Ryou después de haber obtenido lo que quería saber sobre sus padres, se sentó un momento en un sofá cerca de la entrada y sacó de su bolsillo la cajita que había conseguido hace tiempo. Un poco desgastada por todo lo que había pasado. Ahí recordó un momento inolvidable cuando jugaba con su pequeña hermana, ella reía, él reía, para su alrededor era el momento perfecto que ninguno de los dos deseaban perder. El recuerdo se rompió cuando el Sr. Parker se paró en frente de su hijo y a un lado se encontraba su esposa.
-Ryou, hijo, has venido-La madre se acerca a abrazar a su inocente hijo-Nos avisaron de tu llegada. Ven vamos a desayunar.
-Etto, ya lo hice mamá… pero si no han desayunado ustedes, les acompañaré.
-No te queda de otra-Contestó su padre algo indiferente.
En el restaurante del hotel los colocaron cerca de la ventana en una mesa para cuatro personas Ryou se sentó en frente de ellos, el padre de él, se reacomodaba los anteojos y revisaba el menú que le había hecho llegar una mesera. Ryou en seguida ordenó nada más un té de Ying Seng. Su padre alzó una ceja y lo miró extraño. Su madre los veía a ambos con mucha alegría.
-¿qué has hecho estos meses Ryou? -Pregunta su madre interesada por la respuesta.
-Yo he trabajado de mesero durante un tiempo en Kuriboh’s, la cafetería de Seto Kaiba, con eso pude pagar la escuela y mis necesidades, de hecho es muy difícil al principio mamá, no te lo negaré pero en este tiempo he experimentado muchas cosas que…- cuando voltea hacia la ventana ve a Bakura que lo ve muy extrañado con personas que jamás había visto. Ryou se puso nervioso.
-Continúa hijo, queremos saber más…-Atendió la madre al notar la ausencia de Ryou.
-Ahh sí y bueno yo, yo... conocí a unos amigos distintos.. a los demás. Amm- Ryou miro de nuevo hacia donde estaba Bakura, un momento parecía ser producto de su imaginación que le había jugado una mala pasada. Al regresar la mirada, ve que Bakura está en la entrada del Restaurante y justamente caminando hacia la mesa donde se encontraban.
-¿Y qué más?- Insistió la madre. Bakura estaba a un lado del padre de Ryou y fingió saludar a Ryou como si fuese de casualidad.
-Hey, Ryou, ¿qué haces aquí?-Le sale una gotita a ambos albinos en la cabeza.
-Ba.. Ba… Bakura, yo…- Enrojecieron sus mejillas, lo cual le pareció muy sospechoso al señor arqueólogo.
-¿me puedo sentar con ustedes? Espero que mi petición no sea ninguna molestia.
-No, joven, siéntese, parece que conoce muy bien a nuestro Ryou.-La señora Parker intervino, dejando fuera la opinión de su esposo.
-Y dígame, Bakura, ¿así te llamas no?-Conversa el padre.
-Sí señor, para servirle- Bakura se comportaba tan propiamente que Ryou no podía creer en ese carácter que Bakura presentaba y menos ante sus padres. Imaginó que le diría mil y un cosas negativas sobre su hijo.
-¿a qué te dedicas Muchacho? Veo que eres mucho mayor que Ryou para que asistas a sus clases-Cruzó sus manos y las recargó sobre la mesa.
-Es evidente ¿verdad?, me encargo de varias empresas y soy socio de los hombres más prestigiosos del país, con mi socio más cercano y más confiable planeamos extendernos por el mundo y ampliar nuestras fronteras.
-Vaya que suenas como un gran emprendedor, es bueno saber que a pesar de ser tan joven hayas destacado mucho- Sereno, el Señor Parker toma un sorbo de su bebida en lo que esperaba lo que había ordenado. Ryou estaba callado y muy apenado por lo que pasaba.
-¿Ryou, en dónde lo conociste?- Su madre muy interesada vuelve a intervenir.
-Etto Yo… fue una coincidencia que... que… jejej-Ryou no sabía si de verdad contarle a sus padres que Bakura y Akefia se habían vuelto los amores de su vida pero era muy difícil.
-Fue en un centro comercial, Ryou compró un artículo muy curioso que me llamó la atención, traté de negociar con él para que me lo vendiera, pero fue imposible, es muy testarudo. Luego, cuando vendieron la cafetería en donde trabajaba, nos interesamos por él y ahora nos encargamos de él.
-¿qué cosa?- El padre de Ryou hace una cara muy extraña y deja de beber la taza, su madre quedó perpleja con la noticia.
-Sí, nos ayuda a hacer nuestros negocios con unas personas que son difíciles de tratar, es un chico inteligente y muy astuto. Me sorprende mucho ver que un chico de su edad haya sobresalido tanto y solo.-Bakura habló con toda naturalidad confundiendo a Ryou por lo que le estaba inventando a sus padres.
-Mamá, papá, ¿nos disculpan un momento?- La madre asenté con la cabeza y el padre solo les desvía la mirada. Bakura se levantó primero y luego de que Ryou caminara, Bakura fue tras él.
-¿qué demonios es todo eso? ¿qué haces aquí?- Ryou alterado susurraba casi indiscretamente.
-¿Tú qué haces aquí? ¿por qué me hacen tantas preguntas esas personas? No me las has presentado Ryou..- Se cruzó de brazos y comienza a lanzarle miradas extrañas al menor.
-Son mis padres, vinieron a ver a Amane, hoy es su aniversario y lo olvidé hasta ayer… tú sabes..
-Ahora tiene sentido todo- muestra una mirada más comprensiva- sí la conversación de anoche, lo lamento.-La mirada de Bakura se dio más sincera, lo que sonrojó más a Ryou.
-Acabas de enredarte en esto, espero no te lleve a mayores… por cierto ¿dónde está Akefia?
-Le acabo de hablar por teléfono, vendrá en unos minutos- Temblándole la ceja.
-¿qué? ¿Estás jugando?-Ryou tragó duro.- Debe ser una broma, a él se le saldrá todo!!
-De qué te preocupas, no ves a tus padres, ¿no me digas que ahora quieres quedar bien con ellos..?
-No, solo no quería que esto fuera más complicado, tonto- Ryou hace un gesto quejumbroso y se pone en guardia con los puños cerrados mostrándole a Bakura su frustración. Ahí Bakura y Ryou voltearon simultáneamente al ver que Akefia estaba parado en la entrada del restaurante buscándolos. Ambos albinos tragaron duro.
-AHH-Bakura suspiró- Afronta tus miedos, da la cara como siempre lo has hecho…-Ryou miró a Bakura, se percató que en él llegaba una asombrosa confianza y se calmó al sentirse inspirado de eso.
Akefia había entrado al restaurante y se encontraba mirando para todas partes sin hallar a ninguno de los albinos. Hasta que salieron de donde se habían ocultado para hablar, caminaron hasta la mesa donde estaban los padres de Ryou y se acomodaron todos en la mesa.
-Hasta que los encuentro- Akefia Refunfuño, los padres de Ryou ahora entendían menos de la situación, cuando Bakura los ve con el rostro lleno de dudas, se decide presentar- Hola, qué tal, mi nombre es Akefia-extiende una mano para saludar más formalmente a los Parker, el señor extendió la mano y lo saludó.
-Me puede explicar joven Akefia ¿qué lo trajo por aquí?- El señor Parker había entrado en dudas y debería resolverse las incógnitas de estas dos personas que estaban con su hijo.
-Sí cómo no, mire, soy el socio de Bakura y temporalmente el tutor de Ryou.-El Señor Parker miró con desconcierto a su hijo al ver que lo de su emancipación era nada más una pérdida de tiempo.
-Ah, ¡qué interesante!, y bueno supongo que tú vives con mi hijo-expresó el señor, interesado, prepara de nuevo su taza de té con un poco de más azúcar.
-Sí, de hecho, los tres vivimos juntos-El hombre se comenzó a atragantar después de comer un pedacito de una galleta que estaba en la canasta de la mesa.
-¡eso es impresionante! ¿y cuál es el motivo de eso?-Interviene la señora, mientras trata de tranquilizar a su esposo. Bakura decide contestar en esta ocasión, Ryou estaba muy nervioso por las repuestas que Akefia les daba a sus padres.
-Son asuntos de trabajo, y otras situaciones personales, me encantaría que no entráramos en más detalles y nos platiquen más sobre ustedes. Bakura serenó un poco a Ryou, por debajo de la mesa le tomó la mano y la acarició en muestra de tranquilidad, Ryou sonrojado sonríe con un poco de más confianza.
-Bueno y de ¿qué clase de negocios se trata esto?- Akefia inquietado pregunta indiscretamente, Bakura lo miró con una mala cara y concluyó con su duda.
-Te equivocas, ellos no son socios de nada, ellos son los padres de Ryou que lo han venido a ver.-Le salió una gotita en la sien y se pegó en la frente con la palma de la mano.
-Oh de haber sabido de esto, discúlpenme, ya estaba sospechando de que fueran algún tipo de secuestradores o espías. Por cierto, saben que Ryou se va a volver un excelente escritor- Se rascó la cabeza y el nerviosismo se presentó en su confiado semblante.
-Sí, claro debo imaginarlo, nunca deja esos malos hábitos de patético soñador-Ryou agachó la mirada indignado-… continuando.. ¿Qué es lo que hacen ustedes con mi hijo, todas estas historias del cómo lo conocieron y de que viven juntos no me satisface mucho, de hecho en lo absoluto.
-Pues eso ya te lo contó Bakura papá- Ryou hace sus primeros comentarios en presencia de todos.-
-¿Y eso es todo?- Ryou asiente con la cabeza con más seguridad- Me sorprende toda esta controversia, aunque no me parece extraordinario el hecho de que hayas destacado tanto en esta ciudad, tus calificaciones es un claro ejemplo de eso.
-Por favor, no lo hagas ahora- La señora tomó el brazo de su esposo y le pidió que no comentara nada más, ella extrañaba mucho a su hijo como para que se alejara aún más.
-De hecho papá, no importa ahora lo que me digas, antes, quería hacer lo posible para que tuviera un poco de tu admiración, más que nada atención y ahora... tus palabras no me hieren. Me emancipé por eso, porque quiero tomar las riendas de mi vida sin depender de las opiniones y manipulaciones de los demás. Eso es lo que cuenta para mí en este momento y si estoy con ellos es porque me enseñan día a día nuevas lecciones de las que puedo aprender, tal vez buenas, malas o muy extrañas…
-¿eso es lo que piensas?-Irónicamente el hombre habló tomando su té. Ryou en ese momento no pensó mucho para darles una gran sonrisa a Akefia y a Bakura, parecía que un aura blanca lo rodeaba completamente y luces celestiales lo acompañaban también.- Me parece bien Ryou.
Todos miraron desconcertados al señor Parker ante el comentario- Ya era hora de que hablaras, se ve que estas personas te han cambiado mucho, chico sensible y débil y ahora un joven maduro decidido por lo que quiere… te felicito, no me impresionas, pero te felicito.
-Gracias papá- Sonriente mira a sus padres más relajado y continuaron un rato más en el restaurante en conversaciones sobre las excavaciones y los negocios, las cosas sorprendentes que en estos últimos meses se les ha presentado a las dos familias….
Más tarde, caminaron por el parque, juntos, fueron al puente en donde Ryou había arrojado su teléfono, en el cual él al estar parado ahí soltaba pequeñas risitas, Bakura y Akefia no terminaban de entender los motivos, pero el ver el horizonte con Ryou era de lo más hermoso. Bakura recordó entonces los momentos que había pasado con Ryou, desde el día de la película del Moulin Rouge hasta hace poco con la dicha tormenta que los dejó a plena luz de vela. Bakura tenía muchos sentimientos encontrados al igual que Akefia. El moreno se sentía más que vivo en presencia de aquel chico de 17 años, era muy gracioso porque Ryou le recordaba mucho cuando él conoció a Bakura. Irónicamente en una situación embarazosa fue que ellos también se conocieron formalmente. El ocaso se desvanecía con el paso de los minutos, así, se encaminaron hasta la tumba de la pequeña Amane. Ryou no podía creer que estaría con sus padres y que ellos hayan conocido a sus “amantes” aunque le surgió la duda del cómo Bakura lo había visto.
La luz de la calle les enseñó el camino hasta la tumba de la niña, el señor, traía una pequeña vela en las manos y su señora, lo tomó del brazo, Bakura y Akefia caminaban atrás de Ryou y Ryou, con el collar en mano, el escritor tan soñador, ahora se sentía como si estuviera en uno de sus cuentos.
Frente al nicho de la pequeña, todos guardaron un minuto de silencio, el señor dejó la vela en el suelo y le dirigió unas palabras a su hija fallecida.
-Amane, mi pequeña… lleva mucho que no te venimos a ver, lo lamento mucho, mi niña linda, sé que ahora estás en un lugar muy hermoso, esperándonos, en donde quiera que estés, quiero que sepas que te amaremos por siempre y nunca nos olvidaremos de ti, en casa, allá en Inglaterra tenemos tu espacio que espero lo hayas visto en alguna ocasión- ladea los labios y suelta un suspiro de tranquilidad.-Te extraño mucho hija, pero no me siento triste, siempre he estado orgulloso de que hayas estado a mi lado.-La esposa del hombre saca un pañuelo para limpiarse la cara de las lágrimas que derramaba, su esposo la abrazó fuertemente y ambos sonrieron, luego miraron a Ryou para que él le dijera algunas palabras.
-Hola hermana, sabes, tengo la sensación de que debes estar algo molesta y decepcionada de mí, por haber recaído en mi depresión por sentirme culpable, de no haberte ayudado, si estuvieras aquí creo que me hubieras llamado fuertemente la atención por ese comportamiento, pero entendí a tiempo que estaba equivocado… creo que te debo un favor, o tal vez más porque, hiciste que mi destino cambiara totalmente, me abriste distintas puertas que me llevaron a muchas nuevas aventuras a lado de gente que quiero. Desde que compré esto para ti, hasta el día de hoy…-se acercó al nicho y colocó en un vasito vacío que había ahí el collarcito de cadena muy fina. Una lágrima muy larga rodó por su mejilla y su brillante sonrisa se mostró después. Miró a sus padres con incertidumbre y luego a Akefia Y a Ryou les dio un abrazo muy improvisado. Sus padres lo miraron con tranquilidad y ambos sonreían.
-Ryou, tu padre y yo nos tenemos que ir ahora, nuestro vuelo a casa es en una hora y media y se nos hace muy tarde.-Se acerca a los tres chicos y los abraza.-Muchas gracias por regresarle la alegría a mi hijo, no los conocemos muy bien pero por lo que veo no son malas personas.-La señora se separa de ellos, luego Ryou y los otros dos miraron al Señor Parker.
-No pierdan el tiempo en tonterías- Acerca a su esposa hacia él- Espero que tengas un gran progreso en lo que escribas, me gustaría criticar alguna de tus obras…-Ryou ladeo los labios a modo de sonrisa.
-Claro papá, pronto lo harás…-Se despide de ellos con otro abrazo.
-Bueno hasta luego chicos, espero verlos pronto, fue un gran placer haberlos conocido.-La señora se despide y encaminada con su esposo se desaparecen. Ryou Bakura y Akefia se dan un abrazo, ya que Akefia fue el que lo había iniciado después de ver marchar a los padres de Ryou.
-Esto no me cuadra Mujer-El padre habla un poco inquieto-es muy extraño que Ryou se haya relacionado con gente de esa clase… Recuerdas a Yami y a Yugi? Sus viejos amigos?
-Pero cómo olvidar a ese par de buenos muchachos…-La señora sonríe sincera
-Pensé que sería con ellos con los que seguía y me sorprende más que Ryou tenga a un chico del mismo parecido que él, no me convenzo de nada más una sola cosa.
-De qué?-Preguntó la mujer.
-Ryou puede que sea un esclavo, sirviente o muchachito de compañía..
-Hombre, cómo dices esas barbaridades, eso es imposible…
-No lo sé mujer, parecía que esos chicos se lo devoraban con la mirada..-Dice muy indignado.
-Cálmate, estás paranoico, a penas ves a tu hijo después de tanto tiempo y lo empiezas a juzgar, y si fuera así ¿qué?, él ya no vive con nosotros y se ve muy feliz a lado de ese par, sea lo que sea, sigue siendo mi hijo y me importa que sea feliz.
………………………………………………..
El trío llega a casa, Ryou reía con Akefia de un chiste mal contado que al final Bakura terminó por aclarar. Bakura se dirigió a la habitación por sus maletas en las que ya había empacado sus cosas. Ryou las vio y también notó un rostro particular en Bakura, pensó que se había peleado con Akefia y que ahora decidiría irse.
-Pero Bakura… ahora no nos puedes dejar… tú sabes que eres muy importante en nuestras vidas- Bakura no comprendía nada y se sonrojó por el mal entendido.
-¿qué?-Akefia y Bakura dicen a Coro.
-Sí, no te puedes ir… Akefia él no puede, te necesito…-Ryou abrazó a Bakura con lágrimas en los ojos que apenas empezaron a nublarle la vista.
-Ryou, Bakura y yo nos iremos…-Ryou sentía que su corazón se detenía en ese momento.
-¿qué acaso perdieron la cabeza? ¿Por qué?-Comienza a frustrarse.
-Nos iremos contigo tontuelo, iremos a esa cena con nuestro socio ¿lo recuerdas? Y de ahí partiremos a nuestras vacaciones-Akefia aclara el mal entendido preocupándose.
-Ahhh las vacaciones, lo de mis padres me ocupó tanto que me olvidé de eso…-Le sale unas cuantas gotitas en la cabeza y salió corriendo de ahí, se apresuró a guardar sus cosas que no había terminado de guardar. Bakura estaba apenado por lo que Ryou le había dicho, y Akefia no se sintió muy especial, más bien se incomodó que Ryou le dijera esa clase de cosas a él. Akefia después se sintió menospreciado. Ryou salió de la habitación con una maleta mediana que cargaba con gran esfuerzo, Akefia le ayudó a cargarla, así Ryou se alivianó un poco y de agradecimiento le dio un beso en su mejilla color canela. Subieron al Automóvil y se encaminaron hasta la casa de Raphael donde él y su esposa Mai Valentine los esperaban.
Al llegar a la casa de Raphael, él y su esposa los esperaban a fuera de su casa y los recibieron con mucho afecto y estimo.
Raphael saludó bruscamente a Akefia y él de la misma manera recibió el saludo, Bakura estaba recargado afuera del auto mientras Ryou exploraba un poco el lugar, básicamente estas personas vivían en la provincia, solo que en una casa muy espectacular y de mucho lujo.
-Tú debes ser Ryou- Raphael se acerca a él muy simpático.
-Etto... así es.. Hajimemashite Ryou Parker para servirle- Raphael ríe ante la formalidad de Ryou.
-Jajaja no me digas señor, soy Raphael, jajaj ¡qué simpático chiquillo!-Ryou se sonroja por el comentario y es abrazado por el mayor, lo llevó dentro de su casa y Akefia va detrás de ellos muy alegre, Bakura mira a todos a su alrededor, y un poco fastidiado, rueda los ojos y exhala por la boca (sin decir suspiro porque en la forma en la que lo hizo era para mostrar ese fastidio).
En la cena se la pasaban platicando de todo lo que Ryou había pasado y de la visita que había tenido con sus padres. Realmente los dueños de la casa quedaron asombrados por los acontecimientos y la manera en la que habían conocido a Ryou, realmente no era cualquier casualidad, decía Raphael, su esposa complementó el comentario con que eran más cosas místicas del destino. Bakura sin ofrecer ningún comentario burlón nuevamente rueda los ojos y sigue comiendo de su plato, hasta que Raphael le hace un breve comentario sobre la última vez que hablaron del tema.
-Y bien Bakura ¿qué has pensado después de lo que te mencioné?- Bakura se atraganta con la crema que había sorbido de la cuchara.
-Yo, ¿pensar? No necesito pensar en nada querido Raphael, yo sé lo que quiero…-Dice vanidosamente.
-Y bien ¿qué es lo que quieres?- Dice pícaro.
-Emm Quiero que me pasen las galletas para acompañar la crema- A todos les salió una gotita en la cabeza, pero Raphael entendía la indirecta. Bakura no dirá nada delante de Ryou.
- Entiendo que hay cosas que no se deben decir, se deben demostrar- Bebe su limonada mirando con picardía al albino que se incomodaba más.
Al término de la cena, Se dirigieron a la sala solamente Mai, Akefia y Ryou y ambos le platicaron a Mai que Ryou era un pequeño escritor en proceso y que ahora esa era su única dedicación a parte de la escuela. Mai se mostró muy interesada, ya que Akefia anteriormente le había mandado escritos de Ryou a sus espaldas, un día que se infiltró en la computadora de él mandó unos cuantos y Mai quedó fascinada desde entonces, y ansiosa de conocer al autor, disimuló discreción.
-Muy Bien querido Ryou, mira ahora, solo tienes que escribir algo fresco que quieras mostrarme, será una prueba de fuego… si me gusta tu historia, te recompensaré, si no, tendrás que trabajar más duro para que a la próxima visita que nos hagas, me demuestres que eres digno de ser un escritor.
-¿qué? Y a qué viene todo esto?- Preguntó inncómodo.
-Es que Mai Valentine es una mujer que hace críticas sobre los escritos de libros que le ponen a leer, es una gran crítica y su palabra vale mucho, y le pagan por hacer eso.-Akefia presume de la dedicación de Mai, poniendo nervioso a Ryou.
-Tranquilo, sé que harás un gran trabajo.. y por eso te pido que me escribas ahora mismo amm una carta, digamos que una carta que haga mover sentimientos, y al que quiero que le lleguen es al frío de Bakura.. si logras ponerlo en Jake, seré yo quien te ayude con tus obras. ¿trato?
-¿Lo tengo que hacer ahora?- Dice nervioso.
-Claro, es más si logras este cometido te ayudaré para el concurso internacional de “las letras nos cuentan” donde participarán los mejores escritos, ya sean novelas, cuentos, poemas, ensayos etc.. ¿te animas?
-Eso suena muy importante… emm haré un intento…- Se sonroja de nuevo, Mai sacó una hoja tamaño carta y una pluma de un cajó cerca de ahí y Ryou comenzó a escribir, escribir los sentimientos que sintió cuando Bakura estaba con él mientras veían el Moulin Rouge, cuando Bakura compró cosas para Diamante, cuando lo salvó en aquella ocasión, y muchas cosas más. En marcha escribía con una gran ortografía que impresionó a Akefia sentado a su lado.
En el Jardín, estaban Bakura y Raphael discutiendo, parece que Bakura ahora sí había metido la pata, le contó por confianza lo que planeó con Marik para deshacerse de Ryou aunque él ya no sabía bien sus planes.
-¿en verdad lo odias tanto? Mírate, jamás había notado esa expresión en tu cara, ese chico no se merece esto, ¿por qué haces esto Bakura?... Eres ambicioso, egoísta y un infeliz…
-Sí, lo sé y ahora no sé cómo actuar, el día que desapareció, me asusté mucho, creí que no volvería a verlo, me sentía impotente, pero a la vez agradecía que él no aparecía, me dejaba el camino libre a mis asuntos y no nos estorbaría más… luego con todo lo que ha pasado entre él y yo, me ha hecho cambiar mucho el concepto de mis sentimientos hacia él.
-Te dije que sí estabas enamorado, pero tú eres terco, vaya, ahora sí te has metido en el más grande de los líos… si le pasa algo a ese chico, jamás te lo perdonaré Bakura, y creo que Akefia mucho menos, te matará… Te aliaste con su peor enemigo.- Raphael entró a la casa a acompañar a los demás invitados y a su esposa en seguida, Ryou alegre le pide a Raphael que lea su carta.
A quien corresponda…
Está bien amor mío, creo que tú y el mundo entero estará mejor… Mejor sin estos sentimientos ardientes de amor y de locura. Ya me di cuenta que no vale ni siquiera una mirada tuya, estos sentimientos que tengo hacia tu sensatés, no son dignos de ti, no son merecedores de tu pasión, son indiferentes…
Tu paraíso jamás será para mí, no me dejaras entrar sé que no tengo la suficiente capacidad para que mi ser sea digno de pertenecerte y que me pertenezcas, no eres libre, pero tampoco eres prisionero, más bien te sientes prisionero cuando te enamoras de la persona que no te correspondía en vida y que tal vez en la muerte te sea inalcanzable.
Querido amor, ya no permitiste más la entrada de mi néctar hacia tus sanchos corazón. Que más querías de mí, si yo di mucho y un poco más de lo que tenía permitido, no sé tú, pero yo me enamoré, aunque sea joven, del infierno mismo, ardiente, doloroso, quebrantador, mata lentamente mi alma, terrenalmente estoy muriendo, con cada segundo que pasa y no te supero, te pienso cada vez más, y con más intensidad hay una probabilidad que te sienta como mi otra mitad... Porque quebrantaste mi espíritu.
De qué sirve…
Si hay veces que desaparezco para ti y no soy ni si quiera recuerdos de tu pasado.
Eres cruel, te alejaste sin decir palabra alguna sin decir la razón por la cual te ibas, solo tomaste un rumbo y desaparecías de mi vista, pero ¿por qué de mi corazón no lo haces igual? Más bien mientras te alejas más, te clavas más en mi pecho y mente, haciéndote imposible arrancarte de esta alma destrozada y herida, te astillaste en lo más profundo de mi ser haciendo que sea un amor inquebrantable.
No sé si te diste cuenta de eso, pero soy sensible a los sentimientos que te manifiesto, no pude evitar derramar lágrimas en tu nombre y al escribirte esto, con tu recuerdo, con “alguna vez” el amor que nos teníamos, que aunque fue de poco plazo para mí fue muy verdadero.
Pudimos haber estado juntos una eternidad… pero ¿cuánto duraría esa eternidad?, pues la nuestra no nos duró ni el “para siempre” sino solo un segundo.
Te amé en esos segundos a los que te decidiste a compartir a mi lado, decepciona saber que jamás volverá aquel ayer, y tu mirarás ya para otro camino mientas yo te miro partir y quedarme ahí solamente mirando un pasado que aunque le ruegue a Dios, ¡no volverá!
Creo que fue algo muy bueno el conocerte, pude darme cuenta que si existe el enamoramiento, en personas que puedan ser especiales, lo que menos quiero ahora es volver a ver hacia atras y saber que estarás ahí, de que me sirve rogarte, si nunca voltearas de nuevo a ver mi corazón que ya te había entregado desde un principio.
Devolviste no un favor, solo devolviste el dolor a mi alma, que a fin de cuentas… ya estaba totalmente perdida. Para acabar con mis estupideces que me llegaron al corazón, solo quero desearte algo feliz en la vida, no quisiera que padecieras un arrinconamiento sentimental como el que leíste anteriormente. Repito, cada segundo de nuestra pequeña eternidad fueron los mejores de mi vida, pero no quiero volver a saber de aquel martirio llamado amor al cual se sometieron mis entrañas. Esto quiero que sepas, es mi despedida, no llorarás, no sufrirás, no lo harás como yo lo hago ahora ni aunque seas que ocasionaste un colapso sobre mí
Ni si quiera sé si te interesó realmente mi última confesión, espero que solo le hayas puesto un poco de atención, porque déjame decirte que amarte no es fácil y menos para alguien con sentimientos ingenuos como los míos. Antes de ti lo padecí, más enamorados lo padecieron y muchos sufren, pero aun así no les interesará a ti ni a las demás personas amadas con amor real y no en despecho. “me enamoré del infierno mismo, en forma de persona”…
¡HASTA SIEMPRE MI AMOR!
Atentamente
Tu alma enamorada.
Raphael hizo un gesto de impresión y desdicha, Su esposa lo interpretó todo y se imaginó lo peor, aunque ella no dijo nada. Akefia quedó muy intrigado al leer la carta, pensó después, ¿de verdad Ryou se sentía así con Bakura?...
-Es muy impresionante, más que eso, querida, de seguro le ayudaste, esto es… es… Impactante
-No querido, él lo hizo solo- Trago duro después.
-Ahora veré cómo reacciona Bakura- Dice Ryou travieso.
-No, no no, no debes dársela- Todos dicen a Coro. Ryou no entendía nada. Y se detuvo un momento.
-¿qué no debe darme?-Bakura, Frío, entró de nuevo a la casa, Ryou lo miró unos segundos y Bakura le arrebata el papel que tenía el escrito por ambos lados. Todos hicieron cara de espanto y nerviosismo al ver a Bakura leer la carta. Cuando acabó miró a todos con confusión, luego sus ojos se dirigieron a la intriga en persona (Ryou).-¿Esto lo escribiste para mi?- Dice indignado
-Ryou solo estaba..-Bakura volea a ver a Mai disgustado al querer intervenir, luego volvió la mirada a Ryou y pidió una respuesta.
-Así es Bakura, lo escribí para ti pero nada más lo hice para crearte un gran impacto, creo que no pude con tu frialdad- Dice irónico pero los ojos de Bakura no mostraban nada más que tristeza pura. Todos lo notaron, pero nadie dijo nada Akefia estaba impresionado con el trabajo de Ryou. Bakura entonces dobló el papel y lo guardó en su bolsillo y se dirigió a la sala con toda naturalidad aunque con la carta, se sentía aun peor de lo que ya estaba antes.
Continuará……………..