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Uchiha's Gaiden por Uchihauchiha

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Notas del fanfic:

Éste es mi primer Fanfic. 

¿Opiniones, preguntas o sugerencias? 

Dejarlas en los comentarios, por favor. 

Sin más que decir... ¡A leer!

Tras la insaciable búsqueda de venganza de Sasuke, finalmente logró enfrentarse a su hermano mayor. Teniendo por resultado una exhaustiva batalla, entre Sharingan, Mangekyō Sharingan, y jutsus estilo fuego. Itachi no estaba tan enfermo como se decía, sólo no le apetecía luchar con su 100%, después de todo era tu ototo.

Casi culminando la pelea entre ambos, Itachi se dio cuenta que Sasuke ya había llegado a su límite de chakra, y que si se excedía no sería bueno para él, trayéndole consecuencias irreversibles.

No obstante, sabía que era el momento de llevar a cabo su plan, pues no tenía en mente seguir con aquella farsa que llevaría a su hermano a la perdición. Pues el Uchiha mayor tuvo una charla con Madara, el cual le asomó sus planes futuros, y que una vez que Itachi muriera, Sasuke sería su nuevo peón, y que sabiendo lo inocente que era su hermanito aún, supo que no mentía. No se daría el lujo de morir, dejando a su Ototo en manos equivocadas, con planes retorcidos de odio y venganza.

Finalmente, Itachi logro capturar a su hermano, obligándole a que éste le escuchara. Realmente a Sasuke no le hacía mucha gracia, pues se sintió burlado y que éste no era tomado en serio. Itachi, tras haberlo liberado de su sello maldito con su espada de totsuka, logro tenerlo frente a él, casi vulnerable, Sasuke no podía casi ni moverse, el cual se vio obligado a escucharlo.

 Luego de una larga y cansada charla, Itachi terminó de contarle la verdad sobre la masacre de su clan, quién fue su cómplice y el porqué de todo.

Sasuke no podía creerlo… Realmente fue doloroso y abrumador escuchar todo aquello de su hermano. Se alteró en excesos, logrando así desarrollar el Amaterasu, Itachi no le sorprendió, pues sabía que luego de aquella confesión su Ototo jamás seria el mismo. Pero después de todo, sabía que era lo mejor, pues el Uchiha mayor no le agradaba la idea de que su hermano toda su vida fuera un vengador renegado, siguiendo los pasos de Uchiha Madara, y no los caminos de la paz, Sasuke dudo en creerle, pero después de todo, cada pieza encajaba, y finalmente comprendió que su Nii-san sí estaba llorando aquella noche en que se despidió y no fue un genjutsu, como había pensado. Era demasiado para él, no podía pensar con claridad, entró en un estado de shock, quedando paralizado y sin habla por mucho rato. Itachi, viendo el estado en que se encontraba su Ototo, finalmente decidió liberarlo, cayendo al suelo. Itachi se acercó a él, tratando de hablarle.

– Ototo ¿Estás bien? –  preguntó, agachándose a su nivel, tratando de levantarlo.

–N-no me toques.- Dijo tajante, era demasiado, más de lo que podía soportar hoy. Sasuke, tras el acercamiento de su hermano, salió de su estado de shock, sentándose, abrazando sus piernas con los brazos, metiendo su cabeza entre sus rodillas, hasta que… Comenzó a llorar, un llanto que venía desde su herida aún abierta, sin pintas de haber cicatrizado después de tantos años, siendo estrujada con agresividad por la confesión de Itachi,  llorando tanto como pudo, todo el dolor y el luto que se había guardado para sus adentros, finalmente había podido sacarlos. El azabache mayor, al darse cuenta de la situación en que se encontraban, se acercó a Sasuke, e irremediablemente comenzó a llorar con él, al sentir todos aquellos sentimientos encontrados.

– ¡¿Por qué Itachi?! ¿POR QUÉ TENÍA QUE SER ASÍ? – Decía entre llantos el Uchiha menor, mientras sentía la cercanía de su hermano. – Se supone que yo venía a matarte, a matar al único culpable de que mi vida haya sido miserable todos estos años, y en cambio me encuentro con todo esto ¡Toda ésta maldita y podrida verdad! Sin mencionar que aún no puedo vencerte, pues sigues siendo más fuerte que yo. – Decía, aferrándose al abrazo de su hermano.

– Perdóname, Ototo, no pudo ser de otra forma, eres lo más importante para mí, siempre lo has sido y siempre lo serás, y mientras éste vivo o aún después de la muerte siempre te voy a cuidar, eres mi pequeño hermano y Te amo Sasuke. – Le confesaba Itachi mientras lo atraía más a su cuerpo, quedándose en silencio, ambos. Abrazándose aún más, Cuando el mayor se percató, Sasuke se había quedado dormido en su hombro, ya había anochecido, y ellos aún estaban ahí, en lo que había quedado del templo de los Uchiha.

Acomodándose, se quedó dormido con su ototo apoyado en su pecho. A la mañana siguiente, ambos despertaron y partieron de allí. Se dirigieron a donde vivía Itachi, éste tenía una casa pequeña, bastante acogedora, que casi no era habitada, se la pasaba de misión en misión enviada por los Akatsukis. Tenía dos habitaciones, un baño una pequeña y atractiva sala y una cocina, no tenía muchos lujos, sólo lo necesario para vivir, dónde resaltaban las tonalidades blancas con colores azul oscuro y azul claro, muy bonito, Itachi siempre supo de moda, su personalidad era perfeccionista y le gustaba todo limpio y bien decorado.

– Ototo, bienvenido a mi hogar – Decía mientras le abría la puerta, y ambos entraban. Sasuke, no se sentía muy bien, después de todo, no era cualquier cosa lo que se había enterado la noche anterior. – Allí está el baño, por si te quieres duchar. – Ésta bien, gracias. – Respondió Sasuke, preciso. Dirigiéndose al baño. Entró a la ducha, tras haberse quitado lo que quedaba de su antigua vestimenta. Mojando su cabello negro, dejando caer el agua por su cuerpo de tez clara, tan blanca como la nieve. Pensó mientras tomaba la ducha, que por fin podría dejar ése odio que lo carcomía eternamente por dentro, ese odio que lo lastimaba cada vez que pensaba en lo que había sucedido, teniendo la certeza que su hermano era inocente de todo, y que los únicos culpables eran los altos mandos de Konoha – Tks, malditos viejos – Dijo, mientras chasqueaba la lengua. Cayendo en cuenta, que por fin podría tener una relación de hermanos con Itachi, entendiendo lo mucho que lo había extrañado todos estos años, y que de alguna manera se sentía realmente feliz de poder estar al lado de su Nii-san, otra vez.

Salió del baño, con la toalla puesta en la cintura. Percatándose de que Itachi estaba cocinando, notó la extraña escena, esbozando una sonrisa, sintiendo ese ambiente familiar que se trasmitía en aquel lugar, recordando que la última vez que se sintió en familia fue cuando tenía 14, estando con Naruto. Ahora, tenía 17, era diferente, pues no había ningún tipo de tensiones, después de todo, ambos eran Uchiha.

 – Ah, Sasuke… Pues pensé que tenías hambre…

– Pensaste bien, realmente estoy hambriento. Sasuke, tomó algo de ropa de Itachi, y se sentó con su hermano a comer, plácidamente, disfrutó como nunca antes lo había hecho, pues es como si fuese despertado de aquella pesadilla que comenzó cuando apenas tenía 7 años.

Así pasaron los meses, Sasuke cumpliendo su mayoría de edad, era como si ambos realmente se fueran tomado un descanso, después de tanta guerra, misiones, odio y maldad. Pues, ya Kisame el compañero de Itachi estaba muerto, Pain fue asesinado por naruto, Deidara se autoexplotó, Kakuso e Hidan, ya eran historia, los únicos que quedaban por ahí eran Madara y Zetsu, nada más y nada menos.

Aprovechando e intentando recuperar el tiempo perdido, después de todos esos años de mentiras y separaciones. Siendo conscientes que pronto llegaría el momento de enfrentarse con Madara, preparándose a diario para combatir contra el mismo.

 


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