Unos cuantos días después del incidente del baño, Bilbo se juro nunca más volver a hacer esas cosas en lugares públicos o al menos no en el baño de la escuela, lo más seguro era solo concentrarse en sus clases y dejar de observar tanto a cierto maestro de Historia que lo tenía más que loco.
Se encontraba en su habitación recostado en su cama, leyendo tranquilamente un libro, “El pozo y el péndulo” para ser más exactos. Llevaba más de una hora leyendo, y a así pudo encontrarse distraído y no pensar más en Thorin, bueno al menos no durante esos momentos, normalmente le dedicaba dos horas a la lectura y como aquel libro era la nueva adquisición de Bilbo, lo leería hasta que se hartara por ese día o hasta que tuviese sueño.
Lo segundo ocurrió más rápido que lo primero, claro, después de leer tres horas sin parar luego de haber hecho la tarea, deja exhausto a uno y al castaño comenzó a entrarle unas grandes ganas de dormir. Dejó el libro a un costado, se acomodo de lado en su cama y poco a poco comenzó a caer en un profundo sueño.
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- Te ves tan lindo cuando haces la tarea que te marco Bilbo.
Oakenshield lo miraba fijamente, desde arriba hasta abajo, solo estaba a unos centímetros del lugar de Bilbo. Era un día de asesoría cualquiera (O al menos eso parecía), esta vez el maestro Oakenshield estaba sentado justo a un costado del menor, no del lado opuesto o en ninguna otra parte, justo al lado de Bilbo.
- Ahhh… - Balbuceaba el castaño, con un tono color carmesí sobre casi toda la superficie de su cara.
- La verdad es que te ves lindo todo el tiempo… - El mayor acercó su rostro al cuello de su alumno, tentándolo suavemente – Hueles tan bien ¿Por qué te quedas estático… tentándome tan cruelmente?
- Señor Oakenshield… - Dijo Bilbo casi en un suspiro, su maestro le robaba por completo el aliento.
- Se que me deseas Bilbo… - Le susurró descaradamente en su oído izquierdo - ¿Por qué lo niegas tanto si sabes que yo igual te deseo a ti?... – Finalizó su frase mordiendo suavemente el lóbulo del menor.
El castaño estaba cada vez más nervioso, tener a su maestro en aquella situación le sobreexcitaba demasiado, una pequeña erección comenzaba a formarse por dentro de sus pantalones. Su maestro al terminar de morder tan sensualmente el pequeño lóbulo de Bilbo, poco a poco fue acercando cada vez más su rostro al de su alumno, estando a unos pocos centímetros de distancia de los labios de Bilbo, el mayor se relamió los labios con ansias, haciendo que el menor también se relamiera los suyos y acto seguido, tragara saliva rápidamente. Dejo de acercarse al rostro del menor y le habló, Bilbo parecía no querer acercarse.
- Dime Bilbo, dime que no quieres que me acerque más, aunque en el fondo lo deseas con demasiadas ansias – Lo miró directamente a los ojos.
Bilbo podía sentir el aliento del profesor Oakenshield golpeando contra sus labios ansiosos por un beso – Y-yo… no…
- Solo dime… - Le habló aun más seductoramente.
- Yo… ahh…ahh…
- Dime… Dime ¿Qué e… - No pudo completar su frase, Bilbo había acortado la poca distancia entre ellos, chocando sus labios contra los de Thorin, besándolo con desesperación.
Primero fue solo el choque, luego comenzó el movimiento y luego de un breve momento, Bilbo entreabrió su boca para dejar entrar la lengua del pelinegro. Ambos se dejaron llevar por la emoción del momento, lentamente Oakenshield dejaba que Bilbo entrara en su Boca aunque mayormente él era el que lo hacía, luego de unos minutos ambos se separaron aturdidos.
- Yo… aah… ¡Usted me gusta Señor Oakenshield! – Confesó agitado por lo ocurrido anteriormente.
- Oh Bilbo… - Thorin volvió a juntar sus labios con los de Bilbo, ahora besándolos con aun más desesperación, aun más anhelo y aun más lujuria que la vez anterior. Bilbo correspondió desesperadamente a cada beso a cada toque, lo quería, lo deseaba y el profesor Oakenshield debía saberlo.
Thorin fue recorriendo sus labios, luego pasando por sus mejillas besándolas suavemente, fue bajando y fue bajando hasta llegar a su cuello para darle pequeños mordiscos, mientras Bilbo intentaba ocultar sus gemidos que amenazaban con salir.
- Ahh… Se-Señor Oakenshield – El mayor se alejó y observó a Bilbo detenidamente.
- ¿Qué sucede Bilbo? ¿Qué es?
- Por favor… quiero…
- Dime que es lo que quieres Bilbo…
- Quiero… lo quiero a usted…
- ¿A mí?...
Bilbo se acerco a su oído cosa que Oakenshield no le negó y así le susurró lentamente y casi en un ruego – Por favor Señor Oakenshield lo necesito a usted – Hizo una pausa – P-por favor hágame suyo…
Thorin rápidamente tomo a Bilbo entre sus brazos, cargándolo y depositándolo rápidamente sobre la cama del menor. Se acomodo encima de él observándolo directamente a los ojos, el mayor volvió a degustar los dulces y deliciosos labios de Bilbo, cada vez con más ímpetu, bajando hasta su cuello para así poder besarlo. De la boca del castaño escapaban suspiros y pequeños y cortos gemidos, que no quería que escaparan.
- Ahh… Ahh… Nghh… S-señor Oakenshield – El menor gimió en voz baja el nombre del pelinegro. No podía creer que esto estuviera sucediendo, no podía creer que estuviera en esa situación con Thorin.
Oakenshield dejo de besar su cuello para comenzar a quitarle la camiseta que llevaba puesta Bilbo. Luego de unos momentos el más pequeño quedo sin camisa, dejando visibles y deseables para el más grande sus erectos pezones, Thorin se acerco al pecho del castaño y comenzó a tentarlo, luego se removió y empezó a lamer suavemente una de las tetillas del más pequeño. Bilbo se mordió lentamente el labio inferior por la sorpresa del toque, se sostenía de las sabanas de su cama como si fuera a caer.
El más grande fue bajando por el estomago de Bilbo, depositando besos en todo momento, llegó hasta su vientre y comenzó a chupar la piel del otro. Fue bajando cada vez más, muy pero muy lentamente, hasta toparse con la orilla del pantalón del castaño. Cuando llegó hasta ahí desabotono el pantalón y luego prosiguió por bajar la cremallera, tomo el borde del pantalón y se encontró a punto de jalarlo, solo un poco más y…
¡¿Bilbo vas a bajar a cenar?!
El castaño rápidamente abrió los ojos al escuchar los gritos de su madre, observo rápidamente toda su habitación como si buscara algo, luego se llevo una mano a su frente, confundido.
- Todo fue un sueño… - Susurró aliviado.
Todo había sido solo un sueño húmedo en el cual, él y su maestro habían sido los protagonistas, Bilbo observo su pantalón detenidamente y se maldijo, luego de unos segundos le contestó a su madre.
- ¡No mamá no tengo hambre! – De todas formas no tenía muchas ganas de bajar a cenar, se levanto de su cama, tomo el libro que estaba leyendo hace apenas unas horas y lo puso en su lugar. Luego de ello se dirigió al baño para así tener mejor privacidad en lo que iba a hacer.
Ya eran las 8:45 pm y Bilbo no tenía nada que hacer, tomó su móvil para ver si eso lo entretenía aunque sea un rato, al momento de tomarlo instantáneamente recordó que hacía más de una semana que Thorin le había dado su número de celular y Bilbo ni recordaba el porqué se lo había dado. El profesor Oakenshield también tenía su número de celular aunque nunca Bilbo le había mandado un mensaje o habían comenzado una conversación en el chat, no quería verse tan descarado.
Como por arte de magia, justo cuando estaba pensando en eso y cuando iba a desbloquear la pantalla de su celular, la luz led que le avisaba que le había llegado un mensaje de Whatsapp, se encendió. Bilbo abrió los ojos rápido, ansioso por saber quien le había enviado el mensaje.
Desbloqueo su celular y desplego rápidamente la parte de arriba para observar la notificación (Normalmente todos los celulares actuales tienes esa opción). El castaño casi pega un brinco de alegría al ver quién era el que le había enviado el mensaje, era nada más ni nada menos que su maestro de Historia: Thorin Oakenshield.
- ¡Oh por dios! ¡Oh por dios! – Bilbo brincaba en su cama con el celular entre sus manos, rápidamente paró de saltar – Tranquilízate Bilbo, Tranquilo, ¡Te comportas como una adolescente enamorada! – Se tranquilizo un poco más y abrió el chat de Whatsapp.
Era obvio que el mensaje que le había enviado su maestro era para tener una plática normal, no para hablar de la escuela o de alguna tarea, el mensaje era simple, si solo un simple; Hola.
- Hola – Escribió de vuelta Bilbo.
Luego de que leyera el mensaje su maestro le contestó - ¿Qué es lo que haces?...
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Recostado en su sofá en su departamento, Thorin Oakenshield moría de vergüenza por lo que acababa de hacer, no podía creer que le había enviado un mensaje a Bilbo, estaba intentando contenerse las ganas de hacerlo luego de haber obtenido su número. Sabía que era algo extraño que un maestro te mandara mensaje a las 9 de la noche o a cualquier hora, porque ¿Quién demonios quiere chatear con su maestro?
Hoy no pudo resistirse, tenía que comunicarse con él, quería estar más cerca de él, quería estar con él. Ya no podía negar que no sentía nada por Bilbo, cada vez que iba a las asesorías era solamente para verlo a él y para poder estar con él, pero el suponía que Bilbo no sentía absolutamente nada por él, lo cual lo desalentaba bastante.
El mensaje del castaño llegó – La verdad es que no estoy haciendo nada. ¿Usted qué hace?
El pelinegro contesto – Viendo la televisión, llegue hace media hora de una junta de maestros – Razón por la cual hoy no le había dado asesoría a Bilbo.
- Ya veo – Le envió el menor.
La conversación era bastante aburrida para cualquiera y Thorin no sabía que más decir hasta que…
- Fue raro no tener clases extra hoy. Estuve muy aburrido sin las clases.
Oakenshield tomó eso como un “Lo extrañe Señor Oakenshield” aunque de verdad no lo tenía tan claro.
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“Dios Bilbo, ¡ya mero le pones que quieres que venga a tu casa ahora mismo!” estaba avergonzado de eso no había duda, solo esperaba que el maestro Oakenshield no se lo tomara a mal.
- Bueno, perdona no haber podido ir a tu casa. No te molestes conmigo.
“¡Ahh! ¡No me molestaría nunca! Pero claro que no se lo puedo escribir” – No hay problema. No se preocupe no lo odio :D – “Naa, no se preocupe, total que no tuve ningún sueño húmedo con usted, naa, que va”.
- Es bueno saber que no me odias – Respondió - ¿Qué tal van tus otras clases?
“¡De la mierda!, ¡creo que el profesor Smaug me acosa!” – Bien, he tenido muy buenas notas últimamente. No lo diga, pero… - Envió ese y luego mandó otro – Me cae mal el maestro Smaug jejejej.
Escribiendo – Tranquilo Bilbo no eres el único jajajja. No se lo digas a nadie.
-“Wow, le cae mal el profesor Smaug” – Nop, no se lo digo a nadie, yo no soy así.
- Se que no eres así – Envió – Por eso me caes bien. Ya sabes ¿no?
Al momento de leer aquel mensaje Bilbo se torno tan rojo como un tomate, no sabía cómo interpretar el mensaje, su mente daba vueltas y luego contestó – No, no se – Se atrevió a poner.
“No sabes” pensó desde su departamento Thorin – Bueno, me caes bien, eres aplicado, eres respetuoso, con gustos excelentes en los cuales coincidimos, eres divertido… - Oakenshield no quiso poner más.
- ¿Soy todo eso para usted? – “No puedo creer que puse eso”.
- Eres más que eso para mí – “Espero no se cohíba Bilbo”
- ¿Soy más que eso para usted? ¿A qué se refiere? – Se arriesgo a poner.
Aquello dejo desarmado a él pelinegro, no podía ponerle lo que sentía, no sabía cómo reaccionaría Bilbo – Me refiero a que eres un gran alumno, a que yo te aprecio mucho – Mintió.
“Aprecia” pensó Bilbo algo triste pero no desanimado y así continuo la conversación – Ah, gracias, es halagador Sr. Oakenshield – Mintió.
La conversación siguió por unos veinte minutos más, ahora solo hablando de banalidades, sin tocar el tema de “El aprecio” o cosas parecidas, solo hablando de cosas no personales, para olvidar aquella declaración que había hecho Thorin.
Continuara…