Chanyeol no pudo terminar la frase, la enorme puerta de la casa fue abierta dejando ver a un Baekhyun con golpes en la cara, sangre saliendo de sus labios y sus ojos repletos de lágrimas.
-Ch…Chanyeol… -Baekhyun jadeó adolorido apretando con su mano izquierda su costado derecho.
El corazón de Chanyeol se apretó aún más en su pecho al ver a su amigo en ese estado. Gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas revolviéndose con la sangre que aún brotaba de sus labios y un cardenal formándose en su pómulo izquierdo.
-Dios mío… Baek –Chanyeol corrió junto al castaño y examinó su rostro. Kris miró la escena sorprendido y frustrado. -¿Qué sucedió? Baek háblame ¿Quién hizo esto? –Chanyeol enredó sus brazos en torno al cuerpo del niño frente el y comenzó a acariciar su cabello. Un sollozo se ahogó en el pecho del pelinegro. –E-El… -Chanyeol despegó al niño de su cuerpo escuchando lo que decía y con su pulgar limpió las lágrimas que aún bajaban de aquellos orbes.
-Vamos, es mejor que te sientes. –El pelinegro guió al castaño al gran sillón de piel marrón y lo sentó junto a él esperando a que hablara. Chanyeol no notó cuando los pasos de Kris se perdieron en las escaleras.
-Yo salí d-de la escuela –Baekhyun sorbió por la nariz –T-Tenia que ir al centro comercial a comprar a-algunas cosas –Limpio las nuevas lágrimas que comenzaban a picar en sus ojos con la manga de su camisa y siseo al tocar el golpe en su cara. –No m-me di cuenta de que é-él me seguía. –Las manos del castaño estaban frías y su labio inferior temblaba. Chanyeol sentía la ira crecer en su interior, sus manos formaron puños volviendo sus nudillos blancos. –Cerca del callejón, él impacto contra mí adentrándome en él. –Baekhyun cerró los ojos recordando la escena, su voz quebrándose en cada palabra.
-Flash Back-
Baekhyun caminaba a paso lento por la acera disfrutando de la brisa fresca y al mismo tiempo cálida que anunciaba el fin de la estación. Sonreía tarareando una canción inventada mientras en su mente se proyectaba una lista de las cosas que debía comprar para la cena.
Sonrió al ver el callejón. Aunque este fuera oscuro, frio, y atemorizante, indicaba que faltaba solo una cuadra para llegar a su destino. Al pasar junto a él, sitio como alguien tiraba de su pequeño cuerpo dentro del oscuro lugar, mientras una mano cubría sus labios impidiendo que gritara. Sus ojos se ampliaron asustado, sintió un aliento caliente chocar contra su nuca y una nube de alcohol choco con su nariz. Baekhyun se removió violentamente en ese abrazo que lo estaba lastimando, pero su intentó fue en vano cuando su cuerpo impacto fuertemente con la pared a su espalda. El hombre frente a él sonrió viendo la mueca de dolor en el castaño y se acercó pegando su cuerpo al del contrario respirando en su oído mientras deslizaba ambas manos bajo la camisa blanca del uniforme del mas bajo.- ¿Me extrañaste Baek? –El corazón de Baekhyun se detuvo al reconocer aquella voz. Empujó con todas sus fuerzas el cuerpo de aquel hombre alejándolo de él, pero su puño fue más rápido e impacto contra su rostro haciéndolo casi caer al suelo. La risa del contrario retumbo en sus oídos mareándolo aún más, haciendo su sangre congelarse en sus venas. –Esa no es forma de tratarme… -Una poderosa mano se apoderó de su cuello dejándolo sin aire. –Dime… ¿Me extrañaste? –La respiración del hombre era agitada, su aliento alcohólico estaba caliente y golpeaba contra la boca de Baekhyun. El castaño podía sentir como el cuerpo del contrario se restregaba contra el suyo, sus pulmones adían en búsqueda de oxigeno y furiosas lágrimas se deslizaban por sus grandes ojos marrones al sentir la hombría del otro restregarse descaradamente contra su ingle... “Otra vez no… Por favor suéltame”, rogó silenciosamente mirando con ojos asustados la mirada vacía del más grande quien sonrió de lado complacido de la vista que tenia.
Baekhyun sintió un dolor agudo cuando los dientes del castaño más alto se cerraron sobre su labio inferior mordiendo con fuerza robándole un chillido ahogado.
-Mierda… papá te extrañó mucho Baek…
-Fin flash back-
–I-intenté hacer que me soltara, pero me estrelló contra el muro de ladrillos y c-comenzó a tocarme… - El cuerpo del mas alto se tensó, su mente disparó el despreciable rostro de una persona. Aferró sus manos a las del más pequeño sintiendo como temblaban. –Baek… -Susurró. –É-él está de regreso Chanyeol…-Dijo asustado -Baek… él… -La voz de Chanyeol era apenas un susurro y amenazaba con romperse. – ¿Él te hizo… algo más? –Sintió el cuerpo frente a él tensarse y contemplo como el par de ojos llenos de lágrimas de su amigo miraron al suelo. Chanyeol sintió su corazón caer en un pozo profundo y oscuro. –Dios mío Baek…- Abrazó con fuerza al castaño quien temblaba entre sus brazos y se aferraba a su camisa mojando con sus lagrimas su pecho. –Voy a matarlo Baekhyun… Voy a matar a Kyuhyun… -Susurró con rabia y lágrimas contenidas sobre las hebras marrones de su amigo.
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Kris sintió como una corriente fría atravesaba su espalda cuando escuchó todo aquello, sintió rabia al igual que Chanyeol aunque no conociera al pequeño castaño. Sintió su corazón apretarse al ver aquella escena, Chanyeol intentaba reprimir sus lágrimas mientras arrullaba a Baekhyun entre sus brazos.
“Quizás si llegue demasiado tarde”. Pensó, sonrió tristemente y apretó la pequeña caja de primeros auxilios en sus manos antes de caminar junto a los dos niños abrazados.
-¿Estás bien? –Preguntó con voz suave. Chanyeol soltó despacio el cuerpo de su amigo y sonrió tristemente. Baekhyun asintió lento mientras sorbía por la nariz. –E-Estoy mejor. –Afirmo el más bajo de los tres. – Es mejor que cures esa herida… -Kris dejó la caja blanca el la pequeña mesa de café junto a Chanyeol. –Yo… D-debo ir a casa. –Chanyeol frunció el ceño y negó rápidamente. – ¿Estas loco? Vas a quedarte aquí… -Kris dio media vuelta volviendo por las escaleras de mármol perdiéndose en su cuarto y en sus pensamientos.
POV KAI.
Me encontraba caminando bajo los rayos naranjas de la tarde de camino a casa, Michael Jackson cantaba en mis casquillos haciendo a mi sangre contagiarse del ritmo. Mis piernas daban ocasionalmente giros en alguna esquina llamando la atención de la gente. Me detuve abruptamente cuando mis ojos divisaron una figura familiar. Sonreí de costado y troté hasta aquel parque.
El precioso niño de mirada seria rebotaba un balón de basquetbol entre sus manos. Pequeñas gotas de sudor bajaban por su frente haciendo que su colorido cabello se pegara a su rostro de la manera mas sexy que jamás eh visto. Me quedé mirando un buen rato, él seguía jugando solo y refunfuñaba cada que su balón chocaba contra el aro de la canasta sin entrar en ella. Su ceño estaba fruncido en concentración y desesperación.
-Hey!- Saludé sin éxito… Noté el par de casquillos purpuras pegados a sus oídos.
Continué observando hasta que Sehun se dejó caer jadeando al suelo, su camiseta deportiva blanca se pegaba deliciosamente a su cuerpo dejándome ver su pecho ligeramente trabajado, sus brazos estaban tensos recargados en el suelo y sus piernas largas estiradas completamente. Quedé embelesado admirando su perfecta silueta. Se notaba a leguas que se trataba de un bailarín perfecto.
Sus ojos castaños se posaron en mí un segundo y luego lo vi levantarse acomodando su ropa.
Por un momento creí que se acercaría a mi y me diría lo mucho que le gusto. Fea fue mi sorpresa al ver que simplemente pasó de largo a mi lado ignorándome por completo al igual que esta tarde en la escuela.
Ahí fue cuando mi cabeza hizo “click”
-Está celoso de Chanyeol… -Murmuré para mi mismo y sonreí arrogantemente mientras seguía sus pasos desde atrás.
Lo seguí un par de metros antes de que se girara mirándome con el ceño fruncido.
-¿Puedo ayudarlo? –Preguntó con un tono de voz tenso. -¿Qué? –Me perdí en la manera en la que sus labios formaron una línea recta en su boca. -¿Por qué está siguiéndome señor? –Se cruzó de brazos y levantando una ceja me miró de arriba hacia abajo.
Fue mi turno de fruncir el ceño. -¿Señor? –Dije mirándolo con mala cara. – ¿Anciano entonces? –Retó sin quitar su mirada de la mía. Nos quedamos mirando durante exactamente seis segundos antes de que el rodara los ojos y siguiera con su camino antes de gritarme un “Deja de seguirme enfermo”
Sonreí viendo como su figura se perdía en la distancia. – ¿Mueres de celos cierto? -Reí de manera maniaca asustando a un par de chicas que pasaban junto a mí. –Esto está funcionando Jonginnie… - Y troté al ritmo de Crayon Pop hasta mi casa
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Kris abrió los ojos lentamente, se había quedado dormido después de la escena en la sala. Se incorporó despacio en su cama y mirando por la ventana notó que el cielo ya estaba oscuro.
Suspiró estirando sus brazos y se quejó cuando su espalda emitió un pequeño crujido. Su celular comenzó a sonar junto a él y deslizando el índice por el botón verde contestó la llamada. –Hola –Su voz sonó más gruesa de lo normal debido al sueño. -¿Ge? –La tímida voz de Tao sonó del otro lado. -¿Por qué no haz vuelto a casa? –Preguntó curioso mientras sonreía. –Uh… Yo, no creo volver hoy Ge. –Escuchó una risilla del otro lado de la línea. Kris arqueo una ceja divertido -¿Con quien estás panda? –Tao tartamudeo durante algunos segundos antes de escuchar la risa del rubio. –Está bien Tao… Solo vuelve a salvo mañana. –S-si…-Tao contestó -Saluda a Zhoumi de mi parte… -¿¡Como lo sabes?! – Kris cortó la llamada riendo.
Tao era su mejor amigo desde que había llegado a Vancouver y siempre lograba subir su ánimo, aún cuando se encontraba realmente triste extrañando a su Chanyeol.
Sabía que Tao se iría de su casa en unos días después de encontrarse con su novio y se sintió feliz por él.
Se levantó de la cama con sus ánimos renovados, su estómago le recordó que no había comido nada y se dispuso a ir a la cocina a pedir algo para comer.
-¿Donde está Chanyeol? –Preguntó a su padre y a la empleada que en ese momento servía una taza de café. –Está con Baekhyun en su habitación… Parece que algo pasó. –Su padre lo miró preocupado. -¿Sabes si ya cenaron? –El señor Wu negó. -¿Amber? –La nombrada negó –No han cenado señor.
El rubio suspiró y comenzó a caminar de regreso a la habitación de su hermano
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Chanyeol estaba acostado junto a Baekhyun, el pecho de castaño estaba al descubierto mostrando su delicada piel blanca y un moretón en su costado derecho seguro producto del impacto contra la sucia pared del callejón.
Sintió su corazón apretarse en su pecho al recordar el rostro asustado y dolido de Baekhyun esa misma tarde.
Se sintió culpable por haber dejado al castaño solo cuando las clases terminaron, el debió llevarlo a su casa a salvo. “Quizás si lo hubiera acompañado…”
Un suspiro tembloroso salió de sus labios.
Baekhyun despertó en ese momento, su cuerpo se tensó al sentir la cercanía del pelinegro contra su cuerpo.
-Soy yo Baek… -Susurró sintiendo como el nombrado relajaba sus músculos. –Hola Yeol… -La voz del bajito aun era lenta, asustada, y un poco lejana.
-¿Cómo te sientes? –Preguntó Chanyeol, sintiendo en su pecho un hormigueo extraño.
-E-Estoy bien… -Contestó Baekhyun mirando fijamente los orbes cafés de su amigo.
Chanyeol pasó las puntas de sus dedos por el golpe en el costado del niño recibiendo un estremecimiento a cambio. –Baek… -Chanyeol tragó saliva nervioso. Su corazón le decía que debía cuidar a ese niño, y no dejar que nada malo volviera a pasarle. Y, al mismo tiempo la culpa golpeaba su cabeza.
-¿Yeol? –La voz de Baekhyun sonó sorprendida al no entender lo que pasaba. Sintió cada vez más cerca el aliento del pelinegro, peligrosamente cerca de sus labios. –Voy a cuidarte Baek… Voy a matar a ese bastardo. –Chanyeol susurró contra sus labios.
-Chanyeol… n-… -No pudo decir nada cuando los gruesos labios de Chanyeol capturaron los suyos, gimió cuando el pelinegro apretó su labio herido con los suyos sintiendo como su lengua acariciaba la herida antes de que Chanyeol pidiera permiso para entrar en su boca.
Chanyeol, terminó el beso cuando sus pulmones dolieron. –Te amo Baek…
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Kris sintió su mundo derrumbarse de golpe, el oxigeno había dejado de entrar a sus pulmones cuando al abrir la puerta escuchó gemir a Baekhyun y el sonido húmedo de la saliva en el beso que Chanyeol y el castaño compartían y más aún tras escuchar las palabras de su hermano.
Ese “Te amo” no le pertenecía más.
Sus manos temblaron cuando cerró la puerta sin ruido, y con pasos rápidos se encerró en su cuarto.
Gruesas lágrimas se deslizaban por su rostro mientras su cuerpo se sacudía en dolorosos espasmos.
Tomó como pudo su celular entre sus manos y marcó rápidamente.
-H-Hola… -se aclaró la garganta- necesito un boleto para Vancouver a primera hora mañana…
Una brisa fría entró por la ventana, y el rubio sintió como sus sentimientos salieron volando perdiéndose en la noche.