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CUANDO TE ENAMORAS por GabyArika

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Notas del capitulo:

hey como estan todos, lo siento se que me demore un poquito pero aqui les traigo un nuevo capi... espero que les guste ñ_ñ... sin mas que decir.. A LEER!!

Se acercó lo más rápido que pudo donde ocurrió la escena que estaba rodeado por un montón de curiosos, cuando se hizo paso para llegar vio a su niña sentada sana y salva sin ningún rasguño eso lo tranquilizo, pero cerca de ella vio el cuerpo del peliplata parecía que estaba inconsciente, un miedo intenso se apodero de su cuerpo y sin pensarlo corrió a su lado, el mayor estaba inconsciente y de su cabeza estaba comenzando a salir sangre.
El miedo que tenía comenzó a hacerse cada vez más intenso unas lágrimas comenzaron a salir, tenía ganas de decirle que despierte, que no tenía derecho a morir, que tenía que vivir por él y por su hija, tenía ganas de decirle que… que él también lo amaba así que no podía morirse pero no podía, las palabras no salían tenía un nudo en su garganta, las sirenas comenzaron a sonar la ambulancia estaba cerca


- Mamita no llores, papi va estar bien – dijo la pequeña niña con lágrimas en los ojos tratando de consolar a su madre, eso conmovió y sorprendió demasiado al castaño, que la abrazo con fuerza
- Si Misaki, hazle caso – dijo el peliplata con una delgada voz adolorida, sujetando levemente su mano – no puedo morir y menos ahora que los encontré – dijo con una sonrisa, y el castaño sin darse cuenta correspondió aquel agarre y apretó la mano del mayor, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo retiro su mano, los paramédicos llegaron y subieron a la ambulancia al mayor.
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- Felizmente le señor iba vestido así, el traje amortiguo el impacto pero su cabeza no estaba cubierta y sufrió un golpe – dijo el médico al castaño que solo escuchaba en silencio, aunque parecía calmado podía notarse que estaba preocupado – pero nada serio, ahora está estable mañana ya se le puede dar de alta – continuo el médico
- y mi hija sufrió algún daño? – pregunto el castaño
- no, su hija está en perfecto estado, gracias al arriesgado acto que realizo su esposo – dijo el médico con una sonrisa, pero al escuchar eso el castaño se estremeció y sonrrojo
- no es su esposo? Disculpe si no es asi– pregunto algo preocupado el medico por haber cometido alguna indiscreción
- no se preocupe, está bien – dijo el castaño, causando confusión en el médico pero no dijo nada mas


Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había llorado, ese simple hecho le hizo dar cuenta que estar cerca del peliplata era muy peligroso para él, no quería volver a ser la persona que era antes, una persona débil a la cual podían herir, no quería sentir otra vez ese miedo que recorrió por su cuerpo hoy, ahora era más fuerte y no iba a permitir que el peliplata venga a cambiar su vida, él sabía que algún día el ojilila los iba a encontrar y pensaba estaba preparado para eso, pero no era así esa misma tarde estaba a punto de cometer una locura, había la posibilidad que lo perdone, no confía en él mismo, ahora que estaba más calmado pensó y así llego a la conclusión que tenía que alejarse, pensaba en irse con su hija, desaparecer otra vez a algún lugar donde nadie pueda encontrarlos ni siquiera su abuela y mucho menos el peliplata.


Ryu fue a recogerlo y los estaba esperando, la niña estaba bien así que se podía ir esa misma noche, antes de irse paso por el cuarto del mayor, quería agradecerle por salvar a su niña, también iba a despedirse y pedirle que se olvide de ellos.
Toco un par de veces la puerta pero nadie respondió así que entro, el peliplata parecía que estaba durmiendo, el castaño se acercó lentamente a la cama
- parece que no podre despedirme de ti – dijo el castaño, tenía ganas de acariciar aquel rostro, estaba relajado pero no podía, lo miro por un tiempo y decidió irse – gracias por salvar a mi hija, adiós esta vez para siempre – dijo el ojiverde dándose la vuelta y antes de que pueda dar un paso para irse el peliplata lo sujeto, esto sorprendo al castaño y volteo al instante para verlo, el peliplata lo estaba mirando, tenía una mirada llena de miedo, confusión y desesperación
- por qué dices eso Misaki? – Pregunto desesperado - porque te despides de esa manera? – continuo el peliplata, el cual escucho entre sueños aquellas palabras y al escucharlas reacciono, no sabía si era un sueño o era la realidad, estaba a punto de volverse loco
- Lo siento Usami-san pero no puedo permanecer más a su lado, no quiero tenerlo cerca de mí ni de mi hija, así que me voy a ir con ella a un lugar donde no nos puedas encontrar – dijo el castaño sin más, había recuperado su voz de robot y su pokerface, sabía que estaba haciendo daño con esas palabras al peliplata pero parecía no importarle.
- por favor no hagas eso, por favor no castigues más a este pobre corazón, sé que me merezco lo peor reconozco todo el daño que te hice – dijo el peliplata tratando de convencer al castaño - y sabes que te hablo con sinceridad, no hay nadie en este mundo que me conozca más que tú, acaso no recuerdas aquellos momentos que pasamos juntos?, donde vivíamos por una sola razón: estar juntos, y todo era felicidad – dijo casi rogando, no sabía qué hacer para retenerlo, estaba realmente desesperado y su castaño lo miraba firme nada lo conmovía parecía que era su última palabra, pero en el fondo esas palabras llegaron a él, haciéndole recordar aquellos momentos en los cuales eran felices y podía decir que efectivamente el peliplata estaba siendo sincero, pero tenía miedo de admitirlo.


- Misaki si yo no te vuelvo a ver, no sé qué sería capaz de hacer aparte de estar hundido en un mar de lágrimas, sabes si yo no te vuelvo a ver yo me voy a enloquecer en forma automática, una vez ya sufrir el perderte no lo podría soportar una vez más - continuo el peliplata, y estaba siendo muy sincero, le estaba hablado con el corazón en la mano
- lo siento Usami-san pero digas lo que digas nada me va hacer cambiar de opinión así que es mejor que me vaya – dijo el castaño pero el peliplata no lo soltaba, bajo lentamente su mira y se quedó en silencio por un momento, parecía que estaba pensando en algo
- Sabes recuerdo el primer día en que te conocí, ya hace tantos años, ese día sin darme cuenta tú te convertiste en la luz de mi existir y te lo juro que eso nunca cambio ni cambiara – hablo el peliplata, esta vez en un tono bajo parecía que se había tranquilizado, aunque el castaño no demostraba nada, todo lo que le había dicho hasta ahora lo estaba afectando, tenía miedo de caer otra vez, tenía miedo en flaquear en su decisión, cada palabra que decía el ojilila se metía dentro de su mente y su corazón y verlo en ese estado lo lastimaba, ver su rostro lleno de lágrimas y suplicante le dolía, después de todo aunque no lo quería admitir, seguía amando a esa persona
- Si volvieras a pesar de lo que paso, si tan solo dieras otra oportunidad a nuestro amor yo te daría mi corazón, mi vida, te daría todo de mí, y sé que seriamos felices igual que antes o tal vez más, así que por favor solo te pido que me des una sola oportunidad – dijo subiendo su rostro que estaba empapado de lágrimas, y realmente estaba al borde de la locura, Misaki estaba por caer, sus emociones y sentimientos le estaban jugando en contra, si se quedaba un minuto más en aquel lugar lo iba a perdonar, así que en un ágil movimiento se deshizo del agarre y de dispuso a ir


- Misaki si sales por esa puerta vas a lograr tu objetivo y nunca más volverás a verme – dijo el peliplata en voz baja y calmada, cuando el castaño sujeto el pomo de la puerta, al escuchar eso se detuvo, tenía un mal presentimiento – Sabes? lo único que me mantenía vivo hasta ahora era mi madre y tú, y como sabrás ya perdí a mi madre y si también te pierdo a ti, si ya no voy a ser capaz de volverte a ver, prefiero ya no vivir – dijo con una leve sonrisa – Misaki, mi amor, dejo en tus manos mi vida, si aún sientes algo por mi o si alguna vez sentiste algo por mí, no me dejes ayúdame por favor y si realmente me odias y no quieres volverme a ver puedes irte y yo cumpliré con tu deseo – dijo el peliplata con una sonrisa mientras salían lágrimas de sus hermosos ojos lilas su cordura dependía de un delgado hilo que estaba en manos del castaño y todo lo que iba a suceder después dependía solo del ojiverde.

Notas finales:

que les parecio?.... se que es un poco corto pero espero actualizar pronto.... saludos besos y brazos...


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