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La verdadera Historia de Harry por IruchiSlytherin

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:
''...'' pensamientos
-...- dialogo
lo que vaya asi parsel.
Todos los personajes son tomados de la obra de J.K. rowling sin animo de lucro.
 

-A mi Dumbledore nunca me pudo controlar, ya que muy pocas veces estaba aquí. Viví en Francia durante todo mi vida, pero solía hacer viajes o escapadas a Londres para ver a Sirius y a Regulus. Por lo que Dumbledore nunca se pudo hacer con mis regalos o pruebas.- Dijo sonriendo, se levantó y fue hasta las escaleras, después de unos minutos Abigail bajo levitando un pensadero, y un baúl. Lo colocó en los sillones del salón.

 

Sentado ambos, en el sofá abrió el baúl y fue sacando libros, la gran mayoría eran álbumes de fotografías. Se los acercó a Harry para que los abriese, los fuera viendo.

 

 

 

En la primera página había una foto muy rara para él, estaban Sirius, Remus, su padre, su madre, y unas personas que iban con el uniforme de Slytherin todos tendrían más o menos su edad. 

 

En la esquina izquierda  de la fotografía, estaba Sirius que miraban mal al que estaba cerca de Remus, ya que le abrazaban, pegándolo a él, era un chico rubio más bien albino, vestido con el uniforme de slytherin. Mientras que el chico moreno de al lado de Sirius parecía bufar de los comentarios y acciones de los demás, también estaba vestido con el uniforme de slytherin. A su lado estaba su madre que le daba una colleja a una chica de pelo negro, totalmente despeinada, con el uniforme de slytherin. Al lado de ellas estaba su padre que parecía que se estaba metiéndose con la chica, al otro lado de él, estaba una chica parecida a Abigail, pero más joven, que estaba vestida con ropa muggle siendo abrazada por un chico de slytherin. Al lado de Abigail estaba un chico muy parecido a Sirius, pero estaba vestido con el uniforme de slytherin, sonrojado siendo abrazado por otro chico de su casa que sonreía ladinamente. Al lado de la pareja, estaba un chico pelirrojo sonrojado con una sonrisa inocente siendo abrazado por otro chico con el uniforme de slytherin. Siguiéndoles estaba un chico con el uniforme de gryffindor abrazando a un chica de su casa que ignoraban la cámara mientras se miraban con amor. Tambié estaban una chica rubia albina abrazada a un chico rubio albino, ambos con el uniforme de ravenclaw, la chica se parecía mucho a Luna. al lado de los ravenclaw estaba otra chica rubia, con mechones castaños vestida con el uniforme de slytherin. Y ya al final aparecía un chico mayor que ellos, parecía que tenía unos veintitantos, vestido con traje y túnica negra, serio pero que rodaba los ojos por la actitud de los chicos más jóvenes que él.

 

-Están Sirius, Remus, mi madre y mi padre.-Dijo asombrado, mientras acariciaba las caras de los nombrados y Abigail sonrió.

 

-¿No sabes quienes son los demás?-Preguntó con un tono  alegre, Harry alzó su mirada a ella curioso y volvió a mirar la foto frunciendo el ceño pensativamente.

 

-Pues, la verdad, no sé quiénes son.-Dijo rindiéndose. Abigail sonrió suavemente.

 

-Él chico que mira mal Sirius es Lucius Malfoy, él que estaba a su lado que bufa es Severus Prince Snape. La chica que está recibiendo una colleja es Bellatrix Black, ahora Lestrange, al lado estoy yo con Rabastan Lestrange. Luego me sigue Regulus Black con Rodolphus Lestrange. Los siguientes son Arthur Weasley con Theodore Nott padre, luego están Frank Longbottom con Alice su futura esposa. Los ravenclaw son Pandora y Xenophilius Lovegood.-Dijo Abigail, señalando a cada persona. Harry estaba mirando la fotografía asombrado.

 

-¿Pero no se llevaban mal, los gryffindors y los slytherins?¿Y quién es ese hombre?-Preguntó curioso mientras miraba la fotografía y al único que no llevaban uniforme además de Abigail.

 

-Sí se llevaron mal al principio pero hicieron una tregua, provocando ser amigos. El hombre era un ayudante del profesor de pociones, el profesor Slughorn, y el de defensa contra artes oscuras. Quiso ser profesor de defensa pero Dumbledore, siendo recientemente nombrado como director, no lo aceptó. Pero le ofreció ese trabajo como ayudante, desde ahí le empezó a manipular, y a separar esas “amistades” provocando lo que es ahora.-Explicó ella deseando fervientemente que Harr le creyese. Harry miraba asombrado al hombre.

 

-¡¿Me estás diciendo que este hombre es Tom Riddle conocido como Voldemort?!-Exclamó Harry y miró a Abigail que asintió.

 

Durante todo el día estuvo enseñándole fotografías, regalos, cartas que conservaba y más objetos en los que demostraba todo lo dicho. Ya mucho más tarde Harry preguntó algo muy clave.

 

-¿Pero no intentaron nada para volver a ser amigos o para volver a estar juntos?-Preguntó Harry extrañado de que se separasen y se odiasen casi inmediatamente.

 

-Si se acordasen, si, pero Dumbledore les bloqueo recuerdos y por lo que sé todos los recuerdos deben de estar guardados o se deshizo de ellos, Dumbledore. Aunque llevo estudiando como poder desbloquearlos, no se si podría llegar a hacerlo…-Dijo Abigail triste mientras seguía mirando la fotografía grupal.

 

-¿No hay ninguna forma?-Pregunto  triste y enfadado, viendo que Dumbledore nada más que destrozaba vidas.

 

-Creo que la hay, pero es casi imposible, tendría que utilizar mucha magia en ese hechizo y tendría que utilizar la sangre de cada uno o de parientes cercanos. Es decir, su propia sangre o sus padres o madres… O de sus hijos si los tienen. -Explicó mientras se frotaba los ojos con frustración.

 

-Bueno se puede planear como convencerles y bueno se podría buscar otras alternativas ¿no? Podemos buscar en libros o en gente especializada en recuerdos y hechizos que pueden existir para recuperarlos.-Dijo Harry , haciendo que Abigail le mirase asombrado.

 

-Eso es Harry, ¡eres un genio!-Exclamó contenta abrazandole , provocando que Harry diera un gritillo por el susto y se riera.

 

Horas más tarde, Abigail preparó el salón para la unión de los elfos. 

 

Harry vestía de blanco con una túnica que había modificado por Abigail a su tamaño, y los elfos domésticos se pusieron delante de él. Empezaron a pronunciar un hechizo en latín.

 

-servire, te ad me et vos in me, et uniri tueri( acepto que estéis unidos a mi y que me sirváis y me protegéis)-Abigail pronunció para que Harry lo repitiese. Con eso Abigail movió la varita alrededor de Harry y los elfos.

 

Al segundo unos hilos dorados salieron de la varita de Abigail, agarrándose de las muñecas de los elfos y de Harry, brillaron y se desvanecieron.

 

-Felicidades, Dobby, Winky estáis unidos a vuestro señor Harry Potter.-Comunicó Abigail sonriendo, los elfos domésticos se alegraron tanto que Winky empezó a llorar de felicidad. Harry antes de realizar el ritual, había intentado proponer a Dobby y Winky que además de unirse a él, por lo menos tuviesen un pago. Aunque al principio no quería, al final lo habían aceptado. No eran los únicos elfos domésticos que aunque estuviesen unidos recibían un pago, los demás que estaban unidos a la familia Potter y a la familia Black e incluso los que estaban unidos a Abigail a regañadientes recibían un pago. Se notaba que Hermione había calado con su lucha porque los elfos domésticos tuviesen un trabajo digno y un sueldo.

 

-Hemos estado mucho rato charlando, por que no vamos a dar una vuelta. Así nos despejamos un poco.-Dijo Abigail viéndole muy pensativo y con la tristeza que arrastraba desde que despertó.

 

-¿De verdad?-Preguntó sin poder evitar actuar sorprendido.

 

-Claro.-Confirmó ella sonriéndole.

 

Abigail y Harry decidieron ir a visitar Londres Muggle, compró una cámara fotográfica muggle mientras hacía turismo, hacía fotos. Desde graciosas como en las que aparecían los dos poniendo caras tontas a la guardia real inglesa en el palacio de Buckingham, hasta las bonitas como en las que aparecía Harry mirando asombrado Londres desde el London Eye.

 

Durante todo el rato Abigail consintió a Harry como nunca, disfrutando de su alegría. En algunos momentos, deseaba torturar hasta límites insospechados e incluso matar a los Dursley y al “gran” Albus Dumbledore, por el sufrimiento que causaron a Harry. Él se conformaba con las cosas más simples e insignificantes, e incluso era feliz por ellas.

 

Ya de noche viendo bostezar a Harry le tuvo que convencer para volver a la mansión, y convencerle que otro día volverían para visitar más lugares.

 

Al volver, Harry subió a ducharse y mientras Abigail también fue a su habitación a hacer lo mismo. En su habitación le estaba esperando una lechuza dentro, llevaba unas cartas de Hogwarts.

 

En la primera, venía la lista de materiales que necesitaría para el nuevo curso, y en la segunda era una carta de Dumbledore.

 

    “Querido, Harry:

 

Querido hijo mío, te escribo porque me he enterado de que tu nueva tutora es la señorita Abigail Black Di Morillo. Ciertamente ha conseguido convencerte de que la eligieras. Debes de entender que tienes que estar con tus tíos, que son tu familia de verdad, y gracias a eso, tu protección sanguínea. Estando con la señorita Di Morillo, no estás a salvo de Voldemort y sus planes. Te pido mi querido niño, que recapacites, e intentes por todos los medios separarte de esa mujer.

 

    Firmado: Albus Dumbledore, director de Hogwarts.”

 

Harry intentó no destruirla aunque la arrugó bastante al contenerse, así que la dejó en su escrito y fue a ducharse. Ya estaba vestido con su pijama, cogió la carta del director y bajó hacía el salón. Con la carta recibida por Dumbledore, le mostraba que Abigail tenía razón y cada acción por su parte debilitaba su confianza en él.

 

En cambió Abigail despues de ducharse, se pusó su pijama, que era un camisón de seda negro con detalles de puntilla y la bata que tenía la puntilla en conjunto.

 

Al bajar, vio a Harry vestido con su pijama, que se componía de un pantalón de chándal y una camiseta muy ancha con un dibujo de Iron Man , el superhéroe, hablando entusiasmado sobre la salida a Dobby y a Winky. Se fijó en la mano de Harry llevaba una carta, y se extrañó.

 

Los elfos le escuchaban y miraban felices, ya que su amo ya no parecía tan triste como años atrás. Harry con duda le dio la carta que tenía en su mano, aunque temía que se enfadase con él. Abigail, leyó la carta, y si estaba enfadada no lo mostró y la descartó fácilmente.

 

Cenaron tranquilamente, cansado se despidió de Abigail al terminar y se subió a su habitación. 

 

Mientras se preparaba para irse a dormir, les contó su día a Neftis y a Nua, las acariciaba y mimaba. Estando en la cama con ellas, el cansancio se apropió de él y se quedó dormido con ellas.

 

A la mañana siguiente, Harry se levantó más feliz , por lo hecho la otra tarde y por la confianza que le dió Abigail. En la cama acarició suavemente  a sus familiares, rápidamente se despertaron y jugaron con él.

 

Minutos después se vistió y bajó con Neftis y Nua al comedor, queriendo estar con ellas mientras desayunaba con ellas.

 

Después de desayunar, Abigail y Harry jugaron con sus familiares.

 

 

 

 


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