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enmendando lo que creemos incorrecto por Zack Engel

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Notas del capitulo:

Hello~~

 

aquí Zack volviendo de las profundidades, no crean que se libraran de mí.

bueno la verdad no tengo escusa de porque me ausente tanto, pero prometo actualizar un poco más seguido. esta historia la terminare si  o si por lo que deberán tenerme paciencia si aún me quieren leer.

de verdad los amo a todos por seguir leyendo esta historia

 

sin mas que decir, los dejo leer tranquilos

Draco Malfoy no entendía por qué alguien lo movía tan desesperadamente. Aún era temprano o eso creía él por lo que con un gruñido dio un manotazo y giro intentando evitar la molestia. Grave error. Sin esperárselo el movimiento pareció ser uno de los más violentos que había hecho en su vida, ya que su espalda baja dolía como los mil demonios “¡pero qué demonios!” pensó con el ceño fruncido abriendo los ojos.

Con su cuerpo completamente desnudo se dio cuenta de que todo lo que había pasado ayer no fue una cosa de su imaginación, había hecho el amor con Sirius Black y ahora su propio ser le criticaba tanto física como psicológicamente “dime que es una broma, por favor, díganme que es una broma” pidió para sí mismo mientras escondía su cabeza y trataba de no moverse.

Se suponía que en ese momento su relación con Sirius se estancaría y no avanzarían para nada. Así no sería difícil para el futuro, pero su parte baja parece ser más fuerte que su propia mente “idiota” se reprendió mientras ahogaba un gemido de frustración ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? ¿Por qué tenía que olvidar su lugar y el futuro? ¿Es que acaso también olvidaría esta parte de su vida? Asustado decidió no contestar ninguna de esas preguntas y miró directamente hacía donde la mano acariciaba su cabeza de la manera más hermosa posible.

Como si fuera cosa de un sueño perfecto y mágico Sirius se encontraba medio vestido con una bandeja para el desayuno. El chico no podía ser más atento y Draco no podía estar más arrepentido de lo que había pasado entre ellos en ese mismo momento “debes terminarlo” se dijo mentalmente intentando poner la cara más seria del mundo, pero el dolor era tan grande que se le hacía imposible aquella misión. Soltando un suspiro se sentó como pudo en la cama y sintió como el contrario se acercaba más a su lado intentando borrar cualquier lejanía.

“Es un error” quiso decir el rubio mas solo mantuvo la cabeza baja mirando sus piernas. Era difícil decirle al amor de tu vida que todo esto iba a ser un error en el futuro ‘eres un Malfoy, puedes cumplir con tu misión… papa esperaría eso de ti’ le dijo una voz interna obligando al rubio a alzar la mirada y a encontrarse con los hermosos ojos del contrario. Esos ojos solo demostraban una felicidad infinita aunque también mostraban los eternos dolores del pasado ¿Cómo se podía atrever a querer ser parte de otra escena dolorosa oculta en esos ojos? ‘debes hacerlo, el mundo espera eso de ti’. La voz tenía razón, pero simplemente no quería hacerlo. Quería por una vez en el mundo ser parte de la felicidad de otra persona. Aunque fuera una sola vez.

Abriendo la boca intento decir algo, pero de sus labios nada salió. Ninguna palabra se atrevía a ser parte de aquel plan maquiavélico por lo que volvió a cerrarla soltando un suspiro en el proceso. Era un cobarde por no terminar rápido.

Con nerviosismo Draco llevó sus manos a la taza de café humeante y sin contemplar nada bebió un largo trago quemando en el proceso su garganta. Aquello podía ser un buen castigo por lo que haría. Un castigo de su corazón.

Aun adolorido no chillo como solía hacerlo, solo cerro los ojos sintiendo como la mirada perspicaz de su “pareja” lo analizaba intentando desnudarlo. Como si eso fuera posible.

 

-Draco debemos hablar… - la voz de Sirius no destellaba emoción ni alegría, al parecer presentía lo que el menor quería decirle

-yo no… ¿de qué quieres hablar? – preguntó aun sin mirarle a los ojos, esperando encontrar las palabras precisas rápido

-sé que te dolerá, pero debo decírtelo – comenzó confundiendo al menor, por lo que el rubio no dudo en mandarle una mirada curiosa incitándolo a que siguiera – veras anoche, mientras nosotros dormíamos yo…

-¿Qué paso? ¿Me dirás que en realidad no te gusto? – Sonriendo de lado logro hacer esa cara arrogante de Slytherin característica de él y que había olvidado- ¿te aburre ahora que no soy virgen?

-¡no!... no saques conclusiones apresuradas, seguiremos juntos hasta el final – dijo sonriendo mientras tomaba las manos de su pequeño con la intención de besarlo, pero se retuvo al recordar lo que quería decir – escuche bulla en los pasillos… me dio flojera ir a ver, sobretodo porque escuche la voz de quejicus

-Sirius, habla de una vez – intentaba mantenerse templado evitando cualquier acto de quinceañera

-hoy en la mañana me encontré en el pasillo con Remus y me dijo que Snape y Harry desaparecieron

-¡¿Cómo?! – abriendo los ojos de manera exagerada salto de la cama y fue a buscar su ropa, pero el dolor le impidió dar si quiera dos pasos - ¡¿los encontraron?!

-el profesor Dumbledore dijo donde se podían encontrar… te requiere en la oficina ahora, pero dudo que puedas ir así que le diré…

-¡iré!

 

Con ese solo grito Draco ignoro cualquier otro comentario que pudiera decir el mayor y comenzó a vestirse lo más rápido que podía. No entendía muy bien, pero su mente le decía que nada bueno podía salir de esa noticia “Potter, te juro que si cometes otro error, Voldemort será la menor de tus preocupaciones. Te lo juro” pensó molesto  terminando de vestirse.

En grandes rasgos, Draco se veía como un animal desaliñado y maltratado, pero no le importó y con la ayuda de Sirius ambos fueron hacía la sala en donde se encontraba el director. Al llegar notaron la cara de preocupación de todos, al parecer nadie en el lugar estuvo ajeno a la noticia “nadie excepto yo” pensó con molestia tomando asiento en una de las sillas.

Bajo la mirada recriminatoria de su Madre, Draco miró directamente al Director esperando a que hablara. A pesar de todo, el nunca gritaría ni demostraría ser un emocional chico como todos los gryffindors, así que pudo esperar pacientemente por que el viejo terminara de comer su dulce, mas sus “preciados” amigos y “pareja” no pudieron con aquello.

Como si fuera  el campeonato de Quidditch las quejas y gritos de los leones comenzaron a escucharse en toda la sala esperando que el director se dignara a abrir la boca. Este sin preocupaciones alzo las manos y silenciosamente pidió que todos se quedaran callados, cosa que agradeció el rubio y el resto de los Slytherin en ese momento.

 

-chicos, se lo preocupados que están, pero en este momento estamos trabajando por encontrarlos

-debe haber testigos – llamando la atención de todos los presentes el rubio miró directamente a los ojos del viejo y frunció más el ceño.  Sabía que este debía ya haberlo pensado – los cuadros, son unos metiches en todo, debieron ver algo

-lamentablemente señor…

-¡es mi propia sangre profesor! – la voz asustada de Lily alarmo a todos y aunque algunos no comprendieron lo que quiso decir, los que si sabían, sentían pena por la chica – debe decirnos lo que sabe o yo misma encontrare la forma de hallarlo

-señorita Evans…

-¡no! No me importa si me expulsan – dijo levantándose para ir directamente hacía el director, casi se podía sentir la magia de esta en toda la sala – quiero saber dónde está, ahora.

-Puedo decirles, pero no entenderán

-créame… entiendo mucho más de lo que usted cree

-…- soltando un suspiro el director miró directamente al rubio como si quisiera decirle que mantuviera la boca cerrada, obviamente el menor entendió la mirada ya que cerró los ojos y se cruzó de brazos como si nada de esto le importara – existe un peligro que ustedes ya conocen, Voldemort está reclutando magos poderosos – un grito ahogado se escuchó en la sala esperando lo peor – ninguno de los dos fue por su propio gusto, según mi informante Voldemort vino a buscar al estudiante Snape y como el chico no se encontraba preparado fue inevitable que lo capturara. Harry solo los siguió corriendo con el mismo destino- dijo cambiando un poco la versión de los hechos. No tenían por qué saberlo todo

-¿Por qué Snape? – la voz intranquila de Draco resonó en la sala esperando una explicación

-es un mago con grandes habilidades para las pociones

-pero puede haber otros que….

-ninguno de su familia pertenece y el chico puede lograr hacer pociones que solo con el imperius la dominación sería más lenta – y estaba en lo cierto, porque el mago solo podía ocupar el imperius en una sola persona, pero una poción podría llegar a tener un efecto masificado si así se deseaba

-pero…

-no nos queda tiempo, tienen que seguir aprendiendo mientras encontramos la solución a todo esto

-¿Qué? ¿No haremos nada por Harry? ¿Qué pasara con ellos? – James, el más molesto después de Lily se levantó a acompañar a la chica- profesor, no los puede abandonar

-aun no los matara, pero necesitamos que Draco sepa ocupar su magia por completo si queremos vencer a Voldemort

-entiendo

 

Un enorme silencio se produjo en el salón nuevamente, parecía que nadie quería decir nada para no ser víctima del enojo de ambos chicos. Así que como salvador del día Draco se levantó lo más digno posible y haciendo una leve reverencia salió de la sala intentando pensar en una solución. No sabía que era lo que planeaba Dumbledore, pero estaba seguro que si le hacía caso saldrían victoriosos. Harry siempre salía victorioso.

Con paso tranquilo fue a la torre en donde siempre entrenaba con Helga Huffelpuff y Godric Gryffindor. Quizás ellos también tendrían noticias de aquello que había pasado, aunque no estaba seguro por lo que prefirió prevenir y subir con cuidado.

Extrañamente ese día no le lanzaron bolas de fuego en la subida. Tampoco escucho la risa de la mujer por sus dolores. Solo subió.

Al llegar a la cima vio a todos lados sin encontrarse nada ¿pero qué era lo que estaba pasando? No sabía, pero pronto lo descubriría. Sin contemplaciones se adentró en esa hermosa azotea llena de verde encontrándose con Helga desplomada en el piso en posición fetal. El solo hecho de pensar que le había pasado asusto al muchacho así que corrió lo mejor que pudo a su lado y movió delicadamente el cuerpo de la chica esperando por una respuesta.

Sin poder responder, la mujer miró al menor y le sonrió de lado. Estaba sangrando por muy difícil que fuera de creer.

 

-¿Qué paso?

-Godryc y Salazar son unos idiotas… como ustedes

-¿a qué te refieres? – los ojos del muchacho comenzaron a cristalizarse. El solo verla así le recordaba que en algún momento su madre no estaría para él y dolía. Dolía demasiado - ¿puedes levantarte? Te llevaré a la enfermería y yo…

-mi contraseña… yo acepto a todo el mundo Draco, solo tienes que aprender a ver – dijo cerrando los ojos mientras tomaba la mano de su pequeño protegido – aprender a amar

-¡déjate de bromas! ¡Eres una mujer horrible y no puedes morir! ¡No ahora! – le gritó asustado intentando ayudarla, pero no tenía varita como tampoco sabía de medimagia

-dile que la Amo…

 

Con esas últimas palabras la chica dejo de respirar. Dejo de moverse. Dejo de sonreír.

Draco no entendía porque tenía que ser todo así. Se suponía que estaban haciendo bien las cosas, pero al parecer el mundo no deseaba verlos bien ya que Harry y Severus estaban con Voldemort y ahora Helga estaba muerta “es imposible, ellos no pueden morir ¡no pueden!” se quejó abrazando más el cuerpo contra su cuerpo. En el proceso mancho una de sus mejillas con la sangre de la muchacha, pero no le importó y siguió pegada a ella hasta que el cuerpo desapareció.

Extrañado volvió a buscarla, quizás era una broma, pero no aparecía por ninguna parte “yo acepto a todo el mundo Draco, solo tienes que aprender a ver, aprender a amar” recordó las palabras de la chica e intentó encontrarle una explicación, pero nada venía a su mente.

Con un extraño sentimiento de soledad se levantó y miro el lugar. Muchas flores ahora se encontraban marchitas, como si la magia las hubiera mantenido vivas hasta que la mujer falleció. Soltando un suspiro se acercó a ellas y las acaricio con lágrimas en los ojos “todos morirán… todos lo harán” le repitió la voz sin saber porque, sabía que tenía que volver al futuro, pero ya no sabía quién iba a morir. No sabía quién iba a dejarlo “todos lo hacen ¿no? ¿Importa quién lo hace?” le pregunto esta vez la voz haciendo que Draco abriera la boca diciendo un simple y tonto ‘no’.

 

-estoy asustado… tengo miedo

 

Cerrando los ojos apretó el agarre de sus manos y sin importarle golpeo el piso de tierra cubierto por flores marchitas. Odiaba ese sentimiento, pero estaba tan impreso en su piel que dudaba dejar de sentirlo muy pronto.

Soltando otro suspiro miró hacía el frente y tuvo la mejor vista de todos. Se podía ver casi todo el edificio desde esa altura, más la belleza no logro animar sus ojos. Tampoco logro sacar una sonrisa de su boca, solo paso de largo dejándolo nuevamente solo en ese lugar.

Sabiendo que ya no podía perder el tiempo y que posiblemente Harry lo necesitaba, pasó una manga por su mejilla y se quitó el rastro de sangre antes de bajar la torre nuevamente con paso decidido. Ya tenía una leve idea de cómo poder practicar, aunque no sabía si eso pudiera llegar a funcionar “solo debes esperar a que te rescate, Potter”. Con una sonrisa en sus labios el chico evaluó su cadera y notando que ya se encontraba un poco mejor decidió correr lo más rápido que podía hasta donde se encontraba Mcgonagall. Necesitaba pedirle un favor con urgencia.

Ni siquiera necesito hablar, la mujer parecía entender perfectamente en el estado psicológico que se encontraba Draco, por lo que con la preocupación que siempre le caracterizaba hizo un leve asentimiento de cabeza y le entrego una llave vieja y enorme. Como si diera paso a otro mundo del cual ninguna persona haya visto en mucho tiempo.

Agradeciendo en silencio, el muchacho salió disparado del lugar. Sabía que lo encontraría, no necesitaba las indicaciones de la anciana para ello “solo espera a ver… solo espera” dijo mentalmente a aquella voz que siempre lo molestaba, no sabía si se estaba volviendo loco o simplemente siempre estuvo demente, pero debía decirle a esa voz que sus decisiones eran las correctas y que nunca se arrepentiría de nada “Un Malfoy nunca se arrepentía de nada”.

Viendo su paso bloqueado por una pared soltó gruñido y freno su corrida. Lo más importante era centrarse en su propia magia, centrarse en que podía hacer las cosas bien “tu puedes, tu puedes” se repetía. Aun así no pudo ver la puerta que creía estaba en ese lugar.

Moviendo su cabeza rápidamente de un lado a otro intento desconcentrarse de todo, intento olvidar que Harry y Snape se encontraban secuestrados por Voldemort. Intento olvidar su extraña relación con Lily y Potter. Intento olvidar las caricias que le dio Sirius. Más importante, intento olvidar por ese momento que era un Malfoy rompiendo toda regla. “Helga, ayúdame” pidió cerrando los ojos unos segundos, pero nada paso.

Frustrado comenzó a golpear la pared ¿Por qué se empecinaba en creer que estaba ahí? Podía estar en otro lugar, podía estar incluso fuera de ese “campamento”, pero quería seguir a su corazón y este le decía que estaba en el lugar correcto. Su corazón le decía que su intuición era la correcta y por ende no debía dar marcha atrás.

 

-estúpido… ¿Cómo podías creer que realmente eras alguien? No eres más que Malfoy… no eres el elegido ni nada

 

Se recrimino a si mismo cerrando los ojos con frustración y es que no poder hacer nada  en esos momentos críticos lo hacían flaquear. Era como si realmente su existencia no importara.

Malhumorado dio media vuelta  y avanzo por el pasillo. Lo mejor sería ver como poder ir a buscar a Harry, más en mitad del camino, mientras pensaba, el piso pareció desaparecer.

No entendía que era lo que pasaba, pero estaba cayendo por un túnel que no parecía tener fin. “voy a morir… dios, voy a morir” pensó frustrado y algo asustado intentando protegerse la cabeza con sus manos. Aun no tenía deseos de perecer y no sabía con lo que se encontraría al final del camino.

Cuando el final del camino se mostró asomo un poco la cabeza y recibió el golpe más fuerte de su vida. Su frente de seguro estaba sangrando y estaba a punto de caer inconsciente, más una serpiente debía permanecer despierto hasta que supiera que su vida no apeligraba.

Al caer al suelo sintió como sus piernas perdían toda fuerza a la vez que un fuerte dolor lo embargo. Ahora no era solo el haber tenido sexo con Sirius horas antes, sino que también sus piernas le recordaban que el dolor siempre podía ser más grande.

Intentando ver a su alrededor mientras se sujetaba las piernas y dejaba que su frente siguiera sangrando pudo notar como un par de pies se paseaba por la habitación. Dentro de lo que podía ver, la persona ocupaba una túnica roja escarlata con temas dorados, unas botas altas de cuero negro y unos pantalones café oscuros ceñidos a su cuerpo demostrando lo bien formada de las piernas.

Draco intento hablar, pero en cuanto abrió la boca pudo ver la cara de Godric frente a él con muy mala cara, era como si este ya supiera las nuevas noticias y quien tendría que pagar seria Draco y nadie más que Draco.

Tragando con fuerza intento nuevamente hablar, pero no salió nada más que un quejido lastimero al ser tomado con tanta fuerza por una de las manos del pelirrojo. No entendía que tenía que ver él con su enojo, pero apretó la boca con fuerza al igual que sus ojos esperando a ser golpeado o cualquier cosa. Lo aceptaría y recordaría para poder vengarse del hombre en cuanto estuviera recuperado por completo.

Sin recibir un golpe, Draco fue dejado en una especie de caja y aunque intento abrir los ojos se dio cuenta que algo le cubría la visión. Había sido magia no verbal así que no pudo quitarse nada con las manos “y no tengo mi varita” pensó con molestia mientras sus manos intentaban descifrar donde estaba, mas no reconocía mas que cuatro paredes algo altas. Si estuviera en mejores condiciones podría haberse levantado y con solo alzar las piernas se hubiera salido, pero ahora no podía ni caminar así que lo mejor sería quedarse esperando alguna cosa.

Como si fuera lo que Godryc realmente quería del menor, una cascada comenzó a caer sobre la cabeza de Draco. El agua estaba tan congelada que otro grito salió de su boca e intento salirse, más el dolor de sus piernas era mucho como para poder hacerlo. Sin poder evitarlo unas pequeñas lágrimas aparecieron por sus ojos y se perdieron junto toda el agua. Todo dolía como los mil demonios y nada lo salvaría.

Como si todo el dolor que sentía fuera poco, pronto un golpe de aire paso por el costado de su mano asustando por completo al chico. A Godryc no le bastaba con verlo asustado, sino que ahora también lo lastimaría con magia. Con magia no controlada al parecer porque su mano seguía sintiendo un pequeño ardor por el paso del aire “no, no fue aire” temiendo por lo que podría seguir Draco elevo sus manos e intento cubrirse cara, más el grito que soltó el contrario hicieron que se quedara paralizado.

Hace mucho que Draco no sufría tanto como ahora, no entendía porque la agarraban tanto contra él, pero decidió volver a bajar las manos y esperar a que su cuerpo se apiadara de él haciéndolo morir de hipotermia. A su vista sería una de las mejores muertes que podría llegar a experimentar.

 

-protégete – sin darle opción a replica volvió a lanzar otra bola de fuego. Esta vez su hombro y parte de cabello fue afectado haciendo que el quejido fuera mayor - ¡protégete!

-¡¿Cómo?! – gritó de vuelta con voz dolorida, no sabía que hacer

-¡la varita no define al mago! Puedes hacer magia ¡ahora protégete!

 

Sin dar cabida a otra conversación Godryc volvió a atacar al chico quien intentando concentrarse en algo para protegerse se vio afectado con todas las bolas de fuego lanzadas. Era increíble que aún bajo el agua el fuego siguiera siendo tan poderoso y caliente como desde un principio. Más no debía extrañarle tanto. Estaba al frente de uno de los cuatro legendarios magos.

Pasada una media hora el mayor decidió dejar el entrenamiento hasta ahí y sacar al muchacho, quien ya no respondía. Aunque Gryffindor al principio no podía asegurar si era por todos los gritos que había soltado o por el congelamiento que le vino. Al sacarlo pudo saber que fue más por el congelamiento que cualquier otra cosa.

Deseando que el chico se recompusiera rápidamente lo tomo entre sus manos y lo acerco por completo en un abrazo casi protector. Le daría calor hasta que ambos llegaran a la enfermería y pudiera darle una mejor atención al chico. Así que quitándose como pudo la túnica se la puso al menor y salió de su escondite.

Al poco tiempo ambos se encontraban frente a la enfermería completamente solos. La habitación parecía cerrada, más para un león como Godryc un no, no podía ser aceptado del todo así que con un movimiento de su mano hizo que la puerta se abriera de par en par. Lástima que el chico no estaba despierto para apreciar la magia.

Habiendo dejado al menor en una de las camillas prendió la chimenea de la habitación y cerró la puerta con llave. No quería dar explicaciones a nadie y dudaba poder soportar cualquier reclamo de cualquiera.

 

-hnng… - quejándose y con un temblor que no cesaba Draco comenzó a despertar algo asustado, hubiera deseado morir - ¿Dónde…. ¿Dónde estoy? – Preguntó con la voz entrecortada, su garganta dolía como mil demonios -¿por… ¿Por qué?

-en la enfermería – dijo con molestia moviendo su mano para que la chimenea calentara más, tenía que calentarlo pronto o de seguro alguien lo mataría por acelerar las cosas – tienes que aprender ya

-¿Qué cosa? – Mirando con los ojos entrecerrados intento ver alguna malicia en el contrario, pero parecía estar mucho más concentrado en el fuego - ¿Qué hice?

-no te muevas – decidido volvió hacia el chico y con los ojos cerrados se concentró en el colchón el cual pronto comenzó a aumentar de temperatura como para calentar al menor, pero no rostizarlo – debes aprender la magia sin varita. No podemos esperar a que se hagan fuertes en tres meses, el tiempo se les agota y si no hace nada todo esto no habrá valido la pena

-no entiendo… ¿Qué quieres decirme? – intentando moverse sintió la mano del mayor deteniéndolo por lo que soltó un suspiro y solo miro al mayor - ¿Rowenna y Salazar fueron a buscar a Harry?

-ellos fueron a entregarlo a Voldemort…

 

Los ojos de Draco se abrieron con exageración e intento gritarle al mayor, más este fue más rápido y diciendo en un susurro ‘desmaius’ el chico no pudo hacer nada. Lo mejor era así, de seguro ahora no lo entendería, el tampoco entendía porque tener que hacer esto, ni porque Rowena sacrifico a Helga de tal forma, pero confiaba un poco en Salazar así que si la serpiente le encomendaba cuidar a Draco con su vida y enseñarle todo lo necesario. Lo haría.

 

En otro lado algo alejado se encontraba Harry. Estaban muy lejos del campamento y simplemente dudaba que pudiera volver en una pieza a su hogar. Ya no le quedaba mucho tiempo por lo que escucho de Salazar, así que haría todo lo posible por cuidar y liberar a Severus de ese yugo en el que le impusieron estar.

Aun encontraba irónico el cómo los habían secuestrado, no sabía cómo se llamaban esos dos mortifagos, solo sabía que eran los mismos quienes los estaban cuidando ahora “estoy seguro que Draco me debe estar odiando ahora” pensó con algo de molestia, pero a la vez divertido. Ya se había encontrado en este tipo de escenas en los 5 años pasados así que simplemente no le preocupaba para nada el hecho de tener que ser nuevamente tratado como una alimaña. Eso era realmente para muchos de sus conocidos, pero no quería ver a sufrir a la persona que más amaba.

Con un leve gruñido por el dolor intento levantarse. Su vista estaba centrada en una sola cosa y no dejaría de luchar hasta que pudiera acercarse a él. Era su deseo. Por lo que viendo que al menos podía mantenerse en pie apoyado en la muralla comenzó a caminar hacia su objetivo con una tranquilidad y lentitud que de seguro molestaría a Severus si lo estuviera viendo o si quiera se diera cuenta de que estaban en el mismo lugar encerrado.

Lastimado y con la ropa rota. Severus mantenía su cabeza baja, aquello no podía más que preocupar de sobremanera a Harry así que en cuanto se acercó a este y le toco el hombro intento darle la mejor sonrisa. Sonrisa que no apareció porque este nunca alzo la cabeza.

Mordiéndose el labio inferior intentó encontrar otra forma de llamar su atención, pero ¿Cómo hacerlo? Según ellos en otra celda debía encontrarse Lily ¡su madre estaba ahí! Pero no podía escucharla ni verla “sé que no debes ser mi prioridad, pero no quiero verte sufrir” pensó Harry intentando quitar ese rostro lastimero para luego sentarse a un lado del mayor. No entendía porque los dejaban a ellos dos juntos y a Lily fuera. Era injusto que Lily estuviera sola “pero con Voldemort todo se puede… maldito desgraciado”. Molesto el pequeño león le echo la culpa, mas muy en el fondo sabía que la culpa la tenía otra persona “la tienes tu querido” y la voz tenía razón. Toda la culpa recaía en él por su estupidez.

 

Unas horas antes, a las afueras de la habitación, Harry no podía creer lo que estaba escuchando. Sabía que debía ser un error. Había una explicación para aquello, pero no. La verdad es que a medida que seguían hablando se convencía aún mas de que Severus nunca lo vería como pareja, que Severus nunca lo vería como alguien importante en su vida.

 

-Sev ¿estás seguro? Harry te ama mucho y no puedes dejar que pase esto – dijo la voz de la chica que acompañaba al chico – se nota en sus ojos que te ama

-no soy gay Liliana… entiende de una vez, la única persona que amo esta en esta habitación – golpeó la puerta. Harry podía asumir que entre las manos de Severus estaba Lily- sabes que James no te ama como yo lo hago

-pero yo amo a James, Sev… no puedo corresponderte

-morirás Lily, lo sabes y aun así… aun así tu…

-te amo Sev, pero como amigo – un silencio se hizo presente en el que Harry supuso el corazón de Sev se rompía – entiéndeme

-bésame otra vez... – esta vez Harry estaba seguro que su propio corazón se rompía – déjame sentirte por esta noche… no rogare más, no te volveré a mirar, pero Lily déjame hacerte el amor

-… - el silencio fue mortificante para el oji verde que con el oído pegado a la puerta escuchaba movimientos y respiraciones aceleradas pegadas al otro lado de la puerta-  solo por esta noche, solo por esta noche seré tuya Severus…

 

Harry no quiso escuchar más. Sabía que sobraba desde un principio, pero tener que escuchar como su madre y el amor de su vida tenían Sexo en la pieza de Severus hacía que todo volviera a desmoronarse como cuando vivía la realidad.

¿Qué realidad prefería? ¿La realidad en la que sus padres mueren y él tiene a Severus o en la que Severus es feliz, sus padres viven, pero él no está ahí? Harry era egoísta. Nunca tuvo amor de padres y aunque decía que los amaba y quería tener consigo gran parte de su corazón imploraba porque Severus viera morir a su madre y así no se quedara con nadie. No estaría con él, pero tampoco con otra persona.

Pensando en lo maldito que era por ese pensamiento siguió corriendo por los pasillos hasta llegar a un pasillo que daba al patio. El grito desgarrador que soltó de seguro alarmo a más de una persona, pero no le importó. Voldemort se estaba comunicando con él y si no manejaba la situación de seguro que tendrían menos tiempo de lo normal.

Viendo escenas del espacio en el que se encontraba quien no debe ser nombrado, se dio cuenta de que no estaba muy lejos, de hecho si lo pensaba bien se encontraba a unos centímetros solamente de las murallas del campamento “mierda” grito en su  mente alarmando a Tom, aun así no tuvo miedo y reanudo su paso en dirección a donde presumía estaba Riddle.

Sin varita ni protección Harry alzo sus manos como si quisiera enfrentarse a puños contra el hombre. Acción estúpida. Lo sabía, pero aun así siguió en pie con su decisión hasta que la imagen de Salazar y Rowena aparecieron a su lado. Nada bueno podía salir de aquello, aun así no les hablo. No lo necesitaba.

 

-no queda tiempo Harry Potter –la mujer hablo abrazando por atrás al menor  - deberás disculparnos

-es tu destino cumplir, si lo haces… entonces tal vez Kairos pueda darte un regalo – la voz de Salazar sonó más fría de lo normal

 

Confundido abrió la boca para poder saber que era lo que pasaba, pero justo en ese momento Harry sintió como la mujer lo tomaba con tal fuerza que le impidió el movimiento. Aunque estaba asustado por ello, eso no era lo que debía preocuparle realmente, sino que, muy por el contrario, su preocupación debía dirigirse hacia donde se encontraba Salazar porque mantenía la mano alzada con varita en mano. “mierda” pensó antes de cerrar los ojos y aceptar cualquier hechizo que quisieran lanzarle. De alguna forma se sentía merecedor de la siguiente paliza aunque sus motivos para recibirlas fueran completamente contrarias por las que se la iban a dar.

Escuchando un desmaius su cuerpo quiso salir volando, pero la fuerza de Rowena lo hizo seguir manteniéndose ahí recibiendo todos los otros hechizos de ataque, principalmente eran elementos de agua los que llegaban y dañaban. Más no se quejaba, ya que seguía creyéndose merecedor de todo aquello. Ningún chico debía vivir si deseaba la muerte de sus padres.

Sintiéndose débil y aturdido escucho la voz del mago oscuro. Por un momento creyó que Salazar y Rowena lo defenderían, pero escuchando un débil “discúlpanos” sintió que todo ataque desapareció. Incluso su cuerpo fue liberado aun así no podía moverse.

 

-valla, valla… pero ¿a quién tenemos aquí? ¿Acaso esta es la defensa del viejo? – la voz de Tom lo hizo temblar. Muy por el contrario, Tom aún mantenía una figura casi hermosa y aristocrática como cuando conoció el recuerdo del diario, aunque era claro que estaba mucho más maduro - ¿Cómo te llamas?

-a personas como a ti no debo porque responderle…

-la voz – sorprendido se acercó un poco más dejando los mortifagos atrás y tomo la cara de Harry con toda la confianza del mundo – eres la voz

-¡suéltalo! – el grito que venía por los pasillos hizo a ambos girar la cabeza. Uno solo alzo la ceja y otro se sintió devastado en cuanto vio a Severus venir gritando – ¡Desmaius!

 

Lo siguiente que paso fue confuso, Voldemort pudo bloquear fácilmente el hechizo e intento razonar sarcásticamente con el menor, mas Severus solo quería que se alejara de Harry por lo que siguió peleando a pesar de las débiles protestas de Potter. Pasado un tiempo, el obvio resultado fue que Severus se enfrentó a una batalla de 4 contra uno, aunque era claro que Voldemort podía solo, este prefirió dejar a sus mortifagos atacar al menor mientras analizaba la cara asustada y desesperada del Harry.

Por alguna razón Voldemort no confiaba del todo en el chico, algo le daba mala espina por lo que con gracia y decoro tomo al chico justo cuando Lily aparecía por el pasillo como refuerzo de Severus. Más de poco sirvió porque ya se estaban yendo. Ya tenían lo que querían de momento.

 

Sintiendo que alguien apretaba su mano volvió a la realidad y vio de quien se trataba. Impresionado intento sonreírle a Severus, mas unas cuantas lágrimas aparecieron en su lugar. Sentía que todo eso era su culpa. Voldemort había ido por él y Snape solo había intentado protegerlo ganándose una paliza mayor de lo que cualquiera se esperaba.

Quedándose acurrucado contra Severus, Harry cerró los ojos y dejo que sus lágrimas salieran como quisieran. El pocionista siempre le daba libertad de acción cuando no estaba enojado, por lo que no dudo en dejarse acariciar por las manos del otro en forma de consolación “aun sabiendo todo lo que nos espera… madre, te tengo envidia” pensó sin poder decirle mama o cualquier apelativo amoroso y es que ahora su corazón intentaba hacerle ver lo malo que era al querer poseer por completo a su profesor de pociones.

Acomodándose un poco más, sintió como el contrario soltaba un leve quejido. Quizás había presionado mucho algún lugar donde el azabache había recibido un crucius. No lo sabía y tampoco le interesaba saber porque no quería separarse por nada del mundo. Eran esos momentos desastrosos en los que sentía que Severus era solo suyo “eres un desgraciado Harry”

Pasaron unos minutos, no sabían cuánto tiempo realmente ya que estaban en una celda, hasta que se volvieron a separar. Harry estaba más tranquilo y parecía que Severus ya no sentía tanto dolor como antes, aunque eso era tan irrealista como si en ese mismo momento apareciera Tom con una túnica rosada fingiendo ser la princesa de los unicornios.

Soltando un suspiro Harry tomo la mano del mayor y la beso suavemente por la palma. Fue un beso suave y delicado. Lleno de amor. Aun así no fue de importancia por el oji negro “si tan solo vieras que te amo como se debe, si tan solo vieras que no habrá nadie que piense más en ti que yo” cerrando los ojos Potter se dedicó a acariciar la mano del hombre mientras susurraba suaves palabras. Nada de ello mejoraría su condición, pero si hacía que Severus se olvidara por un momento del dolor para centrarse en las caricias que le otorgaba.

Tomando la otra mano Harry pensó en hacer lo mismo, más la puerta del calabozo se abrió con fuerza por lo que ambos saltaron e intentaron separarse. Claro que a nadie le importaba que fuera lo que hacían adentro.

Dejándose ver.  Ambos chicos notaron como Tom los miraba con una sonrisa de oreja a oreja, era como si hubiera descubierto la clave del éxito y eso sinceramente asustaba demasiado al menor de todos porque si de algo estaba seguro era que Voldemort haría cualquier cosa para lograr tener lo que quería.

Tragando con fuerza Harry se puso al frente de Severus y alzo las manos como si esperara que cualquier castigo le llegara a él. Escucho las protestas del azabache más las ignoro mientras miraba desafiante a Voldemort. Era claro que este no se haría de rogar por lo que pronto le aplico un crucius haciendo que el oji verde, retorciéndose de dolor, gritara y dañara aún más su garganta

 

-¡suéltalo! – nuevamente Severus grito haciendo que las esperanzas renacieran en el corazón de Harry, a pesar de saber que volverían a desmoronarse - ¡maldita sea suéltalo ya!

- pero que hermosa demostración – dijo moviendo su varita y dejando que Harry respirara y se recompusiera – que me ofreces Snape

-lo que sea, pero déjalo a él  - gruño el oji negro intentando mantenerse sereno. Pero el resonar de las cadenas evidenciaba que Severus solo quería soltarse para poder masacrar a Voldemort

-serás mi mano derecha

-¡no! – El grito ronco vino de Harry quien con miedo miro a Severus – no lo hagas, no… por favor no

-es la pareja más linda que he visto en la vida – dijo con ironía  aguantando la risa. La mirada de Severus excitaba a Tom de manera impensable – imperius – obligando a Harry a levantarse, hizo que se le acercara y con descaro miro todo el cuerpo del chico - ¿ya es tuyo? – la pregunta se respondió con el rechinar de las cadenas – lo suponía

-lo hare, hare lo que quieras, pero libéralo – no soportaba ver como el innombrable osaba tocar a Harry

- perfecto – viendo como Harry se intentaba negar a su tacto lo soltó, mas no dejo que Harry hablara – te darás cuenta, Severus, que si trabajas para mi serás recompensado

-no puedo hacerlo encadenado

-no lo estarás

-no lo dejare solo

-estarán en el mismo cuarto y cuando te requiera mis dos leales mortifagos lo cuidaran

-si algo le pasa a…

-es mi palabra, has lo que yo quiero y tus exigencias serán cumplidas, pero – tomando del cuello  a Harry lo alzo viendo como pronto se intentaba liberar por la fuerza que se aplicaba en su cuello – si me fallas quien sufrirá las consecuencias no serás tú.

-lo hare, cualquier cosa yo la hare

 

Habiendo pactado el trato Harry fue lanzado contra el cuerpo de Severus. No quería que se uniera a Voldemort, pero los ojos seguros de Snape le daban a entender que realmente no había pero que valga. El chico lo haría sí o sí.

Bajando la cabeza algo decepcionado de lo que estaba aconteciendo escucho a Tom salir dando instrucciones de que movieran a sus dos “invitados”.

Ahora ambos se veían en una habitación normal, con una cama de dos plazas, un escritorio, una puerta que daba al baño y un closet. La habitación en si no tenía más de lo necesario, incluso el closet albergaba la ropa justa.

Abrumado por todo el recuerdo y lo recién vivido Harry se sentó a las piernas de la cama intentando no llorar ¿Cómo salvaría a Severus ahora? Principalmente se había metido en ese problema por su culpa y estaba seguro que no saldrían tan fácilmente de esa.

Sintiendo como el mayor se movía, alzo la mirada y vio que este se dirigía a la otra habitación. El baño.

Quedando completamente solo, Harry se recostó en la cama y se cubrió los ojos con sus manos “no debí haber nacido, no debí haber nacido” pensó una y otra vez con desesperación intentando hundirse en la cama, pero por más que lo hacia su existencia no desaparecía y sabía que nunca lo haría porque era el maldito niño que vivió. Era el maldito chico que vivía una y otra vez como si la muerte fuera tan tonta para llevarse su vida.

“Merlin… mátame ya… por favor solo hazlo” suplico con cansancio sabiendo que por mucho que rogara este no lo haría.

La puerta se volvió a abrir dejando que Severus saliera de la pieza, era como si nada hubiera pasado. Su mirada seguía siendo la seria de siempre. Cosa que solo asustaba a Harry. No sabía cómo este podía mantenerse tan sereno después de todo lo acontecido ¿no le preocupaba Lily? ¿Estaba bien con ayudar a Voldemort? ¿No tenía remordimientos? Realmente no sabía la respuesta de ninguna de estas preguntas y por sanidad mental decidió ignorarlas como si no existieran. Después de todo eso hacia el amor.

Con un leve quejido se levantó e ignoro que el amor de su vida estaba semi desnudo frente al closet. Su corazón ya no deseaba sentir nada. Por lo que solo se acercó tomando una de las túnicas que suponía le quedarían bien y se encerró en el baño lo más rápido que pudo.

El dolor volvía a ser un factor que no podía olvidar así que dejando caer las ropas de su mano se acercó a la tina y con todo puesto aún se dejó caer en ella ¿importaba acaso? De seguro que no. Ahora estaban de parte de Voldemort así que solo se bañaría con la conciencia completamente manchada por no haber hecho nada. Todo porque no tenía una estúpida varita que poder ocupar “nunca llegaremos a nada si no hacemos algo” pensó con molestia golpeando la tina con la mano.

Miro hacia el techo y noto como lo blanco comenzaba a perturbarlo, de alguna forma se comenzó a sentir indefenso y solo. Comenzó a sentir que las paredes se comenzaban a encoger y que pronto lo aplastarían. Negando con la cabeza decidió ignorar el techo y cerró los ojos mientras respiraba lo más normal que podía. Debía recomponerse. Debía volver a ser el chico que siempre podía contra todo  y que aun siendo el niño desgraciado de la infancia podía salir airoso de cualquier situación. Como si la fortuna realmente le sonriera.

 

-just close you’r eyes, the sun is going down, you’ll be alright, no one can hurt you now, come morning ligth, you and i’ll be safe and soun – cantó con desgano, aun recordaba el momento exacto en que la escucho.

 

Fue antes de empezar el sexto año. Cuando deprimido pasó por un café y comenzó a sonar aquella canción. Por un momento le recordó a Cedric, pero luego se vinieron a su mente todas las muertes, todas las peleas y todas las pérdidas que tuvo en su vida. Fue en ese momento en que deseo más que nada ser acurrucado por Severus y ahora que podía serlo e incluso sentirse protegido se sentía una miseria. El hombre era capaz de hacer cualquier monstruosidad con tal de conseguir lo que quisiera.

Cerrando los ojos abrió el paso del agua y sintió como el frio comenzaba a invadirlo por la cara primero, pero no le dio importancia. En realidad no le importaba enfermar del todo ya que su mente solo quería responder una sola pregunta ¿podría amar a un ser como Severus? ¿Podría acaso avalar cualquier acto de locura del hombre con tal de permanecer cerca? No lo sabía, pero lo que si tenía claro era que no quería ver sufrir a más personas. Ya tenía suficiente con todo lo que había vivido

 

-esto debe terminar, para bien o para mal debe terminar

 

Fue la sentencia que hizo antes de sentarse bien y comenzar a sacarse la ropa. Ya no podía llorar por todo lo acontecido. Nadie los salvaría así que tendría que ver el modo de poder arrancar junto a Severus antes de que le obligaran a hacerse la marca tenebrosa en el brazo o incluso. Antes de que lo obligaran a matar a una persona “no importa que, te protegeré Severus” pensó decidido mientras comenzaba a bañarse pensando en cómo poder hacer para marcharse de aquella guarida.

Mordiéndose el labio inferior descarto inmediatamente la lechuza, era estúpido el solo pensar que una le haría caso. Pensó también en un vociferador, pero este pasaría por manos de algún mortifago antes de llegar a Albus, una aparición no era viable ya que aún no podía aparecerse.

Sabiendo que pronto “la voz” comenzaría a quejarse de él cerró los ojos y se lavó el cabello, mas esta nunca llego. En su sustitución un pensamiento hizo que las esperanzas de Harry volvieran a aparecer “la voz, Voldemort dijo la voz” pensó sintiéndose algo estúpido, ya que podía haberlo confundido, pero de seguro podría usar esa arma en contra de su enemigo número uno. Solo debía esperar el momento exacto y atacar sin restricciones.

Si todo marchaba como el esperaba, quizás en unos días podría salir del lugar con la muerte de Voldemort como una de sus victorias.

Más decidido que nunca, se bañó con ganas a pesar del dolor para poder volver pronto con su compañero. No le diría nada de su plan, pero si se mantendría cerca para que no le pasara nada, así tal vez hasta aprendiera un poco más de pociones.

Notas finales:

aquí finaliza el capitulo

espero que les haya gustado, en lo personal intentare hacer la historia un poco más emocionante y como saben ya no queda mucho para que los niños tengan que volver al futuro o lo que queda de él.

 

bueno cuídense, no me queda mucho más que decir.

besos, abrazos y nos vemos en la próxima

 

bye bye

Zack Engel


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