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El príncipe mestizo por CielTrancy

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Notas del capitulo:

!Hola a todos!

Mil disculpas ´por la demora, este capítulo me llevó mucho tiempo escribirlo además de otros percances.

Gracias a Taby y Usaboss por darse un tiempo y dejar un comentario.

Taby: Hola! :D Al comienzo nunca fue mi intención, pero sucedió aunque es Draco/Harry. Me alegro que te haya gustado y espero saber que es lo que piensas de la interacción de Draco en el cuadro y Harry

Usaboss: !Hola! Me alegro que te guste :) y gracias por tomarte la molestia y dejar tu comentario, espero que este cap. también sea de tu agrado.

 

Capítulo 12: Oasis.

 

 

—Lumus—pronunció.

 

Las luces de la habitación ya se encontraban apagadas y lo único que le permitía mantener la vista sobre la pintura era la luz proveniente de la punta de su varita.

 

Esta no había sido hecha con carboncillo.

 

Sintió la sonrisa en su rostro casi plasmada en él, sentía que no podía quitarla aunque quisiera, si Albus Dumbledore hubiera podido verla se habría perdido en las memorias de su primer encuentro con un joven Tom Riddle.

 

—Qué, no piensas decirme tu nombre.

 

La sonrisa fue disminuyendo lentamente hasta convertirse en algo tenue y suave.

 

—Soy yo, Harry.

 

— ¿Harry?—frunció el ceño— ¿qué pasó contigo?

 

Deslizó su mano libre por su cabello desordenándolo sin percatarse.

 

—Crecí.

 

Él no dijo nada, no preguntó nada.  Sólo se quedó mirándole en medio de la entrada de Hogwarts con la nieva cayendo como telón.

 

— ¿Estás bien?

 

Si hubiera sabido que aquello sucedería, habría dibujado una estancia más agradable, un lugar donde Draco se sintiese cómodo, no una eterna noche helada.

 

—Lo mejor que se podría estar en medio de la nieve—se quejó.

 

Draco se sentó en la alfombra de la entrada abrazando sus piernas.

 

—Lo siento—se disculpó.

 

Draco levantó la mano haciendo una seña que Harry reconoció como “olvídalo”.

 

—Será mejor que hables conmigo.

 

—Todos los días—contestó animado.

 

—Esta noche no dormirás—ordenó.

 

Suspiró al escuchar el tono de voz, no había lugar a réplicas.

 

Draco estaba atrapado, lo que pidiese siempre que estuviese en sus manos lo haría realidad.

 

Se volvía tan débil y manipulable con el sólo sonido de esa voz.

 

Acomodó las almohadas en la cabecera contra el respaldo para luego poder sentarse con comodidad, con la espalda  ahora apoyada contra las suaves almohadas.

 

Los ojos grises lo veían fijamente y supo que no hablarían más.

 

 

 

Historia de la magia era una clase en la que la mayoría de los estudiantes recuperaba las horas de sueño y el espectro que tenían como maestro no parecía inmutarse ante los ronquidos de unos pocos.

 

Las palabras salían de sus labios sin cesar convirtiéndose en simples ruidos sin significado.

 

Él sabía que debía escuchar, que tenían significado y que no era un ruido sin forma, pero parecían mezclarse constantemente.

 

Sus ojos amenazaban con cerrarse a pesar de sus intentos por permanecer atento al discurso del maestro, por segundos todo se volvía negro y luego al caer su cabeza volvía a ver al señor Binns flotando de un lado al otro.

 

No importaba, él ya había estudiado el tema hace unos días.

 

Harry apoyó su mentón en su mano y cerró los ojos.

 

 

 

— ¿Tuviste una mala noche?

 

Tomó la copa con jugo de calabaza y la llevó a sus labios, Nott estaba frente a él cortando la carne.

 

Dejó la copa en su lugar adecuado mientras daba un rápido vistazo a su mesa y a la de  Gryffindor para luego reposar sus ojos en Nott.

 

—Estuve estudiando—respondió.

 

—Es verdad, ya se acercan las pruebas.

 

Nott no pudo evitar mirar el tono violáceo bajo los ojos de Harry, era como una sombra suave que adornaba la pálida piel.

 

— ¿Es verdad que estás saliendo con Marie?

 

—Sólo hablamos un poco—respondió sin emoción.

 

—Supongo que una bruja de Ravenclaw te dará una buena plática.

 

Si bien Harry no era muy expresivo, no se veía ni una pizca de interés en ella, pero él los había visto en la biblioteca y aunque a él no pareciese importarle para ella era todo lo contrario.

 

Potter siempre fue alguien muy observador, una total ironía tomando en cuenta su miopía.

 

Por el rabillo del ojo pudo ver a Parkinson apoyada en el hombro de Draco. Sus ojos tenían cierto brillo, él pensó que era el brillo relacionado con el amor, el veía ojos así y pensaba que estaban bajo el tonto encanto del romance.

 

 

 

Harry comió un poco más y se paró para luego caminar hacia la salida del comedor.

 

No sabía lo que le pasaba.

 

Error tras error.

 

¿Qué le pasaba?

 

Bajó las escaleras que le conducirían a los calabozos, atravesó pasillos hasta llegar a su habitación después de pasar por la sala común. Cerró la puerta y se acostó en la cama no sin antes soltar las cortinas para luego cerrar los ojos.

 

—Harry—escuchó.

 

— ¿Qué sucede? —preguntó cansado.

 

Supuso que era injusto, si bien era sólo parte de una pintura siempre estaba solo, él se movía, no estaba petrificado eternamente como cualquier otro cuadro.

 

—No crees que es algo temprano para que estés aquí.

 

—Tengo horas libres ahora.

 

Él nunca preguntó, nunca preguntó por su yo real, nunca pidió explicaciones.

 

—Duerme.

 

Eso era lo más cercano que obtendría a una disculpa de Draco ya que los estudios no habían sido su prioridad la noche anterior.

 

Atrajo la pintura al costado de su rostro.

 

— ¡Harry, qué haces! —le reclamó.

 

Draco estaba sentado en el piso aún con cara de susto por el reciente movimiento.

 

—Pronto va a terminar el año, conseguiré un hermoso cuadro para ti.

 

—Gracias—susurró.

 

Sus mejillas estaban encendidas mientras miraba hacia otra dirección intentando ocultar en vano su sonrojo.

 

—Voy a solucionar el problema.

 

El niño plasmado en el papiro sonrió tenuemente sin perder ese toque de arrogancia en su rostro.

 

— ¿Harry?

 

— ¿Si?

 

—Buenas noches.

 

Se acostó en el duro piso con una expresión de incredulidad en su rostro, ni siquiera él creía lo que estaba a punto de hacer, lentamente tendió su cuerpo hasta quedar completamente acostado.

 

 

 

Nott contuvo un suspiro al ver las cortinas plateadas cerradas de su compañero de habitación.

 

Él había tenido la intención de hablar un poco con Harry, pero supuso que era lo mejor. Harry necesitaba dormir.

 

El sonido de un golpeteo en la puerta lo trajo a la realidad, esta se abrió y se sorprendió por unos instantes al ver a Pansy Parkinson frente a él.

 

—Theo, ¿Draco está aquí? —preguntó.

 

Se puso de pie para intentar detener su avance para luego empujarle hasta la entrada aún con las quejas de ella.

 

—No y no tengo idea de donde se encuentra Malfoy.

 

Prácticamente cerró la puerta en su cara.

 

Malfoy.

 

Seguramente Malfoy estaba follando con alguien en un aula abandonada.

 

 

 

Marie miró por quinta vez la entrada a la biblioteca para luego posar sus ojos sobre el libro en sus manos que había retirado anteriormente de uno de los estantes.

 

Sus compañeras de habitación bromeaban a menudo con su poco amor por los libros.

 

A menudo le decían que debía estar en Gryffindor, sus calificaciones no eran muy altas y siempre andaba tras emociones fuertes.

 

Colocó un mechón tras su oreja y recordó a Harry haciendo lo mismo, él siempre arreglaba su cabello, era un acto que la hacía sentirse amada.

 

El padre de Marie murió cuando ella era una niña y su madre no había tenido tiempo luego para ella, la herencia, mantener el nombre de la familia, buscar alianzas, inversiones e incluso encontrar un adecuado esposo.

 

Marie en secreto quería poner su cabeza en el regazo de alguien y ser mimada.

 

Los estudiantes de Ravenclaw pensaban con lógica, pero nuevamente ella era la excepción.

 

Conoció a Harry en la puerta de la biblioteca, ella salía con unos libros en  mano después de escapar del grupo de estudio dando algunas excusas.

 

Había estado tan preocupada sonriendo hacia la mesa que no se había percatado que alguien venía caminando hacia ella.

 

Cayó al mismo tiempo que la otra persona, escuchó a lo lejos las risitas de sus compañeras de casa y al levantar la vista pudo apreciar el rostro de un chico, era atractivo e iba a decir algo cuando su atención fue robada por el siseo de la bibliotecaria.

 

El muchacho empezó a levantar los libros que estaban desparramados en el piso, Marie no tenía idea de cuáles eran los suyos y empezó a ponerse nerviosa.

 

Se levantaron al mismo tiempo y él le entregó 3 libros, la bufanda verde con plata cubría su cuello.

 

Slytherin.

 

—Lo siento— se disculpó— me llamo Harry.

 

—No hay problema, además fue mi culpa— extendió su mano— soy Marie.

 

Marie había escuchado hablar de Draco Malfoy, pero quién no había escuchado hablar de él.

 

—Eres de Ravenclaw.

 

La mano de Harry tomó la suya por unos instantes, pero en ese corto tiempo pudo apreciar la suavidad de su piel.

 

—Eh… ¿cómo lo sabes?

 

Ella sonrió intentando ocultar sus crecientes nervios.

 

—Tu bufanda.

 

No pudo ocultar del todo el tono de burla, pero ella no se percató.

 

— Oh, claro—sonrió.

 

Harry sonrió tenuemente intentando hacerla sentir más cómoda.

  

—Tempus— pronunció.

 

Ya era tarde, seguramente a Harry se le había presentado algo.

 

Se levantó y llevó su mochila consigo.

 

 

 

—Malfoy.

 

— Sí ¿qué sucede?

 

Nott se paró frente al mueble donde se encontraba sentado Draco en la sala común, ya era tarde y ellos eran los únicos estudiantes presentes.

 

— Dile a Parkinson que en el futuro no se meta a mi recámara.

 

Draco sonrió con malicia.

 

—Yo se lo haré saber.

 

Malfoy cruzó las piernas para luego recostarse en el espaldar del sillón mostrando una actitud relajada y dominante.

 

— ¿Y qué se supone que hacía Pansy contigo, Nott?

 

Nott miró a Malfoy a los ojos intentando calmarse, él sólo quería hacerle perder el control, quería empujarle hasta llegar a su límite y hacerle quedar como un estúpido gryffindor.

 

—Estaba buscándote, tenía una idea de dónde estabas, pero ese no es mi asunto ¿cierto?

 

La sonrisa se mantuvo en el rostro de Malfoy.

 

Draco Malfoy era conocido como el príncipe de hielo.

 

Empezó a retirarse y al estar cerca de la entrada a los dormitorios pudo escuchar la voz de Pansy Parkinson.

 

Empezaba a sentir un poco de lástima por ella, Malfoy era un portador y sólo tomaría una pareja oficial durante el cortejo.

 

Había unos cuantos portadores que decidieron esposarse con alguien inferior a ellos, el padre de Potter era un claro ejemplo.

 

El padre de Harry había renunciado a las costumbres de su familia y se había unido a una hija de muggles, pero no sin pagar el precio que ello conllevaba.

 

Obviamente Draco era distinto, él se sentía orgulloso de llevar la sangre que por generaciones su familia se había encargado de purificar y su padre lo mataría antes de hacer algo así.

 

Notas finales:

Dejenme un comentario, crítica, duda, no saben cuánto me animan e incluso es lo que me obliga a escribir más rápido.

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