Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Casi perdido. por Shieru Fantomuhaivu

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Pues sí. Después de mil años, he vuelto. Digo, sé que siempre que subo y "prometo" que subiré en una semana termina siendo en un mes. TToTTU

Gomen. Espero que les parezca bueno el capítulo. Lo hice con amorsss. No sé, yo lo veo medio bien, pero ustedes son los jueces, jaja... Bueno. :v

 

L@s amo. A lot. Jeje. GRACIAS POR LEER. <3

 

-CIEL.

Ha pasado como medio mes desde que me golpearon, mis costillas aún no sanan. Según el doctor, tardarían aproximadamente dos meses… No he hecho nada interesante en todos estos días, y siento que me volveré loco.

Resulta que Demian consiguió trabajo sustituyéndome en la librería, y se lo agradezco, necesitamos el dinero… O, al menos yo lo necesito.

Ah, claro, claro… El muy indecente ha tratado de hacer de las suyas conmigo, estando así. Dice que algo le tengo que dar a cambio de cuidarme y todo eso. Alguien tiene sentido del humor.

A Andy no le he visto desde el día que desperté. Espero que esté bien.

Tengo hambre. Retiro la sábana que cubre mi cuerpo y, lentamente, me dirijo a la cocina a buscar algo qué picar. Es fastidioso cuando el idiota no anda por aquí… Tengo que pararme yo mismo por la comida. Quiero decir, soy el enfermo.

Y, bueno, sigo sin entender quién y por qué me ha golpeado. Sé que fue un hombre por los golpes que me propició. Me hago de muchas ideas de los responsables. Sí, eran varias personas, pero sólo uno de ellos me golpeó. No soy tonto, sé que en la escuela no agrado a muchos, pero tampoco me he metido con nadie, como para recibir tal golpiza. Sólo soy un maldito ratón de biblioteca homosexual, no molesto a nadie. Los únicos en los que puedo pensar son el ridículo grupo de Dan y Gemma.

Encontré recipientes con sobras de pasta en el congelador… Hoy las tengo de ganar.

Tocan la puerta. Bajo el recipiente, dejándolo en la barra de la cocina y me aproximo a la entrada. Seguramente es el retrasado de Demian, que ha olvidado de nuevo las llaves en el baño. No tengo puesta playera alguna, pero meh…

Abro, y para mi más desafortunada sorpresa no es Demian, sino, hablando del mismísimo diablo, Gemma, sosteniendo lo que parece una tarta. Esto es demasiado para mi mente, ¿qué diablos?

-Hola –sauda primero, en un tono bajo.

-No está –respondo directamente, asumiendo que viene por Demian.

-De acuerdo, no vengo por eso. Eh… Mira, resumiendo, mi madre me ha pedido que te trajera esto –termina diciendo, señalando con la mirada la tarta en sus manos-. Se enteró por tu madre lo que te ha pasado, y prácticamente me obligó. Sólo acéptala y terminemos con esto, ratón.

-¿E-Eh?

-Venga, tómala. No tengo todo el día.

-O sea que… ¿No has sido tú? –pregunto con ojos como platos.

-¿Qué dices? ¿Lo de tu accidente? Claro, idiota, como si pudiese hacer algo así… ¿Ésas –pregunta, mirando mis vendajes en el torso… Cierto, estoy sin playera frente a Gemma- son por tus heridas?

-¿De qué más si no?

-No trates de ser sarcástico… Pues lo siento, no he sido yo. Mis jugarretas son más limpias. Además, no me importa que te quedes con Demian. Empezaba a cansarme de él.

-Woah, momento. ¿De qué rayos hab-

-No te hagas el tonto conmigo, él me habló de lo que se traen, y, sinceramente, no me interesa... Inclusive me ha reprendido por la pequeña broma en la fiesta de Dan.

-No, no fue pequeña –retiro la tarta de sus manos-. En fin, ya te puedes ir.

-Eso planeaba –responde como en un resoplido-. Por cierto, no impresionas a nadie, abriendo la puerta sin camisa –da media vuelta y se marcha.

¿E-Eh? Sólo espero que esta tarta no tenga veneno.

 

 

<<Demian>>

-Te he dicho seis veces que aún no sé en concreto quién lo hizo, Sumiko –repito a la señorita por séptima vez.

-Entiendo, Sebastian, entiendo… Pero debes de tener a alguien en mente, ¿no?

-Por supuesto, pero son simples sospechas, y no pienso compartirlas hasta que esté completamente seguro.

En realidad estoy un 92% seguro de saber quién fue. Sumiko sigue hablando mientras trato de pensar cómo encarar a la persona, y cuándo. Esta vez no me comportaré tan condescendiente como acostrumbro.

 

Abro la puerta de la entrada para encontrarme con un Leigh, parado frente a la barra de la cocina, comiendo algo que claramente no he preparado yo.

-A-Ah… Demian, ya volviste –suelta en cuanto me ve, hablando con comida en la boca, muy poco disimulado.

-Sí. ¿Qué comes, Leigh? –pregunto, acercándome.

Se limita a señalar una tarta a poca distancia de él. Tomo su rostro entre mis manos y planto un ligero beso en sus labios. Tarta de manzana.

-¿Y la has comprado? No me molesta que lo hayas hecho, pero te recominendo que sigas en reposo, que no sólo son tus costillas…

-No, te equivocas. No lo creerás, pero la zorra lo ha traído. Al principió pensé que era para ti, que, por cierto, no me beses de sorpresa, tú, adefesio… Pero bueno, dijo que es para mí, por lo que me ha pasado. Al parecer no tiene nada que ver con ese asunto.

-No, no creo que haya sido ella –secundo, limpiando su rostro con un dedo.

Quedamos callados, él mirando la tarta y yo mirándolo a él.

-¿Y quiém creegs que haya sdido? –trata de preguntar con un inmenso bocado de tarta en la boca.

-No puedo responderle a quien hable con la boca llena de tarta hecha por alguein más –respondo en un susurro con tono irónico, tomando la mano de Leigh y llevándolo al sofá.

Nos sentamos contiguos el uno al otro. Se sonroja mientras lo observo.

-Sólo responde a mí pregunta. ¿Tienes sospechosos? –interrumpe el silencio.

Ignoro por completo la pregunta y le planto un beso largo. Trato de que dure lo suficiente como para quitarle el aliento. Al principio sus labios normalmente están rígidos, pero ahora, por el contrario, pareciera que él es el que guía el beso. Pasa sus manos por mi cabello y nuca; se aferra a mí.

Separamos las bocas unor centímetros para recobrar el aliento, cuando él, apenas pasados escasos segundos, retoma el beso, esta vez más pasional. Lame dentro de mi boca. Es algo nuevo en Leigh.

-Espera –suelta sin aliento cuando comienzo a retirar su playera-. Quiero hacerlo yo.

Y, como dijo, desabotona mi camisa, besando ligeramente mi cuello. Se siente realmente placentero. Termino ayudándole, ya que comenzaba a tener problemas con los botones… Es tan lindo.

Besa uno de mis pezones mientras quito sus pantalones lo más rápido que puedo. Él, al notarlo, hace lo mismo con los míos. Retiramos la ropa interior y, de un momento a otro, estábamos desnudos completamente.

-Te llevaré a mi habitación –decido, tomando en brazos a Leigh.

-¿Eh? Pero…

-La sala no es un lugar adecuado.

-Deja de ser tan meticuloso –espeta, abrazando mi cuello.

-Ah, entonces, ¿limpiarás tú mañana?

-…

-…

-¿No estabas llevándonos a tu habitación? Apresúrate, vago –termina diciendo.

Este chico… Lo recuesto en mi cama, posándome yo arriba de él. Acaricia mi mejilla con el dorso de su mano derecha, incorporándose para quedar casi a la misma altura, besando mi cuello nuevamente. Cada vez comienzo a sucumbir y recostarme a su lado.

Baja lentamente a mi miembro, ya, evidentemente, erecto. Primero lo estimula, masajeando lentamente desde la altura del glande siguiendo por todo el cuerpo del pene. Es demasiado intrigante la sensación, podría perder la cabeza.

-Leigh… -lo llamo en un susurro.

Leigh se limita a lanzar una pequeña mirada, para comenzar la felación. Quiero hacerlo sentir igual de bien, pero esto en demasía muy bueno. Ni siquiera puedo decirle que es suficiente.

Apresura su forma de succionar mi miembro mientras lo único que me permito es soltar suspiros y sentir algo que no había experimentado antes. Succiona más rápido. Necesito tranquilizarme, o terminaré eyaculando dentro de su boca.

Me incorporo a duras penas y Leigh, al verme, se detiene, sacando mi órgano de su boca y recobrando el aliento.

-Suficiente. Recuerda tus costillas.

Beso su frente y lo abrazo. Recorro con mis manos su lisa espalda. Beso su hombro, pasando la lengua por su piel. Toco su trasero, tratando de encontrar su entrada. Parece que lo nota y hace ademán de renegarse, pero beso sus labios. Meto un dedo en su ano, sólo preparándolo, ya que ha pasado tiempo desde que lo penetré. No deseo que duela.

Leigh se recuesta mientras yo sigo sentado, con un dedo dentro suyo. Empieza a gemir quedamente. Con la otra mano, lo masturbo, y bajo para lamer su punto, humedeciendo y ayudando a lubricar más rápido.

-D-Demian…

Ah… El solamente escuchar mi nombre hace que una ligera sensación recorra mi cuerpo. Esta persona no sabe el efecto que causa en mí.

Gime cada vez más fuerte, entretanto yo aún lamo su entrada. Creo que es suficiente.

-Leigh, entraré –aviso, casi sin contenerme más. Asiente con la cabeza, ya igualmente en su límite y sumamente sonrojado.

Penetro lentamente a Leigh, escuchando los ruidos que salen de sus labios. Me muevo. Es sensasional. Me muevo más rápido. Mi respiración se vuelve entrecortada y escucho gemir fuertemente a Leigh. Más rápido. Trato de no ser muy brusco para no lastimarlo o agravar sus heridas. Se siente muy, muy bien. Sigo moviéndome, mirando a Leigh, sudando y sonrojado hasta las orejas.

No puedo más, me correré.

-Leigh, me vengo –menciono entrecortadamente, moviéndome más aprisa.

-¡P-Pues hazlo, i-idiota! ¡A-Ah! –responde, igualmente con poco aliento y con los ojos fuertemente cerrados.

Hago que mis movimientos sean cortos y rápidos. Llego al clímax en pocos segundo, soltando un suspiro grande. Saco mi miembro calmadamente. Me acerco a Leigh, encima suyo.

-Eso fue muy placentero –susurro a su oído.

-Por supuesto. Soy un genio en el sexo –espeta, mirándome a los ojos, aún con sonrojo.

-Oh, claro –sonrío.

Me recuesto a su lado. Planto un pequeño beso sobre su nariz.

-¿Sabes? Has interrumpido mi cena. Estaba disfrutando la tarta –dice después de unos segundos.

-No. Te prepararé algo decente de cenar. Olvida la tarta, que seguramente la puedo superar con los ojos cerrados –respondo.

-¿Ah? Bueno, creo que te sientes muy superior, idiota. Venga, acepto.

-Bien –me levanto, tomando el pantalón de mi pijama y poniéndomelo- ¿Leigh?

-¿Sí? –me observa desde la cama, yo estando en la puerta.

-Te quiero.

No necesito voltear para saber cuál es su expresión en este momento. Es muy lindo.

Llego a la nevera y saco lo necesario. Prendo una hornilla de la estufa y coloco una sartén.

Mi móvil, estando en la barra, suena, anunciando un nuevo mensaje.

Es esa persona. Leo el contenido.

“Veámonos”.

Es lo que necesitaba. Se acabó el juego de detective. No seré, en absoluto, condescendiente.

 

*Cenando después de un rato*

-Bien, bien, está buena la cena.

-Gracias –sonrío con satisfacción.

-Espera, Leigh, ¡¿no traes tus vendajes?!

-¿Y hasta ahora te das cuenta? –me mira con ojos aburridos- Realmente eres un idiota.

-¿E-Eh?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).