Despertarse uno al lado del otro se había convertido en una hermosa costumbre, los dos eran felices dentro de esas cuatro poderes que acogían todo el amor que sentían uno por el otro, fuera de esa habitación debían tener cuidado y disimular que solo tenían una relación de “trabajo”.
- Buenos días mi niño – dijo el peliplata besando al castaño en su frente, el castaño abrió lentamente sus ojos acostumbrándose a la luz, miro al ojilila y sonrió sonrojándose un poco, los dos estaban desnudos
- Usagi-san ya se siente mejor? – pregunto el castaño viéndole al rostro
- pero si nunca he estado mal – respondió el mayor con una sonrisa
- pero ayer parecía un poco triste después de hablar con el doctor y después de eso no dijiste nada – dijo el ojiverde, realmente estaba preocupado
- pues contigo a mi lado siempre voy estar bien – respondió el mayor abrazándolo, no quería dar preocupación alguna a su niño
- ya tienes todo listo para nuestra cita de hoy – dijo el peliplata tratando de cambiar de tema, el menor sabía cuál era la intensión del mayor asi que para no molestarlo más decidió seguirle el juego
- Usagi-san, creo que no deberíamos ir, es muy peligroso si alguien no ve y le avisa a su padre – dijo el castaño un poco asustado, le aterraba la idea de separarse del mayor
- si nadie se dio cuenta hasta el momento, no creo que justo ahora lo descubras, no pienses demás, solo vamos a disfrutar el momento si? – dijo el mayor dándole un tierno beso y mucha seguridad, el menor acepto ir pero tenía un mal presentimiento, desde el fondo de su corazón tenía miedo de algo que ni el mismo podía explicar.
- que estas preparando – dijo el peliplata una vez bañado y cambiado
- solo unos huevos revuelto, espero que sea de su agrado – respondió el castaño, el mayor se acercó y besándole en cuello
– siempre me gustan los platillos que preparas, cualquiera que prepares - le dijo el mayor muy cerca de su oído – sabes cocinas delicioso, serias una muy buena esposa – dijo besando su cuello subiendo poco a poco hasta sus labios robándole dulces besos, mientras que sus manos se colaban por debajo del polo del menor, acariciando su delgado cuerpo y sus hermosos pezones, los cuales respondían gustosos a cada caricia, sin que el menor lo consintiera
- n-no usagi-san aún es temprano – dijo un poco tembloroso el menor
- eso no importa, para el amor no hay tiempos adecuados, cualquier tiempo es perfecto – respondió el peliplata mientras que una de sus manos se colaba en el pantalón del menor, estremeciéndolo
- aquí no, estamos en la cocina – dijo el menor ya dejándose llevar, después de tanto tiempo conviviendo con el mayor su cuerpo ya se estaba acostumbrando a los ataques repentinos del mayor, a veces sin darse cuenta deseaba al peliplata, pero era algo que no admitiría fácilmente
- pero no nos podemos ir, cuando se está cocinando se debe vigilar el fuego – dijo de manera lasciva mordiéndole el lóbulo de su oreja, mientras que con su mano masturbaba al menor, este solo se estremecía ante el mayor, el peliplata lo cargo poniéndole encima de la mesa
- abre un poco las piernas para mi – dijo el peliplara mientras lo besaba, el menor solo obedeció ya no era consciente de sus acciones, el peliplata se agacho un poco poniendo el miembro del menor el su boca, dándole placer, era la primer vez que lo hacían en ese lugar y esto los excitaba mas, el menor al poco tiempo llego a su orgasmo, el peliplata lo jalo más hacia el, preparo su entrada, ya no soportaba más estaba en su límite, de una sola estocada introdujo todo su miembro, el menor solo se aferró a la espalda del ojilila dejándole marcas, lo cargo haciendo que el castaño lo rodee con las piernas y los brazos
- a-ahh n-no puedo más usagi-san – decía el castaño entre gemidos, eso solo exitaba mas al menor
- yo tampoco mi Misaki – respondió el peliplata besándolo posesivamente – vengámonos juntos – continuo mientras aumentaba la velocidad en sus estocadas, llevando a los dos al climax el castaño ya no soportaba más y se vino seguido del mayor quien al sentirse aprisionado por esas finas paredes llego a su orgasmo
- Misaki te amo – le decía mientras le besaba tiernamente, se separaron lentamente el menor apoyaba su cabeza en el hombro del peliplata, desvió un poco la mirada y se dio cuenta que aún estaban en la cocina el fuego estaba ardiendo, regreso a la realidad
- Usagi-san mire lo que hizo – dijo un poco molesto más con él mismo que con el peliplata, su delicioso desayuno se había estropeado.
Después de tomar un “delicioso” desayuno, más para el mayor que para el castaño, se alistaron para ir a su cita, el mayor iba vestido como siempre con traje y corbata mientras el menor iba con unos jeans y una chamarra para que según el mayor no los descubrieran, pasaron un bonito dia, el menor no paraba de engreír a su niño.
- mire usagi-san hay muchos juegos – dijo el menor mirando todo a su alrededor como un pequeño niño, era la primera vez que iba aun parque de diversiones a divertirse, antes había ido a una pero para cumplir con una misión y por más que le gustaran los parques de diversiones tenía que disimular y no dejar mostrar sus emociones
- si, y puedes subir al que quieras – le respondió con una sonrisa el mayor, realmente le gustaba ver a su niño contento, desearía que siempre fuese de esa manera
Tuvieron un agotador y divertido día, subieron a todos los juegos, el mayor consentía por demás al castaño hasta en cosas que no eran necesarias
- Usagi-san no es necesario que siga jugando, ya no quiero ese oso – decía el menor tratando de convencer al mayor para que deje de disparar pues no le daba a ninguno y ya estaba en su doceavo juego
- no importa si lo quieres o no, yo prometí que te lo iba a dar y te lo voy dar – respondió un poco molesto, no le daba a ningún objetivo, pero no se iba rendir, él era el gran Usami Akihiko y un simple juego no le iba a ganar, el menor no insistió más sabía que no lo iba a convencer, después de todo era su culpa, deseaba ganar un pequeño osito parecido a Susuki-san así que jugo ese juego y como era de esperarse acertó todos, tenía una muy buena puntería y gano el premio mayor que consistía en una gigante jirafa pero él quería el pequeño oso, al ver esa escena el peliplata prometió ganar el pequeño oso para el
- si gane! – grito emocionado – bueno era de esperarse, porque era yo quien jugaba – continuo disimulando su gran entusiasmo – toma aquí esta lo que te prometí – dijo el ojilila dándole aquel pequeño oso, el cual era el último premio
Sin que se dieran cuenta la noche llego, y con ella venia el fin de aquel mágico día para que el día siguiente volvieran a su realidad, una realidad donde les era prohibido demostrar ante los demás el amor que sentían uno por el otro
- Sabes Misaki me divertí bastante y más porque tú estabas a mi lado, deberíamos hacer esto más seguido – dijo mientras lo sujetaba de la mano, robándole un tierno beso, iban por un camino desolado no había nadie a la vista
- yo también me divertí mucho – respondió el castaño
- bueno está decidido entonces, el próximo domingo también tendremos un día especial para los dos – dijo el peliplata con una sonrisa en los labios, el menor al verlo también sonrió pero algo le vino a la mente
- pero, el siguiente domingo tengo que donde su padre para informarle el avance de mi misión – dijo un poco preocupado el castaño
- no importa, te voy estar esperando en el parque que está cerca de la casa de mi padre, es una promesa – respondió el peliplata, realmente amaba estar con su niño, y no iba dejar que por culpa de su padre se pierda un día con su castaño, el menor solo sonrió esas palabras le daban tanta seguridad, pero en algún lugar de su corazón tenía una grande preocupación, sentía que algo malo estaba por venir.
Llegaron al pent-house del mayor estaban realmente cansados, el menor preparo algo ligero para la cena luego de cenar se fueron directamente a su habitación, al recostarse en la cama se quedaron profundamente dormidos uno al lado del otro.
Al día siguiente era la misma rutina de siempre, el menor casi siempre se levantaba más temprano para tener listo el desayuno, para llegar a tiempo en el trabajo, pero ese día no iba ser el mismo que los otros, cuando llegaron a la oficina del mayor se encontraron con alguien que realmente no deseaban ver, Usami Fuyuhiko