Entro a su cuarto lo cerro con llave y se dejó caer estaba destrozado, lloro, lloro como nunca antes lo había hecho, lloro hasta que se seque la última lagrima, cuando ya no pudo llorar más se levantó y se prometió así mismo que nunca más iba llorar por una persona y menos por amor, ahora lo que pasara con él ya no importaba, lo que realmente importaba era la vida de la personita que llevaba dentro
- si él no me quiere, tampoco va a querer a esta personita – se decía a sí mismo, había tomado una decisión, aún tenía muchas cosas por hacer si quería proteger a su hijo, así que debía dejar esa casa y lo iba hacer el domingo, una vez que vaya a la mansión para informar sobre su trabajo ya no iba a regresar.
--------------------------
Al día siguiente se levantó temprano como siempre, se cambió, peino y se puso sus lentes, lentes que nunca debió dejar, preparo el desayuno y espero hasta que el peliplata bajara
- buenos días Usami-sama – dijo el menor con su pókerface y su voz de robot, eso puso la piel de gallina al mayor, el cual realmente quería hablar con su niño, quería disculparse pero no sabía cómo empezar
- su desayuno está listo, siéntese por favor – continuo el castaño otra vez al no revivir respuesta, el mayor solo se sentó y espero a que sirviera el desayuno pero no se sentó a desayunar con él, solo se paró a un lado
- misaki… - dijo el mayor llamando la atención del ojiverde, pero no pudo decir más ya que el celular del menor sonó, el menor saco su celular y vio que era una llamada realmente importante: su hermano
- disculpe Usami-sama – dijo el menor con una reverencia y salió del lugar para contestar, eso molesto al pepliplata
- aló misaki disculpa que te llame, pero ya no podía esperar, me dejaste muy preocupado – dijo el pelinegro al otro lado de la línea
- no, discúlpame tu a mí, fui descuidado no quería preocuparte – respondió el castaño, por más que se estaba disculpando en su voz no había rastro de culpabilidad era tan recta su tono de voz, el pelinegro entendió que estaba en su trabajo
- bueno no importa es urgente que nos veamos, tengo que darte más indicaciones sobre el cuidado de tu estado – dijo el pelinegro un poco preocupado por su pequeño hermano
- sí, no te preocupes mañana por la mañana pasare por tu habitación en el hotel – respondió el castaño, sin darse cuenta que el peliplata lo está escuchando de lejos y su mente comenzaba a maquinar ideas una tras otra, el menor se despidió de su hermano y regreso a la habitación, el ojilila estaba sentado terminando su desayuno como si nada hubiese pasado
- así que yo muriéndome del remordimiento y él pactando su próxima cita con su amante para mañana – pensó el mayor, su orgullo no le permitía pedir perdón a su niño ahora que podía
Después del desayuno se dirigieron al hospital como todos los sábados, para el castaño era la última vez que iba a ver a violet-sama así que busco una oportunidad para despedirse, cuando el mayor salió hablar con el doctor fue el castaño que se acercó esta vez sin que la bella mujer lo llame, lo cual la sorprendió
- buenos días Violet-sama – dijo el ojiverde con una reverencia y con una sonrisa, pero si sacarse los lentes
- que pasa Misaki-kun, pareces diferente – dijo la bella mujer al castaño, pensaba que él y su hijo ya se habían arreglado – pero me dejarías ver tus hermosos ojos primero
- lo siento Violet-sama no puedo, solo vine a agradecerlo por todo y para despedirme – respondió el menor sin quitar su sonrisa, después de todo aquella mujeres era como una madre para
- te vas? – pregunto algo sorprendida – pero donde te vas?, que pasa con mi hijo, aun no resuelven sus cosas?
- lo siento, lo intente pero ya no hay nada que pueda hacer Violet-sama, ahora tengo que proteger a alguien más – dijo disculpándose, aquella mujer no tenía que pagar por los errores de su hijo
- pero mi hijo realmente te quiere, él nunca sería capaz de hacerte daño, él… - no pudo decir más, se tapó la boca por la sorpresa, el menor se quitó sus lentes y se podía ver un gran moretón en su ojo
- él te hizo eso? – pregunto algo temerosa
- si, dijo el menor bajando su rostro, pero como le dije esto ya no se trata de mí, tengo a alguien importante a quien proteger – dijo el castaño con una sonrisa en sus labios
- encontraste a alguien más a quien amar? – pregunto la bella mujer
- si pero no es como usted imagina señora, no encontré otro amante – respondió el ojiverde – yo debo proteger a mi hijo – dijo cubriendo su abdomen con una mano, la bella mujer quedo un poco confundida y el menor se dio cuenta de eso – tampoco es que yo vaya a tener un hijo con una mujer, sé que es muy complicado de explicar y me demoraría mucho en hacerlo así que solo le puedo decir que soy yo quien está esperando un hijo – dijo el menor un poco temeroso esperando que no le crea
- sabes, he pasado en el hospital por mucho tiempo y escuche hablar a los doctores todo tipo de cosas que no creía que era verdad, y esta es una de ellas, pero si tú lo me lo dices te creo
- gracias por creer en mí, pero le agradecería que no le diga nada a su hijo – dijo el castaño y esto sorprendió a la peliplata
- estas diciendo que él no sabe qué va a tener un hijo? Por qué yo sé que es de él – dijo la bella mujer tan segura que el menor no podía negarlo
- intente decirle, pero no pude, tal vez en un futuro se lo diga pero ahora no es el momento y quisiera contar con su discreción Violet-sama – dijo el menor más como un pedido al cual la peliplata no podía negarse, ya que lo quería como a su propio hijo
- primero quiero que sepas que no estoy de acuerdo que no se lo digas, pero mi hijo te hizo mucho daño, así que cuenta conmigo – dijo la mujer está feliz por el menor por que iba ser padre, pero también se sentía triste por él, dejarlo de ver ya le traía nostalgia
- gracias por todo lo que hizo por mí en este tiempo – dijo con una sonrisa el castaño
- gracias a ti pequeño, cuídate y cuida a mi nieto, si tienes la oportunidad cuando nazca tráelo para que lo conozca – dijo la mujer con una sonrisa, pero no evito que se le escapara una lagrima, escucho a lo lejos que se acercaban personas, así que presuroso volvió a su sitio justo a tiempo, el peliplata regreso junto al doctor
- madre ya me voy, cuídate – dijo el peliplata depositando un beso en sus manos y se sorprendió cuando su madre sujeto sus manos y lo atrajo hacia ella
- hijo, a veces pierdes más de lo que crees sin que te des cuenta – dijo misteriosamente la bella mujer y luego le sonrió – cuídate hijo – se despidió con una sonrisa, antes de salir el castaño se despidió con una elegante reverencia, el resto del día no se dijeron nada, ninguno de los dos tenían algo que decir y si lo tuvieran no querían hacerlo, cuando llegaron al penthouse el mayor se encerró en su estudio y el castaño en su cuarto
-------------------------------------------------------------
Amarte tanto me hizo daño, por mucho tiempo trate de hacerme creer que tú también eras una víctima, que todo lo que hacías era por un motivo muy fuerte, nunca quise aceptar que tal vez la persona que me decía amarme tanto dejara de hacerlo de un día para el otro, justificaba cada uno de tus actos con cualquier excusa, teniendo siempre como resultado que tú nunca eras el culpable.
Ahora me doy cuenta que el amor te ciega, te nubla, te encierra; por más que yo quería demostrar tu inocencia, tú venias y demostrabas lo contrario, tal vez este amor fue siempre solo mío, unilateral, yo no soy de las personas que fácilmente dejan salir de sus labios la palabra te amo, cuando yo digo un te amo es porque realmente lo siento, es algo que sale de lo más profundo de mi corazón, esas palabras significan mucho para mí, las escuche muchas veces salir de tus labios y me las creí, pero ahora me doy cuenta que todo era falso, que todo era un dulce veneno que poco a poco acabo conmigo.
Hice todo lo posible para que esto no acabe pero ya no puedo más, prometí que siempre iba a estar a tu lado, pero fuiste tú el primero en romper promesas, por lo menos me puedo retirar diciendo que di lo mejor aunque no fue suficiente, no sé porque escribo esto, tal vez ni lo leas, pero al menos puedo aliviar un poco de cierta manera todo el dolor que llevo en mi corazón.
Sabes nunca voy a poder entender el porqué de tu actitud, ¿Que hice mal?, ¿Cuál fue mi error?, tal vez amarte tanto, dar todo de mí, entregarte mi corazón, todo a cambio de un poco de tu amor, con tan solo un poquito de tu amor me conformaba, yo iba a ser muy feliz pero parece que en tu corazón no había ni un pequeño rincón para mí.
Esta carta es para despedir al amor, no creo ni quiero volver a enamorarme ya sufrí lo suficiente, solo espero que puedas encontrar la felicidad que no te pude dar y que no vuelvas a hacer a esa persona lo mismo que me hiciste a mí, si algún día vuelves a decir a alguien que lo amas, que sea de verdad, que sea una palabra que sientas, que te salga del corazón.
Gracias por las bonitas mentiras... Adiós.
--------------------------------------------------------------------------
Dejo la carta encima de la mesa, era hora de lograr su cometido, sigilosamente entro al cuarto del peliplata, ya lo había drogado en la cena, una droga que hacia efecto una hora después, era la última cosa egoísta que haría, no se podían escuchar sus pasos fue hasta la cabecera, el mayor parecía que estaba teniendo una pesadilla, acerco lentamente sus pequeñas manos hasta hacer contacto con la piel del ojilila y recorrió suavemente desde el rostro hasta el cuello acerco su rostro hasta junta sus labios con los del mayor, hace ya un buen tiempo que no sentía esos labios
- Misaki – dijo casi en un suspiro el peliplata algo confundido, no podía distinguir si era un sueño o la realidad gracias a la droga que le dio el castaño, esos labios eran tan dulces, trato de decir algo mas pero el menor lo callo poniendo un dedo sobre sus labios y lo volvió a besar
Al principio era lento, delicado, suave como si se tomaran el tiempo y disfrutaran de lo que estaban viviendo, poco a poco se fue profundizando, se volvió demandante los dos se necesitaban, no tenían espacio para respirar el mayor pensaba que era un sueño y tenía miedo de despertar en cualquier momento y que la magia acabe.
Con solo un beso ya estaban excitados, se separaron únicamente por falta de aire un hilo de saliva, se miraron a los ojos deseosos el mayor jalo al castaño debajo de él y comenzó a besarlo por todas partes no se decían nada sus cuerpos, su actos ya lo demostraban todo.
Comenzó por el cuello, bajando lentamente por su pecho, besando cada centímetro de él, se detuvo en sus pezones primero uno y luego otro, el castaño se estremecía a cada caricia
- uh-uhmm usagi-san n-no por favor – el castaño no podría articular palabra
- no que misaki, quieres que deje de hacer lo que estoy haciendo o no quieres que me detenga – le dijo pícaramente el peliplata, se sentía tan feliz, vio a su castaño debajo de él estremeciéndose excitado
-n-no te detengas – dijo tímido con algo de vergüenza, después de todo era la última vez, era la despedida
- Misaki hasta en mis sueños me vuelves loco – dijo el peliplata ante tal declaración, pensaba hacerlo con delicadeza, con ternura pero al ver así a su niño diciendo tales cosas ya no pudo contenerse
Bajo directamente hacia su miembro, lo metió entero a su boca lo lamio desde la punta, estremeciendo al castaño, hacía mucho tiempo que no lo hacían así que estaba más sensible
- usagi-san n-no me vengo uh-uhmm – gemía el castaño sin poder contenerse se vino en la bosa del mayor, el cual tomo toda su esencia, lo miro de forma lasciva y se relamió los labios
- parece que solo eso no va ser suficiente para ti – dijo el peliplata volteándolo y poniéndolo en cuadro, comenzó a lamer su pequeño agujero tenía que acostumbrarlo o iba a hacerle daño, metió sus dedos en la boca del menor el cual solo los lamio, uno por uno de manera sugerente, cuando ya estaban bien lubricados los fue metiendo uno por uno hasta que esté listo lo volteo otra vez, quería ver su rostro y de una sola estocada metió todo su miembro tomando por sorpresa al menor el cual solo gimió de dolor y placer
Comenzó a moverse primero lento pero poco a poco comenzó a aumentar la velocidad, ya estaban por llegar al éxtasis juntos en un gran orgasmo, el castaño apretaba cada vez más al mayor sacándole roncos gemidos ya no podían más con tanto placer, los dos se vinieron juntos uniendo sus gemidos.
El mayor se dejó caer encima de castaño y lo abrazo, no quería que ese sueño acabe, ese sueño en el que su niño era solo suyo, poco a poco se quedó dormido plácidamente, el ojiverde se levantó adolorido, limpio al peliplata le puso su pijama recogió su ropa se acercó para contemplar por última vez aquel rostro de la persona que se robó su corazón y lo devolvió en pedacitos
- buenas noches mi amor – le dijo casi en un susurro, besando por última vez aquellos labios
--------------------------------------------------------------
Cuando despertó se sentía un poco confundido, el sueño que tuvo era tan real, re no sabía que pensar, cuando bajo a tomar su desayuno ahí estaba el castaño con sus lentes, su terno, su peinado y su pokerface de siempre
- seguro solo fue un sueño – pensó el peliplata, el castaño solo se quedó parado a un lado mientras el mayor tomaba su desayuno cuando como siempre se metió en su estudio.
- no se da cuenta de nada – pensaba el castaño, cada vez era más cerca la hora de partir, tenía la esperanza que cuando se despida el mayor lo sujete y no lo deje ir, pero sabía que eso era poco probable.
Hizo el almuerzo, termino las tareas del hogar, alisto su pequeña maleta y lo dejo en la entrada, lo único que faltaba era despedirse del peliplata, fue hasta su estudio y toco la puerta
- pasa – dijo distraído el mayor, aun estaba perdido en sus pensamientos por lo ocurrido la noche anterior
- señor ya me voy – dijo el castaño con su voz de robot sin dejar notar ningún tipo de sentimiento, el peliplata lo miro un poco confundido, irse? Irse a dónde? – pensaba, los recuerdos del dia anterior vinieron a su mente – irse a ese hotel para encontrarse con su amante – se decía para si mismo
- pues solo hazlo y mejor si no regresas – respondió el ojilila y se dio la vuelta mirando su ordenador y dando la espalda al castaño a quien no dio la oportunidad que le diga a donde, con quien y por cuanto tiempo, hasta en el último instante no dejaba de hacerle daño
- si señor – dijo el castaño – Sayonara Usami-sama – dijo por ultimo haciendo una reverencia, esa despedida por alguna razón estremeció al mayor, el castaño solo salió sin decir nada más, bajo a la sala cogió su maleta y salió de ese lugar que en algún momento pensó como hogar, cerró la puerta dejando atrás al primer amor de su vida y dejando atrás al estúpido niño que fue.