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CHICO MALO - EUNHAE por eunhyuk

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Notas del fanfic:

La idea original es de una libro: Bad girl - Maya Reynolds 

Los primeros tres capitulos tienes practicamente la misma idea original de los tres primeros capitulos del libro mencionado anteriormente, pero escrito con mis propias palabras y con algunas modificaciones mias. A partir del cuarto capitulo, las cosas cambian y tomo completamente la autoria de lo que suceda en el fic. 

Notas del capitulo:

Hola :D

Primero que todo, muchas gracias por darle la oportunidad al fic, y pues no olviden que la idea es del libro, yo sólo la tomé y escribire el fic con mis propias palabras :D 

Ahora si, pasen a leer... Espero les guste :D

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Mis ojos se concentraron en esa espalda trabajada que era iluminada por los pocos rayos de sol que entraban por la ventana. Aquellas piernas enérgicas pedaleaban la bicicleta estática, con su mirada fija en la pared frente a él.

El vientre se me comprimió de forma deliciosa y conocida al bajar mi vista por su espalda, y llegar a esos glúteos que subían y bajaban al ritmo de sus piernas.  La respiración se me entrecorto al ver sus ojos azules mirarme de soslayo, viéndome ahí parado tras de él, mirándolo fijamente, viendo su cuerpo trabajar, ejercitarse.

Humedecí mis labios, sintiendo los retortijones apoderarse de mi cuerpo al ver como dejaba de pedalear, y se incorporaba, bajándose de la bicicleta y girándose a mí.

Mis ojos vagaron por su pecho libre de cualquier camisa que me impidiera ver las gotitas de sudor correr libremente por su piel bronceada, sus pectorales y abdomen marcados eran mi tentación en estos momentos. Esas ganas de ir hasta él y deslizar mi lengua sobre esa piel, me estaban enloqueciendo.

Hizo un movimiento con su dedo, pidiéndome me acercara, cosa que hice sin dudarlo, sintiéndome excitado, deseoso de él, dispuesto a cualquier cosa.

Sonrió de lado al estar frente a frente, con nuestros cuerpos pegados. Mi pecho subía y bajaba agitado por la excitación junto al suyo. Podía sentir ese bulto, esa erección presionándose contra la mía, ambas deseosas de acción, de placer.

Sus ojos me miraron, y yo caí rendido a ellos, dejándome llevar, perdiéndome en ese azul profundo mientras sus manos se inmiscuían bajo el chándal que llevaba puesto. Mordió su labio encantando, acariciando mis glúteos desnudos, sin ningún bóxer bajo el pantalón.

Cerré mis ojos y suspiré sobre sus labios, sintiendo esas manos calientes acariciando mi cuerpo, adentrándose entre mis nalgas y deslizando dos dedos en mi interior, estremeciéndome ante sus atenciones.

Era excitante, era jodidamente morboso, y placentero sentir su pene duro empezar a moverse contra mi entrepierna mientras dos dedos largos y gordos me penetraban, jugueteando en mi interior. Esa sensación de sentirme invadido y poseído, de sentirme atrapado contra un cuerpo grande, atractivo, tomando mi cuerpo delgado entre sus brazos.

Mi corazón latía descontrolado, y sentía la sangre acumularse en mi rostro. Sus dedos habían abandonado mi interior, y sus manos grandes y fuertes habían bajado por completo el chándal, dejando a su vista mi cuerpo desnudo de cintura para abajo, mi miembro erecto y con liquido pre-seminal a la vista.

Sus manos me tomaron, y pronto estuvimos cuerpo a cuerpo, sin espacio alguno, con mi pene contra su vientre, mis piernas enrolladas a su cintura al igual que mis brazos en su cuello, respirando contra el otro de forma agitada.

Caminó hasta que mi espalda caliente chocó contra la pared fría, reposando mi cabeza en esta mientras sus manos abandonaban mi trasero y con un poco de dificultad bajaba el cierre de sus pantalones, dejando a mí vista su polla grande y lista.

El cuerpo me vibró, respirando cada vez más rápido al sentir esa punta húmeda acariciar mi esfínter, humedeciéndolos para luego empezar a abrirse fácilmente camino a mi interior, abriéndome por completo a él, empotrándome contra la pared con una fuerte penetrada que me robó el aliento.

Gemí al sentir como retrocedía un poco y luego volvía a entrar, con un ritmo fuerte y bestial, pero que me hacía girar los ojos y enterrar mis uñas en sus hombros, pegar mi cuerpo al suyo y dejar que mi miembro caliente y necesitado sintiera el calor que emanaba su cuerpo, esa piel ardiente, tersa y húmeda.

-Hmm - Gemí reposando mi cabeza contra la pared, cerrando los ojos al sentir esa penetrada, acariciando mi punto, ese delicioso punto que me daban unas inmensas cosquillas por todo el cuerpo y en especial el vientre, sentir mi pene palpitar, mi mente divagar en nada, sintiendo sólo ese pedazo de carne entrar de forma rápida y descontrolada en mi interior una y otra vez, enloqueciéndome, encendiendo mi cuerpo hasta un punto en el que se hacía sofocante soportar ese conjunto de emociones y sensaciones arremolinadas en mi interior.

El cuerpo me tembló, me vibró ante las suaves caricias que recibía mi miembro, esas leves fricciones contra su piel, ese golpetear insistente que me estaba llevando a la cima del orgasmo.

Mis labios temblaron y mis uñas se hincaron en su piel, buscando mi voz, buscando algún sonido proveniente de mi garganta, pero que nunca llegué a escuchar.

El pito del maldito coche cesó al mismo tiempo en el que la chispa de mi orgasmo se fue. Mi pecho subió agitado, soltando un suspiro de derrota al ver como perdía el hilo de mi orgasmo.

Alejé el mechón de pelo que había caído en mi frente, y luego miré de nuevo por el telescopio. Mordí mi labio, y negué con la cabeza al ver como el hombre de la bicicleta estática se corría en su mano, dejando su cuerpo tenso mientras sus labios entreabiertos tomaban aire para sus pulmones.

Suspiré en derrota por la oportunidad del primer orgasmo de la noche que había perdido. Miré hacia el departamento del dominador, pero aún no había llegado. Ese hombre sí que era activo en su vida sexual, y aunque no me gustaban las actividades sádicas que hacía, no podía negar el morbo que daban esas escenas, y cuan caliente lograba ponerme al verlo con sus sumisas.  

Vivía en el piso seis del edificio Daflt, en el norte de Berlín desde hace un año. Había disfrutado mi libertad desde el primer momento en el que había puesto un pie en mi pequeño y acogedor departamento. A mis veintitrés años, había conseguido convencer a mi madre de que ya era lo suficientemente grande y responsable como para mantenerme y vivir solo.

Y así era, estudiaba en el día, y luego hacia un pequeño turno en un almacén de ropa que me daba de comer, para pagar la renta y lo poco que necesitaba. Y las noches eran mis favoritas.

Miré la anciana amargada que tomaba el té con sus amigas cotillas. Aburrido. Sonreí al concentrarme en el piso siete, a la izquierda. Oh Dios, esa pareja lograba enloquecerme, siempre con algo nuevo. Los miré un segundo más, viendo como comían tranquilamente, pero ellos y yo sabíamos muy bien que en tal sólo segundos, seguía el postre.

Sonreí entusiasmado por correrme de una vez por todas y no quedarme con las ganas mientras checaba si ya había llegado el dominador, pero las luces seguían apagadas, sin movimiento alguno.

Miré el apartamento de la chica anoréxica quien estaba mirando la TV, y en el departamento de al lado vivía el travesti que salía cada noche hasta altas horas de la madrugada. Mis ojos viajaron anhelantes al piso siete, y mi corazón latió desbocado al ver como la parejita empezaba la acción. Los dos eran homosexuales, y mantenían una vida sexual muy activa.

Vi con atención, como el cuerpo del rubio reposaba sobre la mesa desocupada, con sus piernas abiertas y el trasero en el filo de la mesa, a disposición de su esposo, su hermoso y atractivo esposo, quien se movía de atrás hacia adelante marcando sus perfectos abdominales que yo siempre moría por delinear con mi lengua, morder y saborear.

Gemí suavemente, llevando una de mis manos a mi entrepierna, cubierta por la fina y delgada tela de un chándal. Acaricié suavemente mi erección, sintiendo mis piernas temblar mientras miraba sin perderme detalle alguno de como el cuerpo reposado en la mesa encorvaba su espalda y disfrutaba con las penetradas de su esposo, quien tomaba sus caderas de forma ruda, atrayendo su cuerpo a el de él, dando bestiales embestidas que los hacían gozar.

Mi esfínter se contrajo al igual que mi vientre, pensando en que era yo quien reposaba en aquella mesa, que era yo el que tenía ese miembro en mi interior, llenándome por completo, haciéndome gemir de gozo.

Mi pene palpitaba dolorosamente, y la tela empezaba a humedecerse mientras lo friccionaba con más ganas, sin parpadear para no dejar de ver la escena que me permitía el telescopio.

El teléfono empezó a sonar, pero yo estaba concentrado e enviciado en la forma que el rubio encorvaba la espalda y abría su boca, gimiendo para su marido, como se cogía del borde de la mesa con una sola mano mientras la otra acariciaba su pene de forma rápida, al mismo ritmo en la que la mía se movía por mi carne caliente y húmeda, listo para correrme.

El teléfono volvió a sonar, una y otra vez y yo empezaba a irritarme y perder la concentración de mi mano, disminuyendo la velocidad. Esa debía ser mi madre, y si no contestaba nunca dejaría de llamar, y luego me acusaría de que no fue buena idea mudarme a vivir solo.

Miré hacia la sala de estar, hacia el teléfono que había dejado de sonar por unos segundos hasta volver a inundar la habitación, insistiendo de nuevo. Mi poca paciencia se fue al carajo, y pronto solté la erección que empezaba a flaquear un poco, mirando por última vez a la pareja felizmente casada, disfrutando sin mí.

Caminé con molestia, irritado por no poder conseguir paz y tranquilidad, de nuevo volvían a interrumpir a unos cuantos segundos para correrme. Descolgué el teléfono y lo llevé a mi odio.

-¿Hola? - Pregunté, pero nadie respondió por varios segundos, haciéndome enojar más por la interrupción.

-Has sido muy malo, Lee Donghae - Fruncí el ceño ante las palabras que aquella voz gruesa y ronca habían pronunciado.

-¿Quién es? - Pregunté tornándome serio. Si era algún niñato molestando, le cortaba las bolas por arruinarme el momento.

- Soy la justicia - Bufé en mi interior, dispuesto a colgar de una vez por todas el teléfono, antes de decirle unas cuantas verdades al imbécil que había llamado - Has sido muy travieso al espiar a tus vecinos. ¿Crees que a ellos les gustaría saberlo?

El ceño que hace unos segundos tenia fruncido desapareció, e incluso sentí mis labios ponerse en linea recta. El corazón me latió de forma rápida, nerviosa mientras una alarma en mi interior se encendía y todo en mi mente empezaba a hacerse añicos.

Lo sabía. Alguien lo sabía, me habían visto y ahora... Ahora, me denunciaría a la policía, y mierda, quedaría de por vida como el acosador, violando la vida privada de los demás, disfrutando en silencio bajo las sombras y la oscuridad de mi apartamento de la vista que podía obtener con mi telescopio, cubierto por un matorral de hojas grandes que hacían de jardín.

-N-No sé a qué se refiere. Voy a colgar y no vuelva a llamar, o llamare a la policía - Dije tratando de sonar seguro de mis palabras, colgando el teléfono. Mi mirada quedó perdida en el teléfono, pensando en lo que había sucedido.

Lo primero que cruzó por su cabeza fue quitar el telescopio, nadie tenía pruebas, se supone que había sido precavido, sería un secreto, secreto que me llevaría a la tumba. Nadie podía saber lo que había hecho, ninguna empresa me recibiría, mi familia lo mirara feo, me dirían barbaridades. Los pensamientos de lo que podría suceder si alguien se enterara le hacía sentir pánico, querer cavar un hueco bajo tierra y nunca salir a dar la cara.

Para su horror, el teléfono volvió a sonar mucho antes de que tan siquiera pudiera dar un paso y caminar de nuevo al balcón, y eliminar cualquier rastro de lo que había estado haciendo durante un año, violar la privacidad de las personas. El corazón le latía desbocado, muerto de miedo, dejando que sonara, timbró y timbró hasta que la llamada se fue a correo de voz, y la voz del hombre que hace unos segundos había escuchado, volvió a inundar sus oídos, dejándolo congelado de pie en medio de la sala de estar.  Esto era todo, era su fin. Todos se enterarían de lo que hacía cada noche. Su sucio secreto.

Notas finales:

Buneo, el lemon irá subiendo de tono, sino que esto del voyerismo como que no se me da tan bien x'DDD Fue rarito ><

Espero les interese seguir leyendo, actualizare cada semana ya que los cpaitulos no son tan largos :D

Muchas gracias por leer! XD


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