- Usagi-san, donde esta? – llamaba un pequeño castaño de unos 5 años, mientras corría por el inmenso jardín se detuvo cuando vio a su querido usagi recostado con un libro en la mano, en aquel árbol que era testigo de aquellos tiernos encuentros – estará dormido? – pensaba mientras se acercaba lentamente, cuando ya esta demasiado cerca como para tocarlo se detuvo y lo miro por un tiempo
- que haces aquí pequeño Misa-chan – le pregunto el ojilila sin abrir los ojos – sabes que si te descubren vas a ser castigado – continuo, esta vez se había incorporado y acariciaba los rebeldes cabellos del castaño
- nadie me vio – dijo sonriente – además ya quería estar con usted Usagi-san, me da mucho miedo aquel lugar, no quiero estar ahí – decía un poco triste, el adolescente peliplata miraba con ternura aquel niño, era tan pequeño pero aun asi ya conocía el dolor y sufrimiento
- bueno ya que estas aquí podemos jugar un rato – le dijo sonriente el peliplata
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El castaño se despertó de un solo golpe era su primer dia en ese departamento con su nuevo jefe, siempre tenía sueños, recuerdo acerca de su infancia de los felices meses que paso a lado de su querido Usagi, aunque fue solo por corto tiempo fueron muy alegres, una pequeña luz en esa inmensa oscuridad.
Se levantó y se alisto para preparar el desayuno, lo que mas le demoraba era acomodar sus cabellos ya que eran muy rebeldes, se puso su traje y sus infaltables lentes, su máscara, bajo a la cocina, aun era temprano así que preparo el desayuno, bueno el era bueno en todo pero la cocina era su especialidad.
- espere tanto para que este tiempo llegara y ahora no sé qué hacer – pensaba misaki, mientras terminaba de preparar ese delicioso desayuno– hasta ya pensaba escaparme para poder encontrarme con Usagi-san, pero parece que él no me reconoce, aunque yo no me he olvidado de él, no ha habido ningún dia en que deje de pensar en él, pero sin embargo parece que él no se recuerda para nada de mi – pensaba bajando el rostro un poco triste.
- bueno eso no importa mucho, lo bueno es que estoy aquí, y aunque el no me recuerde yo soy muy feliz con solo estar a su lado – se animaba para sus adentros, porque por más que estaba triste o alegre no lo demostraba, siempre tenía la misma expresión en el rostro.
.- veo que ya estas despierto – dijo el peliplata bajando las gradas, sacando al castaño de sus pensamientos y asustándolo un poco aunque no lo demostraba
- buenos días Usami-sama – dijo el castaño haciendo una reverencia – el desayuno ya está servido – dijo señalando mesa, el peliplata se acercó a la mesa y se sorprendió era un desayuno casero, el que siempre había querido y estaba ahí perfecto para el, parecía delicioso – este chico cada vez me sorprende mas – pensó para si mismo – pero no debo bajar la guardia, debo tener siempre en mente que es un empleado de mi padre asi que por ese simple hecho ya es mi enemigo – pensaba mientras se sentaba en la mesa sin decir nada
- tu no vas a desayunar? – pregunto el peliplata, ya que el castaño solo se para en un costa recto sin hacer nada, hasta parecía que ni respiraba, y eso incomodaba un poco al ojilila
- lo siento Usami-sama – dijo el ojiverde, realmente lo tomo por sorpresa, si no estuviera bien entrenado se hubiera muerto del susto – yo no puedo sentarme en la misma mesa que el señor y también ya tome mi desayuno – dijo firme como siempre sin expresión alguno
- acaso es un robot – pensaba el peliplata degustando aquel delicioso desayuno aunque no lo demostraba hacia el castaño.
Cuando termino de desayunar se alisto y se fue a cambiar para ir a su “trabajo” como siempre acompañado por su pequeño asistente, todo el resto de la semana paso así, sin ninguna novedad, despertarse, desayunar, ir al trabajo, almorzar y cenar en algún restaurant, regresar a su departamento y descansar, su vida se había convertido en una verdadera rutina y eso lo hacía enfadar demasiado.
- hoy no iremos a la empresa – dijo el peliplata terminando su desayuno, realmente se había acostumbrado a aquellos deliciosos platillos que le preparaba el, pero como siempre no podía demostrarlo y mucho menos decírselo.
- voy a ir al hospital a visitar a mi madre y tu también supongo, como tu “siempre” vas a estar conmigo – dijo algo sarcástico, a lo cual el castaño solo asintió haciendo una pequeña reverencia
Después del desayuno y de que el mayor se alisto se dirigieron al hospital, era muy grande ahí se encontraban los mejores doctores, cada habitación parecía el cuarto de un hotel, solo que con maquinas y todo lo demás que tiene un hospital común, misaki no salía mucho del lugar en que estaba, todo eso le parecía curioso y maravilloso aunque solo para sus adentros porque por fuera tenía el mismo rostro sin inmutarse. Llegaron a la habitación y entraron, allí estaba una hermosa mujer de piel pálida de cabellos plateados y ojos lilas era muy parecida a Akihiko, pero con una amable sonrisa, esa persona que los dos que acababan de llegar conocían muy bien.
- Buenos días madre, como te encuentras – decía el peliplata mientras se acercaba en a la cama, mientras que el castaño solo se quedó cerca de la puerta – siento haberte abandonado por mucho tiempo – dijo sentándose a su lado en la grande cama
- hijo mío, te preocupas demasiado – respondió acariciando su rostro – aunque yo este internada en este hospital el enfermo pareces tu – dijo con una sonrisa, el mayor solo lo miro un poco confuso, hablaron de todo, Akihiko le conto que ahora trabajaba con su padre, pero no le dijo el porqué.
- y quien es él? – pregunto aquella amable mujer dirigiéndose al castaño, el mayor solo lo miro y se voltio hacia su madre
- Solo es un asistente que mi padre me designo – dijo casi molesto – se llama Misaki – dijo sin más, su madre se dio cuenta que no quería hablar mucho de él – bueno madre, el tiempo se pasa volando cuando estoy contigo, saldré un momento – dijo levantándose – ahora vuelvo – dijo volteando hacia su madre – no creo que tengas que estar conmigo hasta en el baño, o si? – dijo esta vez dirigiéndose al castaño, el cual solo negó con la cabeza y el mayor salió.
- Misa-chan eres tu? – le pregunto la hermosa mujer cuando el ojilila salio, el castaño solo asintió
- buenos días Violet-sama – respondió haciendo una reverencia
- cuanto has cambiado en estos 5 años que salí de casa – le dijo con una sonrisa, ella conocía al pequeño desde que era un niño, bueno conocía a todos los niños que llevaban a aquel lugar, pero ella no sabía que era exactamente que era aquel lugar, su esposo nunca se lo dijo, le engañaba con algunas mentiras
- ven acércate – le dijo amablemente – quero ver tus hermosos ojos verdes, quítate los lentes – le decía mientras que Misaki se acercaba a ella, dudo por un momento pero luego se quitó los lentes
- realmente tus ojos son hermosos – le dijo con una sonrisa, lo cual hizo sonrojar un poco, lo cual no paso por desapercibido por violet-san – realmente eres tan lindo y tierno como cuando eras niño, no has cambiado nada – dijo la peliplata – ese tonto de mi hijo aún no sabe que eres tu, verdad? – pregunto, ya que ella sabía una pequeña parte de la historia que había entre ellos
- No Violet-sama, pero tampoco quiero que lo sepa, asi que por favor no se lo diga – respondió el castaño haciendo una pequeña reverencia
- pero no me gusta en la manera que te trata, pero si tú me lo pides así de esa manera no te puedo negar el favor que me pides – respondió acariciando su mano, realmente quería a esos niños como si fueran suyos
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- Usagi-san!! – escuchaba como le llamaba a lo lejos un pequeño castaño, siempre se encontraban en el mismo lugar, ese niño era tan tierno y puro, sentía ganas de protegerlo, sentía la necesidad de protegerlo, solo se hizo el dormido como siempre, mientras sentía como el pequeño se acercaba a él
- que haces aquí, sabes que si te encuentran te van a regañar – le dijo el peliplata, siempre comenzaban sus conversaciones de la misma manera
- pero tú siempre estás aquí cuando vengo y además siempre me dices los mismo – dijo haciendo un lindo puchero
- como quisiera estar al lado de este niño para siempre – pensaba mientras le acariciaba su pequeña cabeza despeinándolo…
El peliplata se mojó la cabeza con agua fría, esos recuerdos cada vez le venían a la cabeza con más frecuencia últimamente y no sabía porque
- que será de aquel niño – pensaba mientras se secaba con unas toallas – quisiera encontrarlo una vez mas, ver aquellos hermosos pequeños ojos – siempre lo traía en su mente, aunque no fue mucho el tiempo que estuvo con él, fue muy feliz - donde estarás mi Misa-chan? – dijo mientras dejaba la toalla en su lugar y regresaba a la habitación de su madre, pero lo que vio lo dejo realmente confundido, su querida madre agarrándole la mano de aquel pequeño espía, que significaba eso?, su madre conocía a su asistente?, estaba muy confundido
- que pasa aquí? – peguntó en tono serio y molesto…