- Misa-chan – dijo mirándolo fijamente a los ojos, Misaki estaba muy cerca se puso nervioso y se sonrojo, para el peliplata era surrealista aquella persona podía poner esa clase expresión en su rostro, le pareció algo tierno, a un principio solo quería ver su rostro, pero ahora eso no era suficiente quería más, quería ver todas sus expresiones, y que sean solo para él, quería ver a aquel niño que conoció en su jardín
- Usagi-san – respondió como acto de reflejo el castaño, todo el muro que había construido a su alrededor de su corazón se derrumbó, pero lo que no sabía es que ese muro ya está muy débil desde hace mucho tiempo, solo faltaba un pequeño golpe para derrumbarlo por completo, el mayor acaricio su rostro, que le puso aún más nervioso, el mayor solo sonreía
- d-debe ir a descansar – dijo un poco tímido, el castañito, no sabía cómo reaccionar, una parte de él quería lanzarse a sus brazos y llorar como hace mucho no lo hacía, pero otra le decía que tenía que mantener la cordura, que ya no era un niño, que las cosas eran diferentes ahora.
Lo levanto y le llevo a la habitación, cuando estaban cerca de la cama, el mayor se dejó caer en la cama junto a Misaki en los brazos
- No te vayas – le dijo casi como susurro en su oído, lo cual estremeció al menor – al fin podemos estar juntos, tengo miedo que sea un sueño, quédate conmigo – continuo, dejándose caer en los brazos de Morfeo, quedando profundamente dormido estaba muy cansado(y ebrio XD), el menor solo que quedó quieto, sin saber qué hacer, no sabía si debía hacer caso al corazón o a la razón, estaba en un gran debate, recordó toda su infancia y eso lo confundió aún más, pero la razón gano, se levantó con cuidado y salió de ahí, dejando atrás un ojilila profundamente dormido.
--------- Al dia siguiente ----------
Los primeros rayos de sol entraban por la ventana, lo cual lo molestaba demasiado, tenía un tremendo dolor de cabeza, estaba de muy mal humor
- que paso – dijo sentándose en la cama y tratando de recordar lo que había pasado la noche anterior y le vinieron muchas imágenes a la mente – Misa-chan – murmuro, se levantó lo más rápido quería encontrar al pequeño, hablar con él, tenía muchas cosas que preguntarle, una sonrisa se asomó en sus labios al recordar la expresión que puso cuando le acaricio el rostro
- Usami-san, le traigo el desayuno – se escuchó al otro lado de la puerta, sabía quién era esa voz de robot, no podía olvidar, pero por que le hablaba así, pero si él también lo reconoció, lo había llamado como cuando era niño o tal vez todo fue un sueño, o su asistente estaba jugando con él? eso lo confundió mucho, su cabeza le comenzó a doler aún más – pasa – fue lo único que pudo responder.
- Buenos días – dijo haciendo una reverencia, estaba como siempre con su póker face, era realmente él, no sabía que hacer - preguntarle directamente tal vez sea una buena idea – pensó el ojilia, mientras misaki solo acomodaba todo para que su jefe desayune, el mayor se había decidió, le preguntaría directamente y hasta pensaba usar la fuerza si era necesario para que le responda, pero algo interrumpió sus pensamiento, el timbre de su celular
- Aló – respondió el peliplata disimilando su molestia
- Buenos días Usami-san, como anunció, espero no ser inoportuno – contestaron al otro lado del teléfono, era el señor con quien iba cerrar el trato
- Buenos días – respondió cortésmente – no se preocupe, usted no interrumpe nada – continuo
- Solo le llamaba para decirle si está bien si nos podemos encontramos dentro de media hora en el mismo lugar de ayer, pues aún falta firmar los papeles – le dijo el señor
- Si está bien – contesto el peliplata, se despidieron y cuando colgó, ya no había nadie en su alrededor, se le había escapado, eso solo lo enfureció un poco más, pero tenía que mantener la calma.
Firmaron en contrato y ese día mismo regreso a la empresa, en todo el bendito día no pudo hablar con su asistente, parecía que él mismo se alejaba, siempre algo lo interrumpía cuando quería iniciar una conversación, así paso todo el día hasta que la noche llego y ahora estaban llegando al departamento – ahí no se me escapa – pensó el ojilila, cuando llegaron el menor se despidió y presurosamente se disponía subir hasta su habitación, como si escapara, pero algo lo detuvo
- Misaki quiero hablar contigo – dijo el peliplata sujetándolo del brazo, eso puso muy nervioso al castaño, el cual daba por hecho que el mayor no recordaba nada de ayer, pues en todo el día no le dijo nada y aparte era la primera vez que lo llamaba por su nombre
- Si señor – dijo el castaño, sin demostrar su nerviosismo, se acercaron al sillón y se sentaron uno al frente del otro, el peliplata está muy serio
- Quitate los lentes – ordeno el peliplata, al menor solo le quedaba cumplir la orden aunque no quisiera hacerlo, si se quitaba su máscara se iba a derrumbar otra vez, lentamente subió su mano hacia su rostro quitándose los lentes y bajando la mirada
- mírame – ordeno otra vez, demandante, el menor solo lo miro un poco asustado, sus ojos se encontraron y la seria mirada del mayor cambio
- Misa-chan eres tu – le dijo seguro, no era una pregunta, el menor solo asintió, le entraron unas ganas de llorar, que ni el mismo entendía porque y poco a poco sus lágrimas iban cayendo de esos hermosos ojos verdes, el mayor se le acerco
- sigues siendo un llorón – le dijo revolviendo sus cabellos, luego se sentó a su lado y lo abrazo, por más que muestre ese rostro serio como si no tendría emociones ni sentimientos, ahí adentro aún estaba el pequeño niño que encontró llorando aquel día
- Usami-sama, no debería – dijo en sollozos, sin corresponder el abrazo, aunque ganas no le faltaban.
- Usami-sama? – pregunto el mayor – no me vas a decir Usagi-san como lo hiciste ayer – le pregunto, lo cual solo lo sonrojo, el menor escondió su rostro en el pecho del mayor – quisiera que me llames así, no importa si es solo cuando estemos solos, si? – le dijo, el castaño solo asintió
- No se por qué me dijiste que eras tú desde un principio, pero tampoco quiero obligarte a hacerte decir o recordar algo que no quieres – dijo el mayor dulcemente – pero quiero que sepas que estoy muy feliz de poder verte otra vez y aunque no lo creas, siempre te he traído en mi mente desde el dia que me fui de mi casa, y como te lo dije ese día, te lo digo ahora, eres especial para mí – dijo abrazando con más fuerza pero delicadamente al menos – quiero que me perdones por no haberte reconocido desde el primer dia, me perdonas? - pregunto, el menos solo asintió y correspondiendo el abrazo y dejando que sus lágrimas cayeran libremente
- deberíamos ir a descansar – dijo el mayor, pues estuvieron un largo tiempo abrazados, el mayor sentían algo en su corazón, un sentimiento cálido, pero el menor solo sollozaba, no había dicho nada desde el principio, pero cuando se dio cuenta era realmente tarde y quería que su niño descansara. Se separaron del abrazo, el mayor limpio las lágrimas del menor acariciando su rostro, lo cual sonrojo al menor haciéndolo bajar la mirada, el peliplata lo sostuvo y le levanto el rostro haciéndolo que lo mirara, el menor estaba realmente nervioso, sus rostros estaban muy cerca, el peliplata solo le sonrió y revolvió sus cabellos.
- ve a dormir, mañana seguiremos hablando - le dijo con una amable voz, lo cual estremeció al menor, el cual se levantó y se dirigió a su cuarto.
- que estabas a punto de hacer? – se decía mentalmente el peliplata que se había quedado en el sillón de la sala dio un largo suspiro y se fue a dormir, estaba muy cansado pero feliz.
Al día siguiente se levantó, y como todas mañanas se alisto y bajo para tomar desayuno, ahí estaba como siempre, de traje, bien parado, bien peinado y con esos lentes que cada vez odiaba más.
- Buenos días Usami-sama – le dijo seriamente, haciendo una reverencia, eso molesto al mayor el cual solo se acercó al castaño
- Buenos días Misa-chan – le dijo casi susurrando en su oído – no te recuerdas que te dije ayer le dijo mientras se ponían frente a frente – ah y tampoco quiero que uses esto – le dijo mientras le sacaba los lentes, dejando al descubierto unos hermosos ojos esmeraldas, lo cual solo puso nervioso al menor – y así estas mejor, dijo revolviendo sus cabellos
- s-si u-usagi-san – dijo el castaño un poco nervioso y bajando su mirada, el mayor solo sonrió, como le gustaban todas las expresiones que ponía su niño y solo eran para él
- Pero recuerda solo puedes estar así cuando estemos solos, en aquí por ejemplo – dijo el peliplata haciendo referencia al pent-house – y tampoco me gusta tu traje, deberías cambiarte como ese día, esa ropa te da mejor – le dijo con una sonrisa, el menor no decía nada, solo se sonrojaba un poco y bajaba el rostro
- Misaki ven siéntate, toma el desayuno conmigo – dijo señalando una de las sillas de la mesa en la cual se encontraba – quiero que me cuentes todo lo que te ha pasado en estos años – le dijo con una sonrisa – el menor un poco tímido se acercó y se sentó, poco a poco fue soltándose mientras hablaba con más confianza
- … y cuando teníamos que cruzar por donde los cocodrilos para rescatar un osito de felpa Shinobu casi se cae y los cocodrilos rasgaron todo su pantalón dejándolo al descubierto, todos tenían ganas de sonreír pero se contenían hasta Miyagi-sensei que estaba a cargo de esa práctica, él solo nos miró furioso y su cara estaba todo roja – decía mientras sonreía el castaño, estaba contando algunas anécdotas de cuando era niño, sin darse cuenta parecía que había retrocedido en el tiempo y ahora estaba con la única persona que pudo ser feliz en aquel jardín
- sabes, extrañaba mucho tu sonrisa, es muy lindo – le dijo el peliplata mirándole seriamente y luego le sonrió, eso puso nervioso haciéndole desviar la mirada, encontrándose con un reloj, sin darse cuenta ya era demasiado tarde
- Usam.. – no completo la frase porque alguien lo miraba seriamente – Ahm usagi-san ya es demasiado tarde para el trabajo – le dijo tímidamente, aun no se acostumbraba en llamarlo así
- tan rápido – dijo el peliplata haciendo un puchero, lo cual causo gracia al menor sacándole una sonrisa, el mayor vio esa sonrisa y también sonrió
- pues bien – vámonos, dijo levantándose y dirigiéndose a la sala donde estaba su saco y maletín
Cuando estaban a punto de salir, el peliplata detuvo al menor, le puso sus lentes, le acomodo sus cabellos – asi estas mejor – le dijo con una sonrisa
- primero me despeina y ahora me arregla, quien lo entiende usagi-san - dijo con el ojiverde con un lindo puchero
- pero también te dije que solo puedes estar así, frente a mí – le dijo guiñándole un ojo y sonriendo nunca se cansaría de ver las reacciones de su niño.