Estaba viendo a Naruto combatir contra Neji... y no podía sentirme peor... le había estado ingorando des de que llegó y apenas le dirigía miradas a escondidas pero... no sabía cómo disculparme...
sacudí la cabeza, en ese momento no debía pensar en eso... Naruto se estaba comportando raro... des de que llegó, al prncipio pensé que era por haberle ignorado pero... había algo más, estaba inquieto, mi presentimiento me decía, no, mejor dicho: me GRITABA que algo ocurría con Naruto.
Cuando terminara con el combate le preguntaría... pero no hizo falta, en unos segundos le tuve enfrente mío, se acercó a mí para abrazarme... estaba paralizado... ¿no debía estar combatiendo?
- Gaara, sé que tú y Sasuke os acostasteis... - todos mis sentidos se pusieron alerta pero... ¿por qué no estaba enfadado Naruto? - te amo Gaara, jamás lo olvides, así que quiero que vivas por mí...
Antes que pudiera decirle algo sentí una fuerte opresión en mi estómago después, mi cuerpo, se quedó unos instantes vacío pero...
¿Qué era esta sensación?
No se parecía en nada a otra cosa que hubiera experimentado anteriormente...
Enseguida todó se volvió negro cuando sentí una energía entrar en mi cuerpo.
Tan solo podía pensar en Naruto...
Esa noche había salido a beber y me encontré con el Uchiha que se aprovechó de mi estado... claro que no me violó pero... no quería haber hecho eso con él... Naruto era el único con el que queria estar... Le amaba, des del fondo de mi ser hasta lo profundo de mi alma...
Él era mi todo...
Y lo había peridido...
Abrí los ojos y me encontré con un techo blanco y un pijama de hospital.
- ¿Naruto? - dije con la voz ronca... necesitaba encontrarle y arreglarlo todo con él... - ¡Naruto!
Alarmado me levanté de la cama e ignorando el dolor que me mandaba todo mi cuerpo salté por la ventana del hospital aún con el pijama blanco, regitré toda la aldea en busca de mi rubio.
- ¡NARUTO! - mi mal presentimiento volvía... no podía ser... - ¡NARUTO!
Le llamé con desesperación...
¿Dónde estaba?
No podía haber desaparecido así como así...
Llegué a un extraño lugar dónde habí mucha gente de la hoja reunida, todos parecían tristes... el hokage decía unas palabras que fueron totalmente incomprensibles para mí al ver el nombre grabado en esa lápida...
NARUTO NAMIKAZE UZUMAKI
- No puede ser... - susurré mientras los presentes se giraban hacia mí.
- ¿Qué haces fuera del hospital, niño? - dijo una rubia a la que conocimos Naruto y yo en el despacho del Hokage...
Mi mundo se tambaleó...
Naruto...
Era la única palabra que resonaba en mi cabeza...
- Naruto... - susurré en voz baja, de repente empecé a reirme creando nerviosismo por parte de la hoja... me estaba volviendo loco... un mundo sin Naruto... no podía imaginarlo... él era mi mundo.... Mi risa se hizo más fuerte y audible.
Un mundo sin Naruto... ¿cómo podía eso tan siquiera existir?
Lágrimas empezaron a bajar por mi rostro mientras miraba fijamente la lápida...
Ni tan siquiera me di cuenta que el Hokage mandaba retirar a todos los presentes a la vez que él también se iba.
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
Una pregunta molesta que no dejaba escapar a mi mente atrapándola en una especie de bucle sin salida en el que me rompía...
Mi corazón se rompía y podía sentirlo... hasta físicamente... era un dolor tan real... oprimía tan fuerte mi pecho... andé tambaleándome hasta su tumba y me dejé care de rodillas.
- Lo siento, lo siento tanto Naruto... de verdad.. yo quería que fueses feliz... ¿por qué no confiaste en mí? - tomé aire mientras trataba de traquilizarme pero no podía parar de llorar, necesitaba aliviar esa opresión de alguna manera - Te quería, te amaba más que a nada en este mundo... ¿por qué? Maldita sea Naruto... - le dí un golpe al trozo de piedra mientras me recargaba sobre este - ¿¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡POR QUÉ!!!!!!!!!!!!!?
Empecé a sollozar.. no quería vivir sin Naruto... sin sus sonrisa de buenos días o juegos estúpidos que a veces se hacían infantiles... echaba de menos la forma en que le hacía sentir especial y le decía te quiero... cuanto se arrepentía de haber escondido su relación ante la arena...
Él estaba orgulloso de Naruto y no era su intención haberle dañado... volvió a golpear la piedra al recordar su confesión, su primer beso, sus primeras palabras de amor...
- Mierda, Naruto... ¿por qué? - ví que habían dejado sus armas al lado de su... de...
No lo pensé dos veces, agarré un kunai y me hice dos cortes, uno en cada antebrazo, des de la muñeca hasta el codo.
Besé con cariño y amor ese trozo de piedra y me senté esperando a llegar con él.
- Pronto estaremos juntos de nuevo... Te amo, Naruto... Ya nadie más nos va a separar...