- Perdón que dijo – respondió el peliplata algo confundido, talvez aquel investigador se estaba confundiendo de persona
- No se preocupe no me he confundido, déjeme que le explique – respondió algo divertido el detective, podía leer la expresión del peliplata, entraron y se dirigieron a la sala, el mayor solo miro expectante al detective esperando que le explique lo que estaba pasando
- Primero que nada déjeme decirle que me fue un poco difícil – comenzó a decir el detective – busque alguna pista en los lugares que pudo estar y encontré algo interesante, pero antes de que comience a contar preferiría que no me interrumpa hasta el final – dijo el detective mirando al peliplata el cual solo asintió
- Tengo un amigo que puede entrar en a algunos sistemas y puede observar las grabaciones de casi todas las cámaras de vigilancia de Tokio, y mediante una cámara de vigilancia vi salir a Misaki de la mansión de su padre, parecía muy enfermo y decaído pero las imágenes no eran muy claras, lo seguí mediante las cámaras por algunas cuantas cuadras, al intentar cruzar la calle un auto lo atropello – dijo el detective, al escuchar eso el mayor se puso muy tenso, nervioso y trato de interrumpir pero no lo dejo
– O al menos eso parecía en la cámara, era un auto lujoso una limusina, investigue la placa y di con los dueños, después fueron al hospital y luego a un hotel y ahí desapareció el rastro de Misaki. Busque pistas sobre él, pero no apareció nunca más en alguna cámara, pero fue porque ya no era él se transformó en otra persona, incluso usted se cruzó con él o mejor dicho “ella” – dijo resaltando esa palabra, el peliplata le miro confuso, como era eso de que se cruzó con él y no le reconoció, eso no podía ser posible, a que se refería con ella, pero el detective al principio le pidió que no le interrumpiera y eso iba hacer
- antes le mencione que averigüe acerca sobre el auto que atropello a Misaki y pertenecía a nadie más y nadie menos que a la familia Takahashi, no creo que sea necesario que le diga nada más, ya que usted debe saber quiénes son – dijo el detective mirando al peliplata, el cual solo lo miraba cada vez más y más confuso, y luego continuo
- al no encontrar más pistas sobre Misaki investigue un poco a esa familia, y da la casualidad que en el momento en que Misaki desapareció del faz de la tierra, apareció la nieta perdida de la familia Takahashi, más conocida como “La Rosa”, de habilidades en el combate y belleza inigualable y su nombre es Misaki Takahashi, por eso me atrevo a decir que encontré a su Rosa– fue lo último que dijo y se quedó en silencio, el mayor comenzó a procesar todo lo que había dicho
- Me está diciendo que esa supuesta nieta de la Familia Takahashi es… es mi Misaki? – pregunto algo confundido, el detective solo asintió – y que ahora se está haciendo pasar por mujer – pregunto otra vez y el detective asintió otra vez.
El mayor tenía muchas cosas en mente, muchas preguntas y dudas pero todo eso pasaba a segundo plano, ahora lo único que le importaba es que lo había encontrado, por fin después de tanto tiempo lo había encontrado e iba ser capaz de verlo otra vez, se apoyó en el espaldar del sofá y dejo caer su cabeza hacia atrás, su cuerpo se relajó como nunca antes lo había hecho, puso su antebrazo en el rostro y una sonrisa se asomó en sus labios y unas lágrimas en sus ojos, se sentía muy muy feliz
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Fue lo más rápido que pudo a Kyoto, donde se encontraba su pequeño, tenía muchas preguntas en mente, le causaba mucha curiosidad saber por se había vestido de Mujer, tal vez para que él no sea capaz de encontrarlo, bueno esa manera de pensar era muy egocéntrica de su parte.
Cuando llego a la dirección que le dio el investigador se quedó un poco sorprendido, aquella mansión al estilo tradicional era realmente enorme, su corazón latía como loco, se sentía nervioso, ansioso, una mezcla de emociones, sentimientos y pensamientos, después de casi cuatro años lo iba a volver a ver, solo los separaba esa puerta, tomo aire y se dio valor para tocar el timbre, una sirvienta le abrió la puerta
- Si señor a quien está buscando – pregunto cortésmente una muchacha algo sonrojada y nerviosa por la presencia y belleza del mayor
- Disculpe me llamo Usami Akihiko y estoy buscando a Misaki, Misaki Takahashi – respondió amablemente el peliplata, pero escuchar ese nombre sobresalto a la muchacha, la cual aparto la mirada como si estuviera pensando que responder
- Puede esperar un momento por favor, voy a informar a la Señora – dijo la muchacha haciéndole pasar y dejándolo en la entrada y se retiró, la casa era bella por dentro y por fuera, escucho la voz y las sonrisas de una niña cerca de donde estaba sin saber por qué, le causo curiosidad saber quién era aquella niña y sin darse cuenta ya se dirigía hacia ese lugar
- Usami-san, puede venir por aquí por favor – dijo la muchacha deteniendo al peliplata, el cual salió de su ensoñación algo confundido y solo siguió a la muchacha, cruzaron por distintos pasillos de aquella casa y entraron a una habitación donde se encontraba una señora de avanzada edad parecía molesta, el peliplata se sentó frete a ella
- buenos días Usami-san, la muchacha me dijo que está buscando a Misaki, me podría decir por qué? – pregunto la castaña son rodeos, eso tomo de sorpresa al peliplata, el cual dudaba en si decirle la verdad o inventar algo, pero iba a empezar de cero así que quería se honesto
- bueno primero que nada disculpe por venir de esta manera Misuki-san – dijo el peliplata, había investigado un poco y sabía que aquella mujer era la cabeza de la familia Takahashi – voy a ser sincero si Misaki Takahashi es quien yo creo, entonces es el amor de mi vida el cual estuve buscando por casi cuatro años – dijo el peliplata, esperando lo peor por ser tan honesto
- Así que eres tu – dijo la castaña con cara seria y molesta – te demoraste mucho en llegar Akihiko-san – continuo la mujer con una sonrisa, para sorpresa del mayor – me da mucho gusto conocerte, espero que no te moleste que te llame por tu nombre – dijo al peliplata con una sonrisa, mientras le ofrecía una taza de té
- no se preocupe no me molesta, pero me gustaría saber por qué dice que me estaba esperando – cuestiono el ojilila, la mayor le sonrió amablemente
- porque quiero que mi querido nieto sea feliz de nuevo, y no sé por qué pero creo que solo puede serlo su está a tu lado – contesto la castaña – no te niego que al principio dudaba un poco pero al escucharte decir esas palabras y ver que eras sincero todas mis dudas se despejaron, y desde ahora me declaro oficialmente tu aliada en derretir un corazón de hielo – dijo la mujer algo divertida
- agradezco su apoyo Misuki-san, lo que dije es verdad yo realmente amo a su nieto y sé que pasaron muchas cosas que le hicieron sufrir y a mí también, pero ahora quiero estar a su lado, quiero reconquistar su corazón – dijo firmemente el peliplata
- me alegra escuchar eso, pero no queda de más decir que si en vez de hacerle feliz le haces daño, no vas encontrar lugar para esconderte eso – dijo la mayor, sin dejar su amable sonrisa a un lado, lo cual dio escalofríos al peliplata
- ahora para comenzar te voy a decir donde está, está en el jardín trasero lo mande a llamar a ese lugar, es perfecto para su primer encuentro – dijo con una pequeña sonrisa, parecía que todo eso le divertia
- bueno gracias de nuevo, pero me gustaría preguntar si no le molesta que sea un hombre el que está enamorado de su nieto – dijo el peliplata
- no, no me molesta si mi nieto es feliz así, yo no puedo hacer nada, además él ya tiene varios pretendiente, y si usted no actúa rápido puede que alguien le gane – dijo la castaña eso alarmo al ojilila, ya lo había perdido una vez, ahora que lo había encontrado de nuevo no lo iba dejar ir, la mayor llamo a la empleada para que lleve al peliplata donde se encontraba Misaki
La muchacha solo camino en silencio hasta llegar al jardín, era realmente hermoso lleno de plantas de todo tipo, parecía sacado de un cuento, pero lo que más le sorprendió era la figura que se encontraba en medio, ni bien lo vio su corazón se detuvo, dudo por un instante pero el viento con una pequeña brisa elevo alguno mechones de su rostro, era realmente él, aunque llevaba el pelo largo y vestía un hermoso quimono podía reconocer a la persona que amaba
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vio, sin darse cuenta se quedó parado mirando cautivado, con una sonrisa en sus labios. Paso tanto tiempo buscándolo y ahora que lo tenía en frente no podía moverse, muchas veces había imaginado como iba ser el rencuentro con su niño, correría a su lado y lo abrasaría y no lo volvería a dejar ir pero ahora que lo tenia en frente su cuerpo no le obedecía. Miro su rostro, era el mismo pero a la vez diferente, no llevaba aquellos lentes negros, y tampoco aquella sonrisa que le pertenecía solo a él.
- Misaki – fue lo único que pudo salir se sus labios, casi como un susurro pero pudo alcanzar al castaño el cual volteo hacia el peliplata