Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La luz en mi oscuridad. {Wigetta} por PinketDiana

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Parte XXIV: Alma desnuda.

Con suma cautela guardo mi teléfono móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón y miro en todas las direcciones para tener alguna indicación de si mi padre podría haber escuchado eso de alguna manera, pero por suerte parece que ni siquiera está en casa. El dilema empieza en mi mente y acaba en mis manos, que empiezan a rozar la piel que se deja ver por encima de la sudadera, de mi muñeca izquierda. Tengo dos opciones. Y las dos tendrán fuertes consecuencias. Podía irme ahora, pasar la noche con Samuel y que mañana... O podía quedarme aquí, y que aún así mañana... ¿Esto es a lo que se dice estar entre la espada y la pared? Porque a mí me parece más estar entre una pared, alta y asfixiante, y entre otra aún más grande, que poco a poco se desmorona sobre mí.

No me lo pienso más, porque sé que si lo hago me echaré atrás y no daré ese paso definitivo que ahora tan dispuesto estoy a hacerlo. Corro a mi habitación y cojo los primeros pantalones negros y una sudadera gris de "Jack & Jones", para después correr a la ducha.

Cierro los ojos con fuerza mientras me enjabono con desespero, intentando que los pensamientos negativos no lleguen de esa manera tan fuerte que me dejan en el suelo, no ahora al menos. Pero cuando escucho la puerta cerrarse, me paralizo y cierro el agua, intentando que no haga ningún ruido. Puede ser una tontería, pues ¿Por qué no podría ducharme de noche? Pero... la última vez que lo hice, tenía ocho años y aún recordar como todo terminó esa noche, hace que mi piel se erice y quiera correr a vomitar.

Miro con detenimiento los azulejos blancos que crean extraños dibujos abstractos al juntarlos, mientras sigo escuchando como los pasos de mi padre cada vez se van acercando más a la tercera puerta del pasillo, donde está el baño de la planta baja. Sigo mirando las cenefas de colores, e imaginando dibujos que se podrían crear si juegas con ellas cuando la puerta se abre. No hago ruido alguno y tampoco me permito levantar la vista, simplemente alcanzo la toalla que está colgada al lado de la ducha y la lío en mi cuerpo, sintiéndome desnudo, desprotegido y totalmente asustado, como un niño pequeño que escucha ruidos en la noche y solo quiere taparse con las sábanas, como si algún demonio pudiese comérselo. Salvo que ahora el demonio es real, está frente a mí y está sonriendo de esa manera en la que el lado derecho de su boca se alza demasiado, creando una faceta siniestra que me hace querer huir despavorido.

—¿Qué haces?— Pregunta, y con esa simple pregunta me hace saltar de mi sitio.

—Yo...— Abro y cierro la boca cientos de veces, luciendo como un pez que solo balbucea cuando lo sacan del agua, mientras da sus últimas bocanadas de aire antes de morir.

—Te he hecho una puta pregunta, responde.—Da un paso en mi dirección, y el diminuto espacio en el que está la ducha parece que se encoje, ahogándome en él, sintiéndome claustrofóbico.

—Un amigo va... a ayu-ayudarme a estudiar y...— Con una sonora carcajada que suena a odio y desprecio, golpea con la palma abierta los cristales de plástico que nos separan la mitad de la ducha.

—La puta va a hacer su trabajo, ¿verdad?— Su aliento huele tanto a alcohol que si no fuera imposible, juraría que podría saborear en mi propia boca todas las bebidas que él ha tomado. Sus manos están en mí antes de que si tan siquiera pudiera verlo, zarandeándome de adelante hacia atrás, hasta que mi toalla cae y él empieza a empujarme hacia la puerta principal, sin dejarme coger nada.—Así podrás hacerlo mejor, más tiempo que aprovechar.— Y entonces, cierra la puerta tras de mí, como una barrera. Estoy totalmente desnudo en la calle, a altas horas de la noche y... me sorprende que no haya derramado lágrima alguna.

Ni siquiera insisto en golpear la puerta o en gritar, pues sé que será totalmente en vano, no servirá suplicar ni implorar con una persona que estará muerta por dentro, que no tiene piedad alguna. Me siento en el rincón que hay al lado de la puerta, cubriéndome mi propio cuerpo, abrazando mis rodillas y escondo mi cabeza en el pequeño hueco que se crea, intentando esconderme del mundo, o escapar a una realidad distinta.

(...)

No sé cuánto tiempo pasa exactamente, pero cuando abro los ojos, Samuel está frente a mí, sonrojado y sorprendido. Tanto que ni siquiera puede articular palabra cuando le pregunto qué hace aquí.

—¿Eso es lo que tienes que preguntar?— Se acerca a mí, dudando y con escrúpulos. ¿Es porque estoy desnudo? No es la primera vez que pasa esto, por desgracia...—Guille, ¿por qué estás en la calle, a estas horas, con el frío que hace y... así?— Sus palabras se calan en mí, haciendo que me cobije aún más en mi propio abrazo. Aprieto mis labios con fuerza, mordiendo a la misma vez el interior de mi mejilla hasta que siento el pesado sabor de la sangre, y hablo.

—¿Qué haces aquí, Samuel?— Y quizá, si no tuviese frío y el nudo en la parte baja de mi garganta me dejase respirar, hubiese usado un tono de persona normal, no uno roto y sin vida.

Pero él no responde, con sus ojos brillosos y una sonrisa caída, se acerca en silencio hasta a mí y me abraza. Me abraza tan fuerte que casi puede transmitirme todo el calor que me falta, que incluso puedo llegar a sentir un poco de esa llama que tanta vida y personalidad le da a él.

Y nos quedamos así durante segundos, o minutos, u horas. El tiempo no se siente como tal en este momento. Pero cuando ya he dejado de temblar, él se quita su chaqueta y me la tiende, e incluso en la oscuridad puedo percibir que es de color morado y tiene un "77" en la parte izquierda, al lado de cremallera.

"Típico de él"- Y eso me hace sonreír aún más, porque... lo conozco. Lo conozco a él incluso más de lo que me conozco a mí mismo.

Y aún tapado con la chaqueta de Samuel, que cubre lo justo y necesario, me siento desnudo. Pero no físicamente. Es mi alma la que ha dejado caer una especie de muro ante él, y no sé qué sentir respecto a esto, pero antes de que pueda controlarme, me lanzo contra él y susurro 'gracias', mientras mi corazón late despavorido.

—Siempre.— Me susurra de vuelta, besando lentamente mi mejilla. Y ya no es solo el latido de mi corazón, ahora son fuegos artificiales que estallan dentro de mí, drenando un poco más de vida a mi persona.—¿Vamos?

Y ahora lo tengo tan claro, que no hay lugar a duda. Tomando yo mismo la iniciativa entrelazo nuestras manos.

—Vamos.

-------------------------------------------

 

 

Notas finales:

¡He vuelto después de casi 10000 años! Madre mía, cuanto tiempo. (No, en verdad no tanto, pero sí que he estado bastante ausente)


Espero que les haya gustado bastante este capítulo, pues dará un nuevo inicio a la relación de estos dos adorables sujetos~ Y juro que llevo trabajando en este capítulo como una maldita semana, pues tenía las partes concretas que quería poner pero no sabía cómo, pues quería que se entendiera demasiado bien los sentimientos de Guillermo, pero también la perspectiva de Samuel. Ojalá lo haya conseguido y disfruten éste capítulo ♥


 


¡Nos vemos! ^-^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).