Harry al ver la espera de Malfoy, se puso más recto y le miró más enfadado.
-¿Qué contestas si o no?- Gruñó Harry ya hartó del silencio, con esa aura de antes.
Malfoy al escuchar y verlo así levantó una ceja y se rió, vio como Harry se le ponía peor cara , haciendo que el aura se extendiera. Y antes de que Harry dijera algo, Malfoy le dió la mano dejando a Harry con los ojos sorprendidos.
Le dio la mano suavemente provocando “chispas” entre ellos, Malfoy le miro e intento analizar con “esa” extraña mirada y le sonrió ¿de manera seductora? dejando a Harry patidifuso.
-Tregua Potter.-Contestó sin el arrastrar de palabras.
Después de lo dicho le soltó la mano y los dos se fueron a sus mesas, todos les miraban con curiosidad. En el momento en que se sentaron en sus mesas empezaron los interrogatorios por parte de los amigos de cada uno.
Las serpientes, estaban teniendo esta conversación en la mesa, hablando en voz baja.
-¡Draco! ¿Qué ha pasado ahí? ¡ahora mismo nos cuentas que ha sido todo eso!- Ordenó algo histérica Pansy mientras que los demás del grupo miraban a Draco.
-¿Pues una tregua entre Gryffindor y Slytherin?-Preguntó retóricamente Draco sarcástico a Pansy. Esta le miró mal e hizo un sonido de exasperación.
-Draco ¿qué te estás proponiendo?- Preguntó Theo mirándole sabiendo lo que se proponía.
-Nada.- Contestó él con una sonrisa que daría envidia hasta al gato Cheshire.
- Tú sabrás lo que haces, pero ¿no nos podrías dar alguna pista? Vamos que somos tus amigos...-Solicitó Blaise con una sonrisa socarrona.
-¡Anda!- Suplicó Terence impaciente. Draco suspiro de lo pesados que eran.
-Luego a lo mejor os lo digo pero, ahora no.-Indicó él avisando que los Gryffindors les estaban mirando, la mayoría les miraban no muy convencidos. Luna directamente no miraba, estaba más feliz que una perdiz mientras veía los cuadros. Hermione miraba a Draco con suspicacia, dejando a Draco con sospecha. El único que no miraba era Harry que estaba muy entretenido con los pasteles y ruborizado. Draco vio eso y le miró curioso.
Los leones estaban teniendo esta conversación, en el mismo momento.
-¡Harry!¡¿Qué ha sido eso?!-Añadieron los tres Weasleys a la vez, bastante alterados.
-Bueno… Pues qué hemos hecho una ¿tregua?-Explicó Harry dudoso de las reacciones de sus amigos.
-¿Qué?-Cuestionó Ron después de casi atragantarse.
-¡Hermione dile algo!-Añadió Ron creyendo que era una locura lo que Harry había dicho.
-Bien hecho Harry, me parece bien. Ya no somos niños para que estemos peleando y discutiendo en todas partes.-Secundó Hermione sonriendo y ayudando a Harry, dejando a Ron casi dandole un infarto.
Después de que Hermione dijera eso los chicos se quedaron en silencio, Fred y George segundos después enmendaron sus acciones, añadiendo que también les parecía bien, luego Neville y Luna, y el último a regañadientes Ron. Harry les sonrió por el apoyo, sintiéndose arropado.
-Harry me parece muy interesante esas miraditas y sonrisas de Malfoy, cuando estaba aceptando la tregua.- Agregó susurrando Luna, dando a entender otra cosa, provocando que este se ruborizase y pusiese su atención a los pastelitos. Hermione que estaba al otro lado suyo sonrió, habiendo escuchado lo que Luna le había dicho.
-Concuerdo contigo Luna.-Sumó Hermione riéndose pícaramente, haciendo que Harry intentará ignorar a ambas y poniéndose más rojo.
--------------------------------------------------------------------------------
Mientras que los chicos estaban en la tetería, Abigail estaba remodelando los armarios de todos.
-¡Remus, Arthur! ¡Salir ya de los jodidos probadores! ¡Ya!-Bramó Abigail enfadada, haciendo que los dos hombres salieran con miedo.
Remus iba con una camisa blanca fina subida hasta el codo y un chaleco marrón, con unos pantalones del mismo tono, con un cinturón marrón del mismo tono con zapatos negros oscuros.
Arthur llevaba una camisa azul fina subida hasta el codo, con unos pantalones blancos, un cinturón negro con unos zapatos color crema.
En el momento que les vio empezó a dar pequeños saltitos, alrededor de ellos y diciendo cosas en francés. Provocando que todo el mundo les mirase, haciendo se pusieran rojos de la vergüenza a Remus y a Arthur. Este último si seguía así no se diferenciaría del pelo.
Al minuto, Abigail llamó a una dependienta.
-Miss je peux vous aider?(¿señorita le puedo ayudar en algo?)-Preguntó una dependienta divertida por la escena.
-Oui. Je pourrais payer pour cela ?(si ¿podría pagar todo esto?)-Preguntó Abigail, aprovechándose de que Arthur y Remus no entendían el francés.
-Effacer donnez-moi votre carte et me montrer votre ID. (Claro deme su tarjeta y enséñeme su DNI.)-Contestó la dependienta mientras le cobraba a Abigail, provocando las quejas de Remus y Arthur que decían que ellos se lo podían pagar, pero se callaron por la mirada de Abigail. Asumiendo que era mejor callarse y porque así nunca lo conseguirían, y por lo tanto admitiendo su derrota.
-Allez-vous porter? (¿se lo va llevar puesto?)-Añadió la dependienta haciendo referencia a la ropa puesta de Remus y Arthur, Abigail asintió. La dependienta sonrió y empezó a guardar las demás prendas en bolsas.
Media hora después, los pobres hombres suplicaban poder sentarse y tomar algo, después de que fueran tan pesados aceptó la sugerencia. Vieron una cafetería que estaba cerca de un edificio de negocios e inmediatamente entraron para poder sentarse, y pedir algo a la camarera.
Abigail les dijo que iba un momento al banco de enfrente que no tardaría mucho, así que les dejó solos. Mientras charlaban de su “adicción a las compras”, entre otras cosas. Minutos después Remus quería ir al baño, así que le avisó a Arthur que no tardaría mucho y se acercó a la barra.
-Perdone.- Dijo llamando la atención de una de las camareras.
-Oui?-Preguntó curiosa la camarera que se acercó.
-¿Podría decirme dónde están los aseos?-Preguntó vocalizando exageradamente Remus.
(NA: Vamos como hacemos todo el mundo cuando no sabemos hablar un idioma. Como si fueran tontos o sordos, y por supuesto nos miran raro. XD)
La camarera le miró extraña y avisó a otra compañera, que se acercó y empezó a hablar entre ellas señalándole y Remus suspiró.
-Pardonnez mon ami ne parle pas français pourriez-vous nous dire où est la salle de bain s'il vous plaît?(Perdone mi amigo no sabe hablar Francés. ¿podría decirnos dónde están los baños por favor? )-Comentó una voz detrás de él, Remus se giró y vio a Lucius Malfoy embutido en un pulcro traje muggle, este le sonrió y volvió a mirar a la camarera que le hacía señas.
-Oui Monsieur(Claro Señor.)-Le contestó la camarera mientras le indicaba donde estaba el aseo, Malfoy asintió y fue hasta Remus.
-Señor Lupin los aseos están por allí.-Añadió mirándole intensamente poniendo nervioso a Remus, señalando donde estaban los aseos.
-Gracias Señor Malfoy.-Agradeció rápidamente antes de que se le fuera la voz, mientras iba allí. (NA: vamos que huía XD).
El rato que estuvo en el baño, además de hacer sus necesidades, se lavó las manos y la cara. Mientras se echaba el agua en la cara se intentó quitar el acaloramiento, esa mirada le había puesto nervioso a él y al lobo. Eso era algo que nunca le había pasado, sinceramente no lo iba a pensar, lo iba a olvidar enseguida. Después de tranquilizarse, salió y fue directamente a la mesa. Allí vio a Arthur ruborizado, a Abigail con una sonrisa pícara y en la mesa de delante estaban Lucius Malfoy, Blake Zabini, Theodore Nott (Padre), Damien Bôle, Roger Higgs y Stefan Pucey. Todos iban con trajes muggles al parecer habían ido por negocios.
En el momento que Remus se sentó, Abigail le sonrió de la misma manera, se acercó más a Remus.
-Remus ¿Sabes que he visto?-Dijo ella misteriosamente, con una sonrisa pícara.
-¿Qué has visto?-Preguntó receloso sabiendo como eran los Black y en los problemas que siempre le metían.
-Primero a Nott hablando con Arthur y a Lucius contigo...-Comentó ella esperando una reacción, el pobre Remus casi se atraganta con el café provocando que los hombres de delante les mirasen.
-¿Abigail?-Preguntó Malfoy sabiendo de sus triquiñuelas, y colaborando con ellas de manera más sutil.
-¿Qué haces aquí?-Preguntó para poder tener una excusa, Abigail sonrió sabiendo que movimiento estaba haciendo.
-¡Lucius! Pues de paseo...-Contestó Abigail sin mucha convicción.
-Sabes creo que tienes una adicción a las compras.-Añadió Malfoy con una mirada divertida, ella le miró mal y abrazó al brazo de Remus provocando que se pusiera rojo como un tomate.
-¡Abigail! ¿Qué haces? ¡Compórtate!-Susurró Remus, sabiendo de que eran capaz todos los componentes de la familia Black. Ya que había sufrido lo mismo con Sirius.
-Nada, solo me protegía del “malvado” Malfoy.-Explicó ella, Remus sabía perfectamente a que estaba jugando, sonrojado intentaba que le soltara.
-Abigail, deja al señor Lupin que le va dar algo.-Añadió el señor Zabini medio divertido provocando que se pusiera más rojo, que Lucius ocultase la sonrisa con la taza de café y ella le soltó, este se alejo de ella.
-Sabes Blake eres un aguafiestas.-Contestó ella medio enfurruñada, Zabini solo negó con la cabeza divertido. Lucius seguía mirando a Remus, el cual rehuía su mirada.
- ¿Y mi Draco?-Preguntó ella a Lucius, buscándole con la mirada.
-Se fue con unos amigos suyos.-Contestó Lucius, siendo algo más sutil al mirar a Remus.
-¿Y mi prima?-Preguntó curiosa e irónica Abigail.
-No lo sé, ni me importa.-Contestó él intentando suavizar su mueca, Abigail asintió.
-Vale, gracias. ¿Sabes por dónde se ha ido con sus amigos, mi sobrinito? -Preguntó ella sonriente, Arthur y Remus los miraban a ambos como si a estos les hubieran salido antenas y alas, o como si estuviesen hablando otro idioma.
-Seguramente, están haciendo turismo.-Respondió el señor Nott, adelantándose a Lucius. Lucius estaba pensando sin saber muy bien para que quería esa información Abigail.
-Encantado de veros, pero nos tenemos que ir, espero volver a veros.-Se despidió Lucius, y su grupo, mientras pasaba por al lado miró con esa mirada tan intensamente, Nott también hizo algo parecido solo que esa mirada iba para Arthur. Cuando se fueron Arthur y Remus tenían sendas miradas de extrañeza, curiosidad e incluso algo de miedo.
-¡Vaya, vaya! Al parecer dos serpientes están interesadas en dos leones...-Canturreó Abigail con una sonrisa pícara, mientras dos leones rojos como tomates negaban lo imposible, haciendo reír a Abigail. Cansados de estar en el café fueron a su muerte. Volver con Abigail de tiendas.