Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cazando el amor por Juvia Loxar

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí Juvia reportándose después de no haber dado señales de vida (?).

En vista de que no actualicé ni el miércoles ni el viernes hoy subiré tres capítulos: dos de este fanfic (los que ya debía) y el que normalmente debo de subir los lunes (será del otro fanfic).

Que puedo decir, cuando no hay clases me desconecto del mundo, es como en vacaciones, no se cuándo es un día y cuándo es otro. 

En fin, hoy habrá maratón de tres capítulos que subiré cuando termine de escribirlos.

Sin más que agregar, aquí les dejo un capítulo ¬u¬.

Su paseo continuó un poco más. Ambos charlaban y de vez en cuando Freed le lanzaba algún tipo de indirecta a Laxus la cual el rubio captaba y respondía.

Se despidieron cuando Dreyar dijo que tenía algo que hacer y Justine dijo lo mismo, y de hecho, era cierto, quería ir con la adivina. Se separaron y el peliverde caminó con una sonrisa de oreja a oreja hacia donde la adivina, la cual encontró en donde siempre. Se acercó y le habló.

-Tengo que contarte muchas cosas.

-Siéntate.

Justine hizo lo que le dijeron.

-Pues… Estuvimos caminando por la ciudad… Juntos.

-Oh, ¿una cita?

-Yo no llamaría a eso cita, sólo caminamos y hablamos.

-¿Y? ¿Pasó algo interesante?

-Bueno, le pregunté qué tipo de persona le gustaba, en cuanto físico, y aún que no esperaba una respuesta, la tuve. Lo que más me sorprendió fue su respuesta. Él me describió a una persona, y podría jurar que me estaba describiendo a mí.

-¿Y tú qué le respondiste?

-Le describí al tipo de persona, o más bien a la persona que me gusta. Obviamente lo describí a él.

-¿Se dio cuenta de eso?

-No estoy seguro, pero creo que sí.

-¿Te dijo algo?

-Sí, cuando terminé mi descripción él me dijo que conocía a alguien así, pero no me dijo quién, no quiso hacerlo.

-¿Cómo reaccionaste a eso?

-Le dije que yo también conocía a alguien que encajaba con la descripción que me había dado, pero tampoco le dije de quién se trataba.

-Lo estás haciendo mejor de lo que pensé. Sinceramente creí que te rendirías más temprano que tarde, pero al parecer toda va bien, así que seguiremos con el plan.

-¿Crees que ya pueda dar el siguiente paso?

-Claro, lo estás haciendo bien, ¿qué mejor momento para hacerlo que ahora?

-Bien, te escucho.

-De acuerdo. Lo primero que hiciste fue ignorarlo para saber si estaba interesado en ti, los resultados fueron mejores de los que esperé. Ya tenemos otra base para decir que le gustas con lo que acabas de  descubrir. Y ya lo sedujiste. Bien, ahora lo harás de nuevo pero mil veces amplificado.

-¿A qué te refieres?

-La primera vez sólo queríamos ver si reaccionaba de alguna manera, y lo hizo. Ahora vas a coquetearle pero con la intención de al fin tenerlo.

-¡¿Tan rápido?! No creo estar listo para eso… Aún…

-No podrías estar más listo que ahora. Vas a ir por el premio mayor, vas a enamorarlo.

-Yo… No sé cómo enamorar a un hombre. Además, estamos hablando de Laxus, no será fácil.

-Si todo en esta vida fuera fácil no tendría sentido ni siquiera intentarlo.

-Tienes razón, pero aun así, no puedo dejar de estar nervioso.

-No te preocupes, es normal sentir nervios.

-¿Tú crees?

-Claro, no todos los días se va a conquistar al amor de la vida, y eso es lo que vas a hacer. Por eso necesito que te relajes y no dejes que los nervios te tomen. Ahora más que nunca debes de estar calmado.

-Bien, lo intentaré.

-De acuerdo. Por cierto, no dudes en venir a contarme algo o a preguntarme si las cosas salen mal, aquí voy a estar.

-Gracias, te mantendré a tanto.

-Bien, es hora de que actúes, pero recuerda, no te pongas nervioso ni te desesperes.

-No lo haré.

-Suerte.

Después de una motivadora y relajante charla con su cómplice, el peliverde fue en busca de su amor.

Por más que recordara y recordara las palabras de la adivina, no podía mantenerse del todo tranquilo, después de todo, era su gran admiración y amor Laxus Dreyar del cual estaban hablando, era algo que había soñado desde hacía tiempo pero por su mismo miedo no pudo hacer nada. Sin embargo, ahora estaba decidido, esta vez sería diferente y podría tener lo que tanto había deseado: el amor del rubio.

Inhaló y exhaló varias veces tratando de calmarse. Dreyar parecía estar cayendo y esa era su primera oportunidad, y, lo hacía mal, podría ser la última, por eso no quería arruinarlo.

Vamos, Freed. Tienes que calmarte y pensar, conociendo a Laxus es probable que si lo arruino sea para siempre. Despeja tu mente antes de hacer nada, piensa antes de hablar… Sí se puede. Mientras se daba ánimos mentalmente trataba de reunir todo el coraje que podía, pero las dudas no permitían que despeje su mente, ¿y si lo hacía mal? ¿Y si fallaba? ¿Y si hartaba a Laxus? ¿Y si todo lo que Laxus había hecho había sido una broma? No, no podría, estaba seguro de que Laxus no era tan cruel como para ilusionarlo y luego decirle “¿sabes qué? Sólo era una broma, lo hacía para pasar el rato, espero que no te importe”.

Su cabeza se llenó de todo tipo de pensamientos en un segundo, pero cuando sus ojos al fin fijaron al rubio todas esas cosas se fueron como por arte de magia. Se acercó al rubio y a la mitad del camino se detuvo. Sabía que debía de enamorarlo, pero, ¿acaso no eso llevaba tiempo? No quería esperara, si fuera por él iría y le pediría directamente que sean pareja, pero sabía que el Dragonslayer del Rayo lo mandaría por un tubo si lo hiciera… Si tan solo las cosas fueran más fáciles… Pero, bueno, el rubio no se enamoraría solo, él tenía que hacerlo si quería algo, él iba a hacerlo.

Continuó con la caminata que a él le pareció la más larga de su vida, aún que al final de cuentas sólo hubiera caminado unos metros, llegó frente al rubio y puso en marcha su plan.

-Laxus, yo…

-Oh, Freed- el rubio lo interrumpió-, qué bueno que apareciste, te estaba buscando.

-¿Ah, sí? ¿Y eso?

-Te tengo una propuesta, o más bien, una petición.

Justine se quedó viéndolo mientras pensaba a qué iba todo eso. Dreyar no era de los que le pedía cosas a la gente, o al menos la mayoría del tiempo no lo hacía, sólo hacía lo que quería y ya, eso era extraño.

-Dime- dijo el peliverde con curiosidad.

-Quiero que seamos pareja.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).