Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conociendo a papá por Kaoru Himura

[Reviews - 149]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 


 - Shari... ¿qué? - preguntó confusa la pequeña mientras se limpiaba las lágrimas.


 - ¿No sabes qué es? - preguntó Sasuke.


 


Kaoru cruzó sus brazos y cerró los ojos poniendo un gesto pensativo.


 


 - Mmm... creo que... Naru mencionó algo alguna vez pero... me distraje mientras me lo explicaba – contestó aún con los ojos cerrados y rascándose la mejilla con un dedo.


 


Sasuke se quedó sin habla de la impresión y después se golpeó la cara con la palma de su mano.


 


 - Es una técnica ocular propia de los Uchiha, por lo que no hay duda de que decías la verdad – dijo Sasuke – Eres mi hija.


 - ¿Me crees ahora? - preguntó ilusionada y con una gran sonrisa en la boca.


 - Me acabas de dar las pruebas que te pedí – respondió con orgullo – Y es una muy buena.


 - ¡Bien! - gritaba la niña dando saltos de alegría.


 


Sasuke al ver la actitud de la pelirroja no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa pero, de repente, cambió su semblante a uno serio al recordar que seguía mojado y apestaba a alcohol.


 


 - Será mejor que vayamos a mi casa, necesito darme una ducha y tenemos que hablar de este asunto tranquilamente – explicó el moreno.


 


Kaoru asintió y comenzó a seguir a Sasuke que ya estaba saliendo del callejón. Lentamente pero con paso firme iban cruzando la aldea, ninguno de ellos pronunció ni una sola palabra. Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos.


 


''Tengo una hija... No me lo puedo creer'', Sasuke dirigió su mirada a la pequeña que caminaba concentrada a su lado. ''Pero no se parece nada a mí, supongo que su aspecto lo habrá heredado de su madre. Me pregunto quién será... Maldita sea, ¿si le pregunto se ofenderá por no saberlo? Joder''. Sasuke siguió reflexionando. ''Me ha sorprendido que haya despertado el sharingan tan joven. De tal palo, tal astilla'', sonrió con orgullo.


 


''Por fin papá me cree, ahora puedo empezar mi plan para que él y Naru estén juntos'' pensaba feliz. Se frotó uno de sus ojos siendo observada por Sasuke. ''Así que puedo utilizar alguna técnica con mis ojos... ¡Genial!''


 


 - ¿Te siguen molestando? - le preguntó Sasuke refiriéndose a sus ojos.


 - Sólo un poco, pero nada comparado a la otra vez – respondió.


 - ¿La otra vez? ¿Ya te había pasado antes?


 - Sí, sólo un par de veces, me cabreé mucho y los ojos empezaron a picarme – contestó con un gesto de molestia en su rostro.


 


Sasuke se detuvo enfrente de una casa alejada de las demás, con aspecto tradicional. Le dijo a Kaoru que ya habían llegado y abrió la puerta adentrándose al interior del domicilio, seguido muy de cerca por la pelirroja que observaba boquiabierta cómo las habitaciones estaban perfectamente ordenadas e impolutas.


 


 - No se parece en nada a mi casa – comentó la niña – todo está muy limpio.


 


Sasuke la miró sorprendido. ''¿Pero en qué clase de pocilga vive? ¿Acaso su madre no se preocupa por la limpieza de la casa?'', pensó indignado.


 


Al hablar del tema, recordó que aún seguía pringado de sake, así que le dijo a Kaoru que se iría a duchar, que en el frigorífico había un olla con comida por si tenía hambre, tan sólo tenía que calentarla. Dicho esto, desapareció por el pasillo dejando sola a la niña.


 


Kaoru por su parte, se dedicó a cotillear un poco por la casa. Empezó por el salón, el cuál tenía una decoración muy simple. Había un par de sillones de color claro con cojines azules oscuros, una mesita en el centro y una gran estantería al fondo llena de libros y pergaminos. Se acercó a ella para observar más de cerca los libros, todos parecían demasiado aburridos para ella hasta que su vista se topó con uno que sobresalía un poco de entre los demás, como si hubiese sido leído hace poco.


 


Lo cogió con cuidado y lo abrió encontrándose con varias fotografías de personas muy parecidas a Sasuke, ella supuso que sería su familia. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando, pasando las páginas, vio una de su padre cuando era un niño risueño de tres años junto con otro chico de unos ocho años.


 


''Naru dijo que papá tenía un hermano mayor, debe ser él'', pensó tocando con sus dedos la parte de la imagen donde aparecía Itachi.


 


Siguió pasando hojas del álbum de fotos, casi todas eran de la infancia de su padre pero al voltear la siguiente página, se encontró con fotos de Sasuke y Naruto juntos riendo y haciendo tonterías. Le hizo mucho ilusión ver a su padre y a Naruto tan jóvenes pero sobre todo felices. Terminó de ver todas las imágenes y volvió a dejar el álbum en su sitio cuando su estómago comenzó a rugir fuertemente. Ya ni se acordaba cuándo fue la última vez que había comido desde que emprendió su viaje a Konoha, así que se dirigió a la cocina a comer algo.


 


Cuando por fin la encontró, observó que la estancia también estaba impecable y tenía una decoración bastante simple. Se acercó al frigorífico para abrirlo y sacar la olla que le había indicado Sasuke, la puso sobre los fogones y dejó que se calentase.


 


Mientras tanto, Sasuke ya había terminado de ducharse y se estaba colocando una toalla alrededor de su cintura. Cogió otra para quitarse toda la humedad posible del pelo y después se la colocó sobre los hombros. Salió del baño y se dirigió a su dormitorio donde buscó ropa limpia con la que vestirse. Se puso la ropa interior y estaba a punto de ponerse una camiseta cuando un olor a quemado le llegó hasta la nariz. Extrañado, miró a su alrededor para ver de dónde procedía y vio que entraba humo por debajo de la puerta.


 


 - ¡¿Pero qué... ?! - gritó espantado.


 


Salió disparado de la habitación buscando el origen del humo, hasta que observó que salía de la cocina. Entró corriendo en ella viendo cómo su hija intentaba apagar sin éxito una gran llama que salía de la olla y empezaba a propagarse por la estancia.


 


 - ¡¿Se puede saber qué ha ocurrido aquí?! - decía alarmado cogiendo un extintor y acercándose al fuego para apagarlo.


 


Cuando consiguió extinguirlo, suspiró derrotado al ver lo destrozada que había quedado su adorada cocina.


 


 - Lo siento – susurró apenada Kaoru – creo que se me ha ido un poco de las manos.


 - ¿Un poco? - cuestionó irónico Sasuke.


 


Kaoru tan sólo atinó a reír de forma nerviosa.


 


 - ¿Cuán difícil puede ser calentar un poco de comida? - preguntó molesto lanzándole una mirada acusadora a la pequeña.


 - Es que tenía mucha hambre y quería que se calentase rápido, así que encendí todos los fuegos al máximo y puse la olla en medio. ¿Acaso no es así como se hace? - respondió tranquilamente Kaoru.


 


Sasuke se había quedado mudo, no le salían las palabras de la impresión. ''¿Cómo alguien puede ser así de torpe?'', pensó sin poder creerse lo que acababa de oír.


 


 - Es el tío Bee el que se encarga de cocinar en casa, no deja que ni Naru ni yo nos acerquemos a los fogones – dijo con cara de fastidio – dice que somos un peligro – terminó con un puchero en sus labios.


 


Sasuke se sorprendió por la información que la niña le acababa de dar.


 


 - Espera un momento... ¿tío Bee? - hizo una pausa - ¿Es que vives con Naruto y Killer Bee?


 


La pequeña asintió con la cabeza mirando con curiosidad a Sasuke.


 


 - ¿Por qué? Quiero decir... - hizo otra pausa - ¿Tu madre y tú vivís con ellos? ¿Por eso conoces a Naruto? ¿Cómo acabasteis todos juntos bajo el mismo techo? ¿No se supone que el dobe estaba entrenando? - interrogó el moreno a la pelirroja.


 


Kaoru estaba agobiada con tantas preguntas a la vez, abría y cerraba su boca una y otra vez intentado contestar pero Sasuke no paraba de hacerle miles de preguntas a la vez. Cuando éste percató de la cara de espanto de la chica, se calló y se tranquilizó.


 


 - Lo siento – se disculpó – no pretendía... lo siento.


 - Está bien, no creo que sea malo que quieras aclarar tus dudas. Yo también quiero hacerte muchas preguntas, después de todo eres mi padre y quiero conocerte.


 - ¿Qué te parece si hacemos un trato? - preguntó Sasuke – Ha sido un día largo y agotador, así que dejaremos las preguntas para mañana, ¿de acuerdo? Mientras prepararé algo para cenar y tú irás a ducharte.


 - De acuerdo – contestó con una sonrisa – pero... no tengo otra ropa para cambiarme.


 


Sasuke la observó para darse cuenta por primera vez que la pelirroja no traía consigo ningún tipo de mochila o equipaje para viajar.


 


 - ¿Has estado viajando sin absolutamente nada? - un tic apareció en su ojo - ¿Ni comida, ni ropa, ni dinero ni armas?


 - Así es – contestó de lo más tranquila, sin darle importancia.


 - ¡¿Estás loca?! ¡Te podía haber pasado cualquier cosa!


 


El ninja estaba fuera de sí, no entendía cómo alguien podía ser tan imprudente e insensato.


 


 - No te preocupes, soy más fuerte de lo que parece – alardeó la niña levantando los brazos para marcar sus pequeños bíceps.


 


Derrotado, el moreno le dijo a la pequeña que le siguiese. Llegaron a su habitación, sacó una de sus camisetas, se la dio a la niña y le indicó dónde estaba el baño. Después volvió a su dormitorio para terminar de vestirse y se dirigió a la cocina para preparar algo ligero y que no necesitase calentar para la cena.


 


Después de veinte minutos, Kaoru entró a la cocina, donde la cena ya estaba en la mesa, vestida con la camiseta de Sasuke que le llegaba hasta las rodillas. Se sentó en una de las sillas y observó la comida poniendo cara de asco.


 


 - ¡Son todo verduras! - gritó – No me gustan, yo quiero cenar ramen.


 


Kaoru se cruzó de brazos y se dedicó a mirar mal a Sasuke y a la comida alternativamente. Sasuke, que estaba sentado frente a ella, la miró malhumorado y la señaló con los palillos que tenía en la mano.


 


 - ¿Ramen? ¿Tú también? Esa porquería no es comida y esto es lo que hay, así que come y calla. - Le contestó irritado.


 - ¡El ramen es la mejor comida del mundo! ¡Y no pienso comer comida de cabras! - dijo sacando la lengua con asco.


 


De repente, su estómago rugió ruidosamente y ella se ruborizó al instante bajando la mirada avergonzada. Sasuke no pudo evitar sonreír con superioridad cuando vio que la niña comenzó a comer las verduras que había preparado.


 


 - Están muy malas, no eres buen cocinero – comentó con la intención de molestar al mayor.


 - Mira quién fue a hablar, la que casi me quema la casa intentando calentar una olla – le replicó mordazmente.


 


La pelirroja solamente infló sus mofletes por la molestia y se dedicó a terminar su cena en silencio.


 


Cuando acabaron, Sasuke le prestó un cepillo de dientes nuevo a la pequeña para que se los lavase mientras él fregaba los platos sucios de la cena. Después fue el turno de Sasuke de hacer lo mismo mientras Kaoru esperaba en el salón mirando de nuevo el álbum de fotos, pero lo dejó rápidamente en su sitio al oír los pasos del moreno acercarse al salón.


 


 - Ven, te enseñaré la habitación donde dormirás esta noche – le dijo Sasuke.


 


El ninja la condujo hasta un cuarto que estaba al fondo del pasillo, dos puertas más alejado del dormitorio del mayor. Al entrar, sólo había una cama de tamaño medio, una mesita con una lámpara a su lado y un armario a la izquierda de la puerta.


 


 - Bien, en el armario hay mantas por si tienes frío. Ya sabes dónde está el baño por si tienes que usarlo y también cuál es mi habitación por si necesitas algo – le dijo.


 


La niña miró a su alrededor y después a Sasuke mientras se agarraba uno de sus brazos nerviosa.


 


 - ¿Voy a dormir sola? - preguntó desilusionada.


 - Sí, ¿te da miedo la oscuridad? - preguntó Sasuke apoyándose en el marco de la puerta.


 - No, para nada pero... - ''siempre duermo con Naru'', pensó.


 - ¿Pero? - cuestionó el moreno con una ceja elevada.


 - No, nada, no importa. Buenas noches, papá – se despidió con una ligera sonrisa.


 - Buenas noches – dijo antes de salir por la puerta.


 


Después de varias horas, Kaoru no podía conciliar el sueño, no paraba de dar vueltas por la cama. Ella estaba acostumbrada a usar a Naru como almohada y a sentir su calor mientras la abrazaba de forma protectora. Cansada, se levantó de la cama, salió al pasillo y sin hacer ruido entró al dormitorio del dueño de la casa, metiéndose en su cama y abrazándole fuertemente para quedarse dormida a los pocos minutos.


 


Sasuke sintió como la niña se apoyaba en su espalda y le rodeaba con sus pequeños brazos la cintura. No supo por qué, pero un calor agradable invadió su pecho por tal inocente acto mientras una sonrisa asomaba en sus labios, decidió que no le molestaba esa invasión a su intimidad y se dejó llevar al mundo de los sueños.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).