-¡Leeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeigh!
Maldición.
-¿Leigh?
Maldición, deja dormir.
-De acuerdo. Entraré.
Se abre la puerta de mi habitación lentamente. Joooooder. Me levanto de un estrépito y le arrojo la mirada más asesina que me permite el universo a la persona parada frente a mi cama.
-Buenos días- dice Demian con tanta tranquilidad y frescura (?).
-Sábado... Es sábado, Demian.
-Sí, ciertamente lo es. Me alegro que tengas noción del tiempo y fecha.
Sólo lleva dos semanas conmigo y ha hecho de mi departamento su pequeña mansión. Me levanta a las 7:00 todos los días. Inclusive domingos.
-Bueno, si me disculpas dormiré un poco más. No quiero ver tu rostro durante las próximas... 12 horas.
-No balbucees-responde igual de tranquilo. Me irrita tanto TT^TT.
Supongo que no queda opción...
Me levanto de un salto y camino despacio hacia la cocina. Demian ha preparado el desayuno todos estos días. Supongo que eso se lo agradezco.
-¿Todo bien en la escuela?-pregunta sin más.
-Sí, como siempre... Aunque últimamente las tareas han sido tediosas a morir.
-Bueno, yo no sé de lingüística, pero si tienes alguna duda..., puedes consultar alguna biblioteca, ya lo sabes- lo dice con tanta facilidad.
-Claro, claro...
Solamente han sido dos semanas, pero parecieran meses. Me he acostumbrado bastante rápido a su irritante compañía.
Demian se dirige a la nevera. Aprovecho unos segundos para analizar su figura. Es bastante alto, unos diez o quince centímetros más que yo. Su cabello es negruzco y los más largos le llegan a la barbilla; tez blanca... Para rematar sus ojos son verdosos. Sin duda es bastante atractivo.
En cambio yo... Bueno, nunca me he considerado siquiera guapo. Soy de cabello marrón, un poco más corto que el de Demian; delgado, pero no escuálido; mis ojos son marrones igual. Mi piel es poco menos blanca que mi molesto compañero de piso. Joder... Soy todo uno menos que él.
Llaman a la puerta.
-Iré yo- aviso a Demian.
Abro y me encuentro con un rostro muy familiar. También es irritante.
-¿Qué quieres, Elise? -pregunto a mi hermana menor.
-Hola, Leigh. He venido a darte un mensaje de parte de mamá.
-Bien. Habla.
-Hoy quiere que te presentes en casa para una cena. Ya sabes, es su cumpleaños y... -Elise no dice nada más y mira fijamente detrás mío.
Volteo un poco y veo a Demian parado medio metro atrás de mí. Qué obvia es esta situación.
-Sí... Él es Demian, mi nuevo compañero de departamento. Demian, ella es Elise, mi hermana menor -los señalo.
-Un gusto -dice Demian a mi helada hermana.
-Sí... -responde Elise.
-Claro... Bien, Elise, iré en la noche. Nos veremos.
-Ah... Puedes llevar a tu amigo -se apresura a replicar.
-No es mi amigo, y no le gustar-
-Nos veremos allí -me corta Demian, diciendo con una sonrisa amplia.
-¿Por qué? -pregunto a Demian mientras caminamos a casa de mi madre.
-Me parece bien no rechazar la invitación de tu hermana -responde riendo quedamente.
-No te invitó como tal...
Mientras vamos en camino voy maldiciendo a Ganon y cualquier villano que pueda pasar por mi mente. Preferiría estar con ellos que en esta situación.
Mi madre abre la puerta feliz de la vida. Entramos y cenamos tranquilamente. Presento a Demian como compañero de piso, etc.
-Leigh... ¡Leigh! -me llama mi madre en un susurro.
-¿Sí? -digo en el mismo tono, aproximándome a ella.
-¿Es Demian alguna conquista? -suelta sin más en un tono pícaro.
-¡¿De qué hablas, mujer?! -exclamo, y recupero mi tono de voz- No. Por supuesto que no.
-Oh -responde decaída. Joder, madre... -. Es guapo -concluye dándome unas palmaditas en la espalda... Loca.
-Qué pesada cena -digo a Demian llegando al departamento.
-Leigh... ¿Te gustan los hombres?
Silencio...
-¿Leigh?
¿Fue mi madre? Pero, no me hubiera llevado aparte... ¿Mi hermana? Es posible. Pero... ¿Le asquearía? Seguramente.
-Escuché a tu madre cuchichear con tu hermana. Lo siento, sé que no debería escuchar conversaciones ajenas. Al parecer tu madre pensó que tú y yo...
-N-no te disculp-pes... -da igual...
Estoy acostumbrado al rechazo social. Es muy común la aceptación homosexual en estos días... Pero, parece que no he tenido la suerte suficiente. Me alegro que sólo hayan sido dos semanas, me alegro que sea ahora cuando se largue, y no cuando alguna amistad fluya. Me alegro... Supongo que es lo mej-
Me mira fijamente. Demian tiene su rostro a unos escasos centímetros del mío. Quiero decir, de verdad, son dos centímetros aproximadamente.
-Dem- me tapa la boca con una mano. Diablos, no hagas eso. No. ODIO SONROJARME.
-Qué chistoso... Leigh, si fueras chica... Tal vez tu madre no se equivocaría.
-¡¿Mmmh?!
¿Qué rayos acaba de decir?
-Bromeo -responde con una tranquila y serena sonrisa. Me destapa la boca.
No ha separado su rostro del mío.
-No porque sea homosexual significa que me vuelva loco por todos... No te emociones, idiota -digo agitadamente, gracias a él y su mano (????).
-No lo hago -responde sereno.
Se incorpora y dirige a su habitación sin nada más que decir. Me ha dejado atónito. Imbécil.