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La verdadera Historia de Harry por IruchiSlytherin

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-¡Despacho del Profesor Snape, en Hogwarts!-Dijo Harry en voz alta sin saber si lo había dicho bien.

Nada más las llamas extinguirse, vio que llegó a la chimenea del profesor. Toda la habitación estaba a oscuras y cuando fue a moverse fuera de la chimenea, una sombra encendió las velas. 

Era el profesor Snape en bata negra, pero no la habitual que llevaba para ir a dar clases. El profesor le acompañó hasta la puerta sin hablar y le cerró la puerta con un gesto de cabeza que correspondió rápidamente Harry. 

Al verse a solas Harry sacó la capa de invisibilidad y se tapó con ella. El camino hacia la torre fue silencioso y desierto, dijo la contraseña a la dama gorda y esta se abrió medio dormida sin saber quién era el que había dicho la contraseña.

Nada más subir, decidió guardar todas las cosas nuevas en el baúl, agrandando cada una hasta que estuviese en su tamaño y colocándolas deprisa. Cansado y sin querer perder más tiempo se acostó en la cama, e inmediatamente cerró las cortinas, colocándose entre Neftis y Nua que no dijeron palabra alguna y cayó en un sueño profundo.

Una luz le dió en la cara a Harry, provocando que se despertase. La luz se colaba por una rendija de sus cortinas, bostezo y se estiró mientras se frotaba los ojos.

Pensó en salir de la cama para contarle las cosas a los chicos pero se acordó del collar y de lo que hacía. Si les notaba como amigos leales o familia, mostraría como es en realidad y eso provocaría que muchos no supiesen que es Harry. Y sinceramente no quería ver la repulsión en sus caras, le dolería mucho y le hundiría en el fango hasta no poder respirar. 

Así que tenía que pensar en cómo decirlo antes de mostrarse. Cómo mostrarse y prepararse para cualquier situación, ya fuese buena o no tan buena.

Se sentó en la cama mientras se rascaba la cabeza pensativo con la mirada perdida hasta ver lo que tenía enfrente, la capa de invisibilidad. Entonces se le ocurrió una idea. 

Hacer lo que hizo en tercero, ir a Hogsmeade. Donde los chicos estarían, y él bajo la capa usaría los túneles hasta la tienda de Honeydukes. Buscaría a los demás mientras utilizaba la capa y les hablararía sin intentar darles un infarto y estando en un lugar seguro se mostraría.

Sacó la cabeza entre las cortinas y miró por si había alguien más en la habitación, dándose cuenta de que estaba solo él y sus familiares. Así que salió, cogió ropa sin fijarse mucho en lo que había agarrado y se metió en el baño para darse una relajante ducha rápida.

Cuando estaba desnudándose se vio reflejado en el espejo, se fijó que se veía cambiado, pero también vio que el colgante resplandió anunciando de que estaba funcionando.

 Se observó detenidamente, decidiendo que la ansiedad no podría con él. 

Parecía que había crecido un par de centímetros pero no mucho más, siendo todavía más bajito que los demás, las cicatrices estaban pero ya eran algo más imperceptibles.

 Su pelo parecía ser sedoso y largo, pero seguía siendo igual de rebelde, no tanto como un nido de pájaros pero ahí seguía. 

Seguía siendo delgado pero era una delgadez atlética, grácil y delicada, no como antes que era de enfermedad y pasar hambre. 

Su piel era un moreno suave con toques dorados, no estaba pálido ni tan moreno de pasar las horas al sol durante el verano después de trabajar tanto en el jardín.

 Sus ojos como los de su bisabuela estaban enmarcados en unas espesas pestañas negras, seguían siendo verdes pero no como los de ella, sino que su tono era más eléctrico, parecía el color de la propia maldición asesina. Su nariz era pequeña y sus labios gruesos, regordetes de un color frambuesa.

Se dio cuenta de que ahora tenía un poco más de caderas, pero no tanto como parecer una mujer, si no más bien era muy andrógino. 

También tenía las uñas de las manos más largas y parecían afiladas. Se mordió un labio y notó que sus colmillos eran más largos, se acercó al espejo, para verlos mejor.

 Abrió la boca y ahí confirmó que así era. No eran muy largos, pero sí más que los demás. Al acercarse vio que sus orejas eran picudas y que por su espesa y larga cabellera no se notaban. Pero si se concentraba podía oír cosas que estaban pasando en el salón de la sala común, algo que antes no se había dado cuenta y que sus ojos veían mejor que con la poción que le dieron para arreglar su vista. 

Suspirando y aceptando que así se vería en adelante, se recogió el pelo en una coleta, transformando un cepillo pequeño que había allí en una goma y así se introdujo dándose una rápida ducha. Se vistió sabiendo que la ropa tenía hechizos para almodarse, se calzó rápido para salir y coger su mochila y capa de invisibilidad.

 En la mochila decidió meter el retrato pequeño, el mapa merodeador y los libros que cogió de la bóveda, en un bolsillo escondido, en los demás añadió algunos pergaminos, plumas, el tintero y el cuaderno por si tenía que decirle algo a Abigail.

Ya preparado, se puso la mochila y por encima la capa. Respiró profundo para coger valor y se dispuso a hacer el recorrido rápidamente.

Llegando al túnel hacía Honeydukes, casi se encuentra a Dumbledore oyendo que iba susurrándose a sí mismo. Por un momento casi decidió seguirle pero por su intuición no lo hizo.

Recordó que él sabía que tenía la capa y le podía pillar, mandando todos los planes al traste. Así que pasó rápidamente, llegando tan rápido a Honeydukes que le faltaba el aire.

Al llegar, salió intentando no chocar con nadie, y ya afuera de la tienda empezó a buscar a los chicos pero no los encontraba en ningún lugar.

“Debería encontrar a Hermione primero y por lo tanto encontraré a Ron y más tarde a los demás. ¿Si fuese Mione donde estaría?... Recuerdo que dijo que le quedaban pocas plumas nuevas, así que estará en la tienda de plumas Scrivenshaft.” Pensó Harry mientras se dirigía hacía allí. Se estaba desesperando cuando captó algo. La voz de Hermione que parecía regañar a alguien.

Ya allí vio como salían Hermione que estaba regañando por algo a Ron, mientras Neville intentaba no reírse de las caras que ponía su amigo pelirrojo. Así que fue rápido hasta ponerse detrás de ellos. 

Estuvo a la espera de que se acercaran al callejón que estaba a su izquierda. Cuando lo hicieron, tiró del brazo Hermione, alarmando a los tres que siguieron rápido a esta y antes de que alguno lanzase a diestro y siniestro hechizos, Harry habló.

-¡Chicos soy yo, Harry!- Exclamó en voz baja, haciendo que ellos respirarán tranquilos, pero se preocuparon al notar que si llevaba la capa puesta es porque algo estaba pasando. Y sabiendo la suerte de Harry, pensaron que era algo malo.

- Harry, ¿Por qué llevas la capa puesta?-Preguntó Hermione, recelosa por las malas noticias que esperaba.

- Es difícil de explicar...Así que lo voy a intentar resumir. Este verano, cuando todavía vivía con los Dursley, el día de cumpleaños entre en mi herencia mágica, por lo que he sabido más tarde y bueno al parecer he cambiado físicamente... Aunque llevo un collar que lo oculta, pero los que pueda considerar amigos leales o familia podrán ver mi forma real.-Explicó con voz baja y algo temerosa Harry.

- Por eso llevas la capa... Has estado echandote hechizos glamours. ¿Cierto?- Afirmó con voz seria Hermione, preocupada de que se hubiese dañado de alguna manera.

-Sí... Siento no haberos dicho antes, pero es que no quería que cambiases la manera de tratarme.-Contestó con la misma voz baja y temerosa, haciendo que sonrieran con ternura y con algo de pena los tres.

-¡Oh, Harry! Nunca haríamos eso.-Afirmó Hermione mientras Neville y Ron asentían dándole la razón.

Harry al ver esto, suspiró y se quitó la capa con los ojos cerrados, esperando lo peor. Pero al rato no se oía nada así que abrió los ojos. Se encontró con las caras de Ron y Neville boquiabiertas y una Hermione con una cara de como si hubiese encontrado el dorado.

-¿Chicos estáis bien?- Preguntó casi susurrando Harry, al oirle reaccionaron los tres. Ron y Neville cerrando la boca con un sonido algo doloroso y Hermione sonriendo mucho más si podía.

-¡Oh por las barbas de Merlín! ¡Qué mono eres así!-Medio  gritó Hermione mientras giraba alrededor de él dando pequeños saltitos. Harry la miró parpadeando sin saber qué decir. Menos mal que la conocía porque sino se asustaría.

- Voy a tener que espantar a la gente, si te ven así...-Dijo Ron riéndose al saber que al fin tendría que ejercer de hermano mayor. Harry se rió aliviado, mientras que Neville le sonrió pensativo.

-¿Podrías Harry seguirnos con la capa? Para explicarle a los demás y así no se sorprendan tanto.-Añadió Neville planeando todo mientras que Hermione estaba extasiada mirando a Harry pensando que ropas les quedaría espectaculares, como si fuese su muñeca a tamaño real. Ron se reía de la escena. Harry sonrió suavemente temeroso ante como los demás podrían actuar. Dicho eso Harry se colocó la capa, siguiéndoles hasta estar enfrente de la casa de los gritos.

 Allí estaban los gemelos, Seamus, Dean y Luna charlando, pero mientras se acercaban, vieron que también estaban las serpientes allí.

-Harry...¿Quieres hacerlo en otro momento o quieres que ellos también lo sepan?-Preguntó en susurros preocupada Hermione sin saber que hacer, siendo escuchada por los tres. Harry se quedó en silencio pensando y decidió ser valiente.

- Tarde o temprano se sabrá, además Voldemort no ha estado haciendo nada. Sin contar que ellos no tienen la marca ni nada. Ya es hora de que la confianza de la que hemos hablado se haga realidad.-Contestó él y con eso terminaron de acercarse hasta ellos.

-¡Mione, chicos! ¿Qué tal?- Preguntaron los gemelos intentando huir de Terence y Adrián que estaban coqueteando con ellos abiertamente, poniéndolos nerviosos y haciendo que ellos no  supiesen que hacer.

-Pues bien. Pero tenemos que deciros algo a todos, incluyendo a los slytherin. -Contestó Ron, provocando la atención de todos en ellos. Ron se compusó y puso una cara seria, miró a Hermione y esta asintió.

-Es sobre Harry, al parecer este verano entró en su herencia mágica. No se lo dijo a nadie y lo estuvo ocultando con hechizos glamour hasta que supo que pasaba. Anoche fue a ver a Abigail y fueron a confirmar sus sospechas, lleva un collar, el cual oculta a los ojos de los que no confía su antigua forma pero a los que confía, considera familia y amigos leales, se ve como es. Es un cambio bastante llamativo...-Explicó y avisó Ron hasta que Hermione le interrumpió sin poder evitarlo.

-¡Es super mono!-Exclamó ella provocando miradas de sorpresa, incredulidad por su actitud. 

También había miradas de curiosidad, así que  Ron tosió para poder continuar, provocando que Hermione se sonrojase y sonriese avergonzada.

- Como iba diciendo, Harry estará esperándonos en las tres escobas en una habitación y ya allí podremos hablar sin oídos en todos lados.-Dijo Ron recalcando dónde, para que Harry no demostrase a las serpientes que tenía una capa, y Harry conociéndole. Sabía que sería por si les hacía una broma en el futuro, pudiesen escapar sin que ellos sospechasen.  Los gemelos sonrieron ampliamente sabiendo que si Ron había recalcado el lugar es que Harry estaba con la capa, y siendo de los pocos que sabían sobre ella, supusieron del por que no comentar sobre ella.

Así que Harry decidió irse rápido a la tres escobas, y en un callejón se quitó la capa, guardándosela en la mochila. Se puso la capucha de su sudadera para que no le pudiesen  reconocer y camino hasta entrar a las tres escobas y acercarse hasta la barra, dónde se encontraba Rosmerta.

-Buenos días, querría una habitación.-Dijo Harry cambiando el tono de voz, ella no se fijó en quién era y cogió una llave mientras apuntaba algo con la pluma.

-Claro querido, serían treinta galeones.-Contestó ella agradable pero despistada apuntando lo que fuera en un pergamino. Harry dejó rápidamente los galeones y cogió la llave, yendo rápido a la habitación.

Ya dentro, se quitó el abrigo y la sudadera, y se sentó en una de las sillas, sacando uno de los libros mientras esperaban a que llegasen los demás.

 

 

 


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