Sus ojos estaban un poco rojos e hinchados, no pudo dormir en toda la noche y las lágrimas se escapaban de sus ojos, se levantó temprano e hizo la misma rutina de siempre en modo automático, las palabras que le dijo el peliplata retumbaba en su cabeza, cuando termino todo se dispuso a ir al cuarto del mayor para despertarlo, en cada paso que daba su corazón se exaltaba, estaba nervioso y temeroso, llego al cuarto y suspiro antes de tocar la puerta al no escuchar respuesta abrió lentamente la puerta
- u-usagi-san? – llamo tímidamente el castaño entrando a la habitación, habitación que no visitaba ya hace algunos días, estaba igual que siempre pero también era diferente, antes cuando entraba podía sentir que también era de él esa habitación, pero ahora él parecía un extraño en esa habitación, la cual fue testigo de muchas noches de pasión
- usagi-san el desayuno está listo – dijo el menor ya más firme, el mayor se movía debajo de su cama y se levantó molesto como hace mucho tiempo no lo hacía, como cuando era escritor
- que hora es – dijo molesto el peliplata – hoy no quiero ir a trabajar me duele la cabeza – dijo sujetando su cabeza, levanto su vista y sus miradas se encontraron, el menor tenía una mirada muy triste y no lo podía ocultar. El menor quería hablar sobre el día anterior, sobre lo que le había dicho, si era verdad o solo era una pesadilla
- u-sa…- no pudo decir nada mas porque fue interrumpido
- está bien – dijo suspirando el mayor – voy a levantarme así que me puedes esperar abajo – dijo el peliplata levantándose de su cama, el castaño aunque quiso no pudo decir nada mas solo salió de la habitación
El menor también se alisto para ir a trabajar, tenía que hablar con el mayor antes de ir al trabajo tenía que aclarar las cosas, sentía que si no decía nada ahora nunca mas iba a poder. El desayuno transcurrió en un silencio muy incómodo ninguno de los dos hablaba hasta que terminaron
- Usagi-san quiero hablar con usted – dijo seriamente el menor antes de que el peliplata se levante de la mesa, el ojilila solo se sentó en silencio sin decir nada esperando a que el menor hablara
- acerca de lo que dijo ayer – comenzó el castaño tímidamente – yo quería saber… es verdad lo que dijo? – termino el menor
- bueno es como es – dijo el peliplata – ya te dije todo lo que tuve que decir y si no hay nada mas que hablar es hora de ir a trabajar – continuo el peliplata levantándose de su asiento
- no lo acepto – dijo el castaño sujetándolo por atrás – n-no acepto lo que dijiste – dijo con su vocecita que poco a poco se iba quebrado, el mayor solo se quedó en silencio sin mirar hacia el menor
- no puedo aceptar eso, yo no creo que tan solo de un día al otro decidas que ya no me quieres y termines con todo… que termines conmigo – decía el menor cada vez levantando más la voz y sin evitar que las lágrimas salgan de sus hermosos ojos
- por favor dime la verdad, es algo que dijo tu padre verdad? – preguntó el castaño sin tener respuesta alguna
- yo te amo Usagi-san siempre voy estar contigo pase lo que pase, asi que no digas que quieres terminar nuestra relación – decía cada vez más despacio, las lágrimas desbordaban en su rostro, le dolía no tener respuesta alguna, estaba siendo sincero estaba abriendo su corazón
- yo te amo, así que… así que por eso no digas que no me amas – dijo por ultimo cayendo de rodillas, lo amaba pero no podía soportar el dolor, el inmenso dolor que se llenaba cada vez más en su pecho, todo lo que había pasado últimamente era tan confuso
- no sé de qué hablas – dijo el mayor de una manera muy fría – yo ya te dije que acabó así que no hay nada más que hablar y por favor no hagas dramas, no te das cuenta la escena en la que te encuentras, eres muy patético – dijo en tono burlón y sin mirar atrás se dirigió hacia su habitación
El menor solo se quedó de rodillas mirando hacia la nada, tal vez realmente todo había acabado, tal vez lo que fue un sueño no son las palabras que dijo el peliplata el día anterior, sino todo lo que vivió estos últimos seis meses
- no – se dijo así mismo – esto aun no ha acabado, lo que nosotros tenemos es algo mas fuerte y mas puro, no voy aceptar las palabras que me dijo, yo voy a descubrir la verdad detrás de todo esto – pensó el castaño, se levantó y se dirigió a su cuarto lavó su rostro y se puso sus lentes, por primera vez en toda su vida agradeció lo que aprendió porque era capaz de ponerse esos lentes y estar como si nada hubiese pasado aunque por dentro se esté muriendo.
Cuando el peliplata bajo de su habitación el castaño ya lo estaba esperando en la puerta con los lentes puestos y listo para ir a trabajar, en todo el día no hablaron más de lo necesario, y así fueron los siguientes días, el ojilila todas las noches salía y se iba con la misma mujer, por su lado misaki buscaba la respuesta a los actos de su querido peliplata, tratando de buscarles alguna explicación, hasta que el sábado llego y como era de costumbre fueron a visitar a la madre del mayor.
- Hijo como estas – dijo la bella mujer, su piel estaba más pálida de costumbre y ella parecía más débil
- Madre buenos días, estoy bien como siempre – respondió el peliplata como de costumbre con una sonrisa, comenzaron con una amena conversación y reían mientras que un castaño los veía desde lejos, como siempre parado a lado de la puerta después de un tiempo de charla el teléfono del peliplata sonó y salió a contestar, parecía que era la mujer de cabellos negros, el menor solo lo siguió con la mirada hasta verlo salir por completo, con tal nostalgia que no fue desapercibida por la madre del mayor
- Ahora si Misaki-kun, me puedes decir que paso entre ustedes – dijo la peliplata haciéndole señas con las manos para que se acercara a ella, el castaño dudo por un momento pero luego se acercó, esa mujer era como su madre también y le inspiraba tanta confianza era imposible ocultarle algo
- n-no pasó nada Violet-sama, porque pregunta eso – pregunto el castaño, tratando la profunda tristeza que guardaba en su corazón
- que no pasa nada? – respondió la bella mujer – eso es como decir que mañana me dan de alta – dijo un poco molesta pues no le gustaba que el castaño trate de ocultarle las cosas – acaso crees que no me doy cuenta, ustedes dos se pelearon, verdad? – cuestiono la peliplata esperando que el menor le conteste
El menor solo la miraba a través de esos lentes oscuros tratando de ocultar todo, la mujer le hizo señas como si quisiera decirle algo al oído, el castaño se inclinó un poco la bella mujer aprovecho para quitarle los lentes y se quedó sorprendida al ver esos hermosos ojos rojos e hinchados al parecer el asunto era más grave de lo que parecía
- Misaki-kun, sabes que puedes confiar conmigo, por favor cuéntame que está pasando – dijo la mujer en tono maternal, pues estaba más preocupada que en el principio, el menor la miro y no pudo soportar más sus lágrimas comenzaron a caer
- Violet-sama, no puedo soportar más – dijo el castaño entre lágrimas – Usami-san… Usami-san termino nuestra relación – dijo rompiendo en llanto, mordiendo sus labios para que sus quejidos no se escuchen, esas palabras sorprendió a la madre del peliplata, estaba confundido, le parecía tan raro esa situación, a su hijo realmente se veía muy enamorado del castaño
- pero porque? – preguntó en voz alta sin darse cuenta
- no lo se – respondió el castaño – de un dia al otro me dijo que quería terminar conmigo quise hablar con el pero siempre me dice que no tiene nada mas que hablar conmigo, sale en las noches con una señorita llamada Yuna y regresa en la madrugada tomado – dijo el castaño, realmente necesitaba desahogarse un poco, estaba llegando a su limite
- No puedo creer lo que está haciendo, no es algo propio de él, esto debe ser obra de mi esposo – dijo la bella mujer
- Y-yo también creo eso – dijo el castaño – por eso estoy tratando de averiguar, pero las fuerzas se me están yendo, no creo que pueda con todo esto más tiempo, me duele todo lo que hace – dijo el menor tratando de calmar sus lágrimas, la bella mujer le dio un fuerte abrazo, dándole las fuerza que necesita
- por favor no te rindas, solo tú eres la felicidad de mi hijo, aunque no lo demuestre él también está sufriendo, no lo dejes – dijo la bella mujer, apoyándolo
- sí, yo también creo eso por eso aún sigo a su lado, él es mi felicidad y quiero estar a su lado – respondió el castaño más calmado, hablar con Violet-san le daba fuerzas para continuar
- Violet-sama quiero que todo lo que hablamos quede entre nosotros, no le diga a nadie de esto por favor – pidió suplicante el ojiverde, la bella mujer solo lo miro, en realidad quería intervenir pero no podía negarse a lo que el castaño le pedía
- esta bien – dijo después de un largo tiempo – está bien, no voy a decir nada pero prométeme que no te vas a rendir – le dijo con una bella sonrisa
- se lo prometo, me esforzare – respondió el castaño correspondiendo la sonrisa, escucho unos paso que se acercaban y rápidamente se puso sus lentes y volvió a su sitio
El peliplata entro a la habitación y todo estaba como lo había dejado pero su madre lo veía de una manera diferente, como si quisiera regañarle por haber hecho algo malo
- Disculpa madre, era una llamada importante – dijo el peliplata pensando que eso la había molestado, haberla dejado para que pueda contestar una llamada, la bella mujer realmente tenía ganas de regañarle pero no podía romper su promesa así que solo guardo silencio.
Después de visitar el Hospital se dirigieron al departamento, el mayor entro a su estudio y se encerró, solo salió para cenar un momento luego se encerró otra vez, hablar con la madre del peliplata había renovado las fuerzas del castaño y ahora más que nunca estaba motivado para hallar la verdadera respuesta tras el comportamiento de su querido Usagi-san