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Conociendo a papá por Kaoru Himura

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Tras el susto inicial, Sasuke soltó a Kaoru y miró seriamente a Shikamaru primero y a Kakashi después analizándolos detenidamente. En ese instante se formó un incómodo silencio donde nadie movía ni un sólo músculo. Ambos ninjas mantenían una guerra de miradas con Sasuke, ninguno sabía cuál iba a ser el siguiente movimiento de este último y eso los ponía nerviosos.

 

Nadie movió ni un sólo músculo en esa habitación durante unos minutos que parecieron horas hasta que Sasuke relajó su semblante, se dio la vuelta y comenzó a girar el pomo de la puerta.

 

 - Ya sois bastantes mayorcitos como para gastar este tipo de bromas. Esa niña no es mi hija, sólo hay que mirarla, los genes Uchiha son fuertes – dijo irritado mientras salía del despacho.

 

Kakashi y Shikamaru tardaron en reaccionar cuando vieron cómo la pelirroja había salido disparada detrás de Sasuke hecha una furia. Kaoru alcanzó rápidamente al Uchiha propinándole una poderosa patada en la parte trasera de la rodilla que hizo que perdiera el equilibro y que su cara se estrellase contra el suelo.

 

 - ¡¿Cómo que sólo hay que mirarme para saber que no soy tu hija?! - gritaba ofendida y cabreada – ¡¿Qué quieres decir con eso?!

 - ¡Tienes el maldito pelo rojo! ¡Si fueses mi hija, los genes Uchiha hubiesen tomado control y tendrías el pelo negro como yo! - chilló encarándose a la niña.

 - ¡¿Y es que acaso no me puedo parecer a mi... - hizo una minúscula pausa – madre?!

 - ¡No, si fueras mi hija! ¡Ahora termina con esta estúpida broma y déjame en paz! -fue lo último que dijo Sasuke antes de desaparecer.

 

Kaoru se quedó cabizbaja apretando sus puños, parecía que estaba a punto de echarse a llorar.

 

 - No es ninguna broma, idiota, así que prepárate a aceptar tus responsabilidades – una sonrisa sádica se le formó en la cara y sus ojos comenzaron a brillar con malicia.

 

''¿Seguro que no se equivoca y es hija de Gaara?'', pensaba Shikamaru con una gota en la cabeza al ver el rostro siniestro que la chica tenía en esos momentos.

 

Mientras tanto, Sasuke caminaba tranquilamente hacia su escondite preferido cuando un par de chicas le vieron y se acercaron a él sensualmente.

 

 - Sasu, nos has tenido bastante abandonadas estos días – decía de forma seductora una de ellas mientras se pegaba a él y entrelazaba su brazo con el de Sasuke.

 - Es verdad, nos hemos aburrido mucho sin ti – comentaba la otra pegando sus pechos al torso del moreno.

 

Sasuke rodeó los hombros de las mujeres con su brazos y las acercó más aún a su cuerpo.

 

 - Lo siento, chicas. He estado ocupado con... - comenzó su explicación pero una voz infantil le interrumpió.

 - Con todo el asunto de las ladillas – dijo Kaoru con falsa inocencia.

 - ¿La-ladillas? - Preguntó una de las chicas separándose asqueada de Sasuke.

 - Sí, papá ha estado muy preocupado por ello... aunque no sé lo que es – contestó mientras se llevaba un dedo a la barbilla pensativa – pero seguro que no era importante – terminó con una dulce sonrisa.

 - ¿Papá? - preguntó la otra mujer alejándose del moreno.

Ambas chicas se miraron impactadas por tanta información no deseada sobre, hasta el momento, el último descendiente de los Uchiha.

 

 - Oh, pero mira la hora que es, tenemos que irnos a... - intentaba excusarse una de las chicas pero no terminó, simplemente agarró de la mano a su amiga y se fueron muy nerviosas dejando a padre e hija solos.

 

Sasuke se había quedado paralizado con la boca abierta. Un tic apareció en su ojo izquierdo indicando que una tormenta estaba a punto de comenzar.

 

 - ¡¿Ladillas?! - le gritó indignado a Kaoru - ¡¿Se puede saber por qué te dedicas a fastidiarme?!

 - Yo no hago eso – contestó malhumorada inflando sus mejillas – Pero esas mujeres se te pegaban como una lapa y no puedo permitirlo.

 - ¡¿Y quién te crees que eres para decidir quién puede o no acercarse a mí?! ¡Yo hago lo que quiero! - le replicó elevando aún más el volumen de su voz.

 - ¡Soy tu hija! ¡Y sólo una persona tiene mi bendición para estar contigo! - le contestó con firmeza y seguridad.

 

A Sasuke le empezó a dar jaqueca por la situación. Se llevó una mano a la cabeza masajeando una parte de su sien.

 

 - Mira, no sé cómo esos dos – dijo más tranquilo refiriéndose a Kakashi y a Shikamaru – te han convencido para armar toda esta broma, pero esto ya empieza a no tener gracia.

 - Pero no es ninguna broma – le respondió ofendida y dolida – De verdad que soy tu hija – terminó de decir bajando la voz y agachando la cabeza.

 

Sasuke la observó sintiendo un poco de remordimiento por haberle gritado a una niña pequeña pero era un asunto serio como para tomarle el pelo con ello.

 

 - No conozco las razones por las que piensas que soy tu padre, pero no puedo creerte – hizo una pequeña pausa sin dejar de mirar a la niña – a no ser que tengas alguna prueba.

 

Kaoru levantó la cara para mirar ilusionada a Sasuke, pero poco le duró ese sentimiento.

 

''¿Prueba? ¿Cómo se supone que voy a demostrarle que digo la verdad?'', pensó frustrada intentando encontrar alguna forma para demostrarle que lo que decía era cierto, pero no sabía cómo hacerlo.

 

Tras unos momentos de silencio, el Uchiha se dio la vuelta y saltó al tejado más cercano. Ahí se detuvo a mirar a la niña de forma seria.

 

 - Como no tienes ninguna, será mejor que dediques tus esfuerzos a buscar a tu verdadero padre, si es que realmente nada de esto es una broma pesada y, dejes de entrometerte en mis asuntos – dijo dando por zanjado el asunto y se marchó saltando de casa en casa.

 

La pelirroja permaneció en su sitio abatida por no haber sido capaz de decir algo o de darle alguna prueba a su padre.

 

Habían pasado varias horas desde que Sasuke había dejado a aquella niña sola en mitad de la calle. Ya había anochecido y el ambiente en las calles se empezaba a animar. Muchas personas salían a cenar con sus familias o sus amigos o simplemente para dar una vuelta y pasar un rato divertido pero para Sasuke era el momento idóneo para intentar ligar con alguna mujer.

 

Entró a un restaurante que parecía ser tranquilo y se sentó en la barra para pedir una botella de sake. Una vez hecho, miró a su alrededor buscando alguna presa que llevarse esta noche a su casa y cuando vio a una joven de no más de veintidós años cenando en una mesa apartada, se levantó de su asiento y se acercó llevándose el sake consigo.

 

 - ¿Por qué una flor tan bella como tú está sola en una noche tan bonita como la de hoy? - preguntó con voz sensual y una sonrisa seductora.

 

La joven se avergonzó enseguida al ver que era el gran Sasuke Uchiha, uno de los héroes de la guerra y uno de los solteros más codiciados de la aldea, el que le dirigía la palabra.

 

 - Y-yo... yo... - tartamudeaba por los nervios.

 - Sshh – Sasuke puso uno de sus dedos sobre los labios de la joven – no hace falta que digas nada – se acercó a su oído y le susurró - ¿qué te parece si nos vamos a un lugar más privado y nos divertimos un poco?

 

La chica sólo pudo asentir con la cabeza. Sasuke la ayudó a levantarse, pasó su brazo por su estrecha cintura, cogió la botella y salieron de aquel sitio.

 

Mientras caminaban, el moreno no paraba de susurrarle obscenidades a la chica en el oído y ésta sólo se sonrojaba y reía como una colegiala. Sasuke se adentró con ella en un callejón oscuro y solitario, dio un sorbo al sake y dejó la botella en el suelo. No se tragó la bebida sino que, poco a poco, se acercó a los labios de la chica para besarla pero cuando estaba a punto de hacerlo, sintió como un líquido se derramaba por la cabeza de ambos.

 

 - ¿Pero qué...? - el ninja se llevó una mano a su pelo notando que era sake lo que resbalaba por su cabello y su cara.

 - Me han dicho que es muy bueno para el pelo – dijo una voz ya conocida para el moreno.

 

Sasuke giró su cara para ver a la pelirroja subida en un par de cajas y con su botella de sake, ahora vacía, en sus manos.

 

 - Tú... - dijo con voz de ultratumba - ¡Maldita niña del demonio! ¡¿Cuántas veces más me vas a interrumpir hoy?! ¡¿Acaso no te das cuentas que eres un incordio y me molestas?!

 

Mientras le gritaba totalmente fuera de sus casillas, la niña comenzó a temblar, se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas.

 

 - ¡Buahh! - comenzó a llorar desconsoladamente - ¡Papá no me quiere! - gritaba con una cascada que salían de sus ojos.

 

La joven que estaba con Sasuke cogió en brazos a la pequeña y la abrazó fuertemente mientras le acariciaba la espalda intentando calmarla.

 

 - Shh... tranquila, no pasa nada – le susurraba con voz dulce y volteó su cabeza para mirar a Sasuke - ¿cómo puedes tratar así a tu propia hija? ¿No te da vergüenza hacerla llorar de esta forma? - le regañó mirándole con reproche.

 

 - Pero si no... - el moreno no daba crédito a lo que escuchaba, su conquista le estaba regañando a él cuando había sido esa cría la que los había empapado y aguado la fiesta.

 

Kaoru seguía temblando y sollozando en brazos de la joven pero se asomó un poco por encima del hombro de ésta para observar a Sasuke y dedicarle una sonrisa de triunfo. Cuando el moreno se percató de que todo había sido una treta por parte de la pelirroja, sintió que su sangre hervía de rabia.

 

 - ¡Pero mírala! ¡Está fingiendo! - chillaba intentando que su acompañante se diese cuenta que la niña fingía, pero cuando la joven miró a Kaoru sólo pudo ver unos pucheros adorables en su rostro y unos ojos brillantes que la miraban con tristeza.

 

 - ¿Como puedes decir que esta niña tan dulce está mintiendo? - decía mientras la abrazaba aún más fuerte. La joven se dio la vuelta para encarar a Sasuke – Eres un mal padre. Si tratas así a tu propia hija, no quiero ni imaginarme como tratarás a los demás niños – dejó suavemente a Kaoru en el suelo, le acarició la cabeza mientras le dedicaba una sonrisa y, por último dirigió una mirada de enfado al moreno – No quiero volver a saber nada de ti.

 

Dicho esto, la joven salió del callejón quedando Sasuke y Kaoru solos otra vez. La pelirroja tenía una gran sonrisa de satisfacción en su rostro y parecía que retaba con la mirada a Sasuke. Éste, por su parte, estaba anonadado, cabreado y frustrado.

 

 - ¡¿Se puede saber qué te he hecho para que la tengas tomada conmigo?! - preguntó a punto de perder los estribos.

 - Nada, pero ya te he dicho que sólo una persona puede estar contigo – contestó con determinación.

 - ¡Me da igual con quien tú quieras que esté! ¡Haré lo que me dé la gana! ¡¿Has entendido?! - le gritó harto de aquella mocosa – ¡Seguro que esa persona es de lo más insufrible como tú! ¡Debe ser la persona más insoportable, infantil, tonta y horrible si a ti te cae bien!

 

A medida que Sasuke se desahogaba insultando a alguien que no conocía, la pequeña comenzó a temblar de rabia y a llorar, pero esta vez, sus lágrimas eran reales.

 

 - ¡No te atrevas a insultar a Naru de esa forma! ¡Él es la persona más amable, divertida, simpática y cariñosa del mundo y no te permito que hables así de él! - chillaba con todas sus fuerzas mientras se restregaba sus pequeños puños por sus ojos.

 

El moreno se quedó impactado, no esperaba oír ese nombre después de tantos años sin saber nada de él y, menos de la niña que se encontraba delante de él. Sasuke se agachó a la altura de la pequeña y posó sus manos suavemente sobre sus hombros para intentar tranquilizarla.

 

 - ¿Te refieres a Naruto Uzumaki? - preguntó con cuidado para no importunarla aún más.

 

La niña solamente asintió con la cabeza mientras seguía frotándose los ojos como si le molestasen.

 

 - ¿Te pasa algo en los ojos? - cuestionó preocupado.

 - Me pican mucho, creo que me ha entrado algo en ellos – contestó sollozando.

 - Abre los ojos para que revise si es así – dijo apartando las manos de la niña.

 

Kaoru comenzó a abrir lentamente los ojos porque le escocían mucho y no sabía por qué. Cuando los tuvo completamente abiertos, veía un poco borroso debido a sus lágrimas, pero pudo distinguir la cara sorprendida de Sasuke que la miraba sin dar crédito a lo que veían sus ojos.

 

 - Imposible... - dijo en un hilo de voz – tienes el sharingan...

 

 


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