CUANDO TE ENAMORAS por GabyArika

- Eso no es justo Usami-san, lo que estás haciendo es chantaje - dijo el castaño después de un largo silencio, lo que le había dicho lo dejo en shock si se él iba, el peliplata desaparecería por completo, tenía miedo de caer otra vez y por eso quería irse, pero también tenía miedo de no volver a ver nunca más al peliplata, que podía hacer? Prácticamente el ojilila le dejo su vida en sus manos
- Lo siento Misaki, no quiero ponerte en un apuro, pero solo digo lo que siento, prefiero morir en este mismo instante si te vas, porque no voy a poder vivir otra vez sin ti – dijo ya más calmado tenía la mirada algo perdida, ya le había entregado su vida a su castaño, no le importa nada más y realmente iba a cumplir lo que había dicho, el castaño se giró algo molesto
- que no quieres ponerme en un apuro?, pero si ya lo hiciste al hacer esa declaración, diciendo que si me voy seré responsable si pasa algo malo, como crees que me siento? – pregunto molesto el castaño sin saber porque, si porque lo estaba chantajeando para que se quede o porque el mayor estaba hablado de quitarse la vida, estaba confundido, tenía pensamientos y sentimientos muy contradictorios, no sabía que hacer
- Misaki yo solo quiero una oportunidad para demostrarte que te amo y que estoy arrepentido por todo – dijo el peliplata levantando el rostro, se podía notar que ya no tenía fuerzas ni para hablar, estaba cansado tanto mental como físicamente, al castaño no le gustaba ver así al mayor, donde quedaba aquel hombre fuerte y seguro de sí mismo?, que le había pasado? Acaso él también había sufrido como él aquel tiempo en que se separaron?, tenía muchas preguntas rodando por su mente
- 6 meses – soltó sin más el peliplata sacando de sus pensamientos al castaño, el cual lo miro algo confundido – dame 6 meses para estar a tu lado y demostrarte con hechos todo lo que te digo y si después de ese tiempo sigues pensando igual voy a ser yo el que se aleje de tu vida, sin amenazas sin chantajes, sin excusas – dijo el peliplata, eso tomo por sorpresa al castaño pero era una buena propuesta después de todo él en el fondo quería ayudar al mayor, quería volver a ver aquel hombre fuerte que era capaz de todo, el ojiverde se quedó callado por un momento pensaba en los pros y contras llegando a la conclusión que era la mejor salida
- está bien – respondió el menor, y fue testigo como regresaba el brillo a aquella triste mirada ojilila, se podía notar que tenía ganas de gritar y abalanzarse sobre él – pero solo van a ser seis meses, te voy adelantando que yo no voy a bajar la guardia ni a ayudarte
- gracias Misaki, estoy seguro que no te vas arrepentir por darme esta oportunidad – dijo el peliplata un poco más animado y con una linda sonrisa, pero de pronto le vino algo a la mente – como esta nuestra hija? – pregunto preocupado, esa frase erizo la piel del castaño aún no estaba acostumbrado a eso y al parecer no se iba a acostumbrar – sabes que no puedes esconder que es mi hija, ya que somos muy parecidos y una simple prueba de ADN puede contradecirte si lo niegas – dijo el peliplata con una sonrisa al ver que el menor se quedó callado, no quería pelear con él ni molestarlo pero tampoco iba a dejar que le niegue la paternidad de su pequeña
- bueno después de todo no tengo otra salida, Violeta es tu hija… nuestra hija – dijo tratando de sonar tranquilo, pero solo el peliplata podía notar que estaba un poco avergonzado
- Otra vez gracias mi niño – dijo el peliplata, eso erizo otra vez al menor, esas muestras de cariño le hacían sentir un poco raro, por cuatro años no dejo que nadie se le acercara puso mil barreras a su alrededor y ahora viene él y como si fuera una simple cortina pasaba a través de él y llegaba a su corazón estremeciéndolo
- por qué agradeces? – pegunto algo nervioso, eso le causaba ternura al mayor, a pesar de mostrarse más cerrado, por dentro no había cambiado nada, ahora más que nunca estaba decidido a hacer todo lo posible para recuperarlo
- porque me diste un gran regalo, algún día me gustaría escuchar toda la historia acerca de nuestra hija – le respondió con una sonrisa, se sentía algo cansado, después de todo un auto lo había atropellado esa mañana y tenía la cabeza vendada
- está bien – dijo el castaño pero el celular comenzó a sonar interrumpiendo la conversación – disculpa tengo que contestar – dijo el menor alejándose un poco para responder la llamada, era Ryu estaba preocupado porque aún no bajaba
- Lo siento – dijo el castaño regresando al lado del peliplata – te contare todo pero mañana, usted tiene que descansar y yo ya me tengo que ir – continuo el ojiverde, el mayor no quería dejar que se vaya pero no quería hacer algo que moleste a su niño y también él estaba realmente cansado
- está bien no te preocupes, eso solo quiere decir que mañana te voy a ver – respondió sin dejar su sonrisa
- supongo que si – dijo el menor, ahora el peliplata estaba más calmado y eso lo tranquilizaba – bueno ya me retiro, hasta mañana, que descanses Usami-san – dijo por último el castaño
- Hasta mañana – respondió el mayor, y antes de que el menor salga por la puerta lo llamo
- Misaki – dijo el peliplata con una amable voz deteniendo al menor, el cual volteo hacia el ojilila algo curioso – TE AMO – le dijo con una sonrisa, eso fue inesperado para el castaño que se quedó paralizado por un momento sin saber que responder, su corazón comenzó a palpitar presuroso
- s-si, bueno hasta mañana – respondió algo nervioso saliendo rápidamente de aquella habitación, dejando al pleliplata con una sonrisa en los labios
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- Misaki-sama porque demoro bastante? – pregunto el fiel mayordomo y chofer haciendo una pequeña reverencia como saludo
- Buenas noches Ryu, que bueno que hayas vuelto – respondió el castaño fríamente – no creo que deba decirte todo lo que hago o si? –pregunto el menor, parecía molesto, el pelinegro solo asintió y bajo la mirada,
- Perdone Misaki-sama, solo estaba preocupado – respondió en forma de disculpa
- no tienes por qué preocuparte, se cuidarme solo – dijo el castaño antes de entrar al auto, hay se encontraba su niña, una sonrisa se asomó en su rostro y por fin pudo relajarse
- Mami, como esta papá? – pregunto algo soñolienta, esto tenso al castaño no sabía cómo responderle, pero alguien se tensó más que él, el pelinegro al escuchar eso se sorprendió y se alarmo, ¿papá?, ¿que había paso es esos días que fue a Tokio para resolver algunos asuntos que le encargaron?
- Todo está bien mi pequeña, no tienes por qué preocuparte por nada – respondió para calmarla – si tienes sueño duerme – susurro el castaño arropando con un abrazo a su hija, no estaba seguro de lo que iba a pasar a partir del día siguiente, pero ahora solo quería estar así, al lado de la persona que se convirtió en su razón de vivir.
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Ya había amanecido, todo aparentaba que era un día común y corriente como cualquier otro, la única diferencia era que el padre de su hija, su primer y único amor que le hizo tanto daño años atrás, regreso pidiéndole perdón y rogando que le de 6 meses para demostrarle que está arrepentido y si no aceptaba lo amenaza con cometer actos horribles, en resumen aquellos días de tranquilidad que le costó construir habían acabado.
Tal como lo había descrito sonaba horrible, pero no lo sentía así a quien más tenía miedo no era al peliplata, sino a él mismo porque sabía que una parte de él era capaz de perdonarlo y estaba ansioso por volver todo a como era antes.
- Mami hoy vamos a ver a papá otra vez? – pregunto una pequeña niña arrojándose a sus brazos, el castaño se quedó un poco sorprendido no se dio cuenta cuando entro, estaba perdiendo sus habilidades de guardaespaldas, es la segunda vez que le pasaba que no notaba la presencia de alguien por estar metido en sus pensamientos.
- tendrás que esperar a que salga, pues en el hospital no dejan entrar a niñas pequeñas – respondió amablemente el castaño
- uhmm… y si me visto de niño, me dejaran pasar? – pregunto curiosa después de un largo tiempo, esto causo gracia y ternura al castaño
- No mi pequeña, en el hospital no dejan entrar a niños y niñas pequeñas, asi que aunque te vistas no vas a poder ver a tu papá – dijo acariciando su rostro
- Entonces cuando lo veré? – pregunto haciendo un lindo puchero
- Estoy segura que cuando salga lo primero que hará será venir a verte – respondió el castaño pero parecía que no era suficiente para la pequeña – o puedo averiguar cuando sale y podemos darle una sorpresa – dijo fingiendo estar pensativo y la pequeña niña lo miro con una gran sonrisa
- sii!! Vamos a sorprender a papá! – dijo levantándose y saltando de un lado, ver feliz a su hija lo hacía feliz a él, antes que las cosas avancen más quería averiguar algo
- ven, cuantas veces te he dicho que no saltes, ni andes corriendo? – dijo el castaño cargándola y recostándola a su lado – tengo algo muy importante que preguntarte – dijo esta vez en tono serio, la pequeña solo se limitó a verla curiosa
- qué piensas de papá? – soltó sin más el castaño, la niña se puso a pensar por un momento y luego respondió
- yo pienso que es muy lindo – dijo con una sonrisa – la primera vez que lo vi en el jardín pensé “quiero que él sea mi papá” y diosito me lo dio, también es muy divertido porque es un conejo grande y a mí me gustan los conejos y es mi héroe porque me salvo cuando el carro me iba atropellar, además siempre quise tener un papá y él es el mejor del mundo – respondió sinceramente la niña con una sonrisa, el castaño solo bajo la mirada, ¿Cómo había hecho el peliplata para ganarse el amor de su hija tan rápido?
- a mí me gusta mucho papá, a ti no mamá? – pregunto curiosa mirando fijamente al castaño, el ojiverse se puso nervioso, aunque sea una inocente pregunta de su hija, esa pregunta era algo fuerte para él, no sabía cómo responder
- no te gusta papá? – pregunto otra vez la niña, esta vez más insistente, el castaño la miro con ternura y respondió - a mí también me gusta mucho papá.