-¿Por qué SeHun? –se sentó en la cama y el menor hizo lo mismo. -¿Es que acaso no ven el daño que causan? –miró a SeHun y sintió que sus ojos se le llenaban de lágrimas. -¿Por qué? –susurró. SeHun le acarició el rostro y luego lo atrajo nuevamente hacia su cuerpo, envolviéndolo con sus brazos. –No lo entiendo… -dijo con la voz quebrada, aferrándose a la cintura del menor.
-No, por favor… no llores. –susurró en su oído. –Es que, como ellos no son felices, no dejan que nadie lo sea. –lo separó de su cuerpo y tomó el rostro entre sus manos. –Pero nosotros vamos a serlo, no importa si todo el mundo se opone. No dejemos que esto nos siga afectando, por favor. –le secó las lágrimas y besó su frente. –les haremos frente a todo y a todos. Necesito que seas fuerte, te necesito fuerte y a mi lado. Tanto a ti como a nuestro bebé, los necesito a ambos. –KyungSoo asintió en silencio y SeHun sonrió. –Sonríe para mí, bebé… -susurró. Kyung lo miró a los ojos y todo lo que vio en ellos, fue lo que veía hace dos años, cuando su niño lo miraba como si no hubiera nada más en el mundo. Como si fuera lo más maravilloso que haya visto. Su mirada estaba cargada de amor. Sonrió, pero no porque se lo haya pedido, sino porque verlo a él, al amor de su vida, con el rostro brillante de emoción, lo hacía sonreír.
-Eres tan hermoso… -pensó en voz alta. SeHun sonrió ampliamente y atrapó sus labios, volviéndolo a recostar sobre su espalda.
-Tú lo eres mucho más… -murmuró sobre sus labios. –Ah, por cierto. Creo que seremos compañeros de trabajo. –dijo mirándolo, KyungSoo lo miró con el ceño fruncido por que no entendía.
-¿Qué?
-Lo que oíste, bebé. Cuando fui a preguntar por ti al restaurant, vi que necesitaban meseros y como no quiero seguir recibiendo nada que venga de mis padres, yo… tomé el cartel. Mañana voy a ir a hablar con el señor… ¿Choi? –KyungSoo parpadeó varias veces y asintió. –¿no te agrada la idea? –preguntó al ver que se había quedado viéndolo en silencio.
-Sí. Es una estupenda idea, SeHun. –sonrió al menor y le acarició el rostro. –solo… solo estoy dándole muchas vueltas al asunto de lo mucho que has madurado en estos dos años. –SeHun ladeó la cabeza, y lo miró entrecerrando los ojos.
-¿Estás diciéndome que antes era un inmaduro, Pororó?
-¡No me llames Pororó! Y sí, puede que antes eras un poco menos maduro que ahora… -dijo sólo porque le encantaba ver la cara de desconcierto del otro.
-¿Ah sí? –sin que KyungSoo lo espere, SeHun se sentó a horcajadas sobre su cuerpo y sostuvo sus manos por sobre su cabeza. KyungSoo rio y eso incentivó más al menor, quien ahora tenía su rostro a tan solo unos centímetros del suyo. –Ahora recibirás tu castigo por llamarme inmaduro… Pororó. –susurró sobre sus labios. Sonrió cuando el mayor se mordió el labio inferior.
-SeHun… -dijo en voz baja. – ¿Qué vas a hacer?
-Debemos recuperar el tiempo perdido, mi amor…