Al día siguiente se levantó temprano y preparo el desayuno, sentía que tenía todas sus fuerzas renovadas, aunque aún no había encontrado ninguna prueba contra el padre de Usagi-san, no se iba a rendir, estaba decidido hacer todo lo posible para regresar todo a como era antes, a parte del apoyo de Violet-sama, tenía otra motivación hoy tenía una cita con el peliplata, se lo había prometido, así que tenía pensado hablar con él ese día, para tratar de aclarar las cosas.
Todo ya estaba listo, solo faltaba que el peliplata baje y como si estuvieran conectados el mayor ya se encontraba en las gradas bajando al comedor.
- buenos días usagi-san – dijo el menor con una sonrisa y una reverencia, el mayor se detuvo un momento, parecía algo sorprendido pero no respondió, solo continuo camino hasta su asiento y ahí se quedó esperando que le sirvieran el desayuno, el menor lo sirvió de inmediato, pero solo para el peliplata, él ya había picado algo pues quería ir lo más temprano posible donde el padre del pelipla para presentarle su informe para poder llegar temprano a la cita pactada.
- Usagi-san disculpe pero ahora me voy – dijo haciendo una reverencia – tengo que ir a informar a su padre
- está bien – respondió de mala gana el peliplata, el menor solo de dispuso a salir con la esperanza de que ese día cambie todo entre ellos.
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- Él prometió que iba estar ahí, que me iba a esperar, él me lo prometió – dijo para sí mismo, mientras caminaba presuroso con la esperanza de verlo, pero cuando llego al parque no había nadie, estaba casi vacío las pocas personas que habían corrían para encontrar un lugar que los acojan ya que se venía una gran tormenta.
El castaño opto por esperar, sabía que por la manera en la que estaba comportando últimamente el mayor había la posibilidad que no fuera a ese encuentro, pero aun así lo esperaba ansioso, comenzó a caer poco a poco la lluvia cada vez más fuerte pero él no se movía, continuaba parado en el mismo lugar sin moverse ni un milímetro pasaba el tiempo, una, dos, tres, cuatro, cinco horas llevaba ahí sin moverse, al convencerse que el peliplata no iba a llegar, levanto su rostro al cielo se sacó los lentes y se dejó acariciar por las frías gotas de lluvia, su mirada era tan triste, poco a poco comenzaron a caer lagrimas que se mesclaban con la lluvia, lluvia que otros lo veían como un gran inconveniente, pero para él era un poco de consuelo.
Comenzó a sentirse mal, débil estaba empapado, se mareo y cuando estaba a punto de caer alguien lo sujeto de la cintura, los ojos del castaño de iluminaron pensando que podía ser “él”, pero cuando volteo su mirara entristeció de inmediato
- que paso, no soy quien esperabas – dijo el castaño mayor, era Ijuuin – parece que estas muy mal, no es bueno estar parado tanto tiempo en la lluvia, te llevare a una clínica para que te chequeen – dijo tratando de llevarlo hacia el auto
- Agradezco su preocupación pero no es necesario – respondió en castaño zafándose del agarre, cuanto tiempo lo había observado?, se puso los lentes y comenzó a caminar, realmente se sentía débil, aunque él no quería demostrarlo su cuerpo lo traiciono cayendo al suelo
- ves que tengo razón – dijo el ojimiel cargándolo, el menor intento oponerse pero sentía que las fuerzas se le iban, antes de caer inconsciente le entrego una tarjeta al sensei
- ya que insiste, le agradecería que me lleve aquí – dijo dándole la tarjeta perdiendo el conocimiento.
- Nowaki Kusama – murmuro leyendo la tarjera, la dirección era de un hotel lujoso, él tenía intenciones de llevarlo a otro lugar, pero como fue una petición del castaño que tanto le gustaba, no tuvo más opción que llevarlo a ese lugar.
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- Misaki-kun levántate, a menos que quieras que te entre cargando al hotel – dijo el castaño mayor, el castaño iba despertando lentamente
- gracias por traerme hasta aquí – respondió cuando se despertó por completo, aún estaba débil pero podía caminar – disculpe las molestias, me puede dejar aquí – dijo tratando de sonar lo más convencible posible
- de eso nada, al menos déjame acompañarte hasta adentro – dijo el mayor sin dejarlo responder, salió del auto y ayudo al menor sujetándolo de la cintura.
Cuando entraron preguntaron por el pelinegro y esperaron hasta que baje, cuando Nowaki vio al menor se sorprendió demasiado aunque no lo dejo notar, le agradeció al castaño mayor se llevó a Misaki a su cuarto, el cual parecía un pequeño cuarto de hospital.
- Que paso Misaki, tú nunca te pones así – dijo el pelinegro un poco molesto pero con preocupación mientras le hacía unos chequeos y alistaba una jeringa para sacarle una muestra de sangre
- lo siento Aniki, Ijuuin-san insistió en llevarme a algún hospital así que preferí que me traiga aquí, solo me siento un poco cansado – respondió un poco adormilado el castaño
- no parece que estés solo un poco cansado, te tomare unas muestras de sangre por si acaso – dijo mientras lo hacía – debes alimentarte mejor, descansa un poco – le sugirió pero el menor se recordó que debía regresar al penthouse
- Lo siento pero no voy a poder, tengo que irme – le contesto, se levantó camino hasta la salida
- sé que no puedo hacerte cambiar de opinión, así que por lo menos tomate estas vitaminas, te harán sentir mejor – dijo el mayor, alcanzándole con un poco de agua – aunque no lo demuestres sé que estas sufriendo por algo – dijo el mayor mirándolo seriamente – no dejes que nada te haga daño, cuídate, sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa – dijo despidiendo, el menor solo le miro y asintió, se sentía un poco mejor.
Cuando llego a la casa del peliplata, parecía que todo estaba como lo dejo en la mañana, la noche había caído, cuando entro en la cocina vio al mayor preparándose un poco de café, no parecía preocupado por nada y no había rastro de culpabilidad en su rostro.
- vaya recién llegas – dijo en un tono frio
- lo siento – respondió el menor haciendo una reverencia, una vez más su corazón era dañado – se olvidó de su promesa – pensó el menor
- se hizo un poco tarde, pero ahora mismo preparo su cena, seguro debe estar sin almorzar, dijo con una sonrisa ocultando tras ella la inmensa tristeza que sentía
- por qué crees eso? – Respondió un poco molesto el mayor – crees que si tu no estas no puedo hacer nadas, yo vivía bien solo antes y puedo hacerlo ahora si vas, no te creas tan importante – dijo pasando por su lado
- lo siento – fue lo único que pudo responder, su corazón cada vez se iba desmoronando más y más, el mayor sin decir nada más entro a su despacho y encerró otra vez
El castaño hizo la cena, cuando estaba todo listo llamo al ojilila y cenaron sin decirse una sola palabra, el menor no comió casi nada, no le entraba se sentía mal, se fueron a dormir y todo volvió como la semana anterior, las fuerzas que le renovó la mama del peliplata se esfumaron.
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El menor se encontraba en el ascensor, llevando algunos documentos, la semana paso rápido, sin que se diera cuenta ya era jueves, los días que pasaron se sintió mal, débil pero no lo demostraba frente al mayor, el cual le hacía hacer tareas cada vez más pesadas.
- Misaki-kun que alegría verte, ¿Cómo te encuentras? – dijo ijuuin-san, que entro al ascensor sin que el castaño se diera cuenta, sorprendiendolo.
- ya mejor, gracias por preocuparse Ijuuin-san – respondió serio el menor, sin decir nada mas esperaba que llegue su piso para poder bajar, antes que llegue comenzó a marearse y casi se estrella con el piso, en una rápida acción el castaño mayor lo sujeta de la cintura atrayéndolo hacia el y las puertas del ascensor se abren, frente a ellos se encuentra el peliplata, un poco sorprendido primero y luego molesto.
- Buenos días Akihiko-sama – dijo el castaño mayor en tono de burla, atrayendo mas hacia él el cuerpo de misaki, el menor en un rápido movimiento logra zafarse del agarre
- aquí están los papeles que me pido usami-sama – dijo haciendo una pequeña reverencia
- pensé que había sucedido algo y por eso estabas demorando, pero veo que estabas muy entretenido – respondió el peliplata
- no seas malo con él – dijo el ojosmiel, rodeando su brazo por el cuello del menor – nos encontramos por casualidad en el ascensor y no hicimos “nada” malo, asi que no lo castigues – continuo el castaño mayor con una sonrisa, con la intensión de molestar al peliplata.
- porque le castigaría, realmente no me interesa lo que haga o deje de hacer, lo único que me importa son los papeles que trae con él – respondió indiferente el ojilila
- deja esos papeles en mi oficina – ordeno al castaño, el cual obedeció sin decir nada.
Cuando entro a la oficina, por fin pudo respirar bien, poco a poco se estaba acostumbrados a los malos tratos por parte del mayor, de repente sonó su celular, era su hermano mayor Nowaki
- Hola Aniki, como estas – respondió el menor
- Misaki dónde estás? – pregunto el pelinegro con tono preocupado el cual asusto al menor
– en las oficinas de Usami-sama, porque? – contesto el castaño
- necesito verte urgente, ven a verme lo más antes posible – dijo en tono serio el pelinegro
- en tu habitación, en el hotel de siempre? – pregunto el castaño con un poco de temor
- sí, te estaré esperando - dijo colgando.
En ese momento entro el peliplata a la oficina, el menor tenía un poco de temor para pedir permiso para salir, pero también sentía curiosidad para saber qué es lo quería decir su hermano, no lo pensó más, se armó de valor.
- Usami-sama quería pedirle permiso – dijo el menor, quería explicar el motivo pero el mayor no le dejo hablar
- vaya, así que te armas de valor para pedirme permiso e irte a revolcar con tu amante – dijo con ironía el mayor – puedes irte cuando quieras, mejor para mi si no regresas – dijo sentándose en su despacho, cada palabra que decía entraban como dagas a su herido corazón, el menor no dijo nada más, salió haciendo una reverencia y se dirigió donde su hermano, sin saber que sucesos inesperados estaba aproximandose.