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El príncipe mestizo por CielTrancy

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Notas del capitulo:

Hola:

Gracias por comentar a Yami y Fer, no saben cuánto me animan.

Espero que les guste el nuevo capítulo, quiero subir el próximo capítulo en navidad, se supone que debía subir más seguido así que espero compensarlos de alguna manera con esto.

 

 

 

Capítulo 22.

 

Debía resultar incómodo, frente a él Harry estaba rodeado por varios libros junto a papiros, el tintero se encontraba sobre la base endeble de un libro con el peligro constante de terminar derramándose sobre las colchas y sábanas.

 

Podía ver el leve tambaleo aún cuando Harry tendía a quedarse quieto.

 

La pluma se sumergía en el tintero para luego plasmar palabras  en el papel.

 

La ropa de dormir no variaba demasiado de color, él conoce los colores usualmente oscuros: negro, azul, quizás lo más atrevido fue un verde tan oscuro que debía observarse con atención para captar el matiz real.

 

Hoy es negro. Los pantalones  siempre son iguales, las camisolas tienden a variar los detalles, a veces son largas, a vece el cuello cambia, adornos bordados en la tela.

 

A él le da vergüenza saberlo, su mundo se reduce a cuatro paredes y en el tiempo de escuela a las cortinas que lo separan de la habitación.

 

Harry es la única persona con la que tiene contacto, la única persona con la que habla.

 

Desearía enojarse, la rabia lo suele invadir, pero pesa más su realidad.

 

Harry es todo para él.

 

Él no sabe si su yo real sonríe como él lo hace ahora, si su corazón retumba en su pecho.

 

— ¿Harry, tu escoges tus ropas?

 

Ojos verdes le observan, se enfocan en él, baja la mirada y parece notar por primera vez lo que viste.

 

La voz de Draco no cambia, parece tener como único propósito criticar o burlarse.

 

— ¿No te gustan?

 

—No quería decir eso—niega—sólo es…

 

Él sonríe, sus ropas de dormir no son las que la mayoría de estudiantes usaría.

 

—Mi abuela las escoge, ella escoge la mayoría de las prendas que uso.

 

Draco supone que su madre haría lo mismo por él pero,…

 

—Ella tiene buen gusto y la hace feliz poder ayudarme. ¿No me quedan bien?

 

Puede sentir como su rostro se calienta lentamente e imagina cómo debe verse.

 

—Son sólo…peculiares, te ves bien.

 

—Tengo otros que sólo uso en casa.

 

— ¿Qué?

 

Él es menor que Harry, pero no es un tonto.

 

—Aprecio que vengas aquí a terminar los deberes en vez de la biblioteca, sé que sería más cómodo.

 

Era casi surrealista ver a Draco sentado en el piso de la entrada cuando su contraparte jamás realizaría un acto tan impropio.

 

Tenía dudas sobre Draco, quizás siempre las tendría porque no podía preguntárselo a nadie, no podía contárselo a nadie.

 

—No realmente—volvió a escribir—ya no hay ningún lugar tranquilo, todos están muy animados con  el torneo.

 

— ¿Qué torneo? —preguntó.

 

—El torneo de los tres magos, el campeón de Hogwarts es un Hufflepuff, Nott lo mencionó, creo que se llama Diggory.

 

Siempre era mejor adelantarse, tendría más tiempo libre si completaba las asignaciones con anticipación.

 

Draco asintió a pesar de que Harry no podía verlo.

 

— ¿Intestaste ser  campeón?

 

Las cejas rubias se elevaron en su rostro al igual que la comisura derecha de sus labios.

 

 

 

Sólo era capaz de ver así que haría uso de ese beneficio sin ningún atisbo de vergüenza, podía tomar un poco de lo que realmente ansiaba.

 

Era extraño como el hambre en su interior crecía y crecía, a veces le daba miedo pensar en el final.

 

Su padre amó a su madre, se preguntó si esta hambre que lo corrompía con el pasar de los años era amor.

 

—Sólo podían participar los que son mayores de 15 años. Supongo que hechizaron la copa.

 

— ¿Pasó algo?

 

Torció los ojos al recordar el incidente.

 

—Supongo que algunos no pueden aceptar un no como respuesta.

 

Observó extasiado el sutil cambio de expresiones en el rostro de Harry hasta sólo ser capaz de ver esos ojos verdes intentar diseccionarlo.

 

A veces se siente pequeño.

 

—Algunos trataron de burlar el hechizo de Dumbledore y como era de esperarse fallaron.

 

Realmente nada digno de recordar.

 

Trataba de pasar el mayor tiempo posible junto a él, cualquier cosa para que la situación no fuese asfixiante, pero era poco lo que podía lograr.

Las vacaciones fueron refrescantes para ambos, más tiempo para hablar, más tiempo en el que podían pasar juntos, podían trasnocharse, al parecer estaba convirtiéndose en un personaje de novelas que ocupaban los escaparates de las librerías y las brujas estaban tan ansiosas por comprar.

 

—Prometo hacerlo mejor.

 

Situaciones como esta le hacía ser consciente de su incompetencia, quizás si él fuese como los otros  ya habría solucionado el problema, quizás los que lo insultaban poseían algo de razón.

 

Su instructor solía asustarlo recriminándole que sería un squib.

 

“Quizás la magia no corre por tus venas”

 

 

 

Él estaba mejor. Nott sentía vergüenza al recordar el lamentable espectáculo que estuvo dando frente a los otros.

 

Ese miedo apabullante empezó a disminuir con el pasar de los días gracias a la abuela de Harry.

 

Si Harry fuese un submisivo emitiría un aroma similar, relajante y apaciguador, un aroma que incluso alguien como él podría percibir.

 

— ¿Vendrás a ver la primera prueba?

 

Miró cómo Harry dejaba caer el bolso sobre la mesa y recordó a Crabbe realizar la misma acción, pero con resultados diferentes.

 

La molestia de Draco, los lamentos constantes de Crabbe al percatarse de la tinta manchando todo con lo que entraba en contacto.

 

—Supongo—respondió.

 

Nott quería hablar más, pero el sonido de pasos y el retumbar de la puerta lo interrumpieron.

 

— ¿Nott, estás ahí?

 

—Sí. Blaise puedes pasar.

 

La puerta se abrió y el volteó para ocuparse de sus asuntos nuevamente.

 

—Potter—saludó—el profesor Snape me envió para que vaya a buscarte, te está esperando en la sala común—comunicó.

 

Él y Zabinni no tenían una relación estrecha, no se dirigían la palabra a no ser que fuese estrictamente necesario, pero ambos conocían la existencia del otro.

 

Asintió.

 

—Mensaje recibido entonces—se burló— ¿Nott, piensas ir a la primera prueba? Vamos a sentarnos juntos.

 

Nott asintió.

 

A Zabbini no le sorprendía que se llevasen tan bien, ambos poseían una personalidad similar. Deseó que su compañero de habitación fuese tan fácil de tratar.

 

—Entonces nos veremos.

 

Siguió a Zabinni a través de la puerta, el sonido de las pisadas se amplificaban por el eco de los corredores, las aulas en desuso.

 

Fue sólo un segundo, pero creyó ver un enorme ojo a través de la ventana.

 

Su rostro debió mostrarlo.

 

— ¿Primera vez?

 

—Sí.

 

Camina detrás de él y con cada paso que dan se empiezan a encontrar con otros estudiantes, las voces se hacen más fuertes.

 

—Profesor Snape, aquí le traigo a Potter.

 

El jefe de su casa traía túnicas negras como siempre y en su rostro se encontraba grabada una expresión de desagrado.

 

—Gracias, señor Zabinni—lo despidió—ahora Potter acompáñeme a mi oficina tengo platicar algo con usted.

 

—Sí, profesor.

 

Sintió los ojos sobre él, los de primer año pasaban mucho más tiempo en la sala común que en cualquier otra parte del castillo, esto ya casi se había convertido en una costumbre en Slytherin.

 

“¿Quién es él?” “Es Potter, ¿no oíste?” “¿Lo irán a expulsar?”

 

No le molestaba, eran sólo niños y él había tenido y tiene que soportar peores comentarios.

 

El profesor abrió la puerta, avanzó inmediatamente detrás de él.

 

—Tome asiento, señor Potter.

 

El mobiliario era sencillo, la habitación tenía los mismos tonos que los dormitorios que ellos ocupaban, los estantes estaban llenos de libros con hojas sobresaliendo de los bordes, la estancia era más amplia, pero el junto al otro sólo ocupaban ese espacio.

 

—Potter, al parecer te estás volviendo famoso.

 

El profesor sólo lo miró y él no respondió a la provocación si lo hacía no conseguiría nada, el profesor Snape parecía tenerle antipatía gratuita.

 

—Señor Potter, tenemos un invitado muy importante. Se suponía que el prefecto de nuestra casa sería su guía durante su estancia.

 

El prefecto bufó.

 

—Pero él pidió por usted.

 

— ¿Es en serio?

 

—Cree que me gustan las bromas, Potter.

 

Por un instante tuvo miedo, creyó que lo sabían.

 

—Si no habrá más interrupciones el día de mañana irá junto al señor Kidnell a la oficina del director y hará lo que le pidan. Compórtese como se espera de usted, pueden irse ahora.

 

Era curioso cómo  las recomendaciones sonaban a amenazas.

 

 

 

Harry sintió el frío invadirlo al ver pasar a Draco a su lado en el corredor sin darle una sola muestra de reconocimiento.

 

Cabello rojo y ojos verdes, su madre sonríe en la foto junto a su padre, un hombre que no reconoce, un extraño en el cuerpo de su padre.

 

Era curioso como la decisión de una sola persona puede afectar tantas vidas.

 

Puede imaginarlos gracias a los susurros, voces llenas de cansancio, hastío incluso desidia ya sea de sus familiares o extraños.

 

No es su culpa, ¿por qué lo sería?

 

No es la primera vez que lo piensa tampoco será la última.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, díganme que tal les pareció, si tienen alguna duda o crítica no duden en dejarla.

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