Capitulo 14: La niña cristal.
“Cuando te colocas a investigar la complejidad del ser humano quedas corto con la gran información tan inexplicable que te dan, lo que provoca en ti en una serie de preguntas sobre tu origen y evolución. Científicamente comprobado, los seres humanos utilizamos solo el 10% de nuestro cerebro ¿Qué seriamos capaces de ser si utilizáramos el 100%? ¿Acabaríamos con la tierra?
Entre las cosas inexplicables de la evolución del ser humano, llega entre nosotros una nueva generación de niños que nos sorprenden en el ámbito intelectual y espiritual. Ellos son los niños Índigo, Cristal y Diamante, también conocidos como los niños de la luz. Primero llegaron los Índigos denominados rompedores de sistemas apareciendo luego los niños Cristal o Cristo para arreglar lo dañado por los índigos.
Los Niños Cristal están entre los más conectados, comunicativos, cariñosos y mimosos comparados con los de cualquier otra generación. Ellos tienen dones filosóficos, espirituales, y despliegan un nivel sin precedentes de gentileza y sensibilidad a este mundo. Los Niños Cristal espontáneamente abrazan y cuidan de la gente que lo necesita. Es erróneo confundirlos con chicos disfuncionales o autistas. Son extremadamente sensibles a todo: sonido, colores, emociones negativas, olores, comida, productos químicos, la ropa que visten, la violencia, la conciencia de grupo, las frecuencias electromagnéticas, destellos solares... Si un Niño Cristal se encuentra en un entorno agresivo, desequilibrante y emociones exageradas, tienen a huir física o psíquicamente, ya que es insoportable para ellos. Necesitan pasar tiempo en soledad, no viven bien en grupos pues pocos entienden su necesidad de soledad. Cuando no se respeta su soledad, se desequilibran y pierden la conexión con su Ser.”
Hinata: Actualmente siete años de edad. Por su condición de ser sensible a todo su entorno huyo de casa tratando de salvarse a sí misma de la violencia entre sus padres, no solo eso. Por ser diferente desde su nacimientos sus padres buscaron ayuda médica la cual con muchos estudios llegaron a la conclusión que la pequeña niña tenía la enfermedad de Aspergers y la etiquetaron como desconectada comenzando a seguir una serie de medicamentos que instantáneamente la niña rechazo.
Habla poco y le gusta la soledad, sin embargo cuando piden su opinión sus frases son profundas y filosóficas, siente un gran amor a todo lo que le rodea y se le considera con habilidades parasicológicas. A medida que fue creciendo, sus padres desarrollaron gran respecto hacia su hija y el amor nunca faltaba, cuando se formaba un conflicto la pequeña lo evitaba para después apaciguar con sus bellas palabras en ocasiones se desmayaba porque no podía soportarlo, denominada más tarde como la niña Cristal y agarrándola como consejera espiritual y sanadora ya que donde colocaba su mano había sanidad. Al escapar de su casa se atemorizo al encontrarse con grandes multitudes de personas provocando que con desespero corriera y corriera hasta toparse con el bosque… luego de tanto caminar observo un estilo de vida nueva en la primera etapa de la canal causando su desmayo.
Unos grandes ojos brillosos como la nieve se abrieron mirando lo primero que encontró, una mirada azulina preocupada. Naruto inmediatamente sintió como esa mirada tan bella le penetraba hasta lo más profundo de su ser, era extraño pero sentía como desnudaban su pasado, sus acciones, sus virtudes y defectos, por un momento estaba en un espacio rodeado de muchos colores pasteles uniéndose de una manera enigmático con esa niña que ya sabía todo de él y nunca la había conocido.
Itachi busco alguna herida aliviado de que todo estuviera bien. Ella aun mirando a Naruto se levanto bruscamente y lo abrazo, al mismo instante lo soltó despacio con miedo de que sus desvergonzadas emociones lo lastimaran, al darse cuenta que existía más espacio observo a su alrededor… Era igual al lugar donde estuvo antes a la cual se percibía: Miedo, decepción, tristeza, odio, sufrimiento, dolor, rabia, muerte… Sin embargo ahora donde estaba que no era muy lejos del otro había algo diferente, algo que ella le gustaba y no perturbaba su espíritu.
Ella era diferente no era como ningún otro niño de su edad, sabía perfectamente donde estaba y que tenía que hacer allí… Pero aun así no pudo aguantar la tristeza que la invadía al ver la condición de los niños soltando lagrimas al no entender porque existía tan maldad en el mundo, se detuvo al pensar como en otras veces que no estaban solos. Los presentes quedaron atónitos a sus movimientos tan repentinos, Itachi solo fue hasta ella y quedo a su altura ofreciéndole una sonrisa tan característica del.
-Todo estará bien- pensó que la niña estaba asustada y la abrazo a manera de consuelo, pero una vez más ella hizo su magia, busco la mirada del joven para saber de quién se trataba, causándole gran impacto sintiendo como le abrían su corazón -¿Cómo te llamas pequeña?- pregunto tras haberse recuperado con un suspiro.
-Hinata- dijo con voz dulce pero sin inmutar su expresión. Sasori le pregunto de donde venía y ella con voz lenta explico que huyo de casa por motivos de violencia familiar, sus palabras sonaban sabias al salir como un águila en pleno proceso de madures. Itachi nuevamente comenzó su discurso de que se trataba el lugar y quien eran ellos. Todo ese tiempo Hinata permaneció callada y atenta a lo que hablaban.
-¿Y qué dices? ¿Te quedaras con nosotros?-
-Grandes cosas vienen a este lugar hasta entonces me quedare para serles de utilidad- Todos la miraron confundidos pero aun así Itachi sonrió otra vez y comenzó a mostrarle el lugar junto a Ino y Sai.
-¿Estás bien?- se acerco Sasuke a su amigo que estaba un poco aislado desde hace un buen rato.
-Sentí como esa niña entraba en mi- señalo su pecho.
-No inventes, debes estar delirando del sueño- el sol por fin se mostraba en su totalidad.
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El día paso con gran rapidez, terminaban de cenar cuando Naruto terminaba de contar la cantidad de niños que se encontraba en el canal: Un total de veinte niños y diez jóvenes. Preguntándose a sí mismo como el poco dinero que llegaba, alcanzaba para las tres comidas diarias alimentando a treinta personas. Ese mismo día el líder azabache aviso que Ino y Sai dormirían con ellos bajo el techo, mientras Hinata dormiría sola en un techo mucho más pequeño en construcción.
El pequeño rubio sentado en el suelo observaba con gran detalle a Hinata, sentada a un lado de Itachi en total tranquilidad sin comer, era realmente pequeña con ojos grandes y piel como la de una muñeca de porcelana pero lo que más llamaba su atención eran sus vestiduras completamente blancas hechas de un material que no conocía… Todo en ella era muy diferente, se percibía tan cerca su pureza, amor, su falta de malicia, su inocencia, era como si expulsara a través de su cuerpo un aroma cautivador. Era sorprendente. Naruto se asombro de sí mismo al pensar tanto en esa niña, no sabía que le pasaba pero sentía la necesidad de estar a su lado, le trasmitía una paz en su interior.
La niña susurro algo al líder y se fue caminando a dirección al bosque… ella era todo un misterio.
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-Sabes Sasuke me gusta este lugar, me quiero quedar para siempre- dos niños disfrutaban de la hermosa vista que ofrecía la noche, encima de una pequeña colina cercana al canal –Que bonita son las estrellas-
-¿Crees que no estén buscando?- pregunto el mayor luego de un buen rato.
-Ya nos fueran encontrado, al igual que Hidan- el silencio los envolvió con su aroma amargo, pero la admiración que ambos sentía por el oscuro cielo era tan enorme que no les importaba absolutamente nada –Puedes creer que hace unas semanas éramos maquinas para matar-
-Naruto yo…- Sasuke bajo su rostro, quería ocultar su pena. Naruto volteo –Perdóname… perdóname por no llegar a tiempo-
-¿De qué estás hablando?-
-Si fuera llegado a tiempo, esa escoria no te fuera viola…- su amigo lo abrazo de repente sorprendiéndolo, el rubio pensaba en lo estúpido que era el azabache por culparse de algo pasado, de algo que hoy en día no tenía importancia para él a pesar de que le fueran quitado lo único que le quedaba de inocencia. Naruto le levanto el rostro y le sonrió.
-Sabes, una vez vi en televisión que si vez una estrella fugaz y le pides un deseo se hará realidad- Sasuke volteo los ojos frustrado, su amigo no tenia caso pero por dentro de si sonrió. Cada vez que veía a ese rubio infantil le recordaba lo importante que era la vida, Naruto le daba un motivo para seguir viviendo… Era realmente cursi pero era su cursilería, amaba a ese rubio y nadie podía cambiar eso. – ¡Sasuke una estrella fugaz! ¡Pide un deseo!- grito emocionado, el azabache busco en el cielo sin poder creérselo, al principio pensó que era una broma, pero al cabo de los segundos vislumbro un punto brillante que se movía a gran velocidad, observo a su amigo con los ojos cerrado y los puños cerca de su cara.
-¿En serio crees en eso?- este asintió -¿Entonces qué pediste?-
-Si te digo mi deseo no se cumplirá- El mayor bufo y comenzó una pequeña discusión para que le dijera cual había sido su deseo, al finalizar Naruto se molesto y bajo de la colina, Sasuke solo se limito a sonreírle a nadie, le hacía gracia esos pequeños momentos que nunca pensó que los viviría.
-Se que volverás tonto- le dijo antes de que se fuera.
“Deseo tener una familia” deseo con todo su corazón siempre con Naruto en ellos.
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A la mañana siguiente todo transcurría con una tranquilidad en ese lugar a pesar de las necesidades, cada día Sasuke y Naruto se sentían en un hogar, como en una familia. Al mismo tiempo conocían a muchos más niños del canal por ejemplo se acercaron durante el desayuno un par de chicos chistosos: Shikamaru y Chouji. Sus historias eran de terror y sorprendía que estuvieran vivos. En la tarde unas chicas llamadas Sakura y Ten-ten se acercaron tímidamente a conocer a los recién llegado con historias desgarradoras para el sexo femenino y por ultimo casi finalizando Lee y Neji decidieron juntarse al gran grupo para expresar sus pensamientos.
Las historias de estos personajes no fueron contadas a fondo más bien se edificaron como el tipo de niños que era o como les decían: Niños del pecado, niñas sucias, niños psicóticos, niños pájaro entre otros muchos.
Hinata paso todo el día en ausencia al igual que Sasori por bocas de otros niños andaban juntos por el bosque.
-¿Son conocidos como Hebi y Kyubi cierto?- los niños que charlaban con los otros de una forma amistosa se congelaron en el acto, prácticamente se habían petrificado en sus lugares. Para ellos, fueron años lo que pasaron tras escuchar esos nombres. Lamentablemente ese nombre era como un detonante para Sasuke a la cual reacciono de forma agresiva agarrando por el cuello a la niña rubia.
-¡¿Cómo sabes eso?!- Sai lo golpeo en el rostro amenazándolo.
-¡Que rayos te pasa!-grito Ino. El azabache paso la mano por su cara quitándose los mechones que molestaban su vista, sus ojos se habían vuelto diferentes. Naruto inmediatamente se alarmo corriendo hacia su amigo para calmarlo “Cada vez está más sensible” pensó.
En un par de segundos Sai estaba en el suelo con el azabache encima golpeándolo en la cara.
-¡Muere, muere, muere!- la bestia quiere sangre, la bestia quiere muerte. Era un cambio tan drástico que pasaba Sasuke. El rubio pidió ayuda a sus nuevos amigos que trataron con todas sus fuerzas de quitarlo de encima, pero su fuerza permanecía a otro mundo. El cuerpo de Sai fue sacudido contra el suelo, de alguna manera imposible trataba de defenderse. – ¡Te arrancare los brazos maldito!- lo posiciono de tal manera que le diera la espalda y sus brazos quedaran estirados hacia atrás… Solo aplico un poco de fuerza y el grito del niño fue escandaloso.
-¡SASUKE BASTA!- todos ayudaban a Sai, pero Sasuke lo tenía prisionero en sus brazos como un animal celoso.
-¡Lo matara!- grito Sakura. De la nada una mano pequeña y blanca se poso en la cabeza del azabache cayendo al suelo al instante. Sai corrió hacia Ino asustado. Hinata miro a Sasuke y pasó su mano en forma de caricia por sus mejillas.
Este volvió en sí, se levanto y observo que todos lo miraban aterrado. Excepto Naruto que corrió preguntando si está bien. El azabache se levanto molesto fulminando a la niña rubia con la mirada.
-¡Déjame quiero estar solo!- se fue camino a las colinas, su amigo quiso detenerlo pero Hinata lo detuvo diciendo que era mejor contemplar la soledad por un rato o que si no perdería el equilibrio de su ser. Los demás estaban confundidos y atacaron al rubio con preguntas, este solo se limito a observar a Ino.
-¿Tu como sabes eso?-
-Algunos de mis compradores les aficionaba ese tipo de peleas. Tuve varias oportunidades para ver los torneos- la niña dulce que se había mostrado al principio con miedo de que la descubrieran llorando en los hombros de su amigo se esfumo, ahora solo se observaba una niña fría y engreída –La última pelea que vi, fue su gran encuentro debo admitir que fue fascinante- Naruto la miro con rabia, quiso abofetearla por la estupidez que acaba de decir pero solo le dedico una mirada.
-¿Fascinante? No pensarías lo mismo si supieras por lo que pasamos- esta solo arqueo una ceja y bufo aprovechando de irse ya que Sasori comenzaba a dispersar la multitud que se formo alrededor. Sus amigos nuevos les disgusto la actitud de la chica, apoyando a Naruto y dándole ánimo que todo estaría bien. Antes de irse miro a Hinata que mantenía la mirada desconectada, tenía el cabello húmedo al igual que sus ropas.
-Gracias- se acerco a ella y agradeció.
-No te preocupes Naruto todo estará bien- su voz era tan dulce que llenaba, pero su expresión no mostraba nada.
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Algo distinto sumergió ese día por la noche, la niña recién llegada de ojos hermosos trajo consigo una paz que llenaba los corazón, esa noche los niños no tuvieron miedo del mañana más bien se animaban a sí mismos para seguir viviendo.
Mientras la rutina de siempre comenzaba, Sasuke refunfuñaba en la punta de una colina. Se odiaba por tener ese lado sanguinario, siempre pensó en morir para acabar con su sufrimiento pero esta vez quería morir para proteger a las nuevas personas que lo rodeaban, temía que perdiera por completo el control y terminara asesinando a uno de los niños presentes: Primero fue Kiba y ahora era Sai.
¿¡Pero qué rayos ocurría con él!? Se pego en el pecho frustrado. A medida que pasaba el tiempo se volvía más sensible a perder la razón, se sentía avergonzado de lo que paso y eso que solo fue al escuchar su antiguo apodo. Pensaba en marcharse, irse donde no pudiera lastimar a nadie, algo muy curioso porque durante su corta vida eso fue lo que hiso: Herir y matar. Las dos cosas favoritas de la bestia en su interior.
Y si por alguna razón lo que había dicho Itachi era cierto. Si lo que le pasaba no tenía cura, y si se quedaba así para siempre ¿Qué sería de la vida de las personas que quería? ¿Qué seria entonces de Naruto? Nunca se perdonaría lastimarlo ¿Cómo lastimar a la persona que amas, cuando no es por amor? Y si resultaba que estaba enfermo. Tantas dudas que aun no tenia respuesta, en ese momento odiaba más a Orochimaru, ese hombre despreciable había creado lo que él era hoy en día… Un monstruo.
Y si era un monstruo significaba que no podía ser feliz, algo que aprendió durante su vida en los pocos cuentos contados por Hidan, es que los villanos y los monstruos nunca tienen un final feliz, siempre son odiados por el público, humillados, sin amor o peor aun mueren… El no merecía ser feliz a diferencia de Naruto… El era vida en medio de la muerte, el era luz en medio de la oscuridad porque en ocasiones se sentía tan alejado de su amigo, no pareciera que fueran pasado por la misma vida cruel. Eran tan diferentes que Sasuke le tenía envidia, quería ser como él, quería sonreír como él lo hacía con aquella facilidad tan cálida y acogedora.
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-¡Deidara entiende!- otra discusión se formaba en la casa más grande.
-¡Tú eres el que no entiende! - lo reto con la mirada –Ya no podemos tener más niños, los presupuestos aumentan y el dinero es poco. Recuerdo habértelo dicho, pero aun sigues invitando a niños-
-Te recuerdo que tú trajiste a Sasuke y Naruto y si es por eso, me busco otro trabajo-
-Lo sé, pero ahora te quiero hacer entender que ya no podemos aceptar más niños. No se trata de que te explotes físicamente-
-Deidara no podemos dejarlos. Sabes por todo lo que pasan ¿Qué crees que te hubiera pasado si te fuera dejado?- el rubio se cruzo de brazos obstinado por su terquedad –Por ejemplo, ahora más que nunca debemos ayudarlos sobre todo a Hinata-
-De ella te quería hablar, esa niña representa gran responsabilidad y más gasto, es autista, no podemos con algo así- ya se había vuelto típico sus discusiones antes de la noche, Itachi se moría de tristeza mientras observaba marchar a su novio vestido de mujer.
-Hemos tenido casos parecidos que se han superado. Además ella es mas que es eso, ella es la que cambiara todo en este lugar- el otro bufo con burla, el azabache se mostraba compresivo para no terminar airándose -Ellos son nuestra familia, y la familia nunca te olvida ni te abandona-
-¡Me parece absurdo hablar de familia, cuando todos aquí fuimos abandonados por las nuestras!-
-Por eso quiero arreglar nuestros conceptos- Deidara lo miro con rabia. En el fondo se sentía realmente triste de que ese gran amor juvenil que se tenían el uno al otro desde un principio se estaba decayendo, ya nada era igual, sus peleas subían de nivel cada vez más si no era por una cosa era por otra, a veces era tan estúpido lo que discutían. ¿Sera que ese amor ya no estaba? ¿Se había esfumado? –Deidara yo te amo y quiero lo mejor para ti- sintió una gran punzada en su corazón, cada vez que Itachi se lo decía quemaba, quemaba dentro del, porque sabía que cada vez que lo expresaba sus pupilas eran tan sinceras.
Aun así mantuvo su mirada fría y se dio la vuelta.
-Me voy, pero quedas advertido, ya no podemos aceptar más niños-
-¡Que cruel Dei! Ni siquiera a un viejo amigo de la familia- lloro un chico alto de cabellos naranjas.
-¡Yaiko!- exclamo Itachi.
“Ohana, significa familia y la familia nunca te olvida ni te abandona”
-Lilo y Stitch-