Un peli azulado corría rumbo a su casa, estaba preocupado por su novio; había tenido un mal presentimiento desde hace ya varias horas, pero el maldito de su superior era un consumista abusador; incluso Saizou había estado durmiendo bajo el escritorio hasta que el director le grito, si no fuera porque ese idiota sabe lo que hace lo habrían despedido.
Volviendo al peli azulado; corría esperando encontrarse con su novio sano y salvo, hasta que llego frente a su departamento, la puerta estaba abierta a lo que Jellal se alteró de sobre manera; entro de manera rápida, buscando alguna pista de donde podría estar, no había rastro de el, por ninguna parte. Todo estaba en su lugar, la única anomalía era la puerta abierta.
No sabía qué hacer, estaba preocupado y alterado. –Jellal ¿Qué haces allí?—pregunto un chico al lado de el –pescaras un resfriado si te quedas en el suelo— Gray lo miraba en el piso, se veía mal como pocas veces.
–Natsu…— las palabras quedaron al aire, Gray comenzó a preocuparse al oír ese nombre lleno de angustia. Gray comenzó a mover sus hombros en busca de alguna señal de vida –¡NO ESTA!— casi grito al decir esto; en ese momento Gray también comenzó a alterarse; su pequeño amigo no estaba ¿dónde estará? Se preguntaban ambos en medio de la amargura y desesperación.
Gray no supo que decir, estaba alterado al igual que Jellal –¿Q-que hacemos?— Gray hablo, no sabía qué hacer y busco respuesta en Jellal.
El peli azulado al oírlo se levantó, este no era el momento de reclamarse ni reprocharse; este era el momento resolver y encontrar a SU peli rosado –llama a Loke y a Saizou— hablo Jellal para saca su celular; él se encargaría de buscar a Rouge y a Sting.
LUEGO
Los 6 estaban en casa de Jellal. No sabían que más hacer; habían revisado las cámaras de seguridad pero los videos de todo el día habían sido borrados, los vecinos no sabían nada de lo que había pasado, incluso se veían asustado y sorprendidos.
Todos estaban sentados, cuatro al lado de sus parejas, los otros dos estaban igual de preocupados, uno sentado mientras pensaba en que hacer, mientras el otro comía nutella.
Estaban en silencio, no tenían ni una sola pista del desaparecido. –Jellal levanta una acta de secuestro iré por allí a buscar algo— todos miraron al chico que hablo. No parecían entender. –no podemos cubrir todo nosotros solos y no deberíamos que darnos aquí sin hacer nada—
–pero ya sabemos quién fue el que se lo llevo, pero no sabemos dónde está— dijo Rouge mirando a todos.
–¿Entonces te parece quedarte aquí sin hacer nada?— todos estaban sorprendidos, no sabían que era más sorprendente; que Saizou hablara sin bromas o que allá dado una buena idea –además tengo una idea de dónde buscar— dijo mientras salía –los veo luego… o eso espero— dijo lo último en un susurro que nadie más escucho.
–ya escucharon al pervertido vamos— todos se levantaron de sus asientos para seguir a la orden del peli azulado.
EN ALGUN LUGAR OBSCURO
Un peli rosado despertaba de su profundo sueño, se sentía algo mareado. No recordaba más que abrieron la puerta y sujetaron mientras colocaban un pañuelo en su cara; después de eso, todo se volvió obscuro, como la más profunda noche.
Giro para todos lados pero el lugar era demasiado obscuro como para notar alguna persona u objeto, observo un ligero movimiento entre las sombras hasta que por fin noto de quien se trataba –Zeref…— dijo al aire. Quería hacerse en fuerte, pero… ¿Cómo podría frente a el?... el autor de su sufrimiento.
–así que ya puedes hablar, hermanito— la voz del de hebras color negro se hiso sonar. Natsu comenzó a estremecerse e hiperventilar.
–no sé de qué hablas— Natsu respondió, quizá no era tan fuerte como para pelear pero al menos n se dejaría rendir tan fácil.
Una blanca sonrisa se mostró por parte de Zeref –ya veo, aunque puedas hablar sigues con amnesia— le dijo con la mirada penetrante que aterraría a cualquiera; Natsu no fue la opción y se acobardo solo un instante para devolverle la mirada –creo que te lo contare todo, no estoy dispuesto a esperar— le dijo. –veras Natsu… soy tu hermano mayor— señalo su corazón con una de sus palmas.
–¡MIENTES!— grito Natsu , no podía ser cierto, era imposible; lo había violado era imposible ¿cierto?.
–claro que no, Natsu— hablo serio dejando mudo al menor –Igneel es nuestro padre, sin embargo Natsu— se acercó a el hasta tocar gentilmente una de sus mejillas –te e amado desde el primer momento en el que te vi— Natsu trato de zafarse con bruscos tirones, pero las cuerdas estaban fuertemente apretadas sin dejarle libertad.
–no te creo nada— le dijo mirándolo fieramente.
–piensa lo que quieras hermoso— quiso besarlo pero Natsu giro s cabeza haciendo que no lo lograra. Le dio un golpe que retumbo por toda la habitación. Zeref comenzó a caminar, aparentemente hacia la salida –otra cosa, hermanito— los ojos del mayor desgarraban el alma de Natsu –olvídate de Jellal, tu eres mío y nunca volverás con el— antes que el menor pudiera reclamar una puerta se abrió dejando ver una brillante luz; después Zeref desapareció por ella.
Natsu se encontraba solo, no había nadie que lo pudiera salvar por el momento, ni siquiera sabia donde se encontraba ¿Cómo lo encontrarían? –Jellal, no te tardes— una ligera lagrima se deslizó por la roja y adolorida mejilla de Natsu se deslizó después que susurrara a la nada.