Llegaron sin problemas a la villa de la hoja dónde entregaron sus permisos firmados por el Hokage y el Kazekage que les permitirían residir en la villa hasta que terminaran los exámenes anuales Chunin.
- Ahora deberíamos ir a presentarnos al hokage y luego a buscar alojamiento... - Silencio.... había demasiado silencio.... Todos vieron a Gaara palidecer a medida que registraba los alrededores.
- ¿Qué ocurre hermano? - preguntó Kankuro mientras seguía con la mirada los lugares que el peli rojo buscaba algo... - ¿has perdido algo? - era raro que se pusiera tan nervioso... pero el rostro pasó a ser otro de pánico... eso solo podía significar una cosa:
- Oigan...¿Han visto a Naruto? - preguntó Temari en voz alta mientras Kankuro comprendía el pánico de su hermano que se le contagió. Salieron como balas en busca del rubio, registraron todo rincón de la villa y le encontraron en un puesto de... ¿ramen?
Al entrar vieron a Naruto con la máscara subida lo suficiente como para poder comer sin manchársela pero sin dejar ver sus ojos y con dos boles vacíos al lado.
Gaara, furioso, se le acercó por detrás y le pegó un zape:
- ¿¡Se puede saber por ué te has ido así!?
- Sí, nos has asustado... - apoyó Temari a su hermano menor mientras el rubio dejaba el dinero en la mesa y se volvía a colocar la máscara girándose y soltando una risilla nerviosa.
- Lo siento... es que nada más entrar sentí algo que olía de maravilla y no pude resistirme... - ahora el segundo zape que recibió fue de parte de Kankuro.
- ¡Tonto! Habérnoslo dicho y hubiéramos ido todos juntos!
- Vámonos... -dijo Gaara ya con dolor de cabeza por tanto grito... ss hermanos podían llegar a ser más que escandalosos y si ponía a Naruto de por medio ya...
Al tiempo que se iban un hombre de pelo plateado y una chica plana de pelo rosa entraron y no pudieron evitar mirar de reojo a los ninjas de la arena que los ignoraron completamente, aun que a Naruto se le hicieron más que familiares sus rostros pero enseguida deshechó esa idea... seguro que eran imaginaciones suyas... Imitó a su pareja y les ignoró pasando por su lado sin tan siquiera mirarles por segunda vez.
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Ya era por la tarde y el equipo de la villa de la arena seguía dando tumbos por la hoja, perdidos.
- Gaara, te dije que la posada era hacia el otro lado...
- Si, no seas cabezón y hazle caso a Temari, llevamos toda la tarde dándo vueltas...
- ¡Gaara! - advirtió Kankuro al mencionado que aunque se apartó a tiempo, el niño fue irremediablemente a caer encima suyo, tirando a la niña que le seguía.
- ¡Tenga más cuidado! - dijo el pequeño de pelo y ojos castaños.
- Pero si ha sido tú culpa Konohamaru... - le dijo otro iño con gafas y pelo negro mientras ayudaba a la chica a levantarse.
Gaara les miró furioso... el único que le podía tocar era Naruto... Los instintos de Shukaku aprovecharon esa brecha en sus emociones para colarse creando una peligrosa combinación. Con su chackra manipuló la arena alrededor de Konohamaru y le sostuvo en el aire por el cuello de la camiseta.
- Discúlpate. - Le ordenó con un tono de voz más frío y cortante que el hielo... aunque por dentro se ahogaba en ira.
- ¡No quiero, mira por dónde andas la próxima vez! - dijo el niño pataleando en el aire y haciendo enfadar aún más a Gaara que hizo una mano con la arena que fue directa al cuello del niño.
- ¡Konohamaru! - dijeron los otros niños acercándose a este - ¡resiste! - enseguida que llegaron dónde estaba su amigo un poderoso viento les lanzó metros atrás.
Naruto, que había estado observando vio que el niño empezaba a perder la conciencia así que supo que Gaara no recuperaría el control y debía intervenir.
Sasuke, que había estado observando todo des de un árbol cercano, había pensado en hecharle una mano a los niños pero ese rubio con máscara se le adelantó... vio sorprendido cómo este se la subió hasta la mitad y con un beso logró desconcentrar de tal manera al peli rojo que, al momento, deshizo el justu de arena que apresaba a Konohamaru, el nieto del Hokage...
Lo que no entendió fue por qué al ver ese beso los celos le invadieron, el rubio se separó y bajó la máscara sin permetirle ver su rostro... Tenía que admitir que el peli rojo era atractivo pero a él no le gustaban los hombres... entonces...
¿Por qué sentía esa inseguridad y celos en el pecho?
Hasta ese momento tan solo había sentido tres cosas:
soledad, ira y sed de venganza.
¿Qué tenía de especial ese peli rojo?
Una pregunta aterradora cruzó su mente...
¿Era realmente el peli rojo quién le causaba esos sentimientos?
Tendría que averiguarlo por si mismo...
Sin que se diera cuenta otro sentimiento nació en su interior mientras veía al equipo de la villa de la arena irse en dirección a la posada:
interés.