-----------Youngjae--------
Entre a mi casa, tenía miedo de que me regañaran o algo peor como que no acepten al gato en la casa. Pero al entrar me sorprendí mucho, nunca pensé con toparme con algo similar, esto ni si quiera lo llegue a soñar, de acuerdo basta de sarcasmo pero en verdad estoy muy impresionado con esto
-¿m-mamá?...- dije susurrando, no sabía si apartarme de su camino o preguntarle la razón de su sobriedad y su llanto. No creo que me haya escuchado
~miau….~ mi madre se volteo rápidamente por el maullido, maldito gato, me las pagaras por delatarme. Mi madre volteo a verme y quedo un poco extrañada por tres cosas, la primera: hace varios días que no estoy en casa, segunda: llevo puesto un gorro cuando todo el mundo sabe que no me gusta mucho usarlos, y tercera: tengo una nueva mascota…
Cruzamos miradas por unos segundos, sus ojos estaban rojos como siempre pero esta vez es por llorar. No olía a alcohol como normalmente cuando esta ella presente. La observe y me di cuenta que aparte de estar sentada en el sofá, tenía una carta en las manos.
Cuando noto que vi la carta bajo la cabeza y continuo llorando desconsoladamente, dejo salir unos cuantos quejidos que me llenaron el corazón de pena y tristeza, en verdad se sentía terrible para desprender tanta melancolía como nunca.
Deje el gato en el piso con cuidado y de inmediato comenzó a explorar. Yo me hacer que lentamente a mi madre. Me senté a su lado e hiso algo que nunca creí que volvería a hacer, me abrazo… estaba abrazándome… tenía un tenue olor a alcohol y cigarrillos pero repito que no era muy fuerte, había dejado la carta en sus piernas mientras seguía llorando en mi hombro
-Youngjae…perdóname hijo…-esto tenía que ser un sueño. Esto no puede estar pasando pero…no se ni si quiera lo que pasa en realidad, ¿Por qué esta así? ¿Qué mierda sucede?
Salí del pequeño trance mientras no dejaba de llorar. Tome la carta que estaba en sus piernas y parecía unas pruebas, la comencé a leer y cada palabra me dejaba con la boca abierta y sentí un gran vacío cuando leí “VIH Sida: positivo”…
Mi madre….tiene sida…mi madre…está enferma…
Tome aire por la sorpresa de esa enfermedad incurable, ella supo que lo leí y se aferró más a mi
-Youngjae…hijo, perdóname, enserio me arrepiento por todo el daño que te he causado, perdóname por haberte maltratado, perdóname por no apoyarte, perdóname por no cuídate, perdóname por no ser tu madre cuando más lo necesitabas….- con esas disculpas que sonaban tan sinceras comencé a llorar también, ambos nos abrazamos más fuerte, entre sollozos y lágrimas mi madre se disculpó por todo lo malo que me a echo sufrir y yo….la perdone…
------------Zelo----------
Llegue a casa y mi madre ni mi padre estaban, pero había una nota en la puerta del refrigerador, sabían que al llegar yo ese era el primer lugar a donde iba pero no era mi culpa que siempre compraran de mis jugo favorito. Después de servirme un poco de jugo quise beberlo mientras leía el contenido de la carta
Zelo, cariño, tu padre y yo estaremos en la casa de tu tía una semana, no quiero que estés solo en casa con tu hermano porque luego pelean, así que puedes ir con alguno de tus amigos por toda esta semana, nos hemos llevado a totomato para que tengas el tiempo libre, te queremos hijo y espero que no hagas nada malo, confiamos tu padre y yo en ti. Tu tia te manda saludos y aparte te preparo un pequeño pastel que está en el refrigerador. Te amamos. Cuídate cielo. Atentamente: mamá”
Sonreí pero me extraño no haber notado el pastel del que hablaba mi madre, lo abrí de nuevo pero no lo encontré, seguí buscando en todo el refrigerador pero nunca encontré algo similar ni a un pastel, creo que ya se en donde está.
Subí las escaleras hasta el cuarto de mi hermano, que tenía música instrumental, también me gustaba un poco pero me gustaba mucho más el rap, toque la puerta
-adelante…- escuche del otro lado de la puerta, estaba mi hermano sentado en su escritorio de tareas escribiendo algo y a un lado estaba lo que quería, mi pastel
-hay ¡ladrón! Eso me pertenece…- le dije un poco enojado, me miro sorprendido mi entras volvía a ver el pastel de chocolate con moras en sima, mis favoritas
-¿esto?, lo siento mucho no sabía que era tuyo, en la carta no lo menciona…- dijo y me enseño una carta de mamá que iba dirigida para él
“cariño, iremos con tu tía una semana, poder ir a visitar a tus amigos y puedes dormir con ellos si quieres pero también está al pendiente de Zelo, aún es pequeño y siempre lo has cuidado bien aunque peleen de vez en cuando. Te amos tu padre y yo atentamente: mamá”
Me sorprendí al no leer nada sobre algo que le haya dado mi tía pero al darle la vuelta a la carta me encontré con más
“casi lo olvidaba, tu tía te ha regalado una camiseta con un estampado que creemos que te encantara, el pastel de la nevera es de Zelo así que no lo toques por que Zelo se enfadara, cuídense y no peleen.”
-deberías ser más cuidadoso y leer todo lo que te mandan- dije sonriendo o mientras tomaba el pastel, en verdad era delicioso y exquisito, lo mejor es que mi hermano casi no comió y tenía bastante, pero me sentiría bien si le daba un poco, así que tuve cuidado con dejarle la mitad ya que era una buena porción de pastel. El comenzó a leer y se sonrojo por su descuido
-lo siento mucho Zelo…. ¿en dónde estará esa famosa camiseta?- dijo mientras llevaba su mano a la barbilla, típico de él cuando pensaba
-puede ser que en el mismo lugar donde puso la carta- dije saboreando una mora, en verdad era fantástico. Él salió corriendo directamente hacia abajo, en el sofá donde seguramente había encontrado la carta, levanto una almohadilla de los sillones y ahí estaba bien acomodada una camisa negra, la desdoblo al momento de levantarla y un estampado realmente genial estaba en la camisa, era la silueta en color blanco de un hombre que se deshacía junto con el viento convirtiéndose en notas musicales, me gusto bastante y tenía mucho el aire de la música instrumental así que no sentía que fuera mucho conmigo y me sentía muy feliz con mi pastel. Él en cambio dejo salir un gritito de alegría
-soasa mira. Es hermosa, simplemente perfecta- seguía con una sonrisa en su rostro mientras le correspondía un poco y seguía comiendo del sabroso pastel.
Después de eso, cada uno se fue a su cuarto, él puso música a todo volumen y se escuchaba en toda la casa, como también me gustaba un poco, no me molestaba y necesitaba relajarme así que era perfecta. Cerré mi puerta con seguro y apenas se escuchaba la música, me desnude dejando un camino de ropa hasta mi baño, normalmente no hacia eso pero tenía pereza. Cerré la puerta del baño también y la música que seguramente se escuchaba en toda la casa, ya no se escuchaba en mi baño, solo se podía oír si te quedabas quieto por un largo rato y sin hacer mucho ruido.
Abrí la regadera y el vapor comenzó a llenar todo el baño, me gustaba darme duchas con agua caliente, me encantaba. Cuando ya estaba mojado, tome en champo y lo coloque en mi cabello, masajeando suavemente, después tome el jabón y me lave el cuerpo pero al llegar a mi área intima, recordé inmediatamente a Bang, me sentí estúpido por cubrirme penoso porque me viera totalmente desnudo y pensar que al recordar de que soy hombre, me habría sacado desnudo de su casa, pensé que al final todo sería sexo de una noche y ya.
Pero sus palabras, sus besos, sus caricias, sus….embestidas, inconscientemente, comencé a tocarme, no solía masturbarme mucho, pero esta vez, con solo recordar el calor que nos dábamos mutuamente acompañado con un amor imprevisto, era suficiente para volver a excitarme, toque más fuerte mi pene con mi mano derecha
-aaahh~…- deje salir un gemido despreocupado porque me escuchara mi hermano, por la aparente protección anti sonido que parecía tener mi cuarto y por el volumen tan alto de la música.
Seguí masturbándome, bajando y subiendo con mi mano, bajo el agua que no tarde en cerrar por sentirla un poco molesta, siento que sería mejor tener verdadero sexo bajo la regadera, así valdría la pena.
Mi cuerpo ya no tenía rastro de jabón y mi cuerpo estaba caliente, con una erección ya grande, seguía masajeando un poco brusco mi miembro y con la otra mano tocaba mi pezón izquierdo. Gemía fuerte pero sentía que algo me faltaba, no me sentía bien complacido.
Lleve mi dedo a mi entrada y lo introduje, definitivamente era eso, tener a alguien dentro de mí, y no cualquier persona, solo podía estar dentro de mi Bang.
Recordé que mi madre me dio permiso de quedarme con un amigo así que no desaprovechare esta oportunidad.
Saque mi dedo y me masturbe más fuerte, pensando en Bang, con solo una noche en tenerlo cerca, ya quería verle y volver a ser suyo.
-Bang~ ah..Aaahh- por fin llegue al orgasmo, perono fue tan complaciente como el que tuve la noche pasada, así que como se lo imaginan, tenía ganas de más, pero esta vez no quería masturbarme solamente. Me limpie y ahora mi cuerpo tenía un olor agradable, pero ya no tenía la esencia de Bang.
Me vestí intentando parecer guapo para Bang, quería quedarme con él la semana entera. Responder preguntas, convivir como algo más que amigos y aprovechar cada minuto que estemos juntos, simplemente me enamore de un chico mayor que yo y que no llevaba mucho tiempo en conocer, pero aun así, sentía que lo conocía de toda la vida, somos tan iguales pero a la vez tan diferentes.
Termine de vestirme y la noche a había caído, mi hermano ya había quitado la música al parecer porque reinaba un silencio total.
Me asome al cuarto de mi hermano y ya estaba dormido, se veía cansado así que no lo moleste.
Baje a la cocina y metí lo que había dejado de pastel para él, junto con una carta que yo había escrito
Estaré en la casa de un amigo, tal vez vendré mañana en la tarde y luego me iré a un pequeño campamento pero no sé bien cuantos días, te deje la mitad del pastel: 3 cuídate y puedes invitar a tu novio; D pero no toquen mis cosas si no las devolverás. Te quiero hermano: D le das saludos tu pareja de mi parte J .
Creo que esa pequeña explicación será más que suficiente para él. Salí con cuidado, ya casi no pasaban autobuses a esa hora pero aun así, estaba decidido a lo que quería. Llegue hasta la casa de Bang con un poco de dificultad por que no sabía bien el camino.
Por fin me encontré en la entrada, no muy seguro de tocar la puerta. Estaba nervioso y me sentía estúpido, como un maldito necesitado de sexo y yo normalmente soy tímido, pero por alguna razón, le tengo confianza a Bang como si lo conociera desde hace mucho tiempo. Me agrada mucho y no quisiera perderle quiero que hablemos pero por ahora, más que nada, quiero que me haga el amor…
Con mi último pensamiento, respiro hondo, tratando de tomar fuerza de algún lado y por fin toco el timbre, casi segundos después de haberlo tocado, como si hubiese estado ahí, Lee me abre la puerta, sonriente
-buenas noches, Bang lo espera en su recamara. A ambos nos es grato tenerle de vuelta- me dijo mientras me señalaba el camino a su habitación, ¿acaso Bang me estaba esperando?
-gracias- pase y subí las escaleras cuidadosamente, unas pocas luces estaban encendidas y la casa daba cierto temor, pero al final de las escaleras, se veía una habitación con una luz roja, muy intensa, me extrañe ya que esa luz provenía de la habitación de Bang.
Me puse bastante nervioso y camine más indeciso que cuando estaba en la entrada. Tenía ganas de irme corriendo hasta la salida y volver a casa. Las agallas que tenía y el deseo se me habían ido por un momento, me sentía extraño o tal vez solo no me era muy cómodo la pequeña gran oscuridad acompañada de esa luz roja intensa, me daba miedo o tal vez es por ver tantas películas de terror que cuando hay luces así, normalmente hay apariciones o fantasmas… ¡no puede ser, Zelo! Esto es la vía real, no una estúpida película.
-h-hola?- pregunto al estar en frente de la puerta, seguidamente toco un par de veces, haciendo eco la madera fina que era la única entrada a esa habitación, la habitación de Bang.
-adelante…- escuche una grave voz del otro lado, definitivamente es Bang, abro cuidadosamente la puerta y vi algo que no me esperaba para nada…
Lo primero que note fue la luz roja más intensa iluminando la habitación, un camino de pétalos rojos hasta la cama, habiendo sobre esta también, denotándose bastante entre la sábana blanca de seda. Bang estaba sobre la cama vestido de negro en su totalidad, hasta parecía tener delineador negro que marcaban sus hermosos ojos propios de un ángel demoniaco pero sexy.
Mire a mi alrededor y todo parecía preparado desde hace horas. La habitación estaba inundada en un olor exquisito a rosas y no me sorprendía, habiendo tantos pétalos a mí alrededor. Todo se veía jodidamente hermoso, aunque oscuro a la vez, me encantaba.
También pude notar velas blancas, unas cuantas y una botella de vino, no sabría decir la marca por no tener tanta experiencia con el alcohol pero se notaba bastante costosa
-pensaba llamarte, pero te vi por la ventana así que solo le dije a Lee que te recibiera y que podría marcharse después- se levantó sensualmente de la cama, con paso lento se dirigió hasta donde estaba yo de pie, consternado, emocionado, editado pero shokeado
-y esto…es…¿para mí?- le pregunte mirándolo de frente, sus ojos que de lejos se veían oscuros, ahora se veían más profundos, denotando algo que ni yo sabría describir, tal vez sería algo como una pureza impura, me encantaba, nunca antes había visto algo similar.
-pensaba en invitar a himchan y hacer un trio- me dijo sonriendo, yo hice una cara un poco molesta entrecerrando los ojos –haya, claro que es para ti, hoy quería declararme oficialmente, y si aceptas- me tomo de la cadera y froto su miembro con el mío –podemos celebrar- me comenzó a besar, yo correspondí de inmediato al beso, intenso como el ambiente pero lento
-entonces, todo esto, ¿es solo para celebrar nuestro noviazgo si acepto?- dije lento, él se separó de mí y asintió un con la cabeza, se veía un tanto nervioso por mi comportamiento
Me tomo de las manos, con tanta delicadeza y ternura que nunca había sentido –entonces, Choi jun hong ¿quieres ser mi novio?- me dijo con una vos tan grave que me recorrió un pequeño escalofrió en la espalda, su camisa tenía tres botones desabrochados, sus labios húmedos y carnosos, esa mirada intensa puesta sobre mí, denotando lujuria y excitación, su tacto tan suave pero caliente, el ambiente tan tétrico pero hermoso, su look oscuro con prendas ajustadas que dejaban ver u esbelto cuerpo tan bien formado ¿alguien rechazaría una petición así?
-Bang Yong Guk, yo acepto ser tu novio- me sentí como si estuviera a punto de casarme, mi corazón volvió a latir rápido y tenía unos sentimientos indescriptibles, todo fue simplemente perfecto.
Sonrió de lado, lo que fue la cereza en el pastel para hacer esa una noche inolvidable con ese ambiente.
Me tomo por la espalda y me llevo hasta su cama, recorriendo ese camino de rosas de un rojo más intenso ocasionado por la luz. Me tomo con delicadeza hasta recostarme en la cama.
Después de toques, besos y gemidos suaves, estábamos lo suficientemente calientes como para comenzar, Bang me desnudo completamente y seguidamente hiso lo mismo consigo mismo.
Ambos estábamos recostados inclinados a un lado para tener de frente al otro, me hacía removerme y podía sentir sus manos en toda mi piel junto con los pétalos de las rosas, ambos eran muy suaves y el olor a rosas comenzó a empalagarme.
De un momento a otro, segado por el placer de las caricias, sentí un dedo siendo introducido por mi entrada –haahh~ - deje salir un gemido, lo sentía tan placentero, sentir su dedo dentro de mí, y removiéndose era simplemente genial.
Seguido metió otro, y otro más, teniendo tres dedos dentro de mí, ya comenzaba a dolerme pero conforme se movían más, el dolor desapareció.
Me había colocado a “cuatro patas” haciendo esto más cómodo para ambos.
Me sentí vacío cuando sus dedos salieron de mí, pero feliz por saber lo siguiente que será introducido.
Tuve que hacer esfuerzo por mantenerme firme cuando su miembro fue entrando poco a poco en mí, hooo~ sí que dolía pero era un dolor placentero.
Comenzó a salir y a entrar, profundamente y lento, me sentí en las nubes, la cabeza me daba vueltas y el olor a rosas ya se había vuelto bastante extraño, trataba de no pensar en eso y enfocarme más a lo que Bang me hacía. Sentí como se inclinó para abrasarme y hacerme sentir su abdomen bien marcado por mi espalda. Voltee lo mejor que pude mi cabeza, e inclinando un poco los hombros, pero él me facilito la tarea y se puso a mi costado, he hice lo que quería. Lo bese, su lengua batallaba con la mía para introducirse en la boca ajena.
Unos minutos más así y al no poder más, me corrí en sima de las sabanas, y él se corrió dentro de mí, haciéndome sentir muy mojado tanto por dentro como por fuera, me sentía tan feliz y satisfecho, definitivamente necesitaba a alguien a mi lado, más que un amigo con el cual contar en algunos momentos, necesitaba algo más íntimo. Alguien en que confiara plena y ciegamente, sin preocupación de nada, ni de tener vergüenza en frente de él, y por fin lo había encontrado, estaba recuperando el aire junto a mí, rosándome la piel con sus suaves labios, repartiendo besos en mi cuello, pezones, y en el torso en sí, hasta dar con mis labios que estaban entreabiertos para recibirlos dulcemente.
Todo se volvió tan agradable para mí, tal vez toda este tiempo que estuve buscando a alguien con quien vivir, ahora estaba dándome mimos.
-Bang, te amo…- me miró fijamente, con ternura
-yo más, mi dulce amor- sonreí ligeramente estaba exhausto pero él se levantó antes de que pudiera si quiera cerrar un poco los ojos. Tomo la botella de vino y sirvió en dos copas, me dio una con la mirada fija en mi –un brindis, por el amor- ambos sonreímos, chocamos las copas y bebí un pequeño sorbo, mientras veía como él inclinaba más la copa.
Quería gravarme esa silueta de él así. Su cuerpo desnudo y bien marcado, iluminado por una luz roja intensa, puesto sobre pétalos rojos en una sábana blanca, con el sudor recorriendo su cuello, los ojos delineados en negro cerrados disfrutando de la bebida en una copa transparente.
Bebimos más hasta acabar con la botella, ya mareados caímos rendidos siendo envueltos por un sueño profundo que fue el más relajante que he sentido.