- usagi-san, usagi-san – llamo otra vez el castaño emocionado y temeroso a la vez, tratando de llamar la atención del peliplata, pero él ni se inmuto
- usagi-san hay algo que debo decirte, es muy importante – dijo acercándose hacia el mayor tocándolo por la espalda, pero el peliplata retiro su mano al instante bruscamente
- no me importa lo que quieras decirme – respondió furioso, levantándose de donde estaba, se podía notar que llevaba tomando y fumando algún tiempo, por su mente pasaban los peores pensamientos, su niño con otro hombre en una cama y se revolvía su estómago, y que luego de eso venga tan feliz a él
- pero usagi-san es muy importante solo escúchame un momento – dijo el castaño no pensaba rendirse, quería que el mayor se entere de lo que estaba sucediendo
- ya te dije que no me importa, ahora déjame solo – grito furioso, el menor no traía puesto sus lentes y se podían ver sus hermosos ojos verdes, pero el solo pensar que otra persona fue capaz de ver esos ojos que le pertenecían lo enfurecían, y se le ocurrió la peor forma de vengarse del por lo creía que le había hecho
- sabes que ya me canse de ti, eres una molestia – dijo el mayor con una sonrisa de medio lado – quieres saber por qué termine de ti, quieres que te diga la verdad – continuo el mayor acercándose más y más al menor aumentando la voz, si el menor pensaba engañarlo y luego abandonarlo él lo iba hacer primero, el castaño solo lo miraba un poco confuso
- al principio solo quería sacarte esos lentes, me causaba curiosidad ver tu rostro, pero ya jugué contigo, ya me divertí y ahora estoy harto de todo, no me gustan los niños, gritando por aquí y por allá, me cansas – dijo el peliplata con la cólera que llevaba dentro, mirando a los ojos del menor, cada vez que avanzaba el menor retrocedía, hasta chocar con la pared
- si quieres que siga contigo ingéniatelas y has algo nuevo para que pueda seguir divirtiéndome por más tiempo – dijo por ultimo golpeando la pared y saliendo del estudio y dirigiéndose a su cuarto, si su intención era lastimarlo lo estaba logrando, el castaño solo se quedó inmóvil tratando de procesar todo lo que el ojilila le había dicho
------------------------- POV AKIHIKO -------------------
Al día siguiente el mayor despertó con un dolor de cabeza terrible, poco a poco fue recordando todo lo sucedido - seguro Misaki ya se fue - pensó, lo trato de la peor manera, sintió algo de remordimiento, pero como vino se fue, ya le había dado motivos para se fuera con su amante
La resaca lo estaba matando se dirigió a la cocina por un poco de agua, grande fue su sorpresa al ver al niño con un terno y su peinado para atrás pero sin lentes, parecía un poco mayor y también parecía un mayordomo colocando la mesa con mucha delicadeza.
- usagi-san buenos días – dijo el castaño pero sin una sonrisa, era más formal, el mayor solo lo vio y continúo con su camino
- hoy no iremos a la oficina – dijo el peliplata de mala gana – puedes hacer lo que quieras en todo el día – dijo por último, en el desayuno no hablaron de nada mas, el menor no le reclamo por nada ni le pidió explicaciones
Después del desayuno el mayor se fue a su estudio, todo estaba limpio y arreglado, solo se sentó y vio la pantalla, nada le venía a la mente para poder escribir, intento un par de veces pero nada salía de su mente, sin darse cuenta ya había terminado su café, bajo otra vez a la cocina por mas, cuando disponía a regresar a su estudio ahí estaban las personas que menos quería ver ese día, ese día y en toda su vida: su padre y hermano
- que hacen aquí – dijo el peliplata sin esconder su molestia
- vaya hijo, nosotros solo nos preocupamos por ti y así nos pagas – respondió como siempre sarcástico su padre – fui a la oficina y tu secretaria me dijo que ibas a ir, pensé que estabas enfermo por eso vinimos a visitarte – continuo el pelinegro, él y el peliplata sabían que solo vino para asegurar si no estaba incumpliendo con el acuerdo, el ojilila ya se sentía de un humor de perros como para soportarlos a ellos más, antes de que pueda votarlos algo sucedió
------------------ POV MISAKI ------------------
Después de quedarse un momento inmóvil, fue a su cuarto a pensar mejor las cosas y llego a la conclusión de que el peliplata tenía razón tenía que hacer algo para que el mayor se interese nuevamente a él - no me gustan los niños – resonó en su mente
- bueno si no le gustan los niños tendré que actuar más maduro – se propuso el ojiverde, y eso es lo hizo al día siguiente, se peinó todo para atrás y se puso un traje formal, efectivamente parecía mayor, pero cuando el mayor bajo no le dijo nada, y supuso que su plan no había funcionado, tenia que hacer otra cosa
- si no le gustan los niños, y tampoco cuando actuó de forma madura, entontes que puedo hacer – pensaba en su cuarto después de hacer los deberes, y de pronto le vino una imagen a la mente, Yuna, eso era, a él no le gustan los niños porque son varones, entonces se iba a vestir de mujer para seducirlo, se puso un vestido, una peluca corta y se maquillo un poquito demás y salió al encuentro del mayor
- usagi-san – llamo fuerte desde la puerta de su cuarto, pero no espero ver a esas dos personas ahí
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Todos miraron donde venía la voz y por un instante todo se tornó en silencio el peliplata estaba un poco sorprendió, no entendía por qué el castaño se había vestido así, acaso era por las palabras qu le dijo el día anterior, acaso era para seducirlo?, eso le pareció tierno, pero no podía hacer nada, aún estaba en trato que tenía con su padre y el hecho de que misaki le engañaba con alguien mas
Después de un corto silencio las carcajadas inundaron el lugar, el peliplata y el pelinegro mayor no paraban de reír
- Misaki-kun, disculpa es solo que no sabía que tenías esa clase de gustos - dijo aun con una irónica sonrisa el pelinegro mayor
- Usami-sama, Haruhiko-sama, me disculpo por mis fachas – dijo el menor tratando de disimular lo avergonzado que estaba
- bueno tal vez no hagas eso por que quieras – dijo otra vez el pelinegro – Akihiko que estás haciendo con este niño – pregunto dirigiéndose al peliplata, el cual solo despectivamente al menor
- yo no le dije que hiciera nada, ni que se humillara de esa manera, así que a mí no me digas nada – contesto el peliplata, mientras esos dos hablaban alguien ya estaba en el lugar del menor, Haruhiko, el cual no dejo de observar ni un instante y noto esa triste mirada esmeralda avergonzada que estaba a punto de dejar escapar algunas lágrimas, eso hizo que su corazón se estremeciera
- Estas bien? – pregunto tiernamente acariciando su rostro, se casó su saco y abrigo con el aquel pequeño cuerpo que parecía que temblaba, el menor solo asintió y trato de alejarse, el peliplata al ver esa ecena se puso celoso camino furioso donde se encontraban y arrebato el caso y lo arrojo a su dueño
- déjalo – dijo furioso el peliplata – él esta así porque quiere – dijo otra vez, se ponía notar en el aire la tensión, los dos se miraban desafiantes
- ya vieron que estoy bien, ahora lárguense se mi casa – grito molesto el peliplata, el padre de ambos que solo espectaba la escena jalo a su hijo mayor aun con la sonrisa en su rostro, parecía que todo eso le divertía, los dos intrusos solo se fueron sin decir nada
El menor se sentía humillado, destrozado, sentía ganas de llorar, el peliplata solo paso por su lado casi empujándolo y se dirigió al estudio
El menor fue a su cuarto se cambió y se limpió el rostro, se armó de valor y fue a enfrentar al mayor, iba sacar todo lo que tenía guardado desde el día anterior, fue al estudio y entro sin tocar
- Usagi-san dígame porque me hace todo esto – reclamo el castaño molesto, quería sacar todo lo que tenía dentro, quería saber el porqué de la actitud del mayor – porque me humilla de esta manera, que hice para merecer esto – dijo casi gritando esta vez el ojiverde
- déjame en paz, no tienes suficiente con todo lo que te dije – contesto molesto el mayor, estaba ardiendo en ira con tan solo recordar que el niño que tenía en frente le era infiel y aun así se hacia el inocente y le reclamaba cosas
- por favor, por favor dime que tú no estás haciendo todo esto por qué quieres – dijo el menor sujetándolo de la misa del mayor casi al borde del llanto – con una palabra, yo te voy a creer todo, todo lo que digas, por favor – decía cada vez más despacio y desesperado, aun no se resignaba a creer que aquel inmenso amor que se profesaban no sea cierto, que solo hayan estado jugando con él esos seis meses
El mayor no sabía qué hacer, estaba confundido con una mescla de sentimientos, pensamientos y emosiones, verlo así de indefenso hacia que él quisiera acogerlo en sus brazos y decirle una y mil veces que lo amaba, que lo amaba con todas sus fuerza que su vida le pertenecía, tenía tantas ganas de amar aquel cuerpo que le pertenecía, y luego lo imaginaba en brazos de otro bastardo, besándolo, acariciándolo, y todos sus pensamientos se nublaban, el odio, la ira y la frustración crecían cada vez más, que quería hacerle daño, quería hacerle sufrir como él estaba sufriendo, pero lo que no sabía es que su pequeño niño estaba sufriendo, tres, cuatro veces más que él
- yo no tengo nada más que decirte, no puedes entender que ya todo termino – contesto segado por la ira el mayor, pero el castaño no se iba a rendir
- no, no me resigno a creer que todo ya termino, no te creo cuando dices que ya no me quieres, por favor dime la verdad – dijo el ojiverde aferrándose del brazo del peliplata, el cual se estaba cansando con todo eso, y al sentir las manos del menor, esas manos que eran capaces de acariciar otro cuerpo reacciono de la peor manera, sacudió el brazo para deshacer el agarre, el menor trato de esquivarlo y el golpe llego al rostro haciéndolo retroceder y haciéndolo caer al suelo
- quieres que te diga la verdad, entonces escucha y entiende de una vez – grito el peliplata, que no sentía ningún remordimiento por haberlo golpeado – YA NO TE AMO – le dijo letra por letra, con una sonrisa mirándole a la cara – no, mejor dicho no te amo y nunca te he amado, solo quería jugar un rato contigo, obtuve lo que quise y ahora ya me canse de ti, de tu molesta presencia – continuo guiado por malos sentimientos
Todo lo que había dicho lo dijo con tanto odio segado por la ira, que término por romper un frágil corazón, el menor solo escucho en silencio sus lágrimas amenazaban con salir pero las contuvo, se cansó de todo, de humillarse, de amar, de sufrir, de llorar, de sonreír, de ser fuerte y sobre todo de confiar ciegamente en el peliplata, se cansó del amor.
El mayor al terminar lo que dijo se dio cuenta de la magnitud de sus palabras, se arrepintió de todo lo que dijo, Que estaba haciendo?, porque hacía daño a la persona que más amaba en el mundo?, porque decía todas esas palabras que no eran ciertas?, porque decía esas palabras que no sentía?, pero lo que no sabía es que por más arrepentimientos que sentía, las palabras que dijo quedaron grabadas en la mente y corazón del castaño
El silencio reino por un instante, el peliplata vio a su niño ahí sentado en el piso con la mirada perdida hacia la nada, fue testigo de cómo se apagaba la luz de sus hermosos ojos verdes, su corazón comenzó a latir como loco hasta dolerle, quería disculparse, no mejor dicho tenía que disculparse, pedir perdón de rodillas si era necesario, decirle que no sabía lo que decía, la desesperación entro en él, acercó su mano para acariciar su alborotado pelo de su niño, pero no pudo
El castaño saco los lentes negros de su bolsillo, que siempre lleva con él, se los puso y se levantó se acomodo la ropa, el cabello y se dirigió hacia el peliplata que lo miraba un poco confuso
- Usami-sama disculpe por las molestias hasta ahora – dijo con la voz de robot y una reverencia – discúlpeme por las molestias que cause – dijo otra vez sin mostrar ningún tipo de sentimiento – bueno me retiro a mi cuarto – dijo esta vez saliendo del cuarto sin dar la oportunidad de hablar al peliplata, el cual estaba un poco aturdido por la actitud del menor
El peliplata salió lo más rápido que pudo tras el castaño pero no pudo alcanzarlo ya no había nadie
- seguro ya entro a su cuarto – pensó resignado el peliplata – mejor lo dejo descansar, ya le hice demasiado daño por hoy, mañana hablare con él – se dijo así mismo el peliplata