Lentamente fue recostando al mediano en la suave cama, sus piernas estaban en medio de las del contrario. Se posicionó sobre el, las piernas del hobbit le rodearon la cadera. No se separaron hasta que tuvieron que respirar. Ambos jadeantes en busca de aire, sus ojos reflejaban el deseo de ambos. Los ojos del rey se posaron en los labios del menor. Con el pulgar paso por los labios del ladrón. Con la mano que le quedaba libre aparto la túnica y la deslizo por debajo de la playera del mediano. El frío toque de sus dedos le hizo erizar la piel al hobbit. Acarició haciendo círculos en su vientre. Ahora con ambas manos fue subiendo hasta su pecho. El simple roce con uno de sus pezones provocó que el mediano se estremeciera por completo. Baso gentil mente sus mejillas mientras quitaba las túnicas de su camino. Bajo por su cuello dejando marcas rosas. Se distanció un segundo para poder subir la playera del menor hasta que esta quedo enrollada en sus muñecas. Aprovechando esta oportunidad, siguió marcando su piel y se detuvo en uno de sus pezones. Beso ligeramente la punta de uno y este se hizo notar. Thorin siguió lamiendo y jugando utilizando su lengua. El miembro del menor comenzaba a despertando junto con el de su compañero. Al estar en una posición ventajosa. Thorin junto sus entrepiernas en toques livianos y provocadores. El hobbit emitió un pequeño gemido. Escudo de roble le miró maravillado. Volvió a presionar, pero esta vez el mediano calló.
- No guardes silencio. Quiero escucharte- le susurro en el oido-
Con ambas manos acaricio el vientre del saqueador. Besaba gentil mente su cuello dejando mas marcas de pertenencia. Las manos llegaron al borde del pantalón, podía sentir la tela de estos. Deslizó un dedo por debajo de esta y toco la siguiente prenda. Otro dedo mas, y otro y otro, hasta que tenia una mano dentro. Bajo los pantalones con lentitud mientras besaba apasionadamente al ladrón dejando ver su cuerpo casi desnudo.
-Si no quieres hacer esto ahora lo entenderé. Si dices que no me detendre inmediatamente- aclaro el enano-
-E-esta bien. Puedes continuar.- contesto el hobbit-
El rey no esperó y puso un dedo sobre a que erecto musculo. El mediano movió sus caderas en respuesta. El dedo subía y bajaba, hacia círculos y formas aleatorias sobre la tela. Las piernas del comarqueño estaban temblando y el agradecía no estar de pie. Al observar que el saqueador parecía cómodo decidió quitar la ultima prenda. Con el menor debajo de el, tomo el miembro creciente de este y comenzó a acariciar con la mano de arriba a abajo. Al principio fueron movimientos lentos, pero luego se intensificaron. El calor en las mejillas del ladrón y las caricias en una parte que jamas había tocado nadie tuvieron una repercusión.Dando un pequeños gemidos ahogados.
Thorin tenia la mejor vista del mundo. Tener a Bilbo Baggins en esa posición era perfecto. Las manos todavía sobre su cabeza, su cara totalmente colorada mientras expulsaba ligueros jadeos, sus piernas rodeándole la cintura. Era tan erotico que sin pensarlo dos veces se adueño de la boca de este cuando se quitaba lo que le restaba de ropa.
Dejo un camino con la lengua desde su cuello a su vientre. Se detuvo justo entre sus piernas. Sin pedir autorización metió de lleno el miembro del saqueador a su boca.
-Ahh. Thorin, espera no hagas eso- pidió-
-¿Porque? Parece que lo disfrutas -replicó el thane-
Una lamida de la base a la punta envió un escalofrío a la espina del ladrón. Lamio toda la extensión del musculo palpitante de nuevo, pero esta vez se detuvo a mitad de camino para dejar una pequeña marca. El comarqueño ansiaba el toque de la lengua del Ereboriano. Subió a la punta, primero la beso, la lamio y lo mordió, lo que le sacó un gemido al de ojos grises. Succionando de nuevo aquel falo, metiendo y sacándole mientras apretaba la boca y presionaba con los dientes. Era todo un éxtasis, tanto que el mediano comenzó a advertirle al enano:
- Th-Thorin m-me vengo- dijo con su voz temblante-
El rey, ignorando aquellas advertencias, siguió con su misión hasta que el liquido del ladrón le lleno la boca, que duro poco tiempo ahi. Ambos estaban jadeantes después de esto. El de ojos azules tomo una botella que había estado ocultando debajo de la cama. Se coloco por segunda vez entre las piernas del menor y las separo con gentileza. Abrió aquella botella y vertió un poco sobre sus dedos. El hobbit lo miraba expectante.
-Levanta la cadera- ordeno el mayor seguido de la acción del mediano-
Con un dedo comenzó a rodear aquella cavidad humectandola. Con cuidado, fue metiendo a que dedo en su compañero, el cual solto un suspiro al notar lo que estaba haciendo el azabache. Comenzó a girar su dedo esperando que el mediano se acostumbrara a el, cuando lo hizo metió el segundo dedo, el saqueador soltó un gemido mas grande, repitiendo la acción anterior, ambos dedos comezoron a ocupar ese espacio hasta que el ladrón se dilató un poco más. Para el tercer dedo el ladrón dio un grito que se podría haber escuchado hasta Bree. Moviendo los dedos y tocando todo lo que estaba a su alcance, el rey toco un punto que hizo gemir al castaño.
-Aqui es- susurro para si mismo Thorin volviendo a presionar-
El hobbit estaba de un color carmesí por la siguiente acción del Ereboriano. Poniendo las manos en la parte trasera sus muslos, separando los y colocándose en medio de estos, el rey toco la punta de su miembro con la entrada del menor, este solto un alarido, pero se vio superado por el grito que dio al sentir al azabache dentro de sí. El rey bajo la montaña tuvo paciencia y aguardó un momento antes de comenzar con movimientos lentos. El hobbit sentía un poco de dolor, el cual fue disminuyendo con los movimientos del líder. Cuando se había acostumbrado a sentir al rey dentro suyo, comenzó a mover las caderas en busca de un aumento de velocidad. Por su parte el oji-azul estaba tan excitado, aquella cavidad estrecha que lo presionaba, el balanceo producto de que el oji-gris lo deseaba tanto como el, estos elementos ocasionaron la aceleración en las embesridas.
En aquella habitación, un hobbit y un enano que se deseaban y amaban mutuamente decidieron entregarse en cuerpo y alma. Mientras miraban sus ojos se convertían en parte del otro. Las uñas del mediano arañaban la espalda de el mayor, el cual al sentir la presión de la cavidad de el castaño al venirse, se corrió dentro suyo.