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Vacaciones al estilo griego por ninnae

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Notas del capitulo:

Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.


Hola :) traigo un nuevo capítulo de esta historia. Quise poder actualizar al menos esta antes de desaparecer por unos días. Tengo muchos exámenes que dar y también mucho que estudiar T.T, en fin el viernes subiré alguna otra actualización, saludos.

Capítulo 2: Protección familiar


"Milo, Camus y yo vamos para allá" —Kanon leyó el mensaje que Mu le había enviado en respuesta. Ante ello una sonrisa maliciosa apareció en su rostro. La que le esperaba a Milo con Saga presente y sin ningún antecedente de su relación con el francés. Y él por supuesto no tenía ninguna intención de entrometerse, no después de que terminara por tanto tiempo castigado. Al menos su abuela había cedido un poco con el castigo al permitirle que Mu también estuviera presente durante las tardes, aunque si no hubiera accedido tampoco es como si la hubiera obedecido. Haría lo que fuera para estar al lado de Mu.


—¿Por qué la sonrisa tan grande? ¿Vas a matar a alguien? —Saga apareció dese la cocina rumbo a la sala y ahí se encontró con su gemelo con una a su parecer tonta sonrisa, su hermano pequeño algo se traía entre manos.


—Nada que te incumba —espetó mordaz Kanon, seguía molesto con Saga por ir a acusarle con su madre acerca de lo sucedido con la vajilla como si tuvieran siete años.


—Cuando colocas esa cara algo malo sucede.


—No estoy planeando nada, solo estoy ansioso por ver a Mu, hace mucho que no lo veo, entre el castigo de mamá y la abuela no tengo tiempo.


—Te lo merecías —dijo Saga como si nada encogiéndose de hombros.


—¡Eres un…!


—¡Saga, Kanon!, no peleen —la abuela de ambos gemelos se apareció en la sala para detener a tiempo en inicio de una discusión.


—Pero si yo no… —Saga trató de refutar, pero la octogenaria mujer lo miró con mala cara, en cuanto a Kanon solo se mantuvo impasible y en silencio.


—Tu tampoco dices nada —Saga habló por lo bajo solo para que Kanon lo escuchará, pero este lo ignoró, era clara su molestia—. Si serás crío.


Kanon solo lo miró arisco y salió de la habitación sin mirar a su hermano o abuela.


La mujer miro a su nieto preocupado, sabía que era producto del castigo, pero no podía ablandarse más, los amaba, pero ellos también necesitaban aprender.


—Ya se le pasará abuela, en cuanto vea a su novio, sonreirá de oreja a oreja.


—Eso espero —la anciana simplemente suspiro—. Supongo que ya sabes que Milo también viene.


—Eh, si algo le escuché a mama —Saga quedó pensativo—. ¿Alguna razón en especial para una junta familiar?


—¿Necesitan una razón para para ver a la familia? —la abuela de los griegos habló casi macabramente. Saga mudo negó con la cabeza—. Eso creía —la mujer volvió a su antigua posición con una voz más dulce.


Saga comprendía la renuencia de su hermano a enfadar a su abuela, como persona cuando ella quería realmente podía dar mucho miedo.


~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~


Kanon esperaba ansioso sentado en uno de los sillones de la sala de su tía, no había visto a Mu desde hace dos días, y eso le carcomía el alma. Al menos ahora que tenían vacaciones podría estar más tiempo a su lado, a pesar de las tardes de mosaico y todo lo concerniente al jardín de su madre.


—¡Mamá! —la voz de Milo sonó fuerte a la entrada de la casa. La madre de Milo salió a encontrarse con su hijo, quien al verlo tuvo que retener una risa que amenazaba con nacer de sus labios. El ver a Milo embarrado de tinta morada era casi tan gracioso que haberlo visto embetunado de comida. Tal parecía que su preciado hijo estaba tomando cierta afinidad a meterse en desastres.


—¡Milo tu…!


—No digas nada mamá, ya sé.


Kanon observó hacia la puerta, junto con su primo pequeño venía el francés del que está enamorado y también su querido Mu. No espero a que este se le acercara, en un impulso se levantó del sillón y lo atrapó fuertemente entre sus brazos, añoraba sentir su calor y su esencia contra él. Mu le había robado todo su raciocinio y estar lejos le hacía perder la cabeza.


—Yo también te extrañe Kanon —Mu apenas podía hablar frente al fuerte abrazó otorgado por el gemelo contra su persona. Kanon cuando lo deseaba podía ser muy posesivo, y en esta ocasión Mu estaba de acuerdo con su reacción, el estar esos días alejados le había causado más de un momento de disconformidad y algo de tristeza. Al menos ahora podrían disfrutar algo de tiempo en la compañía del otro.


—¡Vaya ustedes dos sí que son cariñosos! —Milo miró burlonamente a la pareja, en especial a Kanon. El gemelo puso mala cara.


—Tú tampoco te quedas atrás al andar de la mano con tu novio —respondió este caustico, observando a su primo y de paso escrudiñando al francés.


—Puf, eso no es de tu incumbencia.


—Tal vez —la mirada de Kanon tomó un tinte malévolo que Mu notó con facilidad, el tibetano solo sonrió ante los posibles pensamientos de su novio. Seguramente Milo pasaría una tarde asediado por su familia, al menos por parte de los dos gemelos, en especial de uno que no tenía idea de la nueva relación que había entablado. Los mayores solían ser muy sobreprotectores con los más pequeños, él por fortuna no había tenido que pasar por todo el proceso del interrogatorio y el visto bueno de los demás miembros de la familia griega, lo había incluido sin ningún problema y eso Mu lo agradecía enormemente.


—Milo —la madre de Milo había estado observando toda la interacción de los más jóvenes, en especial los movimientos de cierto muchacho que se mantenía al costado de su hijo—. Podrías al menos presentarme a tu amigo —la mujer ya se imaginaba que el muchacho era el nuevo novio de su hijo, tanto por el comportamiento receloso de su hijo con los demás como por la descripción física.


—Él no es mi amigo mamá —acotó a su progenitora—. Es mi novio, ¿recuerdas que te hablé de él?


Camus se sonrojo ante la mirada de la madre de Milo, ella lo miraba de arriba abajo inspeccionándolo, se sentía muy cohibido, solo esperaba no hacer ningún desastre como cuando estuvo solo por primera vez con Milo.


—Eres un chico guapo —soltó finalmente la mujer, sonriendo de manera amable.


—Yo… —Camus no sabía con exactitud qué decir, estaba frente a la madre de la persona que amaba y lo único que podía hacer era contestar con monosílabos.


Milo afianzó su agarre sobre la mano de Camus instándole a hablar con toda la confianza y sin miedo. Camus en respuesta respiró profundamente intentando tomar valor, aquello solo era la primera prueba, lo peor vendría cuando tuviera que hablar con sus propios padres.


—Me llamó Camus señora.


—Pareces buen chico —el semblante de la mujer se dulcificó al soltar aquella frase—, gracias por querer al idiota de mi hijo —Camus se sorprendió por las palabras de la mujer, pero terminó por sonreírle.


—Es todo un placer.


—No me he presentado, mi nombre es Idalia. Espero podamos llevarnos bien.


—Gracias señora.


Milo estaba contento, a su madre parecía haberle agradado Camus y lo mismo iba para el galo, lo que más le preocupaba había pasado, con su madre de su lado su padre no sería problema.


—Tía la abuela pregunta si….


Saga venía desde el patio de la casa, su abuela lo había mandado a buscar a su tía, pero… se encontró con el resto de su familia, solo había un desconocido entre los más jóvenes, que justamente estaba tomando en un fuerte agarre la mano de su primo pequeño ¿Qué relación tenían esos?


—Veo que llegaste Milo —Saga observó afiladamente al desconocido, solo se centró en su objetivo.


—¿Saga?, ¿Cuándo llegaste? Se suponía que estabas trabajando —Milo se colocó nervioso, al mayor de los gemelos no le había contado nada de su acercamiento, temía su posible reacción si no le agradaba el francés, todavía recordaba la odisea que tuvo que hacer para convencer a Saga de ayudar a Kanon y Mu porque era lo mejor para su gemelo, aunque al final el tibetano se había ganado el favor del gemelo con merito propio.


—Sí y veo que tú tampoco llegaste solo —el tono de Saga fue duro.


—Solo vine con mis amigos.


—¿Tus amigos? ¿Desde cuándo vas tomado de la mano con tus amigos?


Milo se mordió el labio, no podía refutar sus dichos.


—No sé qué es lo que quieres decir, pero no es justo que me recrimines, al menos no aquí, estoy en mi casa y…


—Esa no es excusa, eres el más chico de nosotros, creo que tienes más que la obligación de decirnos en que situaciones te metes.


Camus estaba nervioso con la insistente mirada del gemelo sobre su persona, ahora recordaba los dichos de Shura sobre lo protectora que era la familia de Milo, había sentido un pequeño indicio con la mirada del profesor, pero…


—Saga —Milo hizo un puchero intentando ablandar a su primo.


—Milo… —fue toda la respuesta del gemelo mayor, tiempo después se enfrascaron en un duelo de miradas donde el vencedor indiscutible fue Saga.


—¡Bien! —gruñó frustrado Milo—, eres malo, ¿lo sabías?


—Sin rodeos Milo, ¿Quién es él —preguntó bruscamente. Camus dio un respingo ante su mención.


—Es mi novio.


Saga arqueó una ceja, como si no hubiese escuchado lo que su primo pronunció.


—¿Tu novio? —Saga arrastró las palabras, colocando más nerviosos a ambos jóvenes involucrados.


—¡Si! —Milo con algo de reticencia fue más directo con su primo mayor, no podía dejar que lo intimidara, ni con su madre había tenido tantos problemas.


La madre de Milo, Kanon y Mu veían la escena divertidos, el pobre de Milo estaba muy nervioso y Camus inquieto, no sabían cómo salir del embrollo.


Compadeciendo a su retoño la madre de Milo intercedió para darle algo de espacio y alejarlo del futuro interrogatorio.


—Saga ¿Qué quería la abuela?


El aludido volteó la cabeza, frunció el ceño unos instantes y recordó.


—Mmm, creo que era algo de la comida y que la necesitaba fuera.


En el mismo momento que Saga desvió la atención hacia su madre Milo jaló a Camus fuera de la sala llevándoselo por las escaleras al segundo piso. Saga maldijo en el momento en el que se percató del hecho, iba a seguirlos de no haber sido por el empujón de su tía arrastrándolo hacia el patio junto con una sonrisa cómplice en su rostro.


—Esto va a colocarse divertido —proclamó Kanon al ver salir a todo el resto.


—Eres malévolo —mencionó Mu a la vez que veía a su novio mirar con cierto regocijo toda la situación.


—Solo lo suficiente para mantenerme entretenido —Kanon rodeo con sus brazos la cintura de Mu—. El resto te toca a ti y no soy fácil de complacer —sin más Kanon besó a Mu ansiando fundir sus alientos y cortarle la respiración en represalia de todos los días de ausencia.

Notas finales:

Cualquier duda, pregunta o comentario será bien recibido mientras sea hecho con respeto. Gracias por leer.


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