-es ridículo, Zim aun estando lejos siempre interfiere con nuestros planes, él y toda su estupidez solo causan problemas al imperio.
-sí, aún me arrepiento de que no se me haya ocurrido darle una misión en algún sol o un planeta donde hayan cosas peligrosas.
Hablaban dos seres mientras comían sus rosquillas, así es, ambos, líderes del imperio irken y los Más Altos de su raza.
-bueno, supongo que no es demasiado tarde, deberíamos hacer algo para que se aleje para siempre o que se muera-propuso Púrpura sonriendo con malicia.
-¿hablas de tenderle una trampa?-Rojo se puso a pensarlo-¿y porque no decirle las cosas de frente?
-sabes que Zim es muy tonto para comprenderlo, pensará que es una broma o algo así-lo meditó un momento-¡¿qué te parece si lo hacemos volar en pedazos junto con ese patético planeta jajaja?!-se rió burlonamente.
-¡mmm, pues si, no es mala idea jajaja!-rió también-espera, recuerda que estamos en una fase crucial de la operación Ruina inevitable II, no podemos perder tiempo en eso y más cuando Zim nos retrasó demasiado en el pasado-dijo con enfado recordando-y casi nos impacta con el planeta que quiere conquistar.
-sí, tienes razón, ¡pero sería divertido volarlo en pedazos!
-lo sé, pero recuerda que lo exiliamos, al parecer tenerlo lejos no funciona…a lo mejor si le tendemos una trampa, no sé, atrayéndolo aquí con la mentira de que haga otra falsa y estúpida misión, él venga y…
-¡lo volaremos en pedazos!
-¡si por supuesto jajaja!, mejor vayamos a traer más rosquillas.
-¡si, rosquillas!
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En la Tierra
-…-no tenía palabras, estaba completamente boquiabierto por lo que acaba de escuchar.
Justo en ese día se le ocurrió comprar algo del planeta “Llame ahora” por medio de la computadora de Zim, se trataba de una nueva máquina para escuchar sonidos del espacio exterior (la misma que uso meses antes de la llegada de Zim pero en una versión mucho mas avanzada), ya que se aburría viendo con G.I.R. “el mono enojado” en la televisión, pensó que a lo mejor sería una forma de pasar el rato.
Hace unos minutos la encendió, se la pasó buscando algo interesante, ¡que sorpresa!, mientras lo hacía solo escucho un nombre… “Zim”, ¿cuántos seres en el universo podían tener ese nombre?
El caso es que escuchó toda aquella conversación, reconocía esas voces de algún lado… ¡claro, quizá los líderes del irken!... ¿es que acaso ellos querían destruirlo?- ¡por Júpiter, no puede ser!-aún estaba conmocionado creyendo que era solo una coincidencia. Como se encontraba afuera entró a la base, después fue cuando confirmó que no era así, ya que apareció una video llamada la cual G.I.R. contestó. El ahora irken se quitó la peluca y los lentes de contacto para atenderla personalmente y saber si era cierto.
-saludos, Zim, esta vez te llamamos nosotros para decirte que te hemos ascendido en la operación Ruina Inevitable II, te daremos un planeta nuevo por tu nueva y mejorada estatura, así que tienes que apresurarte en venir y recuerda que nadie más debe saber esto, se pondrían celosos, ¿entiendes?-habló Rojo.
-s-sí mis Altos-recordó que así les decía-así lo haré-hizo la seña militar.
-bien, será mejor si te apresuras para destru…-dijo Púrpura.
-ascenderte-lo interrumpió-recuerda, Zim, nadie debe saberlo-dicho esto se cortó la transmisión.
-…-se quedó sin palabras, no había que ser listo para confirmar aquello que oyó-menos mal que fui yo quien escuchó esta noticia, si hubiera sido el tonto de Zim…
TOC TOC…golpearon la puerta y los robo padres abrieron.
-bienvenido a casa hijo-saludó la robo madre, que curioso que pasó lo mismo que hace años.
-¡quítate de mi camino!-la empujó Gaz con toda su fuerza.
-¿G-Gaz, que haces aquí?, digo, ¡fuera de mi casa humana!-trató de imitar al irken.
-¡cállate Dib, ya se todo lo que pasó, te advertí que una extrañeza más y la pagarías, esta fue la mayor idiotez que hiciste!-le encaró su puño.
En eso el ahora humano entró.
-¡¿Zim, le dijiste?!
-¡claro que no, seguro lo notó por tu tan patética actuación!-exclamó defendiéndose, éste tenía varios moretones por obra de Gaz.
-¡cállense los dos!-gritó exasperada la chica-¡tenía razón al decir que eran estúpidos, siempre tienen que arrastrarme a sus estúpidas tonterías!
-¿si no querías venir que haces aquí?-preguntó Zim.
-no quería ir a clases, además quería gritarle a mi estúpido hermano por hacer que papá se preocupara.
-está bien, eso sí fue mi culpa, como sea, no me importa-dijo el ahora humano restando importancia a ese asunto-vine aquí para solucionar esto.
-supongo que te ayudaré a construir la máquina más rápido-dijo el ahora irken, por alguna razón no quería dejarlo solo, quizás se daría cuenta de que sus Altos lo llamaron.
-como sea, tan solo no estorbes-dijo Zim y dicho esto ambos bajaron al laboratorio.
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Transcurrieron varias horas, Dib y Zim se esmeraron en encontrar lo necesario para rehacer el casco, ya que varias cosas en el laboratorio aún estaban arruinadas, mientras que en la sala Gaz jugaba con su videojuego y G.I.R. la miraba embobado.
-¿Por qué no me concentro?-se preguntó mentalmente.
Dib sentía tanta preocupación que no podía pensar bien y se equivocaba constantemente, no sabía si era porque jamás volveria a ver a su némesis después de esto…o por el hecho de que sabía que apenas Zim pusiese un pie en su planeta, sería vilmente destruido. Sentía una extraña aflicción, ¿es que acaso un irken podía sentir varias emociones humanas?
Finalmente el cielo se tiñó de oscuridad, era la cuarta y última noche en la que estarían en cuerpo ajeno, para algunos quizás sería poco tiempo, pero para ellos fue como una eternidad.
Ya casi estaba acabada la máquina, quizás la primera vez requirió mucho tiempo porque el invasor lo hizo solo, mas con la ayuda del Dib y sus conocimientos sobre tecnología avanzada lograron acabar rápido pero… ¿de verdad estaban ansiosos por volver a sus cuerpos para volver a odiarse?
-bueno, esta es la última pieza que falta, así que…
-lo siento, Zim-dijo el ahora irken quitándole la pieza de las manos-pero…no puedo devolverte tu cuerpo.
-¡¿Qué?, ¿Por qué no, humano apestoso?, devuélveme esa pieza! ¡¿Qué te sucede?!
-¡no pienso devolvértela, es todo!
-¡¿y ahora que te pasa, porque actúas así?!
-¡no te lo diré…simplemente no puedo hacerlo!
-¡no me obligues a quitártela por las malas, Dib, te estas enfrentando a la elite irken!-Zim ya estaba con el ceño fruncido, fúrico y dispuesto a lo que sea.
-¡pues ven por ella, basura alienígena!-Dib tampoco estaba bromeando.
Solo bastaron pocos segundos de miradas intensas, para que de esa discusión comenzara otra nueva pelea, a base de golpes e insultos, como antes de todo este caos, aunque quizá con nuevos sentimientos negados de por medio y con un nuevo propósito.
-¡parece que con tu cuerpo, ahora eres tú quien está en desventaja, larva!-gritó Zim sonriendo arrogantemente mientras forcejeaba con Dib, era fácil someterlo con su nueva fuerza y altura.
-¡no te confíes Zim, que yo no he perdido el tiempo!-dicho esto, sacó una de sus extremidades biónicas de su PAK alejándolo rápidamente, para desgracia suya o contraria, le había herido el brazo, aunque no tan profundamente.
-¡estúpido terrícola, he sufrido peores dolores en mi larga vida mucho antes de llegar aquí!
-¡¿y serias capaz de volver a ese lugar tan despreciable?!
-¡claro que sí, gusano, soy un invasor irken que completará su misión secreta y quieras o no destruiré tu mundo después de esto!
-¡por Mercurio Zim, ¿no entiendes que todo esto es una maldita farsa y que lo que querían realmente tus lideres era verte lejos o muerto?!
-¡humano idiota, no sé de donde sacas esa estupidez!-gritó incrédulo lanzándose contra él, con el fin de quitarle la pieza final-¡sigue atravesándome con mis extremidades si quieres, pero Zim volverá a su cuerpo y al final serás tú quien morirá!
-¿de verdad eso es lo que quieres, Zim?... ¿de verdad quieres matarme?-dejó de forcejear.
-…-no era realmente lo que quiso decir, el imaginarse a Dib muerto…por alguna razón lo lastimaba, claro que no lo haría, solo lo dijo porque quería intimidarlo, ahora sentía la necesidad de aclarar las cosas.
-¡entonces bien!-le arroja la pieza-¡vuelve a tu cuerpo si tanto te importa tu ridícula misión, prefiero que destruyas todo el planeta y conmigo en él, cumple con lo que te ordenaron pero pronto te arrepentirás!-estaba cegado por la ira, recordó lo que G.I.R. le dijo ayer, creyó que eso era verdad, pero al parecer no…a Zim no le importaba nadie más que su misión.
-¡¿Por qué te pones así?, nunca antes me pediste algo así, ¿qué fue lo que te puso así, Dib?, Zim no entiende!-trató de calmarlo, intentaba comprender lo que pasaba.
-…-suspiró profundo intentando tranquilizarse, no serviría de nada gritar por ahora, después de todo, el irken se enteraría de algún modo. Estaba a punto de decírselo pero la computadora lo interrumpió.
-amo, acaba de llegar un mensaje escrito proveniente de La Inmensa.
-¿un mensaje?-caminó hasta la pantalla principal del laboratorio, abrió dicho mensaje que estaba escrito en su idioma, al instante se sorprendió por esta nueva noticia-¿un ascenso?
-…-Dib mientras veía como Zim estaba ocupado aun asimilando el mensaje, levantó la pieza faltante y la puso en su lugar-ya está arreglada-avisó aún molesto- supongo que es hora de acabar con esto para que te vayas de una vez.
-...-Zim volvió a su realidad, no dijo nada todavía y se acercó a él.
Ambos se pusieron los cascos, con las miradas desviadas en contrarias direcciones y sin decir palabra.
Zim tenía el control en las manos, aun no comprendía el comportamiento de Dib ni el por qué estaba molesto, quizás ahora que se fuera estaría contento, después de todo, el humano siempre dijo que el día en el que Zim se fuera del planeta sería el más feliz de su vida…si tan solo supiera más acerca de las emociones humanas…en fin, no debía preocuparse más por eso, ahora lo más importante sería su nueva misión.
-…-no dijo nada y finalmente presionó el botón, hubo un destello y volvieron a sus cuerpos, pero ya no serían como eran antes, porque el irken se iría para siempre y ya no existiría más aquella enemistad.
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