Mello sentía como su cuerpo era invadido por una aleada de calor al sentir aquellos pequeños pero tibios labios chocar con los suyos, nunca imagino que los labios de Near fueran tan dulces como el propio chocolate blanco, por otro lado Near sentía sus mejillas arder ante el contacto con los expertos y fríos labios del mayor.
Muy apenado el menor comenzó a separarse sin atreverse a ver a su “amigo” a los ojos colocando sus pequeñas y frágiles manos en aquel bien formado y trabajado pecho del rubio quien se sobre salto al sentir aquel tibio contacto pero sonreía felizmente saboreando el momento.
-L.. lo siento Mello-
-No te preocupes, no fue culpa de ninguno de los dos-
-Lo sé pero aun así lamento que pasara-
-Pues yo no lo lamento- Contesto feliz provocando que Near por fin levantara la mirada por la sorpresa de sus palabras.
-Bueno, creo que mejor me voy- Near intento meterse a su salón de clases pero Mello lo topo firme pero delicadamente del brazo.
-Espera, yo quería decirte que, sino tenías nada mejor que hacer, hoy podríamos salir juntos-
-¿Salir contigo?- Mello hizo un esfuerzo sobrehumano por no reírse al contemplar el rostro angelical de Near completamente rojo como un tomate bien maduro.
-Claro o es que no quieres-
-Claro que quiero, bueno justo hoy no tengo nada que hacer- Por primera vez en muchos años Near mintió, esa semana comenzaba su servicio social, exámenes parciales y tenía que ir a casa de su abuela enferma, pero para él era más importante salir finalmente con aquel ojiceleste.
-Entonces paso por ti a la salida- Mello se despidió guiñándole un ojo sonrojando más a Near quien ansiaba la hora de salida felizmente con una diminuta pero sincera sonrisa adornando sus finos labios haciéndolo ver aún más lindo ante los ojos de sus compañeros.
Mello estaba feliz de que por fin fuera hora de su cita, se despeino un poco recordando lo que Near le había dicho “Me gustaba más tu peinado anterior” caminaba rápidamente hasta que una rubia se interpuso en su camino.
-Mello- Saludo animosamente a pesar de sentirse herida por las palabras tan crueles que el rubio le había dicho la noche anterior aun lo seguía queriendo y se había prometido a ella misma conquistarlo a como diera lugar.
-Hola Misa, adiós Misa- Quería ignorarla y llegar hasta donde estaba su niño pero la rubia lo jalo de su brazo rápidamente.
-Mello, por favor yo te quiero, no me dejes- Comenzó a llorar mientras se abalanzaba a los labios de Mello quien intento detenerla pero se percató de algo… Misa tenia aliento a chocolate… su golosina favorita.
Poco a poco Mello comenzó a corresponder el beso de forma brusca y demandante y justo eso es lo que enloqueció a Misa quien descaradamente comenzó a tocar su entrepierna sabiendo que a esa hora ya no habría casi nadie en la escuela
-Mello te necesito tanto- Mello sin querer se dejó llevar por la lujuria combinada con aquel delicioso sabor a chocolate.
Misa una vez más lo beso introduciendo su lengua, una parte del rubio le decía que la nubecita lo esperaba pero otra parte le decía que su naturaleza era esa: lujuria, placer y si Misa estaba dispuesta a dársela tenía que aprovechar.
Era un dilema difícil de resolver pero la rubia uso su arma secreta, saco un bote de chocolate liquito y sin pensarlo se lo echo encima consiguiendo apagar el lado racional de Mello quien a tomo bruscamente de los cabellos para besarla.
En medio del beso ambos comenzaron a entrar a un salón de clases básico para continuar con su trabajo.
En otro lado de la escuela Near esperaba ya algo preocupado a Mello quien llevaba casi media hora de retraso.
-Lo abra olvidado- Pensó en voz alta el menor sintiendo una colosal tristeza, se sentó en el piso para esperarlo un rato más esperando que nada malo le pasara en el camino.
Sintió como unos pasos se aproximaban a él, pero se desanimó al ver de quien se trataba, era Matt el mejor amigo del rubio.
-Matt, hola- Se puso de pie para saludarlo como correspondía.
-Near, wooow que haces aquí tan tarde pequeño, yo me quede por un castigo pendiente pero no creo que tú seas el tipo de chicos que se mete en problemas-
-No te preocupes Matt, lo que pasa es que estoy esperando a Mello quedo de pasar por mi hoy-
Matt se preocupó en ese instante, vio claramente como Mello salía del salón rápidamente alegando que tenía alguien muy importante a quien ver, pero también había visto a Misa, Takada y L merodeando a su amigo, tenía miedo de que su “estúpido y sensual” amigo fuera preso de su característica lujuria olvidando a la pequeña motita blanca
-Ya veo, jajaja, ya recordé que Mello me dijo que te dijera que no podría venir hoy- Se sentía mal de mentirle al niño sobre todo cuando vio esos hermosos ojos cristalizarse pero Mello era su mejor amigo, tenía que encubrirlo era su deber como mejor amigo.
-¿Le paso algo malo?- Matt comenzaba a repentice de mentir al notar la preocupación del menor pero tenía que ser fuerte, sino Mello estaría en problemas.
-No, es solo que… tenia practica de baloncesto- Bien, esa era la peor mentira de todas, Mello odiaba los deportes y sobretodo el baloncesto pero parecía que Near le creyó.
-Ya veo- Sonaba decepcionado mirando el suelo. –Bueno Matt muchas gracias por avisarme- Le dedico una sonrisa derritiendo a Matt quien se repetía una y otra vez “Ese niño es de Mello, Near es de Mello”