CAP 14: TRAICIÓN
El aire parecía hacer una presión insoportable sobre Uchiha, sentía como si se hubiese sumergido varios metros debajo del mar ¿Cómo responder a una proposición como aquella? No entendía la razón de pedirle aquello, él no se consideraba gay, su hermano lo era, pero hasta el momento él no se planteó la posibilidad de serlo. Sin embargo, ahí estaba su amiga pidiéndole una decisión. Sasuke era consciente que Hinata amaba a su amigo desde antes de que fuera famoso, se sentía un poco incómodo por lo que iba a decir, pero creía que era lo correcto.
—Hina-chan si tú estás decidida a confesarte al dobe estaré para apoyarte como siempre lo hemos hecho entre nosotros. Nuestra amistad no terminara porque lo hagas. —respondió con la voz firme, a pesar del nudo que sentía en la garganta, el cual parecía asfixiarlo un poco.
—¿En-en serio estás de acuerdo sasu-chan? —la de ojos perla estaba muy emocionada y lagrimeo un poco mientras abrazaba a su amigo.
—Sí, si estoy de acuerdo. Además, creo que sería bueno que tuviera una novia como tú, alguien que no se interesa en su fama ni fortuna. —dijo con una sonrisa tranquila para alentar a su amiga.
—Muchas gracias Sasuke, estoy segura que al estar rodeado de tantas fanáticas y modelos hermosas no creo que me corresponda, pero me sentiré mejor si se lo digo. —agachó a cabeza sabiendo que eso era muy posible.
—Hinata no deberías menospreciarte así, tú eres mil veces mejor que esas interesadas, además si te rechaza avísame que estaré ahí para consolarte. —animó el azabache con calma, no le gustaba ver a sus amigos tristes.
—Jeje si eso pasa me harás compañía y veremos todos mis DVDs yaoi. —dijo divertida conociendo la fobia de su amigo a ver esas cosas.
—Estás abusando de mí, eres cruel ¿lo sabías? —comentó riendo el de ojos negros— Creo que tanto tiempo conmigo te afectó, solo falta que digas que esa es tu venganza por amenazarte con tirarlos.
—¿Y quién dijo que no lo era? —la pelinegra tenía una sonrisa parecida a las de Sasuke— Claro que veremos un maratón yaoi juntos, hasta le pedí permiso a Kushina-san y aceptó con la condición de dejarla ver también.
—¿Y exactamente cuándo lo hiciste? —preguntó desconcertado.
—Esta mañana cuando te fui a buscar, subiste al segundo piso por tu mochila y yo me quedé conversando con Kushina-san, ella es una persona genial y sus gustos son excelentes. —expresó con gran admiración la pelinegra.
—Ajá, entonces decidieron crearme más traumas. Lamento decirte que yo no me puedo acercar a mi casa, donde por cierto guarde todo tu yaoi, en un buuuen tiempo. —declaró con falsa tristeza.
—Eso ya lo sé, Itachi-san y dei-chan están de luna de miel. Por eso iré con Karin y si me encuentro con alguna escena indecente yo... —dijo mientras bajaba la cabeza avergonzada— lo grabaré con mi celular. —dijo al final muy emocionada con corazones en los ojos.
A Sasuke sólo le apareció una gota estilo anime en la cabeza, como su amiga podía estar planeando hacer algo como eso. Después de asegurarse que el pelinegro estaba bien, Hyuga regresó a clases, para explicar la ausencia de su amigo, aunque en realidad nadie noto su ausencia, a excepción de sus amigos.
En la enfermería, Uchiha se permitió perderse un momento en sus pensamientos, tal vez que el dobe se hiciera novio de su amiga era lo mejor. Una vez leyó que el amor cambiaba a la gente, Hinata era una buena persona, quizás ella sería buena influencia capaz de recobrar al viejo Naruto. Algo que, como su amigo, le resultaba demasiado difícil, después de las cosas que se dijeron, aquellas crueles palabras con objetivo de dañar que salieron de boca de ambos. Trato de auto-convencerse inútilmente, ya que cierto mal presentimiento no lo dejaba en paz. Estúpidas supersticiones, se dijo a sí mismo, antes de volver a dormir.
Llegada la hora de la salida, Suigetsu se ofreció a acompañar al Uchiha, pero se la paso peleando con Karin quien alegaba que el peliblanco se distraía con facilidad y no llegarían. Así que mientras ambos luchaban entre sí, como siempre, Juugo se unió para acompañar a Sasuke, siendo rodeados por el de dientes filosos que huía de Karin por insultarla. Salvo ese trivial y cotidiano detalle, llegaron de manera normal a la casa de los Namikaze-Uzumaki.
Ellos estuvieron varias veces en aquella casa, conocían a esos señores tan amables que siempre los invitaban a pasar y en esta ocasión más que una invitación fue una orden. Nada más entrar, los interrogaron acerca de que le había sucedido al pelinegro como para que tenga una venda en la cabeza. Los de Taka estaban muy nerviosos, ya que sólo sabían lo poco que les dijo Hinata. Los dueños de casa no los dejarían en paz hasta saber el último detalle, quien podía dar dicha explicación era el accidentado, el cual no tenía ganas de hablar al perderse en sus recuerdos de la conversación que tuvo en la enfermería.
En otro lugar más específicamente en el departamento del yondaime, se hallaba la pelinegra sentada en el sofá sin saber muy bien que decir y con los nervios a flor de piel.
POV DE HINATA
Estoy tan nerviosa, pero debo hacer el esfuerzo de mantenerme firme, no me puedo retractar ahora y menos si cuento con el apoyo de Sasuke-kun. KYAAA Naruto-kun se ve tan guapo, estos años sí que le han favorecido se ve tan sexy que no lo puedo creer, si no fuera cantante seguramente le iría muy bien como modelo.
—Me alegra que vengas a visitarme, hina-chan. —me dijo con una sonrisa arrebatadora— Disculpa te puedo decir así ¿verdad?
Me va a dar un paro cardíaco, me ha llamado con tal confianza, que no puedo evitar estremecerme ante esa voz tan varonil que tiene. Tengo que reunir valor y declararme de la manera más rápida, si me rechaza lo aceptaré con toda mi dignidad, pero espero que me acepte.
FIN DEL POV DE HINATA
—Cla-cla-claro qu-que... pu-pues-puedes llamarme así. —totalmente sonrojada por tan bella sonrisa que le dedicó el rubio.
—¿Cómo está el teme? —cambio un poco su mirada a una de auténtica preocupación.
—Sasu-chan se-se... en-encuentra... bi-bien. —levantó la mirada encontrándose con dos cielos que la miraban fijamente— Etto... Na-Naruto-kun hay algo que quie-quiero decirte... de-desde hace mucho tiempo.
—¿Así? y ¿qué es? —puso una mirada totalmente interesada en la chica.
—Y-yo. —la pobre Hyuga sentía que se le iba el valor, pero recordó las palabras de su amigo, no podía decepcionarlo. Ella le aseguro, estar decidida a confesar sus sentimientos y así lo haría— ¡YO TE AMO! —gritó al fin.
La de ojos perla sólo cerró los ojos luego de confesarse, ya que el lapsus de valor que experimento, no le duro más que para terminar de decir esas tres simples palabras. El ojiazul la veía divertido y si ella no hubiese cerrado sus ojos, habría notado la lujuria que adorno el rostro de aquel kitsune, pues tal como uno, estaba planeando astutamente su siguiente movimiento.
—Esto me parece un poco repentino. —contestó mientras jugaba con uno de sus mechones de pelo— Yo no te conozco bien, así que no te diré que te amo.
—Yo lo entiendo. —dijo nerviosa jugando con sus dedos, luchando para no llorar, no quería ser una llorona por siempre.
—No me malinterpretes, no te estoy rechazando. Pero me gustaría conocerte mejor, por eso ¿quisieras ser mi novia? —preguntó de lo más natural.
El corazón ahora si parecía quererle explotar en el pecho, eso mucho mejor de lo que ella había pensado. Ser la novia de Naruto, era un sueño hecho realidad y no iba a desaprovechar, ella sería la novia perfecta para que no se arrepintiera de estar con ella.
—¿Y bien qué me dices? —el de ojos cielo mostró su radiante sonrisa zorruna.
—Claro que acepto, me encantaría ser tu novia Naruto-kun… digo koi.
—Eso es genial ttebayo. —se acercó despacio a la chica y la besó en los labios.
Así fue como comenzó el noviazgo de Hinata y Naruto, ella estaba de lo más feliz por dicha relación, él en cambio usaba sus citas para sacarle toda la información acerca de lo que hizo su mejor amigo cuando él se encontraba ausente. Cabe destacar, que no le gustó nada saber que poco tiempo después de su partida, ella había comenzado una “amistad” con el azabache.
Sin revelar los pensamientos desconfiados y sarcásticos que tenía en contra de su “novia”, por sus dudas de que ella solo quisiera ser “amiga de Sasuke”, continuaba discretamente sacando datos de la vida del mencionado. Se enteró de muchas cosas, las cuales hubiese preferido mil veces conocer de la propia boca del pelinegro, pero ¿qué podía esperar? Se vieron tres veces máximo y para empeorar, por poco tiempo. No lograron hablar de todo lo que el rubio quería ¿Quién tenía la culpa de eso? Sus padres, si ellos no le hubieran contado nada, no se habrían peleado. Al menos, ese era el pensamiento del kitsune.
La única persona que sabía que esos dos estaban saliendo era precisamente Sasuke. Este se enteró de la propia Hinata, la mañana siguiente de su confesión, a pesar que el de ojos cielo le prohibió terminantemente hablar con alguien acerca de eso, ella igual lo reveló a su amigo. Su noviazgo era de absoluto secreto, por la misma razón que negaba a todos sus viejos conocidos e incluso familia: IMAGEN. Pero era Uchiha el que le preguntó cómo le había ido la tarde anterior, él no comentó nada a nadie acerca de los planes de Hyuga, por lo que ella decidió contarle a él el resultado. No alardeo, ni mucho menos, solo se limitó a explicarle como se dieron las cosas, es lo mínimo que se merecía.
Pasaron dos semanas, a pesar de que las citas en extremo privadas la de ojos perla se sentía feliz, mientras el de ojos ónix sentía que sus pensamientos les daban batalla a sus sentimientos. Resuelto en que el único lugar donde hallaría algo de paz, era en su jardín secreto, se dirigió esa tarde de sábado a ese lugar.
En otro lugar, específicamente en una cafetería costosa, se encontraban la modelo Sakura Haruno y el cantante Yondaime conversando acerca de los tormentos del rubio.
—La verdad no sé qué hacer. Esa Hinata no parece malintencionada con Sasuke, ¿tú qué opinas Sakura-chan? —preguntó confuso el rubio.
“Que deberías dejar esa obsesión tuya por el bienestar de ese maldito Uchiha”-Pensó irritada la pelirrosa de que el rubio siempre hablara de él.
—Que es muy buena actriz. —comentó guardándose sus pensamientos— Te lo juro, hice averiguaciones como me pediste y ella sólo es una trepadora que se hace la niña buena e inocente y cuando te descuidas ZAASS. Te apuñala por la espalda.
—¿Estás segura que ella es tan mala? Ttebayo. —preguntó con algo de duda.
—Si. 100% segura y si no, puedes preguntarles a Ino y Shion ellas fueron sus amigas por mucho tiempo. Desde primaria, si no me equivoco, hasta que descubrieron como era verdaderamente. —respondió con asco.
—Entonces será mejor que me ande con cuidado y encuentre la manera de que se aleje del teme. —llevó sus manos a la cabeza con desesperación al no saber cómo conseguir salvar a su amigo de esa harpía—Necesito pensar, creo que me vendría bien visitar a Kurama.
—Ahh ese zorrito del que me hablaste. —comentó con fingido interés—¿Podría acompañarte? Es que me encantaría conocerlo.
—No es que no quiera que vengas, —contestó con su mano en la nuca con claro nerviosismo— pero es que le prometí a Sasuke que sería secreto.
—Naruto yo entiendo que sea muy importante para ti y por eso deseo conocerlo, —actuó de manera conciliadora para engañar al rubio— pero es que en verdad quiero ayudarte y si ese lugar te ayuda a pensar mejor te acompañaré como siempre lo he hecho.
—Pe-pero es-es que-que yo. —trató de buscar alguna excusa creíble para no lastimar a su amiga.
—Ya veo, así que en verdad no confías en mí. —agachó la mirada fingiendo tristeza y dolor— En mí, que te acompañe en Kirigakure cuando todos te daban la espalda. Lo entiendo, yo no valgo tanto como Sasuke, ¿verdad? No soy tan confiable como él.
—No, no es eso. Perdóname, si quieres acompáñame, después de todo si él no se entera estará bien ttebayo.
—Es una promesa de niños yo creo que ya no le debe importar. —comentó con malicia oculta— Tal vez Hinata ya lo convenció de revelarle todos sus secretos. Según oí, ella es muy hábil para manipular, mira que lo ha estado utilizando a su antojo durante tres años.
Uzumaki no dijo nada, cerró los puños con fuerza, tratando de confiar en su amigo, pero las palabras que acababa de escuchar lo llenaron de dudas y confusiones. Haruno las soltó con tal veneno que una cobra quedaría en ridículo, por la cantidad que la chica uso en cada palabra. Y no tardaron en afectar al cantante, ¿y si era verdad? ¿Y si la maldita Hyuga estaba jugando con el teme? Definitivamente ir a su “jardín secreto” le permitiría rememorar buenos tiempos, tal vez así lograra la calma que requería para pensar adecuadamente. En silencio salió de la cafetería seguido de la modelo y ambos se subieron al auto del rubio rumbo al lugar más especial que tenía cuando niño.
No tardaron mucho en llegar a su destino gracias al auto, pero tuvo que dejarlo estacionado, para internarse en el bosque y hallar el lugar. Haruno tenía una expresión de absoluto asco y desprecio por tal lugar, a diferencia del rubio que tenía una radiante sonrisa rememorando viejas vivencias de su niñez. La casa seguía tal y como la recordaba, al entrar se extrañó que Kurama no estuviera allí, pero lo atribuyo a que tal vez se había salido a cazar por los alrededores o robar comida a los niños, como fue su caso.
—Este es tu lugar especial ¿no? —preguntó en un esfuerzo sobrehumano porque sonara dulce y así ocultar el fastidio que le producía.
—¡Así es! ¡este el mejor lugar en el que jamás he estado! No lo cambiaría por nada del mundo. —el rubio tenía una sonrisa soñadora en la cara.
Ambos se encaminaron dentro de la inhabitada casa, el ojiazul estaba realmente emocionado y le contaba todas y cada una de las vivencias que tuvo junto a su mejor amigo, en cada parte de dicha casa. Estaba tan ensimismado en sus recuerdos, que no notaba el fastidio y el aburrimiento de su acompañante. Recorrieron el lugar de principio a fin, para desgracia de la pelirrosa y para la nostalgia del rubio. Esos momentos parecían revivirse delante de sus ojos, provocando mayor añoranza por su amigo, a la vez que más odio contra Hyuga por separarlos.
Algo que a todos les parecería el pensamiento más absurdo del mundo, dado que las actitudes y palabras del propio Naruto propiciaron dicha separación. Debido a la falta de alguien capaz de ofrecer esta información y de lograr que el egocéntrico rubio la aceptara, el mencionado sólo podía limitarse a encerrarse en su propio mundo de egoísmo, en el que él era juez y jurado, decidiendo quien tenía la culpa y quién no. Claro que él se dejaba por fuera de esa valoración, no reflexionaba sus actos y no había, según él, motivo para hacerlo.
En lo que se podría considerar la entrada al bosque estaba sentado como un fiel perrito cierto zorro, que notó a lo lejos el aroma de uno de sus “cachorros” acercándose. Decidió esperar a que el mismo llegara hasta él, por lo que pacientemente se apoyó en sus cuartos traseros. La tristeza estaba en el rostro del azabache, pero Kurama se propuso a si mismo animarlo como fuera. Nada más tenerlo cerca, el kitsune saltó a los brazos del Uchiha, para emprender juntos el camino hasta la casa abandonada.
POV DE SASUKE
Al fin voy a tener un tiempo para pensar en paz, después de mi pequeña caída Minato-san y Kushina-san no me dejaban andar solo, por temor a una secuela. Sé que un golpe en la cabeza en riesgoso y comprendo su preocupación, pero necesito un tiempo para pensar a solas. Bueno… no tan a solas, ya que Kurama me vino a buscar nada más entrar en su territorio. Jejeje se toma en serio su “trabajo” como guardián de este lugar. Viene en mis brazos, como le gusta que lo abracen y lo consientan, creo que es mi culpa que sea así porque a mí también me encanta hacerlo. Pero ¿cómo evitarlo? Si es tan KAWAII, ese pensamiento sonó muy cursi, aunque sea verdad, lo bueno jamás nadie oirá eso de mi boca.
Al fin logró divisar esa edificación que me brindó tan buenos momentos junto a mi mejor amigo. Ahh vuelvo a suspirar con pesadez, tal vez puse mis expectativas acerca de su noviazgo con mi amiga demasiado altas, no ha cambiado para nada. Quizás pretendo demasiado, considerando que llevan saliendo tan sólo dos semanas, es normal que aún no se noten las diferencias ¿no? Eso es algo que sucede paulatinamente, supongo yo.
Me salgo de mis pensamientos, para atender a lo que sea que este molestando a mi kitsune, está realmente molesto ¿por qué será? Nada más ver hacía donde está gruñendo, me doy cuenta de la razón. Veo en la entrada de nuestro “jardín secreto” al dobe con aquella chica pelo de chicle por la que mi instituto arma tanto alboroto.
Dejando de lado el hecho de que su presencia no me resulta importante en lo más mínimo, bueno al menos no en la escuela ni en ningún lugar, excepto este. Veo como Naruto ríe divertido ¿Acaso es gracioso traicionar a tu amigo? ¿Te parece divertido romper una promesa que tú mismo pediste? ¿Tan poco vale mi amistad que la dejas de lado por ella? ¿Sólo yo creí que esas dos hermosas promesas que juré defender por mi honor Uchiha valían algo? No consigo detener una lágrima producto de la traición de mi propio corazón ante la tristeza y el desasosiego que me provoca tal descubrimiento. No me doy cuenta cuando un par más de gotas saladas escaparon de mis ojos, pero son limpiadas rápidamente por la lengua de Kurama, en lo que yo creo, que es su única manera de demostrarme apoyo y consuelo.
El pequeño zorrito se revuelve entre mis brazos, sin intención de que lo suelte, sino en una especie de petición porque lo abrace con fuerza. Aprovecho que no han notado mi presencia, gracias al follaje del bosque para alejarme sin que me vean, no permitiré que me vean en este estado tan débil a mi parecer. Me interno más en el bosque, no temo perderme, ya que Naruto y yo lo exploramos por mucho tiempo y lo conocemos mejor que nadie.
Cuando ya estoy lo más alejado posible, me recuesto en un árbol de gran tamaño y repaso lo vivido desde mi reencuentro con Naruto. Acaricio a Kurama para brindarle una tranquilidad que yo mismo no siento, no quiero que él cargue con mis problemas, es demasiado listo y se niega a dejar de lamer mi cara.
Aun así, mi mente se pierde en el recuerdo de aquel día en el que prometimos dos cosas, él ya rompió una: la de no revelar jamás a nadie la existencia de nuestro “jardín secreto”. Si aquellas sólo eran promesas infantiles, ¿cuánto falta para que rompa la de ser mejores amigos por siempre? ¿O su indiferencia desde que volvió era una indirecta para decirme que ya no somos nada? ¿En verdad esa amistad era falsa? Me resisto a pensar en que esta última sea verdad, yo en verdad te aprecio Naruto, pero ¿para ti cuánto vale mi amistad? ¿Qué signifique en tu vida? ¿Qué lugar ocupo yo en tu vida ahora o ya ni siquiera ocupo alguno?
FIN DEL POV DE SASUKE
El pelinegro se quedó tendido en el mismo lugar durante un par de horas, las que considero necesarias antes de volver a la casa abandonada a dejar a Kurama, sin tener que cruzarse con esos dos. Sus pensamientos cada vez eran más tristes, sus dudas no tenían respuesta y sólo le quedaba suponer lo peor. Con un humor peor que al momento de llegar, se dispuso a regresar con los Namikaze-Uzumaki, no quería preocuparlos, ellos no tenían la culpa de lo que pasaba, aunque muy seguramente se la echarían si supieran acerca de la pelea entre él y el rubio, era mejor callar.
Tarde o temprano los problemas se solucionarían, era el optimista pensamiento que tuvo. Qué pena que su mal presentimiento fuese tan acertado, pronto las cosas se tornarían aun peor.
CONTINUARÁ…..