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Afrontar realidades. por danielita1999

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Notas del capitulo:

—Diálogos—

Advertencia: lemmon.

Carisias, eso es lo que su cuerpo sentía. ¿Por qué esas carisias no lo hacían pensar con claridad? con simples besos lo desconcentraba. Lo hacían perder todo rastro de cordura. Decir y hacer cosas que él nunca creyó que salieran de su persona, su mente dejaba de pensar que esto era raro, sino, que era lo más normal. Ayase sentía las manos del mayor pasarse por su cintura, apretándola un poco y acercándolo para poder besarlo.

El mayor volvió a estampar los labios en el menor. El prestamista quería sentirlo, quería tocarlo, quería hacerlo suyo de una vez por todas, al diablo la abstinencia. Él era su Ayase, no podía controlarse. El mayor pasaba su lengua por los labios del rubio, mordía un labio inferior ajeno, apretó un glúteo de Ayase y este jadeo por lo bajo. Con ese acto, el mayor aprovecho para meter la lengua en la boca del otro. Pero, se sorprendió cuando sintió que Ayase le correspondía el beso, eso no creyó que fuera a pasar, eso lo calentaba y lo ponía duro.

El mayor estampo ha Ayase en la pared de la cocina, sin llegar a lastimarlo mucho. Su lengua se adentraba y exploraba la boca de Ayase, era una guerra. Kanou metía su lengua como si lo estuviese penetrando con esta, era una guerra para ver quien llegaba a introducirla más y llegar a sus gargantas. Pero, Ayase no tenía experiencia. Nunca había hecho eso en realidad, el prestamista era el quién se encargaba de dar placer, tanto para Ayase y para él mismo.

Ayase estaba confundido, se sentía raro. ¿Por qué no se oponía a las caricias del mayor, como siempre lo hacía? aunque siempre terminaba cediendo, al menos ponía una resistencia y su conciencia no se sentiría tan culpable. Pero, era el simple motivo de que Kanou lo tocara, nunca pasaba por su cabeza que otro pusiera sus manos en él como lo hacia el mayor.

De un momento a otro, Ayase sintió cómo la lengua del mayor se pasaba por su cuello y llegaba al lóbulo de su oreja, haciéndolo jadear con mayor intensidad sin poder resistir.

—Estas muy excitado Ayase… Yo no te estuve tocando mucho tiempo ¿Acaso tu mismo lo hacías? ¿O, esperaste hasta que yo te tocara?—. Ese susurro en su oreja hacía que se estremeciera y sintiera un cosquilleo en su parte baja.

—No…ah

— ¿No, qué? ¿No te tocabas tu mismo, o no esperaste hasta que te tocara?—. Preguntó el mayor con una sonrisa. Ayase sentía sus mejillas arder, hermoso color carmesí crecía con más intensidad en su rostro. Kanou lo miraba a los ojos, sin perder de vita ningún movimiento oh reacción que el menor hacía. El prestamista no soltaba su cintura, y en su rostro no había rastro de que pensara hacerlo.

—No…no, m-me tocaba—. Dijo Ayase bajando la mirada. En parte era verdad lo que dijo, no se toco. No era necesario hacerlo. Pero, sabia Ayase perfectamente que moría por hacerlo, pero aún así eso no lo podía hacer.

Cuando bajo su mirada y dijo eso, al poco tiempo sintió ráfagas de viento chocar con sus piernas. Kanou en un hábil movimiento bajo los holgados shorts que tenia Ayase puestos con todo y sus bóxers.

—Ah...K-Kanou-san…—. Sintió cómo la mano del prestamista envolvía su pequeño pene con delicadeza. La mano del mayor estaba fría. Pero, eso lo hacia excitase más. Ayase ya admitía cuando estaba excitado, aunque no abiertamente. Y, en este momento sabia que lo estaba. ¿Cuánto tiempo tenía que Kanou no ponía un solo dedo un él? Saber qué en ese momento el mayor lo iba a tocar, lo hacía estremecerse, una corriente eléctrica pasaba por su espina dorsal. Sentía sus piernas flaquear cuando el prestamista comenzó a mover su mano de arriba hacia abajo, de una manera tan lenta que no podía evitar hacer muecas de placer, que lo único que hacía, era excitar aún más al mayor. Se mordió el labio inferior cuando sintió como el dedo pulgar del prestamista acariciaba su glande de una manera tan exquisita.

—ah…ah K-Kanou-san…—. El vaivén de la mano del mayor lo volvía loco. ¿Por qué no lo detenía? ¿Por qué dejaba que Kanou hiciera eso?...Pero, ¿Por qué le gustaba tanto? No paraba de gemir oh decir el nombre del mayor. El prestamista sentía los pantalones más apretados, llegaba incluso a doler su gran erección. Esa imagen en los ojos del mayor lo cautivaba. Estaba masturbando al menor y, este no paraba de gemir, incluso sentía como Ayase movía un poco sus caderas.

Antes de que Ayase se corriera, dejo de mover su mano. Con el líquido pre-seminal untado, la llevo ha su parte trasera. Empezaba acariciar su ano, haciendo que cada vez Ayase se estremeciera con cada caricia. El prestamista separo más su glúteos, hacia movimientos circulares hasta que comenzó a penetrar ha Ayase con su dedo lleno del pre-semen del menor. No fue tan difícil que se resbalara, puesto que lo mojado de sus dedos lo hacía más fácil. Metía y lo sacaba. Quería que Ayase ya estuviese dilatado para que lo penetrara y las paredes anales de Ayase mitigara los pinchazos dolorosos que sentía en su entrepierna. El prestamista estaba impaciente, así que metió un segundo dedo, haciendo movimiento de tijeras para que la dilatación fuese más rápida.

Ayase no sabía que sentir, si el dolor un su miembro oh que el mayor lo penetrara con sus dedos… esto era confuso para él. No quería que el mayor parara… hace mucho que no sentía las carisias de Kanou. No protestaba, no quería hacerlo, aunque en ese momento fuese lo que tenía que hacer.

—Ah…—. Gimió Ayase cuando el prestamista saco sus dedos.

El mayor cargo ha Ayase a la mesa de la cocina. El trasero del menor estaba un poco fuera de la madera. Kanou hizo que abriera las piernas, las flexionara y las pusiera arriba de sus hombros. Él mayor tenía una vista espectacular, podía ver el palpitante agujero rosado de Ayase. Era como si su Ayase se entregara en bandeja de plata. El prestamista no tenía que esperar más, conocía los cambios de humor tan repentinos de Ayase, si él no aprovechaba ese momento, no habrá seguro otra oportunidad como esa. Bajo la cremallera de su pantalón y saco su miembro erecto. Estaba tan duro que ya le dolía, líquido pre-seminal también salía de su entrepierna. Tomo su miembro que estaba más que despierto y lo alineo justo en la entrada de su Ayase. Comenzó a meterlo, con nada de delicadeza, con una simple estocada se encontraba dentro del menor. Ayase sentía más que placer, había sido muy bien dilatado por el prestamista, pero eso no evitaba que sintiera un poco de dolor. Además, esta ya no era su primera vez, ya había perdido incluso la cuenta de cuantas veces lo hizo con el prestamista.

El mayor se sentía tan bien, era una sensación tan placentera sentir de nuevo las paredes anales de Ayase, se sentí tan caliente y apretado.

—Ah…ngh…—. Gimió Ayase cuando sintió otra envestida del mayor.

Sin pensarlo más, Kanou comenzó a moverse y envestirlo con mayor intensidad. Con cada movimiento, el menor gemía, no podía reprimirlos. Estaba demasiado excitado cómo para darse cuenta que gemía descontroladamente. Los sonidos brutales que se escuchaban, era por como sus cuerpos chocaban. Kanou sentía como sus testículos se estampaban en el trasero de Ayase, empujaba con mayor instanciada su pelvis para sentirse más adentro. Pero hubo un momento en el que Ayase parecía que se convulsionaba de placer. El prestamista sonrió de medio lado, había encontrado el punto exacto de Ayase. Cada envestida que daba el mayor, las dirigía en ese mismo punto. Quería que su Ayase sintiera el mismo placer que él sentía cuando unían sus cuerpos.

—Ah…Ah…Ka-Ka-Kanou-san…—. Esos sonidos eran un deleite para los oídos del prestamista. Quería que Ayase sintiera más placer, que le suplicara que quería más. Así que una mano del mayor comenzó a estimularlo. Ayase no podía pensar, él sentía demasiado placer como para saber todo lo que gemía. Sentía las firmes y duras estocadas, pero, para variar, sentía cómo Kanou lo masturbaba y tocaba sus testículos con completa maestría —M-Más… más rápido…Ka-Kanou-san—. Ayase había perdido totalmente la cordura. Solo decía lo que su cuerpo quería. El mayor sin que se lo dijeran dos veces, aumento la velocidad de sus estocadas. Los grotescos y brutales sonidos de sus cuerpos chocando era lo único que se escuchaba, incluyendo los gruñidos y roncos gemidos del prestamista y los delicados de Ayase. Era puro sexo lo que se escuchaba y olía.

En una envestida del prestamista, hizo que Ayase se corriera y sintiera los espasmos de placer del orgasmo que invadía todos su cuerpo. Sus paredes anales comenzaron a contraerse, eso hizo que el mayor se corriera dentro del menor. Expulsaba todo su semen y gruñía por lo bajo, también por el orgasmo. Habían quedado exhaustos por el ejercicio que habían hecho sus cuerpos. De la frente de Ayase escurrían gotas de sudor, todo su cuerpo estaba sudoroso y muy sensible por el acto sexual que había mantenido. Kanou se salió y, del ano de Ayase escurría el semen que el prestamista expulso. Ayase se sintió vacio cuando el mayor había salido de él. Una opresión en su pecho comenzaba alojarse. No era culpa de haber tenido relaciones sexuales donde él había accedido, sino. Que él prestamista se había comportado tan frio, e incluso un poco brusco, ya comenzaba a sentir un pequeño dolor en su parte baja. Ayase tenía ganas de llorar. Desde que habían terminado, el mayor no se digno en hablarle. Se había salido de él y su mirada parecía sombría, eso lastimaba a Ayase. El mayor se subió su cremallera, se arreglo y salió del apartamento, dejado a Ayase recostado en la mesa desnudo y dolido, tanto física y mentalmente.

Notas finales:

qué les precio el primer capítulo? xD casi es puro lemmon lo sé, pero, desde el prólogo dije que habría. no será el ultimo lemmon, pero también empezara lo que de verdad tendrá el fic. por favor, dejen review, eso me motiva n_n vamos, que sé que ya lo han leído muchas personas (?) xD si ven una falta ortográfica, no duden en decírmelo.


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