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Spice por moyashi-2013

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-Gracias, muchas gracias, no sé cómo puedo agradecértelo-  A Mello se le pasaron un par de ideas poco puras por la cabeza, pero enseguida fueron desechadas al ver al albino entretenido ojeando el libro, como si fuese un niño pequeño al que le acabaran de regalar un juguete nuevo, se veía tan… ¿adorable?.

-No tienes que hacer nada ya te dije lo ha leído tanto que me lo sé de memoria-   Se escucho el sonido de la campana, lo que anunciaba el fin de la primera clase, e inicio de la segunda.

-No puede ser, perdí mi primera clase-  Dijo Near algo alterado guardando el libro y acomodándose la mochila.

-No te preocupes, como eres nuevo te dan más tolerancia los maestros-

-Aun así no hay que abusar de la tolerancia-  Dijo ya saliendo del baño  -Bueno Mello muchas gracias por el libro de verdad te lo agradezco, espero verte pronto nuevamente-  Salió ocurriendo sin dejar siquiera que el mayor se despidiera.

Salió del baño calmadamente, la escuela no le interesaba mucho y aun así lograba tener mejores calificaciones que el promedio.

-Mello, mi amor!-  Saludo enérgica Misa, una joven de 18 años de edad, rubia y según ella la más linda del colegio, portando el uniforme escolar el cual consistía en una simple camisa blanca, un moño elegantemente atado a ella, un chaleco gris y falda roja, en varones se sustituía por pantalón.

-Hola-  Saludo desganado intentando liberarse de ella, por alguna extraña razón ya no se excitaba viendo a la rubia como otras veces en el pasado.

-¿Por qué esa cara? Y ¿Por qué no traes el uniforme? …. Estuviste con alguien más-

-Tal vez… no tengo ganas de hablar-

Misa lo jalo del brazo antes de que se fuera, luego le lanzo una llorosa y lastimera mirada que hizo  que Mello le tuviera lastima.

-¿Qué?- Pregunto algo enojado liberándose del brazo.

-Espérame en la biblioteca después de clases, te lo suplico-  SE arrodillo frente al rubio comenzando a derramar algunas lagrimas. –Te juro que  no te arrepentirás.. Por favor-  Levanto la mirada, y Mello la observo con aburrimiento.

-De acuerdo- Dio media vuelta, realmente no pensaba ir, se molesto un poco con el mismo por ya no sentir un deseo sexual por la chica.

De repente escucho como Misa gritaba alegremente por recibir una respuesta positiva comenzando a saltar en medio del pasillo sin importarle que la mirasen, parecía una torpe enamorada. Un abrazo y olor a tabaco lo saco de su transe momentáneo.

-Mello… ya ni me hablas-

-Hola Matt, te busque en la mañana, pero te vi ocupado-  Respondió recordando a la tal Linda, lanzándole una mirada picara a su autonombrado mejor amigo.

-No es tan importante como tu-  Aseguro felizmente dándole un ligero golpe en su brazo. -¿Cómo te fue con L?-

-¿L?-  Por un momento había olvidado lo que ocurrió el día anterior, por alguna razón solo recordaba una alvina cabellera. –ah el… supongo que regular…. Ya sabes, nada especial- Afirmo ante la curiosa mirada de Matt.

-Pero… cuenta detalles rubio, siempre te ah gustado presumirme tus conquistas- Se echo a reír pero en seguida su semblante paso a uno de preocupación. -¿Estas enfermo?-

-No, Matt, solo me siento diferente-

-¿Cómo?-

-No sé, solo diferente…. Esta mañana conocí a alguien un tanto peculiar-

-Ya veo, te acostaste con él y por eso olvidaste a L-  Supuso el castaño conociendo bien a su buen amigo, Mello nunca lograba tener o más bien no quería tener una relación estable con una sola pareja.

-No, ni beso hubo-  Sonrió tontamente al recordar que esta vez no sentía simple calentura por el chico, no sabía cómo definir ese nuevo sentimiento, era tan… diferente, cálido y reconfortante.

-¿Era feo?-

-No, de hecho es muy lindo-

-¿Lindo?.. ¿Desde cuándo usas un adjetivo tan cursi?-  Sonrió felizmente pensando que por fin alguien podría cambiar a su buen amigo, pues aunque lo quisiera y mucho,  no le gustaba ver al come chocolate con cualquier persona solo para pasar el rato, sabía que en el fondo eso no hacia feliz a Mello

-¿Yo dije lindo?-  Se sorprendió, el no era de palabras tiernas, si alguien le gustaba simplemente decía, que estaba bueno, sexy, o algo por el estilo, nunca algo romántico.

-Si Mello, eso dijiste-

-No dormí bien,  Matt, creo que eso me afecto, mejor vamos a clase-  Matt no dijo mas, sabía que cuando Mello no quería contare algo era mejor no presionarlo, se ponía muy violento bajo presión y no quería terminar el día con un ojo morado.

 

Al entrar al salón de clases se toparon con dos de sus compañeros, uno era un castaño pulcro, de ojos color miel llamado  Light Yagami y el otro era un azabache infantil y algo torpe al que llamaba Touta Matsuda.

-Mello, Matt por aquí chicos-  Grito Matsuda desde su asiento junto a Laight algo sonrojado,  para llamar la atención de sus amigos.

-¿Qué te paso Mello?  Te ves muy extraño-  Dijo Light, el más observador de los cuatro al notar un peculiar brillo en los profundos ojos del rubio. –Tienes un brillo extraño en tus ojos-  Suspiro desviando la mirada, pero no obtuvo respuesta del rubio… como si estuviera en otro lado.

-Eso lo dices porque a ti te gusta Mello-  Afirma el azabache, no era un secreto que el 95% de las personas a las que conocía Mello se enamoraran de él, entre ellos el propio Light Yagami   quien se sonrojo al escuchar a su amigo hablar tan inoportunamente… como siempre.

-Dejen en paz al rubio un rato, no se siente bien, se desvelo el muchacho- Intervino Matt al notar un pequeño suspiro por parte de su amigo. 

-Está bien, yo solo decía-  Se defendió el azabache, recordando el porqué los había llamado.  –Hey chicos, esta noche BB dará una fiesta en su casa, y ya saben cómo se ponen de buenas sus fiestas, obviamente nosotros iremos ¿verdad?-

-Claro que si, hace mucho no tengo nada de acción- Afirmo Matt, nada le gustaba más que una buena fiesta excepto sus fieles videojuegos  y cigarros.

-Bien, la fiesta es a las 11p.m. oigan ¿Alguien ha visto a Gevanni?-

Todos menos Mello negaron, el profesor entro y todos con pesadez tomaron sus respectivos asientos, la clase transcurrió y Mello solo miraba por la ventana, primero misa y ahora ni siquiera una fiesta lograban animarlo. “¿Qué me pasa?”

En otro lado de la escuela un azabache pulcramente aseado, y mirada fría y rígida caminaba a paso veloz intentando llegar a su tercera clase, y es que se había despertado tan tarde que ni a la maldita segunda clase logro llegar. Tan abordo en sus pensamientos iba que no se dio cuenta de que choco con algo o más bien alguien.

-Auch-  Escucho que se quejaban probablemente por el dolor del impacto, normalmente lo abría ignorado pero al ver con quien había chocado no pudo simplemente dejarlo ahí.

-Lo.. Siento-  Se disculpo Gevanni  recogiendo un libro que seguramente le había tirado al menor por el impacto.

-No te preocupes, fue mi culpa por no fijarme por donde iba-  Le resto importancia el menor sacudiendo su bien planchado uniforme.

El azabache miro con interés el libro, el no sabía mucho de literatura, tenía otros intereses, pero ese libro se le hacía tan parecido a un libro que su amigo Mello siempre leía afirmando que era el mejor libro de la historia y  que jamás se desearía de él, pero ¿Qué haría un muchachito con el libro de Mello? Sacudió la cabeza rápidamente recordando al egoísta del rubio, además  era solo un libro, probablemente con miles de copias, de seguro ese niño había comprado el mismo libro, era todo.

-¿Me devuelve mi libro?-  Dijo Near algo frio y fastidiado, no le gustaba que los demás tocaran sus cosas, y menos sus libros, eran como sus tesoros personales y en especial ESE libro .

-A sí, lo siento-  Gevanni salió de su trance para entregar el libro quedando un poco shoqueado por aquella aniñada y andrógina figura frente a el – A aquí tienes-  Se dio cuenta que estaba titubeando y se reprendió mentalmente.

-Gracias-  Sonrió derritiendo el corazón del mayor a inconciencia.

-E.. e… eres nuevo ¿Verdad?-

-Así es, con permiso-   Se tenía que ir para asistir a su próxima clase, la cual de echo odiaba, era deportes, tenía que hablar con el profesor para explicarle sobre su condición y como el albinismo le impedía exponerse al sol pues las consecuencias serian catastróficas. –Por cierto  sabes dónde queda la cancha de fut-ball soquer- Pregunto el menor pues la escuela era demasiado grande y lo que menos quería era volver a perderse.

-S-Ssi yo te llevo-

-Está bien-

El trayecto fue algo incomodo pues  Gevanni se sentía nervioso y aunque era conocido en la escuela como uno de los galanes, no sabía ni cómo actuar frente al chico nuevo ¿Acaso su encanto natural se estaba acabando?

-Llegamos-

-Ya veo, gracias-  Dijo Near dispuesto a hablar con el profesor pero sintió un suave aunque firme apretón en su hombro.

-Espera tienes algo en el cabello-  Una hoja de uno de los tantos arboles había parado a dar a la cabeza albina resaltando rápidamente, Gevanni quito la basura de su cabeza pero aun así no quiso aumentar la distancia, y ahora sentí como esos profundos ojos color negro lo hipnotizaban rápidamente.

Por otro lado, en el aula el profesor se dedicaba a pasar lista. – Gevanni, ¿Alguien ha visto al joven Gevanni?-  Pregunto el profesor al notar la ausencia de uno de sus mejores alumnos.

Mello volvió a suspirar cansado, volviendo a desviar su vista hacia la ventana, y lo que vio no le gusto y nada, ahí frente a las canchas de fut-ball soker estaba su “amigo” Gevanni con el enigmático niño alvino a una distancia casi nula.

Sintió como la adrenalina y cólera se apoderaban de su ejercitado cuerpo, por alguna razón le molestaba que estuvieran tan cerca.

-Maldición!-  Grito enfurecido Mello logrando captar la atención tanto de su profesor como de sus compañeros.

-¿Paso algo joven?- El profesor se veía preocupado.

-¿Eh? No, nada, perdón por la interrupción-  Se disculpo un tanto apenado por sus impulsos. –Iré al baño- dijo antes de salir, sin esperar respuesta del profesor pero  no precisamente al baño.

Mello corrió rápidamente por los pasillos de la preparatoria encontrándose con tantos rostros que lo saludaban coquetamente a los cuales ignoro olímpicamente todo para llegar hasta donde estaban Gevanni y Near, pero paro en seco cuando vio que el pelinegro venia en dirección contraria.

-Mello-  Saludo el azabache un tanto confundido pues juraría a ver visto a Mello correr, cosa muy rara en el.

-Hola-  No supo que decir, quería preguntar por Near pero.. ¿Por qué? Si nunca le interesaba con quienes salían cualquiera de sus amigos, y siendo objetivos Near aun era un completo desconocido, con un rostro de porcelana pero desconocido a fin de cuentas.

-¿Te pasa algo?-

-No, es solo que- Se le vio nervioso por no saber qué decir, se reprendía una y otra vez mentalmente por su comportamiento tan impulsivo.  –Pensé que no vendrías-

-Oh! Es que se me hizo tarde-

-Ya veo, mejor vamos de regreso al aula-

El camino fue un tanto incomodo, Mello se sentía molesto con el azabache sin saber bien porque, podría ser que tuviera miedo, ¿De qué? De que el alvino y azabache se emparejaran; de solo pensarlo su ira aumento, pero sacudió la cabeza tratando de tranquilizarse e intentando contener una carcajada, ¿Desde cuándo Mello era celoso?

Por su parte  Gevanni ignoraba los sentimientos de su amigo, su mente estaba siendo invadida por el rostro del pequeño alvino, nunca había conocido a alguien similar y para ser sinceros le gustaba… le gustaba… y mucho.

El día transcurrió más rápido de lo que Mello estaba acostumbrado, ahora se encontraba en su motocicleta a toda velocidad rumbo a la fiesta del famoso BB, con el que a pesar de no ser amigos íntimos igual les gustaba divertirse juntos, aunque BB era menos mujeriego llegaba a ser incluso más sádico que el propio Mello.

Al entrar a la casa de BB pudo percibir un fuerte olor tanto a tabaco como a alcohol, miraba a las mujeres bailar tan provocativamente que caían en lo vulgar, mientras que los hombres las manoseaban mientras bebían sin control, normalmente Mello se sentiría como pez en el agua, pero en ese momento sentía que no era su lugar.

-Rubio!-  Saludo Matt un tanto borracho caminando torpemente-  Hombre, creí que no vendrías-

-Se me izo tarde es todo-

-Últimamente se te hace tarde en todo-

-Cállate Matt-

Camino en busca de algo de distracción, no estaba muy seguro de que le pasaba pero tenía que volver a ser mismo Mello de siempre.

-Mello!-  Saludo un ojeroso chico de cabello negro y esbelta figura.

-Hola-  Aunque intentara la verdad no recordaba su nombre a pesar de haber estado una noche con él.

-No te encontré esta mañana-  Dijo tristemente recordando que despertó en aquel asqueroso hotel sin nadie a su lado que le diera calor, solo estaba él en una fría y triste cama bacía.

-Ah sí… es que fui a la escuela-

-¿Y? ¿Te diviertes? O prefieres hacer algo mas-  Dijo insinuante el azabache, y aunque intentara disimularlo se le veía nervioso no quería sentirse despreciado nuevamente por el ojiazul-

Mello sonrió triunfante ante la insinuación, era justo lo que necesitaba para sentirse jovial como siempre.- ¿Qué se te ocurre?- Pregunto esperando que el chico lo llevara a su cuarto, pues este y BB eran hermanos, bueno más que hermanos eran gemelos, sin embargo lo que tenían de parecidos por fuera lo tenían de diferentes por dentro.

BB era el mayor, un chico extrovertido, al que le gustaban las fiestas con alcohol a altas horas de la noche,  y al igual que Mello le gustaba tener diferentes parejas sexuales, era muy listo en el ámbito escolar pero su comportamiento y falta de interés hacia que sus calificaciones disminuyeran, por otro lado estaba ¿I? el menor de los gemelos, era introvertido y gustaba de estudiar todo el día mientras comía algo dulce dicen los rumores que nunca ha comido algo agrio o salado, se encorvaba más que el propio BB y tenía pocas relaciones sociales.

-Pues te puedo decir lo que se me ocurre, en mi habitación-

-Perfecto-

Mello siguió a L hasta su habitación la cual cerro con seguro para que nadie molestara, enseguida estampo a L en una de las blancas paredes para atrapar su boca en un brusco y hambriento beso, L no se resistió y tomo a Mllo por el cuello abriendo su boca para que sus lenguas danzaran libremente. En seguida l rubio quito la camisa siempre blanca y arrugada del azabache, lanzándola lejos y atacando su pálido cuello, el cual ya tenía algunas marcas que el mismo había hecho .

-Ahh!..  Gemía L sin control, preso de la pasión desenfrenada que despedía Mello, no se quiso quedar a tras e intento bajar el sierre de la ajustada camisa negra de cuero del rubio sin embargo el contrario se lo impidió sujetando su pálida mano con algo de brusquedad.

-¿Quién dijo que podías verme desnudo puta?-  Pregunto enojado, algo que le molestaba de sobremanera era que cualquiera con que se metiera pensara que tenía el derecho de verlo completamente desnudo, nunca lo permitiría, no cualquiera tenía el privilegio de verlo en su máximo esplendor.

-Perdón.. Yo solo-  Mello no lo dejo terminar pues le propicio un golpe con el puño serrado en una de sus mejillas para luego ser tomado bruscamente de sus azabaches cabellos.

-No hay excusas, sabes que mi cuerpo no puede ser visto por unos ojerosos ojos como los tuyos, tendrás un castigo- Sentencio con una sonrisa perversa.V


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