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La verdadera Historia de Harry por IruchiSlytherin

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<Tranquilo Harry, no hay que ponerse nervioso. Solo los vas a volver a ver, nada más… ¡Argh! ¡A quién voy a mentir! ¡Estoy atacado de los nervios! ¡Esto aclara que lo que esté arriba le encanta verme así! Tranquilo Harry, solo tienes que actuar como la serpiente que eres a veces...>Pensaba para sus adentros mientras andaba paso tras paso hasta llegar a la puerta abierta del comedor, dónde se encontraban sus padres.


Nada más entrar, vió a su padre James sentado en una de las sillas, mirando con una mirada suplicante a sus piernas. Harry le miró confuso, hasta que vió que no se movía porque tenía en todo su esplendor a Nagini, apoyada en sus piernas, toda ella.


-¡Vamos Nagini te lo suplico! ¡Muévete por favor!-Decía sin darse cuenta que Harry ya había entrado.


-¿Por qué no te mueves de ahí?-Preguntó Harry en parsel, curioso por la situación que estaba viendo. Al segundo de terminar de hacer la pregunta, la cabeza de la serpiente y la de su padre se alzaron, y le miraron en un silencio sorpresivo. James boqueó sorprendido, mirándole parpadeando como un búho.


-Así que hablas la lengua de las serpientes. Encantada de conocerte Harry Potter. No me muevo por que el maestro le dijo que no se fuese ni hiciese ninguna locura, y como sé que no le hará caso, he decidido actuar. Así es como he acabado, actuando de niñera de mis dos maestros… Actúan peores que los niños...-Comentó la serpiente elevando parte de su cuerpo, Harry intentó ocultar su risa ante la exhaustiva información que le acababa de dar, pero supo que no lo había ocultado bien porque su padre le miraba curioso y con el ceño algo fruncido, y Nagini había soltado un siseo extraño como si fuese una pequeña risa.


-Bueno, puedo prometer que le puedo vigilar y, tu te bajas de sus piernas.¿Es un trato?-Agregó con una sonrisa mientras pasaba la mirada entre Nagini y su padre, con una especie de bufido la serpiente se arrastró fuera del regazo, James suspiró feliz y miró sonriendo a Harry.


-Gracias, por haber hecho vuestra magia de las serpientes…-Dijo James con voz y gestos nerviosos y una sonrisa temblorosa.


-¿Magia de las serpientes?-Preguntó Harry divertido, sonriendo ampliamente, James sonrió algo avergonzado y movió las manos nerviosamente.


-Es como llamo a vuestro don de hacer que las serpientes os obedezcan y hagan caso…-Dijo James, tocándose el cuello avergonzado, Harry soltó una carcajada. Harry se adentro más en el comedor hasta llegar a una silla, la tocó suavemente pensando en que decir ante el silencio que había. Tanto él como su padre evitaban mirarse nerviosos y sin saber que decir para continuar.


-¿Que te ha dicho Nagini? Porque nuestra querida serpiente mandona estaba siseando mucho.-Preguntó James antes de Harry pudiese soltar una tontería para no soportar el incómodo silencio. Harry al escuchar eso sonrió algo travieso.


-Pues… Que actuaba de niñera para dos adultos y que se puso encima tuya porque… Él dijo que no hiciese ninguna tontería, y ninguna locura, entonces Nagini sabía que no le ibas a hacer caso así que… Bueno a pasado esto.-Explicó Harry mirando pero evitando un poco su mirada al ver la de su padre tan intensa y atenta.


-¡Esa serpiente solo le hace caso a él! Además yo no hago locuras ni tonterías…-Se quejó James soltando un bufido, Harry sonrió recordando todas las historias que le había contado Abbigail.


-Eso no es lo que cuenta Abbi…-Dijo Harry con una risa y una mirada orgullosa que saco otra a James. Harry empezó a pensar y supo que era hora de hablar de lo que pensaba, así que desenterró su valentía.


-Yo...Querría preguntarte unas cuantas cosas. ¿Puedo?-Preguntó Harry, sentándose en la silla jugando con sus manos por el nerviosismo, mirándole pero a la vez evitándole. James se coloco en la silla, enderezándose en el sitio y asintió mirándole con una mezcla de sentimientos, preocupación, tristeza, miedo.


-Abbi me contó historias de como era, de como erais todo el grupo, como os conoció pero no sé cómo es tu historia. ¿Cómo empezó todo? ¿Cómo ocurrió?...-Empezó a preguntar Harry aunque fue interrumpido por su padre.


-¡Tranquilo, Tranquilo! Una pregunta por vez… La primera ha sido como empezó todo. Comenzó en Hogwarts donde conocí a mis mejores amigos, Sirius Black, Remus John Lupin y Peter Pettigrew. Aunque este último era muy miedoso, tímido y distante…


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Mientras los leones y la imaginativa águila, estaban reunidos en la sala menesteres, a la espera de los slytherins. Ya habían leído la carta de Harry, en los cuadernos y todos estaban con ganas de saber que estaba pasando allí y lo que estaba pasando en el interior de la cabeza de Harry.


-Harry tendrá miles de preguntas para el señor Potter, pero también para él… ¿No?-Comentó Neville mientras se acomodaba en uno de los sofás. Luna asintió mientras llevaba sus gafas extravagantes y su revista el Quisquilloso.


-Claro que sí, Harry es astuto y valiente, indudablemente estará preguntándoles y aclarando sus dudas antes de decir nada más.-Afirmó Hermione, mientras estaba leyendo a la vez un libro grande y pesado, repasando planes para cuando tuviesen las vacaciones en Hogwarts, que eran dentro de tres semanas, poder comunicarse con Harry sin ser detectados.


Ron estaba en silencio concentrado mientras escribía una carta cerca de la chimenea, cada vez que se confundía tiraba una de las páginas al fuego y volvía a empezar. Los gemelos observaban a Ron con una sonrisa traviesa pero curiosa a la vez, sabiendo porque su hermanito actuaba así y por lo tanto utilizar eso para su plan.


Seamus y Dean estaban acostados uno encima del otro, hablando de sus cosas en susurros para no destrozar el ambiente.


La puerta se abrió silenciosamente,dejando entrar sigilosamente a casi todo el grupo de las serpientes, menos al príncipe de hielo.


-Hemos leído la carta de Harry…¿Sabéis algo más?-Preguntó Pansy preocupada, y acercándose a paso apresurado a su querida Mione, dándole un beso en la mejilla como saludo cuando se sentaba.


-Creo que hemos tenido la misma carta, lo único que sabemos es quien se llevo a Harry y parcialmente el porqué.-Contestó Hermione, apoyándose en ella, sonrojándose, y sin levantar la mirada del libro.


Theodore con una sonrisa suave, se sentó al lado de Neville, cogiéndole la mano y besándole el dorso de ella. Adrián se sentó al lado de Luna, susurrándole algo al oído, que ella correspondió con una sonrisa y otro susurro.


Blaise se fue acercar al lado de Ron pero antes de que lo hiciese, los gemelos se movieron y se sentaron a sus lados, e incluso cuando se fue a sentar al lado de sus futuros cuñados, Terence y Lucian se sentaron quitándole la oportunidad. Con una mirada mortal se sentó enfrente de Ron, que era lo más cerca que podía estar por ahora, pensando en como hacérselo pagar a sus compañeros de casa.


-Bueno Ronikins ¿Has conseguido escribir ya la carta a Viktor Krum?-Preguntó Fred con una sonrisa socarrona, viendo como Blaise se tensaba y ponía una mala cara, al saber quien era el receptor y recordar la admirador de su querido león al buscador y antiguo alumno de Durmstrang.


-No todavía no, estoy pensando en como encajarlo con la amistad que tenemos todos con él con los planes que tenemos.-Informó Ron, sin fijarse en como Blaise ponía peor cara y sus celos se notaban a distancia.


-¿Qué planes?-Preguntó Theodore, dándole un sutil codazo a Blaise, que cambió algo su expresión.


-Hemos pensado en hablar con todos aquellos que son leales a Harry aunque conozcan a Dumbledore, por ejemplo: Krum, se hizo amigo nuestro cuando vino como campeón de Durmstrang y su padre es Ministro de Bulgaria, por lo tanto podría ayudar a Harry sobre nuestro querido director…-Explicó Hermione, viendo como las serpientes entendía el plan que proponían ante el cambio que había pasado.


-Es muy buena idea pero ¿porque estos planes? ¿Se debe al “secuestro” de Harry?-Preguntó Theodore interesado.


-Exactamente, por lo que sabemos, la fugada de Azkaban, era Nasia Clàrsach, hija de Narla, la líder de las arpías nómadas de Escocia. Se la condenó por seguir las órdenes del señor oscuro, al principio de su escalada de poder, por el cambio de leyes de la protección para las criaturas mágicas, y también se la condenó por llegar a movilizar a su bandada de arpías contra magos que estaban apropiándose del territorio en el que ellas estaban viviendo desde hacía siglos.-Informó Hermione cerrando el libro, acomodándolo en sus piernas, les miró y se aclaró la voz para continuar.


-Por lo que sabemos cuando se puso en contacto con Harry, estaban los gemelos y Neville, y ella les dijo que había estado al acecho hasta que se enteró de que Dumbledore había cambiado sus planes…-Explicaba Hermione cuando la puerta entrando por ella, Draco que venía apretando las manos como puños y mascullando. El silencio de la sala le saludo y él solo se sentó en el único asiento libre, fijándose después en que todos les miraban.


-¡¿Qué?! ¿Qué miráis?-Bramó Draco soltando toda su furia y rabia en ellos. Lo leones se sorprendieron y le miraron preocupados, en cambio las serpientes estaban tensas pero acostumbradas a este lado de la personalidad de su amigo.


-¡Ey Draco tranquilízate! No te pases ni un pelo. Puedo volver a hacer lo de tercer año…-Amenazó Hermione con enfado ante la postura de Draco, aunque ahora fuesen amigos, no lo iba a consentir. Draco se tensó al escuchar eso y la miró frío, y serio, cerró los ojos y realizó un par de respiraciones profundas, intentando relajarse, destensándose al rato.


-¿Qué hiciste hace tres años, mi ratoncita de biblioteca?-Preguntó Pansy curiosa al ver esa reacción en su mejor amigo. Hermione, evitó la mirada avergonzada y se sonrojo, los gemelos ocultaron sus sonrisas, Neville se hizo el desentendido, Luna estaba en su mundo.


-Le pegó un puñetazo en la cara, casi le rompe la nariz.-Informó Ron en voz baja sin quitar ojo a Draco, viendo que evitaba las miradas de todos. Las serpientes miraban de Hermione a Draco y al revés metódicamente.


-Siento haber actuado ahora de esa manera... -Dijo arrastrando las palabras y siseandolas mirando fijamente Hermione, que lo más seguro estaría maldiciéndola. Hermione se cruzó de brazos y no apartó su mirada de la suya, retándole a seguir con esa actitud.


-¿Ha pasado algo, Draco?-Preguntó Blaise sabiendo que hacía mucho tiempo que no se ponía así su amigo, recordando que solo se ponía así cuando veía a alguien cerca de Potter, cuando eran enemigos, y cuando alguien se metía con su familia, o con sus amigos.


-Me han querido atacar Sky y Prevell. Sin contar de que me he encontrado en medio de la discusión con el director y la profesora McGonagall, la vieja pasa ha intentado meterse en mi cabeza y además pensaba culparme pero McGonagall vio que Sky me ha querido volver atacar y me ha creído. Aunque tengo detención con el profesor Snape mañana…-Dijo Draco pero vio la preocupación y aclaró más cosas.


-Tranquilos la vieja pasa no entro en mi mente, tuve lecciones de oclumancia de mi padre desde que era muy pequeño, mis escudos fueron lo suficientemente fuertes como para distraerle.-Informó con una sonrisa de lado, sin tanta chulería como de costumbre, todos sabían que era por la desaparición de Harry.


-Menos mal, que tenemos otro plan sin Harry aquí y podemos ayudarle…-Declaró Terence algo más aliviado, animando a los demás un poco.


-¿Qué plan?-Preguntó serio Draco al escuchar el nombre de su novio.


-Tenemos un plan para poder ayudar a Harry desde aquí y también para cuando salgamos de vacaciones. Cuando Harry fue “secuestrado”, la fugada, que se llama Nasia Clàrsach, nos avisó de que Dumbledore cambió sus planes. Pensaba secuestrar a Harry, hacerlo pasar como ataque de los mortífagos, y hacerle lo mismo que al señor Potter.-Informó Hermione a Draco que se tensó y se le pasó miles de pensamientos que querría hacer realidad con la vieja pasa.


Continuaron planeando, pensando y eligiendo a gente que conocía a Harry y que le podía ser leal y ayudarles.


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Mientras en el despacho, Albus Dumbledore coloco todo compulsivamente e ignoro como el fénix trinaba de manera constante y estridente.


Cuando ya coloco todo, se marchó hacía el bosque prohibido, hasta llegar a pasar las fronteras anti aparición. Allí se apareció en su lugar secreto exactamente, bajo a las mazmorras y nada más llegar soltó toda su rabia, destrozando todo lo que estaba a su alrededor.


-¡MALDITO HARRY POTTER! ¡Cuando lo pille...!-Bramaba y gritaba con rabia de tal manera que no parecía el abuelo bueno y afable que se mostraba en público o a los demás.


-Encima su grupo de amigos sabe algo, Longbottom me mintió a la cara, contándome la verdad a medias…-Dijo recordando los poco que vio en la mente de ese “crío”.


-¡Maldito crío! Hablo con la arpía y ella sabía que había cambiado mis planes. Tengo que ser más cuidadoso y ser menos predecible, ya se me ha escapado Potter y su hijo, sin contar a Marvolo Slytherin que no hace más que escalar dentro del ministerio y de las familias más importantes aquí y fuera de Inglaterra…-Meditaba gruñendo mientras se movía de sitio a sitio.


-Tengo que hacer otra cabeza de turco para quitarme el peso ¿Pero quién? Fue una pena de que Gellert me traicionase. Aunque lo hice yo primero, pero pensaba compartir parte del poder con él, pero se enfado como un niño pequeño. ¡Fue una pena! ¡Pero entre los dos sabíamos que yo triunfaría!-Reflexionó en voz alta totalmente perdido en sus pensamientos egocéntricos y arrogantes.


-Ya se quien podría ser mi cabeza de turco…-Dijo con sonrisa casi maníaca y con alegría enferma arreglo todo lo que acababa de destrozar.


-Será tan fácil culpar a ese imbécil... Con ayuda de alguien despachado por la sociedad también, todos pensarán que han sido ideas de ellos para hacerse con mandos, poderío y jurisdicción.-Murmuraba mientras pensaba en su plan.


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