-¿co-como de que Wólfram ya está en la boda?- dijo el rey aun en shock
-tal como oyes, hace unas horas comenzó la boda- Murata estaba cabizbajo
-mejor date por vencido- declaro al fin provocando que Yuuri agachara la cabeza
-no- susurro el rey
-¿perdón?- Murata no creía lo que oía, Yuuri alzo la cabeza muy decidido
- No renunciare a lo que siento por Wólfram…- Yuuri se detuvo un minuto para considerar lo que diría y continuo –no después de haberme dado cuanta lo mucho que necesito estar con el- después de decir eso emprendió camino, tenía suerte de estar justo en el lugar donde se celebraría la boda pero…
-¿realmente crees que esos sentimientos a medias son suficiente?- esa pregunta detuvo a Yuuri, esa voz, solo podía ser…
-Shinou- Yuuri estaba sorprendido más no tanto como Murata
-¿no entiendo a qué se refiere?- Yuuri estaba muy serio
-¿Qué a que me refiero?, pues está claro que me refiero a ti y a Wólfram- el Shinou tenía una sonrisa, más sin embargo sus ojos no parecían estar sonriendo
-yo no tengo sentimientos a medias- los ojos de Yuuri mostraban seguridad
-claro que lo tienes- el Shinou voltio a ver a Murata
-tu a quien amas es a el- el rubio indico al sabio con la cabeza
-¿QUEEEE?- Tanto Yuuri como Murata estaban sorprendidos y miraban alternativamente al contrario y al rey original
-no finjan- el ojiazul estaba enojado
-¿d-de que hablas?- por primera vez Murata se dirigió al Shinou, pero solo recibió una mirada de desagrado y de tristeza por parte del ojiazul que dejo al pelinegro con una sensación de vacío.
-Wólfram…- continuo el Shinou dirigiéndose hacia el Maou –Aunque no lo parezca lo aprecio, después de todo es descendiente de mi buen amigo y compañero de batalla Rufus- Yuuri no cabía en su asombro, nunca espero que el mismísimo rey original fuera a preocuparse por Wólfram, su Wólfram, al pensar en eso se comenzó a poner celoso sin razón alguna
-Ya le dije que no son sentimientos a medias y adema ya no tengo tiempo que perder- Yuuri volvió a emprender camino hacia el templo -¿no te importa arruinar la felicidad de Wólfram solo por un capricho infantil?- fue lo último que dijo el rubio, pero eso fue suficiente para detener a Yuuri por un instante, giro un poco su cabeza y abrió la boca en señal de querer decir algo pero no emitió ningún sonido y volvió a emprender camino.
-¿Qué crees que haces?- pregunto Murata una vez que Yuuri se había ido
-Lo que debía de hacer- respondió el rey –pero esa no es la cuestión querido amigo- el rey se giró y camino hacia el pelinegro provocando en este último un enorme rubor
-¿q-que h-ha-haces?- Murata retrocedía mientras el rey se acercaba con grandes pero lentas zancadas hasta acorralarlo contra una pared, y cuando finalmente Murata no tenía a donde huir el rey lo abrazo
-Te amo… así que por favor, ya no me pongas tan celoso, y menos de alguien a quien yo mismo elegí- el rey enterró su cara en el hombro del sabio, quien estaba estupefacto, pero rápidamente recobro la compostura
-no, tu no me amas a mí, sino al gran sabio que una vez fui- Murata alejo al rey y se soltó de su abrazo –Aunque yo tenga las memorias de ese hombre no soy el y nunca lo volveré a ser- Murata intento sonar calmado y despreocupado, lo logro pero, por dentro se estaba muriendo de tristeza, si bien era cierto que él no era el gran sabio igual se había enamorado del Shinou y no como el gran sabio que lo ayudo a capturar al Soushu sino como Murata Ken el estudiante de secundaria común y corriente. El ojiazul se quedó sin palabras y después de un rato comenzó a reír a carcajadas dejando a Murata sorprendido y molesto
-acaso te estas burlando de mi- Dijo Murata enfadado
-n-no es eso- el Shinou intento recuperar la compostura y comenzó a limpiar las pequeñas lagrimas que soltó de tanta risa –Es solo que…- finalmente había recuperado la compostura y ahora volvía a acorralar a Murata –No digas eso- el rubio puso una mano sobre la mejilla del ojinegro y comenzó a acariciarlo –es cierto, estuve enamorado de el gran Sabio quien era mi mejor amigo, incluso tuvimos una relación pero, ahora estoy enamorado de ti, no creas que te veo como a él, te veo como quien eres ahora y ahora eres Murata Ken, el hombre de quien me enamore, y quien cautivo mi corazón- acto seguido beso a Murata en los labios que hace tiempo ansiaba poseer.
Cuando sus labios finalmente se separaron Murata comenzó a llorar y el Shinou tan solo se limitó a abrazarlo –pero por favor- hablo el rey original –no vuelvas a abrazarte con Yuuri- Murata se sorprendió ante tal petición
-¿Nos viste?- pregunto intentando no reír
-sí y déjame decirte que no me agrado mucho- el rey estaba molesto
-no te preocupes solo lo estaba consolando- el rey suspiro aliviado
-pero aun así no lo vuelvas a hacer- volvió a abrazar a Murata
-vale- el pelinegro sonrió feliz y correspondió al abrazo.
-no, no puedo y no quiero- pensaba Yuuri a la vez que corría hacia donde se realizaba la boda –no quiero que Wólfram se case con esa mujer, no quero que ame a alguien que no sea yo- la desesperación del Maou hacia que el camino fuese aún más largo, hasta que finalmente llego a la puerta tras la cual se escuchaban aplausos, tomo aire y después la abrió, todos en el lugar volvieron su vista hacia él
-Yu-Yuuri- Wólfram estaba totalmente perplejo -¿q-que demonio haces aquí?- su voz era débil pero aun así el rey la escucho y fijo su mirada en el rubio para luego mirar un poco a la derecha y efectivamente ahí estaba ella, Wendy traía un hermoso vestido blanco con toques plateados al borde del escote, el vestido era pegado hasta las rodillas y luego caía en cascada, traía el cabello recogido en un molote, dos risos dorados caían al borde de su rostro y el velo aún permanecía en su rostro
-Wólfram- susurro el rey mientras caminaba rápidamente hacia donde se encontraba la pareja, una vez ahí tomo a Wólfram del brazo y lo beso en los labios ante la mirada atónita de todos los invitados, en especial de la novia, Wólfram se dejó llevar por completo, y como no hacerlo si mientras se besaban el rubio recordaba lo pasados 5 minutos en los cuales Yuuri había llegado y lo había besado delante de todos los invitados de la boda “la boda” esa simple palabra hizo reaccionar a Wólfram quien con un rápido movimiento se alejó del rey –Y-Yu- perdón Heika, ¿Qué hace usted aquí?- de nuevo lo estaba llamando Heika, Yuuri ya no podía soportar que Wólfram lo tratara tan formalmente, pero no demostró su enojo, si no que mostro una sonrisa siniestra y en sus ojos reflejo algo más que enojo, se miraba ira y ¿celos? -¿acaso no es obvio?- Yuuri cargo a Wólfram estilo princesa y continuo –Vine a robarme al novio-