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¿Seguimos fingiendo, verdad? por PinketDiana

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Notas del capitulo:

Tal y como prometí, un capítulo por semana más o menos

Es increible la forma en la que una simple acción, un simple gesto, un simple movimiento, puede cambiarlo todo. En esta ocasión un mero trozo de papel con la firma real sería lo que les hiciese dar el gran salto ambos, ¿irónico, no?. 

 

—¿A qué esperas?— Ordenó tajante el ojiazul. No es que tuviese verdadero empeño en una nueva misión, pero es lo que tiene ser el 'Perro de la Reina', siempre debes estar sometido a su voluntad, sin importar hora, lugar o tiempo.

 

—Yes, my lord.—Respuesta corta, sin más. Segundos después se encontraba invadiendo el espacio personal del menor -o eso juraba este-, tendiéndole la carta.

 

La abrió, esperando un nuevo caso. Entre aburrido y algo exaltado.

 

“Querido Ciel Phantomhive:

 

Están apareciendo extraños casos de asesinatos por parejas en la capital, Londres. Todos tienen el mismo patrón: El hombre es degollado, mientras que la mujer es violada y después matada. Lo extraño, es que la parte femenina siempre acaba en posición angical, como si el que hace todo esto, desease que las mujeres descansasen por siempre.

 

Espero que puedas ocuparte de todo esto, cuanto antes mejor.

 

Con todo lo mejor,

 

Tu Reina."

 

Cerró la carta y la colocó sobre el escritorio, debatiéndose interiormente.


Se preguntó que narices haria ante tal demanda. ¿Debía ir primero a la ciudad e informarse? ¿Pasar directamemte a la acción?.

 

—¿Qué ocurrre, bochan?— Preguntó el mayor, intrigado por lo pensativo que se mostraba su amo. Este solo le tendió la carta sin decir palabra alguna. La leyó atentamente, para después releerla.—¿Quiere que yo me ocupe de esto?—Preguntó, esperando que su amo le dijese que sí, como casi siempre.

 

—No, esta vez iremos las dos. Este caso me in...—Las palabras quedaron atoradas en su garganta, bailando entre sus cuerdas vocales al ver la escasa distancia que lo separaba de su sirviente.—¡Quitate, imbécil!.—Gritó, usando un duro, aunque nervioso, tono.

 

“¿Qué narices le pasaba a ese ser?.

 


—¿Y ese cambio con eso, Boochan?—Insistió Sebastian, ignorando el mandato de su amo.

 

Este se quedó algo sorprendido. ¿A qué se estaba refiriendo? ¿A lo de la molesta cercanía o a lo de ir a la misión?.

 

—Callate.—Ordenó, para luego levantarse y salir por la puerta.—Mañana partimos para Londres, tenlo todo preparado.—Se detuvo antes de salir.—Ah, y traeme algo dulce a la biblioteca.

 

—Pero boochan, la cena...

 

—Es una orden.— Y sin más, desapareció, intentando ignorar el nerviosismo y los rápidos latidos de su corazón.

 

—Maldito crío...—Se quejó el demonio mayordomo, no obstante salió a por algo dulce para su amo, en parte pore era una orden, en parte porque en este último tiempo adoraba poner nervioso y picado a su Joven Amo.

 

De vuelta en la cocina se encontró con lo de siempre, pero tardó poco en arreglasr todos los estropifios. Y es que, si bien era un demonio, tambien cabe decir que la práctica hace la maña, y Sebastián en este tema había trnido muchísima práctica gracias a los sirvientes patosos que habitaban aquella casa.

 

—Y ahora, por favor, intentad hacer algo bien.—Pidió, aunque en sus ojos se podía ver aquel color rojizo que tan poco salía.

 

Y ahora solo le quedaba llevar aquella porción de oastel de chocolate a su amo y podrían hablar sobre mañana. Y después él iría y arreglaria todo para que su amo, en su compañía, por supuesto, solo tuviese que partir.

 

Porque, al fin y al cabo, ¿qué clase de mayordomo sería si no?.

Notas finales:

Chan, chan~ ¿Qué tal?

 

Lo sé, capítulos cortitos, pero hasta que no empiece el salseo serán así xD.

 

Además, los que me leen amenudo saben que yo no hago los capítulos largos, pero si suelo actualizar cada poco :D

 

{Si hay faltas de acentuación u ortográficas, es que estoy desde la Tablet.}


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