- u-usagi-san? – llamaron desde la puerta era la voz de su niño como cada mañana, tal vez todo lo que paso este tiempo solo fue una pesadilla - usagi-san el desayuno está listo – dijo el castaño pero ya más firme, su cabeza le dolía y no estaba del mejor humor que digamos
- qué hora es – pregunto algo molesto el peliplata – hoy no quiero ir a trabajar me duele la cabeza – dijo sujetando su cabeza, levanto su vista y vio la triste mirada se su niño eso lo destrozo, eso lo trajo a la realidad
- u-sa…- no pudo decir nada lo interrumpió
- está bien – dijo suspirando era hora de continuar con el calvario – voy a levantarme así que me puedes esperar abajo – dijo el peliplata levantándose, el menor solo salió de la habitación
Cuando bajo su niño estaba como siempre listo para ir a trabajar, el desayuno transcurrió en un silencio muy incómodo ninguno de los dos hablaba hasta que terminaron
- Usagi-san quiero hablar con usted – dijo el menor, esto puso nervioso al peliplata no sabía cómo confrontarlo solo se quedó quieto en su asiento
- acerca de lo que dijo ayer – comenzó el castaño algo tímido – yo quería saber… es verdad lo que dijo? – termino, el mayor lo miro y pensó en una rápida respuesta
- bueno es como es – dijo el peliplata tratando de huir de ahí – ya te dije todo lo que tenía que decir y si no hay nada más que hablar es hora de ir a trabajar – continuo levantándose de su asiento
- no lo acepto – dijo su castaño sujetándolo por atrás – n-no acepto lo que dijiste – dijo con su vocecita que poco a poco se iba quebrado, ya no podía más tenia tantas ganas de cubrirlo con sus brazos y decirle que todo iba estar bien, pero no podía
- no puedo aceptar eso, yo no creo que tan solo de un día al otro decidas que ya no me quieres y termines con todo… que termines conmigo – decía su niño, podía sentir como sus lágrimas salían, porque su padre le hacía eso, tanto lo odiaba
- por favor dime la verdad, es algo que dijo tu padre verdad? – preguntó el castaño, quería decirle que sí, que su padre los descubrió y ahora lo tenía que proteger, sus palabras se quedaban en su garganta sin poder salir
- yo te amo Usagi-san siempre voy estar contigo pase lo que pase, asi que no digas que quieres terminar nuestra relación – continuo su niño
- yo tampoco, nunca quiero terminar con esto – decía para sí mismo el mayor
- yo te amo, así que… así que por eso no digas que no me amas – dijo por ultimo cayendo de rodillas
- yo nunca dije que no te amo y tampoco nunca me atrevería, así que no pienses en eso, solo se paciente y cree en mí, levántate y se fuerte por ti, por mí – respondía en su mente
- no sé de qué hablas – dijo de una manera muy fría – yo ya te dije que acabó así que no hay nada más que hablar y por favor no hagas dramas, no te das cuenta la escena en la que te encuentras, eres muy patético – dijo dejando con esas palabras parte de su corazón, ya no podía estar más tiempo en ese lugar sin mirar atrás se dirigió hacia su habitación
El resto de la semana paso de esa misma manera, el peliplata evitaba en lo más posible estar a solas con su niño, dudaba de sus fuerzas de voluntad, salía en las noches, siempre con Yuna pero después de comer la llevaba a su casa y luego iba al bar de siempre, todos esos días fueron una tortura, y no se daba cuenta que comportándose de esa manera lastimaba a su castaño, felizmente llego el sábado el tiempo de visitar a su madre, tenía tantas ganas de contarle todo a su mamá, buscaba un poco de apoyo, pero no pudo, no en frente de Misaki, parecía que su madre quería decirle algo pero no se lo dijo.
Después de ir a visitar a su madre entro a su estudio, escribir podía ser su apoyo, podía expresarse libremente en sus libros y sin darse cuenta ya estaba sumergido en ello.
Al día siguiente se levantó temprano y como siempre su niño estaba ahí, lo que más le sorprendió fue la gran sonrisa que tenía, esa sonrisa que hace ya varios días que no veía, se contuvo las grandes ganas de saltarle encima y solo se dirigió a la mesa para tomar como siempre su desayuno a lado se su castaño
- Usagi-san disculpe pero ahora me voy, tengo que ir a informar a su padre – dijo sacándolo se sus pensamiento, se había olvidado que su niño tenía que irse donde ese tipo que se hacía llamar su padre
- está bien – respondió de mala gana, como le hubiese gustado desayunar con él, después de desayunar se metió a su estudio a desahogarse en el libro que estaba escribiendo: “Confesiones de mi silencioso corazón”, se sumergió tanto en su libro que se olvidó el tiempo, sin que se diera cuenta ya era de noche, bajo a la cocina para prepararse un poco de café y cuando voltio y lo vio
- vaya recién llegas – dijo, pues realmente so se había dado cuenta si estaba o no
- lo siento, se hizo un poco tarde, pero ahora mismo preparo su cena, seguro debe estar sin almorzar – dijo su castaño, parecía un poco triste, molesto, algo diferente
- por qué crees eso? – Respondió un poco molesto por no poder entender a su castaño y más aún por no poder preguntarle, solo faltaba una semana más, tenía que apegarse a su papel – crees que si tu no estas no puedo hacer nadas, yo vivía bien solo antes y puedo hacerlo ahora si vas, no te creas tan importante – dijo pasando por su lado y fue a su estudio pensando en la actitud de su niño, en la mañana parecía tan feliz, y ahora… y ahora de golpe se le vino un recuerdo a su mente
- como pude olvidarme de la cita – pensó – soy de lo peor – continuo, tenía tantas ganas de ir donde si niño y pedirle perdón de rodillas pero no podía y eso lo frustraba, comenzó a tirar las cosas y a golpear la pared con sus puños eso le dolía pero no era comparable con el dolor que debió sentir su niño.
Al día siguiente fueron a la oficina como siempre, la semana paso como la anterior, era jueves y ya faltaba poco para cumplir las dos semanas, estaba contando las horas para que toda esa pesadilla acabe.
Mando a misaki hacer unos encargos mientras eso vino alguien a quien no deseaba ver: su padre, lo miro con todo el odio del mundo, todo lo que estaba pasando no solo le hacía daño a él, sino al amor se su vida, a su niño, y eso nunca se lo iba a perdonar a su padre, eso nunca se lo iba a perdonar a él mismo
- Tan amable como siempre querido hijo – dijo el pelinegro con una sonrisa – bueno veo que cumples fielmente a tu parte y no tengo ninguna queja de ti, pero que pasa con tu querido Misaki – continuo el mayor
- que quieres lograr mencionándolo padre – respondió el peliplata realmente molesto – el no sabe nada como quedamos asi que déjalo en paz – dijo desafiante
- bueno yo sé que no lo sabe nada, de eso no me quejo, pero parece que el no siente lo mismo que tú y si no me crees te traje un regalito – dijo mostrándole unas fotos, era Misaki entrando a un hotel con ijuuin
- ya me retiro, te dejo para que pienses bien a que personas dejas entrar a tu vida – dijo su padre mientras salía de la oficina, el peliplata se quedó un instante inmóvil viendo esa foto y tratando de entender lo que veía, su niño a lado de ese bastardo, salió de la oficina lo más rápido que pudo para que su padre le de alguna explicación
Fuera de la oficina ya no había nada se dirigió al ascensor, pero en eso el se abrió, y ahí estaba su niño en brazos de ese desgraciado- que significaba eso?, realmente lo estaba engañando? Se sentía muy confundido, amargado, enfurecido
- Buenos días Akihiko-sama – dijo el castaño mayor en tono de burla, atrayendo más hacia él a su niño el peliplata tenía tantas ganas de golpearlo.
- aquí están los papeles que me pido usami-sama – dijo haciendo una pequeña reverencia
- pensé que había sucedido algo y por eso estabas demorando, pero veo que estabas muy entretenido – respondió el peliplata, tenía tantas ganas de preguntarle muchas cosas, decirle que no puede mirar a nadie más, pero no podia
- no seas malo con él – dijo el ojosmiel, rodeando su brazo por el cuello del castaño, el peliplata setia que era capaz de matarlo en ese mismo instante– nos encontramos por casualidad en el ascensor y no hicimos “nada” malo, asi que no lo castigues – continuo el castaño mayor con una sonrisa, toda su ira contenida ya estaba por explotar
- porque le castigaría, realmente no me interesa lo que haga o deje de hacer, lo único que me importa son los papeles que trae con él – respondió indiferente - deja esos papeles en mi oficina – ordeno al castaño, tenía que contenerse, enfriar la cabeza y pensar mejor las cosas.
El menor se fue presuroso, él solo miro con furia al ojosmiel y fue a la oficina, tomo un poco de aire y se dispuso a entrar pero su niño está hablando con alguien por el celular, sabía que estaba mal espiar, pero no pudo evitarlo.
- en tu habitación, en el hotel de siempre? – fue lo único que pudo escuchar.
- así que realmente lo estaba engañando – pensó el ojilila, una mezcla de emociones se tornaron en él
En ese momento entro a la oficina, miro al castaño y parecía un poco temeroso
- Usami-sama quería pedirle permiso – le dijo, fue la gota que derramo el vaso, toda su ira salió a la luz, el sacrificándose esas dos semanas pero el niño disfrutándolo con otra persona
- vaya, así que te armas de valor para pedirme permiso e irte a revolcar con tu amante – dijo con ironía el mayor – puedes irte cuando quieras, mejor para mi si no regresas – dijo dejándose caer en su sillón, el menor solo salió, eso lo lastimo mucho, si por lo menos su niño lo hubiese negado, él le habría creído, los pensamientos que pasaban por su mente eran cada vez más terribles, en el estado que estaba era capaz de cometer cualquier locura.