Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Seguimos fingiendo, verdad? por PinketDiana

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, aquí esta el peólogo, y aunque parezca mentira, llevo semana y media (Khè?) preparándolo, y es que me cuesta escribir de ellos, a pesar de haberme leido el manga y haberme visto el anime xD

 

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen.

.

.

.

SebasCiel

.

.

.

 

 

~Prólogo~

 


Caminé escaleras abajo, mirando atentamente los ojos de aquel demoniaco ser. Se sonrojó de manera casi imperceptible, exepto para él.


-¿Todo bien, boochan?- El aludido gruñó ante la atenta mirada de sus sirvientes, que contemplaban la escena algo anonadados. -¿Joven am-..?

-Cállate.- Fue lo único que salió de los labios del menor.

 

¿Por qué estaba tan molesto?. Y todo por culpa de Sebastián, su forma de embelezar a la gente para sacarle información, y sus extrañas insinuaciones.

 

-Voy a mi despacho, tengo papeleo pendiente.- Se dió media vuelta, de forma altanera, y prosiguió con la mirada perdida. Llegó hasta frente del cuadro de sus padres y lo miró atento. ¿Qué pensaria sus padres de todo eso: El contrato, el demonio, la Reina, la forma de llevar las empresas...?. A veces, y solo a vecves, quizá si los extrañaba...

 

Llegó al estudio y se sentó de forma pesada en aquella blanda, aunque incómoda, silla. Miró toda la columna de papeles pendientes y tan solo de pensar en tood el trabajo, las clases pendientes y el duro día, su cabeza empezó a doler.

 

-Boochan, ¿Está bien?- Saltó en su asiento, dado a la sorprendente entrada del mayor. 

-¿No sabes llamar, o qué, idiota?.- ¿Era su imaginación o estaba más apático que de costumbre?.

-Lo siento, Joven Amo, pero es que np me ha contestado las cinco veces que he golpeado la puerta.- Odiaba aquel tono de superioridad que su sirviente enfatizaba.

-Si, si, lo que sea...- Agachó la cabeza y fingió leer un aburrido documento.

-¿Está bien?.- Volvió a preguntar, pero el menor lo ignoró. Sebastian suspiró y desistió en el tema.- ¿Quiere un trozo de pastel de chocolate?.

-No. Puedes retirarte.- Sonó seco, pero es que no se sentía con animos de nada. Ver a Sebastian haciendo eso con aquella señorita para que esta hablase, le afectó demasiado.

El aludido asintió y se retiró, algo extrañado y confuso respecto a la actitud de su amo.

 

“Debo dejar de pensar en eso. No me concierne. Solo nevesito cumplir mi venganza, y él solo es una pieza en mi juego de ajedrez.

Nada más.

Solo eso.

Un pieza."

 


Pasado unas horas, Sebastian volvió.

 

-Boochan, le ha llegado una carta de la reina.- Y esa simple frase, fue el inicio del caos.

 

.

 

.

 

.

 

SebasCiel

 

.

 

.

 

.

 

 

 

 

 

~Prólogo~

 

 

 

 

Caminé escaleras abajo, mirando atentamente los ojos de aquel demoniaco ser. Se sonrojó de manera casi imperceptible, exepto para él.

 

 

-¿Todo bien, boochan?- El aludido gruñó ante la atenta mirada de sus sirvientes, que contemplaban la escena algo anonadados. -¿Joven am-..?

 

-Cállate.- Fue lo único que salió de los labios del menor.

 

 

 

¿Por qué estaba tan molesto?. Y todo por culpa de Sebastián, su forma de embelezar a la gente para sacarle información, y sus extrañas insinuaciones.

 

 

 

-Voy a mi despacho, tengo papeleo pendiente.- Se dió media vuelta, de forma altanera, y prosiguió con la mirada perdida. Llegó hasta frente del cuadro de sus padres y lo miró atento. ¿Qué pensaria sus padres de todo eso: El contrato, el demonio, la Reina, la forma de llevar las empresas...?. A veces, y solo a vecves, quizá si los extrañaba...

 

 

 

Llegó al estudio y se sentó de forma pesada en aquella blanda, aunque incómoda, silla. Miró toda la columna de papeles pendientes y tan solo de pensar en tood el trabajo, las clases pendientes y el duro día, su cabeza empezó a doler.

 

 

 

-Boochan, ¿Está bien?- Saltó en su asiento, dado a la sorprendente entrada del mayor. 

 

-¿No sabes llamar, o qué, idiota?.- ¿Era su imaginación o estaba más apático que de costumbre?.

 

-Lo siento, Joven Amo, pero es que np me ha contestado las cinco veces que he golpeado la puerta.- Odiaba aquel tono de superioridad que su sirviente enfatizaba.

 

-Si, si, lo que sea...- Agachó la cabeza y fingió leer un aburrido documento.

 

-¿Está bien?.- Volvió a preguntar, pero el menor lo ignoró. Sebastian suspiró y desistió en el tema.- ¿Quiere un trozo de pastel de chocolate?.

 

-No. Puedes retirarte.- Sonó seco, pero es que no se sentía con animos de nada. Ver a Sebastian haciendo eso con aquella señorita para que esta hablase, le afectó demasiado.

 

El aludido asintió y se retiró, algo extrañado y confuso respecto a la actitud de su amo.

 

 

 

“Debo dejar de pensar en eso. No me concierne. Solo nevesito cumplir mi venganza, y él solo es una pieza en mi juego de ajedrez.

 

Nada más.

 

Solo eso.

 

Un pieza."

 

 

 

 

Pasado unas horas, Sebastian volvió.

 

 

 

-Boochan, le hallegado una carta de la reina.- Y esa simple frase, fue el inicio del caos.

 

 

 

 

.

 

.

 

.

 

SebasCiel

 

.

 

.

 

.

 

 

 

 

 

~Prólogo~

 

 

 

 

Caminé escaleras abajo, mirando atentamente los ojos de aquel demoniaco ser. Se sonrojó de manera casi imperceptible, exepto para él.

 

 

-¿Todo bien, boochan?- El aludido gruñó ante la atenta mirada de sus sirvientes, que contemplaban la escena algo anonadados. -¿Joven am-..?

 

-Cállate.- Fue lo único que salió de los labios del menor.

 

 

 

¿Por qué estaba tan molesto?. Y todo por culpa de Sebastián, su forma de embelezar a la gente para sacarle información, y sus extrañas insinuaciones.

 

 

 

-Voy a mi despacho, tengo papeleo pendiente.- Se dió media vuelta, de forma altanera, y prosiguió con la mirada perdida. Llegó hasta frente del cuadro de sus padres y lo miró atento. ¿Qué pensaria sus padres de todo eso: El contrato, el demonio, la Reina, la forma de llevar las empresas...?. A veces, y solo a vecves, quizá si los extrañaba...

 

 

 

Llegó al estudio y se sentó de forma pesada en aquella blanda, aunque incómoda, silla. Miró toda la columna de papeles pendientes y tan solo de pensar en tood el trabajo, las clases pendientes y el duro día, su cabeza empezó a doler.

 

 

 

-Boochan, ¿Está bien?- Saltó en su asiento, dado a la sorprendente entrada del mayor. 

 

-¿No sabes llamar, o qué, idiota?.- ¿Era su imaginación o estaba más apático que de costumbre?.

 

-Lo siento, Joven Amo, pero es que np me ha contestado las cinco veces que he golpeado la puerta.- Odiaba aquel tono de superioridad que su sirviente enfatizaba.

 

-Si, si, lo que sea...- Agachó la cabeza y fingió leer un aburrido documento.

 

-¿Está bien?.- Volvió a preguntar, pero el menor lo ignoró. Sebastian suspiró y desistió en el tema.- ¿Quiere un trozo de pastel de chocolate?.

 

-No. Puedes retirarte.- Sonó seco, pero es que no se sentía con animos de nada. Ver a Sebastian haciendo eso con aquella señorita para que esta hablase, le afectó demasiado.

 

El aludido asintió y se retiró, algo extrañado y confuso respecto a la actitud de su amo.

 

 

 

“Debo dejar de pensar en eso. No me concierne. Solo nevesito cumplir mi venganza, y él solo es una pieza en mi juego de ajedrez.

 

Nada más.

 

Solo eso.

 

Un pieza."

 

 

 

 

Pasado unas horas, Sebastian volvió.

 

 

 

-Boochan, le ha llegado una carta de la reina.- Y esa simple frase, fue el inicio del caos.

 

 

 

 

Notas finales:

Chan, chan, chan~ 

 

¿Qué les parece? :")


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).