Thorin y Bilbo bajaban las escaleras de la casa del menor, el pelinegro iba adelante y el menor detrás de él. Ambos se sentían algo incómodos por lo que había sucedido durante las clases, no querían verse a la cara, más Bilbo que desde ese momento tenía la cara demasiado roja, y eso le daba bastante vergüenza.
Luego de que pasaran varios minutos tomados de la mano, Bilbo terminó sus ejercicios y ambos tuvieron que separarlas, cuanto deseaban que eso nunca hubiese terminado. Nadie dijo nada, no hubo ni una solo pregunta o replica, Thorin solo se limito a continuar explicando y Bilbo a prestarle atención, eso fue todo.
Cuando llegaron Thorin abrió la puerta lentamente, la lluvia ya había cesado pero el cielo no estaba totalmente despejado, de seguro que llovería más tarde o en la madrugada. El pelinegro salió y Bilbo se quedo parado en el umbral de la puerta, Oakenshield dio media vuelta y observó al menor, estaba un tanto nervioso, con una mezcla de felicidad, su corazón latía muy rápido.
- Nos vemos Bilbo – Le sonrió – Hasta mañana.
- Si hasta mañana – Sonrió y luego bajo la mirada. Oakenshield lo observó por unos instantes más y luego dio la vuelta para irse.
El mayor ya iba a comenzar a caminar para alejarse pero Bilbo lo tomó de su chaqueta y lo detuvo - ¡Espere!
- ¿Qué sucede Bilbo? – Retrocedió y se puso al frente del más pequeño.
Bilbo alzó su mano y la colocó en la mejilla del más alto, con ella halo al pelinegro para que se inclinara. Thorin lentamente se inclinó casi quedando a la altura de Bilbo, el castaño lo miró directamente a los ojos y luego le sonrió, fue acercándose hasta estar a tan solo unos centímetros del pelinegro. Oakenshield tragó saliva y se sonrojo por completo, Bilbo terminó de acercarse y guió su cabeza al lado izquierdo del rostro del mayor, se acercó hasta su mejilla izquierda y lentamente posó sus labios en ella, dándole así un tierno beso. Bilbo se separó y desvió la vista con un sonrojo sobre sus mejillas, Thorin se llevó una de sus manos a su mejilla y la tocó suavemente, luego de ello el castaño habló.
- Bueno… Que pase buena noche señor Oakenshield, lo veo mañana en la escuela… - El castaño entro rápido a su casa y seguido cerró la puerta. El pelinegro luego de unos segundos de reaccionar por aquella acción por parte del menor, comenzó a caminar rápidamente para llegar a su departamento y que no le ganara la lluvia que de seguro caería.
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- ¡Ah no puedo creer que haya hecho eso! – Decía avergonzado el castaño recostado en su cama - Pero… él fue el que acercó su mano primero, el fue el que quiso… tomarme de la mano... – El celular del menor sonó interrumpiéndolo de sus palabrerías, fue hasta su escritorio y desbloqueó el móvil.
- Es él… - Susurró nervioso y a la vez contento.
- Hola… ¿Ya está comenzando a llover por ahí?
Bilbo respondió tranquilamente – Emm, no, todavía no.
- Ah…
- ¿Y qué es lo que haces?
- Solamente aquí, recostado en mi cama.
-¿Mañana iras a la escuela?
- Si, ¿Por qué no habría de ir?
- No faltes mañana ¿Si?
- Si, no se preocupe – Bilbo se mordió el labio inferior y mandó otro mensaje.
- Usted tampoco falte… ¿Si? Quisiera poder estar más tiempo con usted.
El corazón del más grande se aceleró al leer tal cosa por parte de Bilbo - No faltaré, lo prometo.
- Yo también quisiera pasar más tiempo contigo.
- ¿Enserio? – El castaño se sonrojó en la oscuridad de su habitación.
- Si Bilbo. Me gusta estar contigo.
Bilbo no supo que más poner, mejor dicho no sabía cómo tomar esas palabras – Tengo que bajar a cenar y creo que luego voy a dormir, hasta mañana Sr. Oakenshield!
- Sí, claro, hasta mañana Bilbo.
Luego de ello, Bilbo se desconecto rápidamente, lamentaba mucho haber cortado así tan de repente la conversación, pero la verdad es que ya no sabía que responder ante las palabras de su maestro.
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A la mañana siguiente Bilbo literalmente saltó de la cama para que no se le hiciera tarde, le había prometido a su profesor que no faltaría a la escuela y nada, ni nadie en toda la faz de la tierra le iba a impedir llegar a sus clases.
Al fin había llegado a la escuela sin ningún impedimento, lo único malo era que la clase de Historia le tocaba hasta la cuarta hora, así que tendría que esperar tres horas para poder ver a su maestro.
Las tres horas de espera se le habían hecho eternas, ni siquiera prestó atención a ninguna por estar pensando en que ya terminaran y cada vez que observaba el reloj de su celular ni siquiera habían pasado cinco minutos. Bueno, pues al fin habían tocado el timbre que le indicaba que tenía que cambiar de clase, el salón de historia estaba hasta el otro lado del pasillo pero no le importaba ir hasta allá, se apresuró y recogió todos sus útiles para poder irse.
Ya en el salón estaba bastante nervioso, quería ver a Thorin, sabía que no entraría y le diría “Buen día Bilbo, no sabes cuánto me gustas ¿Quisieras salir conmigo” , no, era obvio que no le diría nada parecido a eso, pero igual estaba ansioso. Ya todos habían tomado asiento en sus lugares correspondientes, el picaporte de la puerta dio vuelta – muy lentamente desde el punto de vista de Bilbo – hasta que la puerta dejo ver al hombre que la había abierto.
Thorin entró algo lento poniendo seguro a la puerta, pasó su mano derecha por su cabello para acomodarlo, Bilbo volteó inmediatamente a verlo y tragó saliva mientras lo hacía “¡Por el amor de dios! ¡¿No podría verse más jodidamente sexy?!” pensó. Al igual que el castaño, el más grande viró la mirada hacía el otro sonriéndole sutilmente y luego se dirigió a su escritorio.
La clase fue como cualquier otro día, Oakenshield dando explicaciones y dejando tarea, mientras Bilbo solo podía pensar en todas las cosas que quería decirle y que la verdad le avergonzaba hacer así que mejor no las diría.
Cuando el pelinegro marcó tarea para resolver en el salón, se fue a sentar en donde se encontraba su escritorio, bastante pensativo a decir verdad. Le había preguntado a Bilbo si iría a la escuela por una razón, quería hablar con él al final de la clase y esperaba que Bilbo no lo rechazara y dijera que no tenía tiempo o algo por el estilo, aunque no lo creía, Bilbo había entrelazado su mano con la de él correspondiendo a sus caricias ¿No?
Extrañamente para ambos la clase pasó más que rápido y ya tan solo faltaban cinco minutos para que el timbre sonara, Bilbo observaba su celular a cada segundo pensando que mágicamente el tiempo se adelantaría. Los últimos minutos de la clase pasaron y el timbre se hizo escuchar, todos se levantaron instantáneamente tomando sus cosas, menos Bilbo que recogió sus cosas lentamente para quedar a lo último. Ya cuando quedaban pocas personas, como unas dos o tres, el más grande nombró al castaño.
- Bilbo… - El castaño volteó enseguida - ¿Podrías venir un momento? – Bilbo tomó su mochila, se la colocó en su hombro derecho y caminó en la dirección en donde se encontraba su profesor.
- Ahhh… - De la boca del menor no podían salir palabras se había quedado sin ellas, no tenía la menor idea de que decirle.
- No digas nada – Dijo tranquilo Oakenshield, se levantó de su asiento y se paró enfrente de Bilbo, Bilbo lo miró a los ojos - ¿Sabes sobre qué quiero hablar?...
- Amm… ¿Sobre lo que pasó entre nosotros ayer? – Hizo una pausa tragando saliva – ¡Si es así perdone! ¡Si hice algo mal o cualquier cosa! ¡Perdone en verdad yo…
- Bilbo deja de decir idioteces, no hiciste nada malo – Le interrumpió – Y quisiera pedirte un favor.
- ¿Qué cosa?
- ¿Podrías dejar de llamarme de usted? Llámame por mi nombre ¿Está bien?
- ¿Por su nombre? ¿Está seguro?
- Bastante seguro… y sobre lo que hice ayer en tu casa… perdóname si te incomodo o algo así – “Aunque tengo lo pequeña esperanza de que no sea así”.
- No… - Bilbo se sonrojo de repente – No me incomodo, pero… señor, perdón, Thorin, estoy muy confundido la verdad, y-yo no sé, no entiendo que pasa.
El pelinegro rió un poco - Que gracioso, yo tampoco lo entiendo muy bien. Solo entiendo que, cada vez que estoy contigo me quedo fascinado por lo increíble que eres… - Thorin posó su mano sobre la mejilla de el más pequeño – Eres tan hermoso Bilbo…
- T-Thorin - El castaño elevó su mano izquierda poniéndola sobre la de Oakenshield que se encontraba en su mejilla.
El más grande sonrió acariciando la mejilla del castaño, después la bajo lentamente - Bilbo, quiero pedirte algo – Habló seriamente.
- Si, dime.
- Quiero que me contestes sinceramente, si no quieres puedes decir que no, no quiero obligarte o…
- ¡Solo dímelo!
- Si bien. Bilbo, ¿Me dejarías tener una cita contigo?
- ¿U-una cita? ¿De verdad? – Trataba de disimular su alegría ente aquellas palabras.
- ¿Por qué estaría bromeando con algo como eso?... Quisiera poder salir contigo a alguna parte ¿Me harías ese gran honor?
- Ah… Si... – Dijo en un tono bajo el castaño.
- No sabes que feliz me pone el escuchar eso – Thorin se agachó un poco quedando casi a la altura de Bilbo.
Justo cuando el pelinegro se agachó y quedo a unos centímetros de Bilbo, el menor se acercó rápidamente y le dio un tierno beso en la mejilla izquierda. Thorin luego de ello se puso más feliz que nunca y extendió sus brazos atrapando a Bilbo alrededor de ellos, el castaño sonrió ampliamente y enredo sus brazos alrededor del cuello de Oakenshield, correspondiendo así a ese cálido abrazo.
- ¿Y cuándo podrás salir conmigo? – Cuestionó Thorin aun abrazándolo.
- M-mañana estaría bien.
- ¿Mañana a las 6:30?
-¿Y mis clases extra? – Bilbo se separó un poco observando a Thorin
- ¿No creo que te importe perdértelas por un día? – Ambos rieron fuertemente, luego Bilbo volvió a hablar.
- Espero que a cambió de una excelente clase sea una excelente cita – Bilbo sonrió.
- Dalo por hecho – Thorin volvió a abrazar a Bilbo con más fuerza esta vez, iban a tener una cita, ninguno de los dos se lo podía creer.
Continuara…